Vicios clericales

Lo siento. Ni gravísimos ni ocultos ni especialmente morbosos. De esos no hablo. No digo que existan o dejen de existir. Pero no hablo.

Quería más bien referirme a pequeñas manías que a mucha gente le resultan repulsivas. Son formas de actuar típicamente clericales y que se dan más cuando el contacto con la gente es básicamente profesional. Puede pasar que solo nos movemos entre nosotros, que nuestra vida es la clerecía y que algunas veces nos dignamos salir de nuestro particular olimpo para relacionarnos con el vulgo laical.

- Respuestas de manual a problemas gravísimos. Una muerte inesperada, una tragedia familiar, una situación personal o familiar límite. Parece como si no tomáramos en serio a la gente y sus dramas. Es demasiado simple y yo diría que hasta ofensivo despachar el asunto con frases tan manidas como huecas por más que se pretenda hacerlas pasar por la respuesta justa: “Dios lo ha querido así, la voluntad de Dios, fuerza, rezaré por vosotros”. Que sí, que no se ha dicho nada contrario a la fe, pero qué poca empatía algunas veces.

- Mantenerse siempre en el papel. Soy firme partidario de que el sacerdote es siempre sacerdote. Para nada lo pongo en duda. Pero una cosa es ser siempre sacerdote y otra dejar de ser normal. Uno deja de ser normal cuando come con los amigos y aprovecha para hablar del hambre del tercer mundo, cuando se toma una copa y pide disculpas porque como sacerdote debería ser sobrio, haré un exceso, cuando ante un comentario cualquiera recuerda que la murmuración va contra el octavo o en incapaz de escuchar la más mínima picardía sin ruborizarse porque podemos faltar al sexto mandamiento.

- Y al revés. Pasarse en la normalidad. Porque resulta hasta grotesco el cura que para que vean que es normal toma sus copas, cuenta chistes subidos de tono y acaba bailando con la novia el día de la boda. Una forma muy adecuada de hacer el ridículo. 

- El tonillo hablando y sobre todo predicando. Mucha gente me consta que se pone de los nervios cuando salimos a celebrar, ponemos los ojos en blanco e iniciamos con un “en el nombre del Padre…” con voz meliflua de quien va a levitar. No digo nada en la homilía. No se entiende que para predicar sea imprescindible hacerlo con arrobo de novicia enamorada, gestos de mística barroca e inflexiones de voz de contemplativo tridentino. ¿Tan difícil es hablar normal?

- Ir de aprovechategui por la vida. No me cobrarás nada, que es para la parroquia, esto que bien nos vendría en el despacho parroquial, el caso es que tenemos que pagar o comprar. Ya podías regalarme… 

Cuatro cosas a bote pronto que se me han ocurrido escuchando a la gente. Posiblemente mis lectores puedan abundar en ejemplos. Todo viene de una actitud de sentirnos en el fondo superiores y con derecho a todo por nuestra sacerdotal condición. Pero molesta. Y mucho. Aunque no nos lo digan, entre otras cosas porque no se atreven.

57 comentarios

  
Roberto
Del mundillo clerical.......tanto se puede hablar; los hay de todas clases, formas, estilos y condición.
Trabajadores e inquietos unos, otros funcionarios y desencantados y de vuelta de todo, otros supercríticos y descontentos con casi todo, obispo incluido, los hay descolocados ante tanto cambio social y eclesial en un pais que ya no es cristiano, sino de misión, para lo cual no están preparados, pues fueron educados para otro tipo de Iglesia y sociedad y reciclarse no es fácil.
De elevada edad, refugiados en pastorales de mantenimiento, tienen sus "fieles","clientela" que aún les mantiene algo útiles y vivos.
Unos mirando al futuro con esperanza y buscando caminos nuevos de evangelización, otros, añorando tiempos pasados que no volverán.

El clero siempre ha sido un sector social un tanto peculiar; sin preocupaciones familiares, matrimoniales, laborales, económicas graves; se supone que la pastoral debía ser su centro y su corazón, pero en un mundo tan complejo y cambiante como el nuestro, se precisan repensar cosas, planteamientos., métodos.
04/02/21 10:48 AM
  
Argia
En el caso de la predicación en el sermón, yo si creo que los sacerdotes deberian tomar clases durante sus estudios, porque la verdad es dificil encontrar algun que hable bién.
O ponen un tono muy monótono, y desconectas enseguida, o repiten todo lo que ya esta escrito por otros, y no llega, o también recuerdo el caso de uno que ponia un tono de lo más desagradable y que además parecia que estaba hablando a niños pequeños.
No digo que sea facil, y a lo mejor todos no van a estar dotados, pero seria de agradecer que se estudiara alguna técnica, en el caso de que no tengas el don natural, para que el sermón sea algunas ideas, aunque sean pocas para meditar, para que no se salga de la iglesia pensando, no tengo ni idea de lo que ha dicho.
04/02/21 11:01 AM
  
Diácono
Le añado otras, pero puedo errar porque es experiencia propia. Y a lo mejor debo incluirme por ser clérigo también.
- Creer que por recibir el sacramento del Orden ya se sabe de todo, y mejor que los expertos en el tema. Poca humildad con los laicos. He visto a párrocos pretender enseñar de cuentas a contables profesionales de grandes empresas.
- Dificultad supina para delegar. Sobre todo no delegan los que todo el día tienen en la boca la palabra "sinodalidad". No falla.
- El ser "padre y pastor" no da derecho a ser capataz. Hay párrocos que no tienen colaboradores laicos, sino subalternos sin derecho a la opinión que le dan mil vueltas en sentido común. Por respeto callan y no le mandan al cuerno.
- El excesivo a los cargos y encomiendas, y la resistencia al cambio en personas que deberían estar siempre disponibles para ello. Cualquier obrero es más obediente a su jefe que un sacerdote a su obispo.
- Y una última: en general el clérigo es poco detallista con los demás: todo el mundo le felicita en su santo o cumpleaños, le regala cosas, pero no suele hacer lo propio con los demás. Hay laicos fidelísismos con el servicio a la parroquia durante años y años, que no han recibido ni un sencillo detalle de aprecio por su párroco.
04/02/21 11:08 AM
  
Neri
Gracias a Dios y empezando por usted mismo, ahora en nuestra Diócesis tenemos sacerdotes de Cristo y para Cristo, que son hombres, hombres de Dios, pero hombres.

De los otros hsbrá, pero yo no los veo, o quizás sí, alguno con tonillo.

Pero si de lo que se trata es de señalar: Hubo un enchufategui en cierta parroquia, con más pluma que la gallina Caponata que ponía los ojos en blanco y miraba hacia arriba. Y como el techo de la iglesia es bajo resultaba ridículo, pues parecía que miraba a los focos led.

Antes de irme también quiero señalar a los jetas entre los fieles, los que piden peticiones en la Misa al cura, para familiares, enfermos y difuntos y se hacen los longuis para soltar el estipendio o donativo. Y ponen al sacerdote en el compromiso de tener que pedírselo.

Padre usted es de los sacerdotes de Cristo, de los buenos, los mejores.

¡Ave María, padre!
04/02/21 11:17 AM
  
sofía
No puedo opinar sobre ese tipo de curas porque yo no me los he encontrado. Ni ganas.

Respecto a la empatía a la hora de dar un pésame, por ejemplo, el mismo problema tienen las personas que no son curas: las fórmulas suenan huecas, pero eso no supone que no sean sinceras. Es difícil saber qué decir.

Ave María
04/02/21 11:22 AM
  
Alberto
Se nota enseguida cuando no se ha preparado la homilía.
Nos coloca una prédica que nada tiene que ver con los textos leídos. Somos católicos y valoramos y queremos a nuestros pastores que lo han dejado todo para atendernos,pero ya puestos a vivir esa dura vida vale la pena hacerlo bien. A pesar de que rezamos por ellos y les queremos a veces dan ganas de ir a la sacristía después de misa y decirles : por favor,respetenos un poco y no nos glose la magnesia cuando el texto habla sobre la gimnasia.
04/02/21 11:22 AM
  
Neri
Respecto a lo señalado por sofía:

El mejor pésame me lo dijo un compañero católico de parroquia:

" Hay que dar gracias a Dios por una vida cumplida."

¡Ave María, padre!
04/02/21 11:38 AM
  
Guadalupe Ortiz
Más instructivo al respecto me parece el libro "Dignidad y santidad sacerdotal" de San Antonio Maria Ligorio. O a lo mejor me dicen, como me dijo un sacerdote cuando se lo regalé, "un poco antiguo"....
04/02/21 12:07 PM
  
Fernando Cavanillas
Padre, ¡qué difícil es ser sacerdote!. Le oí decir al teólogo Jose Antonio Sayés que ser sacerdote no es difícil... es imposible (en el sentido de que es una misión tan grande, tomar el lugar de Jesús, que sin Su Gracia sería imposible).

Por mi parte, como laico, me gusta que el sacerdote tenga fe (mucha, si se puede), y que sea muy tradicional... cuanto más mejor. La Iglesia está tan llena de falsas doctrinas que valoro mucho la fe tradicional (sobre todo cuando oigo semi-herejías ó sin el semi en las homilías y en las preces, me pongo de muy mal cuerpo en esos casos). Caridad siempre... pero con fe verdadera, si no la caridad estaría mezclada con el veneno de la herejía, y termina mal.

Luego, en efecto, cuanta más sinceridad mejor. Puedes caer mejor ó peor, pero siempre siendo tú mismo, y viviendo la Misa como lo que realmente es, algo muy importante.

Las homilías del Santo Cura de Ars (están en youtube) son muy bonitas, realmente la salvación de las almas es el objetivo primordial del sacerdocio, después obviamente de la administración de los Sacramentos, que viene a ser lo mismo.

Una vez le pidió consejo un sacerdote al cura de Ars para tener tantos parroquianos y tanto éxito como él... y Juan María Vianney le preguntó que cuantos ayunos hacía a la semana, cuánto tiempo estaba en el confesionario, cuántas mortificaciones realizaba, cuanta oración hacía, etc, etc... en definitiva cómo era su vida espiritual.

En cuanto a las copas, sentido común. Lo importante es no perder nunca la sobriedad, por supuesto (esto aplica a todos), pero luego depende del momento y las circunstancias. Un sacerdote es una autoridad que representa a la Iglesia, y además da ejemplo y testimonio... pero no hay nada malo en tomarse un vino, una caña ó una copa cuando toca. Yo en una boda tiraría más a lo sobrio (por lo que tiene de acontecimiento sacramental y público), y entre amigos de confianza estaría relajado y más normal. ¿Qué harían los Apóstoles en cada circunstancia?... ¡esa no es mala pregunta!
04/02/21 12:17 PM
  
Fraileví
Lo primero que se me ocurre es: "Que valiente es Ud. P. Jorge.

Luego me viene: No, es que no ha dejado de ser normal, de ser y estar con el pueblo, a pesar de su ser cura. De profesión cura, así de sencillo, casi na...

Pues sí, se me ocurren más cosas, bueno más bien son cosas vividas.
"Yo soy el párroco, y voy a contratar los autobuses para la excursión, que vosotros no sabéis mirar la peseta" y el día de la excursión aparecen un montón de autobuses porque varias empresas habían entendido que habían sido contratadas, y como todas confiaban en la palabra de un sacerdote no había hecho falta firmar nada.
O, recuerda?, aquel Vicario de economía que cuando se está construyendo un templo, un simple fiel advierte que sí no se hace un pequeño alero u otro sistema, el agua de lluvia escurrirá por la pared y habrá que pintar todos los años; y el Vicario que como esta ordenado sacerdote y es el vucario sabe mucho y dice, todo edificio tiene conservación y como la Iglesia es muy bonita celebrará muchas bodas. Oiga, ni una al año.

Pero las que Ud. Expone son suficientes y muy importantes para la primera lección.

Porque si nos metemos con la autoridad y sabiduria con que muchos párrocos están actuando o dejando de actuar con esto de la pandemia... Llegaremos a la conclusión que los ordenados son doctores o al menos licenciados en todas las ramas de la ciencia y en el hacer cotidiano. Lo que da,de sí, el seminario.

No es de extrañar que no tengan tiempo de decir más misas, como se atreve a pedir monseñor Cañizares.
04/02/21 12:45 PM
  
Fernando Cavanillas
En cuanto a los funerales... creo que es vital decir a los familiares y amigos que deben rezar por su ser querido, y rezar mucho. Ya basta de decir cosas como "vuestro abuelo está en el cielo", ó cosas así. De los que mueren, una parte va al infierno (qué dolor!!!), y del resto un 99,99% va al purgatorio... lo cual es maravilloso, porque significa que has salvado tu alma, pero también es muy doloroso, porque en el purgatorio se pasa mal (aunque siempre con esperanza). Lo que más necesita una persona que ha dejado este mundo es que recen por él, y quién mejor que sus seres queridos!!!!!!. Pero en cierto modo se les hurta esta posibilidad en muchos casos al no mencionar la necesidad de rezar por esa persona.

Entonces, para poder dar ánimos a una familia que ha perdido un ser querido, lo primero es creer en la resurección de los muertos y en la inmortalidad del alma. Luego creer en el Cielo, infierno y purgatorio, y en el juicio particular y finalmente trasmitirles que todavía pueden hacer algo muy importante para el que se ha ido, y es rezar por él. No es sólo que nos deja su recuerdo, sino que hay que ayudarle con la oración y la mortificación.

Obviamente son temas delicados de los que hay que hablar con muchísimo respeto, cariño y paciencia... pero sin hurtar la existencia del purgatorio y la necesidad de rezar cuanto más mejor por el ser querido que se marchó.
04/02/21 12:47 PM
  
Martinna
Los sacerdotes son llamados para estar entre la gente como representantes del Señor, “no para vivir su vocación” a su manera, sino para bregar con la gente y llevarla a Dios, no solo celebrando misas sino viviendo con la gente para llevarles al conocimiento de Dios.
Lo que no se cuida se deteriora. Los ejercicios espirituales de los sacerdotes mantienen su espiritualidad, pero les serviría más mezclarse con su gente de la parroquia como hermanos en la fe, para trabajar juntos y aprender los unos con los otros a ser verdadera comunidad cristiana.
A veces pienso que los sacerdotes están muy solos en realidad, tienen familia y amigos pero en su “actividad” están solos, no digo que dejados de la mano de Dios, sino que se las tienen que apañar según su entender, y acertar en todo siempre es pedir demasiado. Por ejemplo, en un pueblo con tres parroquias los sacerdotes tendrían que ser un equipo y jugar juntos ayudándose entre ellos, no solo en celebrar la misa por su colega cuando no está, sino ser colegas de verdad y decirse la cosas para mejorar, porque los fieles o no son escuchados o no se atreven, y si se atreven a decir lo que chirría son mirados con prevención.
Los obispos deberían visitar las parroquias, delegar la administración del obispado en trabajadores expertos y trabajar como hacía el Señor pisando la calle y hablando con la gente, así se enterarían bien de lo que pasa, se podría conocer y corregir lo defectuoso, consiguiendo auténtica convivencia fraterna todos creceríamos en la verdad y santidad.
04/02/21 1:07 PM
  
Elisa
El cura es cura, como el profesor es profesor y como el médico es médico. Cada uno debe comportarse como lo que es. Si no sabe lo que es, no sabrá comportarse.
04/02/21 1:22 PM
  
Lucía Victoria
A mi si consagran con respeto y un cierto amor por la Eucaristía, de verdad que paso por alto todo.
Están en la pole de mis oraciones.
04/02/21 2:30 PM
  
Fraileví
Es muy difícil ser cura. Debe haber mucha soledad, están siendo permanentemente observados. Para un casado, con vocación de casado, que ha encontrado una buena mujer con quien se comparte la vida, le parece muy difícil que un hombre pueda vivir solo y sin amor. A eso lo he dado yo muchas vueltas.
Y he llegado a la conclusión que efectivamente, un hombre no pude vivir sin amor, sin amar y sentirse amado.
Y es que un sacerdocio sin sentirse amado por Dios, sin estar enamorado de Dios y de la Iglesia es imposible. Y el amor becesita mucho trato, para que no se pierda.
Me lo decía un sacerdote que había vivido siempre en comunidad y se trasladaba a un pueblo. Era muy inteligente, tenía los pies en el suelo y decía: Necesitaré estar muchas horas ante el Sagrario y rezando el rosario porque de lo contrario no es difícil terminar con la Sagrario o con la Rosario.
Debemos comprender y cuidar mucho a nuestros sacerdotes y lo que es más difícil, si llega la ocasión corregirlos aunque no se dejen.

Dicho esto hay que advertir que no les pase lo que les está pasando ahora a los sanitarios.
Que con tantos aplausos se han llegado a considerar imprescindibles y es que realmente lo son.
Pero como lo son los carniceros y los panaderos y los camioneros y los martarifes y muchos más.
Si no te curo te mueres, cierto. Si no te llegan los alimentos, seguro que te mueres.
O sea, menos lobos.

Es muy difícil ser cura y tratar con la gente que nada les parece bien. Eso dice el peluquero, el pescadero....
Que un camionero, día tras día sólo por las carreteras, comiendo donde y como puede , sin gastar mucho, durmiendo en la cabina del camión, con días de hielo y nieve, con el peligro de la carretera.. viendo a la familia....algunas veces...

04/02/21 2:35 PM
  
Lucia Martinez
Lo que realmente es insoportable es que el sacerdote te mande por guasap, día sí día también, enlaces a las ocurrencias de los Bastante, Vidal y compañía en Religión Digital.

Yo no pude con eso y tuve que tirar de bloqueo, previa explicación por supuesto.
04/02/21 3:07 PM
  
Manuel d
Don Jorge, me ha hecho sonreír con eso de la novicia enamorada... creo que podría usted dar clase a los seminaristas. Se lo agradecerían, y mucho.
Particularmente hay un tema que me parece inadecuado en las homilías. Que es cuando el oficiante empieza a recordar a los asistentes nuestra condición de pecadores redomados. En el fondo tiene razón, pero también es verdad que el objeto de las homilías entiendo que debiera ser animar al pecador a convertirse, en lugar de hundirlo en la miseria del pecado.
No hablo de usted. Creo que me entiende
Le rezo su Ave María
04/02/21 4:15 PM
  
luis p
Buenas tardes, que decir en un entierro, un día especial en que las emociones y sentimientos están por las nubes, también depende del difunto, si el es, el abuelo o el padre o es un hijo, son mas importante las semanas anteriores y posteriores al entierro, mostrando cercanía y comprensión con la familia. De un sacerdote se espera eso, cercanía y disponibilidad, el carácter que pueda tener es secundario. Las homilías, hay con ellas, todas son o Amorosas o Social ecológicas, poco alimento espiritual y mejor leer antes las lecturas, sino con lo bajo y mal pronunciado que se hacen ni te enteras, en fin cuídense. Paz y Bien
04/02/21 4:28 PM
  
Tulkas
Yo, como sofía, nunca he visto un cura así.

Pero si los hubiere, mi receta: una buena barragana que les quite la tontería.
04/02/21 4:43 PM
  
claudio
Estimado Padre, has mencionado los dos extremos, ser normal y evitar el ridículo, es la diferencia entre el actuar de una persona y presentar un personaje, ahí hay que tomar una decisión y es más difícil ser persona que personaje, hacerse el loco que serlo, ser un sacerdote que parecerlo.
Ser auténtico, sencillo, alegre, agradable, paciente y siempre predecible (en el sentido de mantenerse firme en la Doctrina), es parte esencial de la misión y suele no traer elogios y generar más que envidia.
La vanalidad, la respuesta impersonal, la distancia con el fiel, la comodidad con el mundo, esa seudo fraternidad de sonrisa, ver el el pobre un pobre y no una persona, la horizontalización de los sacramentos, son en el sacerdote una Tentación enorme mucho más peligrosa que el sexto mandamiento.
04/02/21 4:57 PM
  
Pedro 1
Un vicio muy feo que es menester extirpar a gran parte de la clerecía es el de la incomparecencia, es decir, la falta de asistencia a un acto o lugar en que se debe estar presente. El acto, el sacramento de la confesión, y el lugar la iglesia, que apenas pisan.
04/02/21 5:18 PM
  
Reverenda Madre Gundisalva
ja ja ja Tal cuál! He conocido bastantes casos de todo lo que dices.
Personalmente me dan risa y pena a la vez, pues algunos se creen el ombligo del mundo en virtud de su sacerdocio y no se dan cuenta de que la gente no es tan tonta como ellos creen.
04/02/21 5:22 PM
  
Alberto C.
¡Enhorabuena por sus artículos! No puedo estar más de acuerdo con todos.
A mi me irrita y me entristece, más lo segundo, cuando un sacerdote en la homilía o en la confesión, nos trata como si no tuviésemos nada de formación o fuésemos niños de catequesis, cuando evitan ciertos temas o van de "políticamente correctos".
04/02/21 5:31 PM
  
pedro de Madrid
Se cuenta en la vida del santo cura de Ars,- que le costó mucho hacerse clérigo-, una vez le hicieron una encerrona y lo mandaron a celebrar misa y predicar a un pueblo en fiestas (para reirse de él) y sin preparar ninguna homilía, habló con el corazón tan bien que todos se quedaron maravilldos. Habló con su corazon. Añado que con la edad que tengo y lo poco que oigo, casí nunca me entero de nada. Le solicité la párroco regulase los altavoces y se acercase más al micro y no fue posible.Avemaría
04/02/21 5:32 PM
  
Juan Mariner
La "espiritualidad" de un sacerdote tapa todos sus humanos defectos...
04/02/21 5:33 PM
  
Desde Madrid Capital
Todo muy bien. Pero esas cosas no se enseñan en los seminarios hoy día. Los seminaristas van a la parroquia un viernes o un sábado, echan medio día dando catequesis o ayudando en misa y se vuelven. Puede que tengan asignaturas de pastoral, pero... ¿De qué sirve tanta teoría sin práctica? Luego se ordenan y tenemos sacerdotes jovencísimos que no saben tratar con gente fuera de sus círculos más próximos.

Una muy buena fue cuando un cura conocido me comentaba lo bello que había encontrado cierto monumento de su barrio, que recién había descubierto ese día... El sacerdote en cuestión llevaba ya una buena temporada viviendo en la parroquia local una buena temporada, y el monumento es difícil de saltárselo cuando uno va por la calle. No me quedó más remedio que reír.

Una no tan graciosa fue cuando otro me preguntó si sabía donde podía comprar X producto... Habiendo varias tiendas en el barrio en el que se supone que ejerce la cura de almas.

Y qué decir de los que utilizan las redes sociales. Más de uno ya nos deja claro que el covid no va a acabar con su desenfrenada vida social. Incluso a veces saltándose las restricciones sanitarias, no precisamente por fines piadosos.

Lo que falta no es tanto pastoral. A lo mejor falta el menos común de los sentidos.
04/02/21 5:53 PM
  
doiraje
Un anciano feligrés, organista de la misma parroquia desde hacía 40 años, y que, por tanto, había conocido a muchos sacerdotes, me decía con sencilla profundidad, cuando yo era un joven converso para prevenirme de posibles e inevitables decepciones: "Los curas son también hombres". Es decir, que aun siendo curas son, como cualquier hombre, capaces de lo peor y de incurrir en cualquiera de los siete pecados capitales. Pero también, como cualquier hombre, y además por ser curas, son capaces de lo mejor. Y entre lo mejor se halla desarrollar su función: presentarnos a Dios y ayudarnos a llevarnos a Él.

Mi opinión personal sobre mis afinidades acerca de una posible tipología de caracteres entre ellos, no hace al caso ni tiene el menor valor. Si me pusiera a describir los rasgos que más me gustan de las personas, sean curas o no, probablemente saldría alguien bastante raro. Hay toda una subrama de la psicopatología dinámica que estudia la elección de objeto, es decir, por qué elegimos unas personas y no otras. Eso vale tanto en la elección del cónyuge como en la elección del cura al que escuchar con atención o al que acudir a confesarnos (cierto es que en este último caso el margen de elección se va recortando cada vez más). Es un campo muy interesante; hay elecciones narcisistas (se prefieren a los que son alter ego de uno); pero también lo contrario, como cuando decimos coloquialmente que los opuestos se atraen, etc. Ya digo, es todo un campo de conocimiento.

En general, todo lo que ha descrito D. Jorge, y lo que podríamos añadir sin mucho esfuerzo, es objetivamente irritante al común de los mortales. Y a pesar de que sorprendentemente algunos no los hayan conocido, no son nada extrañas esas actitudes más o menos curiales. Como alguien ha recordado aquí, todos necesitamos de todos, o dicho más precisamente, nadie se salva solo. No es fácil tolerar los defectos ajenos, y tampoco nos es fácil (al menos a mí) tolerar los propios, y a no pocos siquiera reconocerlos, pero la paciencia es una virtud que debemos ejercitar. Y nada mejor para ello que aguantarnos mutuamente, hasta donde sea razonable, por supuesto, los unos a los otros.

Quiero ser conciliador, pues lo que no nos va a ayudar es sacarnos los defectos a cada uno. Y aunque la sinceridad es buena, siempre es mejor decir la verdad con caridad.
04/02/21 6:27 PM
  
Fernando Cavanillas
@Manuel d
...una cosa es hundir en el pecado (que no está bien, aunque yo nunca me he sentido así en ninguna homilía en mis cincuenta y tantos) y otra no hablar NUNCA del pecado (e incluso negarlo) y hurtar esta realidad tan grave a los feligreses. Imaginemos a un estudiante que se le oculta que si no estudia y si no va a clase es muy probable que suspenda y que acabe expulsado del colegio ó la universidad. Obviamente a un estudiante ejemplar no necesitas recordarle eso, sino a un estudiante que ves que va por mal camino... no creo que la España de hoy sea de muy buenos "estudiantes" en cuanto a salvar nuestra alma. Es una gran ayuda y una gran Caridad recordar con afecto y hermandad que los pecados mortales nos llevan al infierno, y que los que viven en adulterio, fornicación u homosexualidad (por ejemplo) están en una situación espiritualmente muy peligrosa. El silencio no les va a ayudar.

Hoy en día, el 99% de los sacerdotes prácticamente no hablan del pecado, sino sólo de la resurrección, la misericordia, el amor infinito de Dios... así no hay quien se convierta, ya que Dios "seguro que nos perdona todo al final" (para qué cambiar!!) y que además el infierno no existe, es una invención rigorista (el purgatorio tampoco, sería demasiado cruel y Dios es amor). Pero esa no es la Verdad.

En serio, me gustaría saber si alguien en toda España se ha sentido alguna vez en los últimos 50 años que un sacerdote "...empieza a recordar a los asistentes nuestra condición de pecadores redomados... para posteriormente... hundirlos en la miseria del pecado". Me suena a chino, ó a leyenda negra malintencionada.

El Santo cura de Ars hablaba continuamente del pecado, de manera misericordiosa pero sin respetos humanos, para que sus feligreses sintieran ese "dolor de los pecados" tan bonito y tan necesario que todos necesitamos para convertirnos. Nuestra obligación es al menos avisar, y hacerlo frecuentemente. También el padre Pío recordaba continuamente la realidad y el peligro del pecado, la posibilidad muy real de condenar nuestra alma para siempre, y la maravillosa misericordia de Dios con quien se arrepentía de corazón. Muchas veces se negaba a dar la absolución, a pesar suyo pero cuando constataba que el feligrés no estaba arrepentido de corazón de sus pecados. Solía ser duro con el pecador no arrepentido que iba a confesarse con él.

Está claro que para animar a un pecador a arrepentirse lo primero es que sea consciente de la enorme gravedad del pecado, de sus terribles consecuencias, y una vez eso claro hablar de la infinita Misericordia de Dios para con el pecador arrepentido, y de su increíble Amor por todos los hombres, porque Él no quiere que ninguno se pierda, sino "que todos alcancen el arrepentimiento."
04/02/21 6:28 PM
  
Fraileví

Fernando Cavanillas

Dices que los curas ya no hablan del pecado, del infierno ni del purgatorio y a si "no hay quien se convierta"
En mi caso es cierto que el temor al infierno me ha apartado del pecado.
También es cierto que sentirme excesivamente pecador e indigno ma ha apartado de los sacramentos.

Hoy en día creo que es mejor convertirse por amor que por temor.

Puede ocurrir que en mi juventud se hablase demasiado del infierno y nos formamos más en el temor que en el amor.
Tambien puede ser que ahora sea excesivamente al revés.
No lo sé.
Pero lo de "así no hay quien se convierta " ...

Tomemos y leamos esto que no es de ahora. Entre Padre e hijo mejor amar que temer.
Y entre redentor y redimido...

No me mueve, mi Dios, para quererte
el Cielo que me tienes prometido
ni me mueve el Infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor. Múeveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas, y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera Infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Repito a mi el temor me apartó del pecado.
Y también hubo algunos efectos indeseados.
04/02/21 8:02 PM
  
Julian jph
D. Jorge, en primer lugar, felicitarle por su interesante artículo sobre los “Vicios clericales”
He visto sacerdotes y fieles de todos los colores, sacerdotes distintos, a pesar de que hayan tenido una formación similar en el seminario, como es natural, y fieles que hay que darles de comer aparte. Quiero centrarme más en las actuaciones de algunos sacerdotes.
He conocido a algún sacerdote en el pueblo donde veraneo, que decía la homilía leyéndola en un papel que sacaba del mismo bolsillo que llevaba el moquero. La misa dominical solía durar alrededor de 20 minutos, y la gente salía peor que había entrado. No quedaba otra alternativa que acudir a la misa del pueblo de al lado que era más participativa.
También he conocido a otros que, para decir la homilía, no necesitaban papel alguno, se bajaban del ambón, cerca de los fieles, y predicaban con toda naturalidad en un lenguaje ameno, entendible y sencillo.
También he conocido a otros que han bailado con la novia en la boda, aún en presencia de algunos sacerdotes compañeros del OPUS que también asistían a la boda.
Y finalmente, he conocido a otros sacerdotes desagradecidos, que no responden a las llamadas de sus ovejas, sabedores de todo y en algunos casos conocedores de nada. Tampoco de sus ovejas, a pesar de llevar pastoreando algún tiempo el rebaño.
Ciertamente, es humano esperar agradecimiento, alabanza y reconocimiento de los demás cuando hacemos algo por ellos. Pero ese es el papel de ellos, el ser agradecidos, nosotros, a semejanza de Cristo, no debemos esperar la gloria de los hombres, sino buscar solo la Gloria de Dios en todo el bien que hagamos. Y en esto se incluye recibir con humildad, el agradecimiento o el desagradecimiento de los hombres. En ambos casos debe ser motivo para glorificar a Dios y darle gracias.
Por otro lado, y es algo que lamentablemente sucede en algunas parroquias, siempre he sido partidario de si tu Párroco, aunque tenga la autoridad en tu parroquia, quiere hacer una cosa que tú consideras por tu profesionalidad que no está bien, y que puede ir en contra de la ética humana o de la voluntad de Dios, o de las normas que establece el Obispo, y no le dices que no ves correcto lo que quiere hacer, esto no es falta de respeto, sino cobardía. Si hace caso omiso, a lo que le planteas, pienso que es mejor apartarse a un lado de los compromisos adquiridos.
Como conclusión, se es feliz en la vida cuando se está tranquilo con su conciencia, porque estás haciendo la voluntad de Dios, y es lo que Dios quiere de ti.
Ave María Purísima
04/02/21 8:58 PM
  
Martinna
Manías clericales y laicales hay montones. Cuando los laicos siguen sus “preferencias” tienen menos visibilidad que las de los párrocos, lo peor es cuando se ponen ambos de acuerdo y hacen lo que les parece, como las últimas en mi parroquia, de un día para otro cambiaron la liturgia de la misa, pensaron los feligreses que era impropio tocar el dinero para echar en la ofrenda porque después de “tocar el cochino dinero” se comulgaba en la mano y se tocaba al Señor, tal como lo leéis, así que la ofrenda se hace a continuación de comulgar, cuando estás en oración interrumpen para, ahora si, entregar el dinero con las manos que han recibido la comunión... Ya acaba la misa, y como hace falta dinero, en lugar de explicarlo y hacer una colecta, salen con papeletas para una rifa para venderlas a quienes van saliendo... Este es el plan que tenemos, no cuento más.

Siguiendo este blog, cuando leo los comentarios me parece que, aunque se traten distintos temas, suelen comentar sobre la confesión, el pecado y las actitudes de los sacerdotes y de los feligreses al respecto. No acabo de ver si lo que se quiere es la confesión como antes, o que explique cómo se administra actualmente ese sacramento. También se dice que sería preciso predicar más sobre las clases de virtudes, del pecado, venial, mortal, la conversión... Estaria bien que predicarán, pero no como animadores socioculturales, sino como discípulos de Cristo, compartiendo con sencillez su vivir con Cristo

04/02/21 9:29 PM
  
Néstor
Lo de la voz levitante ha estado genial. En efecto, parece ser una de las formas más eficaces de introducir el surrealismo radical en todo el asunto.

Saludos cordiales.
04/02/21 9:46 PM
  
Kerala
No quiero ser la "Irene Montero" del grupo, pero el comentario sobre la novicia es muy gracioso, pero sobra ... ¿Vestimos a un santo para desvestir a otro?...Novicias hay aquí y ahora gracias a Dios, y enamoradas se les supone, y lo del arrobo que siempre sale a relucir es un lugar común y creo que nada tiene que ver con las novicias reales, tal vez con alguna novela romanticona..
04/02/21 10:43 PM
  
Neri
Cuando Martinna escribe: ...la confesión como antes ... no entiendo a qué se refiere.

El Sacramento sigue siendo el mismo, innovaron con un cambio de nombre Reconciliación. Pero todos los que yo conozco y yo mismo cuando lo necesitamos le decimos al cura: Padre puede confesarme.

Y entre nosotros: Voy a confesarme.

Es cierto que algunos más innovadores te confiesan en el despacho o en un banco de la iglesia y que algunos no se ponen la estola. Sin embargo el fiel puede solicitar ser confesado en el confesionario, si lo hay. Y el cura debe aceptarlo aunque le siente regular.

En cuanto a la disposición y fórmula para realizar una buena Confesión sigue siendo la misma. Y me permito recordar que hasta que no se cumpla la penitencia impuesta no se obtiene la absolución de nuestros pecados.

Por último la Santa Madre Iglesia recomienda confesarse:

1)Si se está en peligro de muerte.
2) Si se está en situación de pecado mortal.
3) Si se ha de comulgar.
4) Al menos una vez al año.

Para algunas personas la Confesión es un Sacramento difícil y se resisten a recibirlo.

Como ayuda yo puedo indicar que es Dios quién confiesa a través del sacerdote, que no existe otra manera de limpiar las ofensas a Dios y que cada vez que recibo este Sacramento salgo feliz y como un hombre nuevo.

¡Ave María, padre!
05/02/21 9:06 AM
  
Manoletina
Don, usted es de una época en la que con 18 ó 20 años ya eras un hombre.

Hoy hay un problema de falta de madurez generalizada, y los seminaristas son igual de hijos de su tiempo que el resto de seres humanos.

Yo observo, que muchos curas de 40 para abajo son adolescentes emocionales. Metidos al seminario con 18 recién cumplidos y se nota que su madurez humana no ha llegado a desarrollarse.

Y se ven a si mismos en la tesitura de ser para el mundo una especie de padres espirituales que conocen lo más arcano y profundo de la naturaleza humana, mientras que a nivel personal (natural, quiero decir) están estancados en la adolescencia.

Esos desequilibrios no son buenos.

Y generan muchas de las cosas que usted y algunos comentaristas plantean.
05/02/21 11:09 AM
  
Fernando Cavanillas
@Fraileví
Muy bonita la poesía (ya la conocía y me gusta mucho). Notese que dice "...ni me mueve el Infierno tan temido", ó sea, que conoce la existencia del infierno, y le teme, aunque esa no sea su principal motivación, sino el agradecimiento y el Amor profundo a Cristo y a Dios.

Nos interesa la Verdad... Porque nos hará libres. El buen estudiante no necesita recordar que si no estudia suspenderá y será expulsado del colegio... ama el estudio. El mal estudiante (y que no tiene ninguna intención de cambiar) necesita que le recuerden que si sigue así corre serio peligro, además de alentarle a que ame el estudio.

Creo que hay que avisar con la Verdad a los pecadores, porque les queremos y nos preocupamos por sus almas, por su futuro muy doloroso si no se enmiendan... es la realidad!!!!!!!!!!!!!. Acuérdate que dijo Jesús: "id por todo el mundo predicando este Evangelio, el que crea y se bautice se salvará, el que no crea y no se bautice se condenará". El tema es serio, ofender a Dios es algo gravísimo. Aunque sea mejor conducirnos por el Amor principalmente, es necesario conocer la Verdad.

La Iglesia predica con el Amor, ya que debemos elegir libremente el Amar a Dios, y además es mejor predicar en positivo... pero no se puede esconder la realidad del pecado, y sus funestas consecuencias. Cuando esas personas estén en un purgatorio durísimo ó peor aún en el infierno, entonces nos podrán reclamar que no les avisamos, que no les ayudamos a discernir bien su situación. No hay que meter miedo, pero hay que avisar.

Muchos hemos tenido escrúpulos de conciencia, que no son buenos (aunque yo siempre quiero tener un "sano" miedo a condenarme), pero el hecho de que se pueda exagerar por ese lado no justifica ocultar en las homilías la maldad del pecado y su reinado casi absoluto hoy en día. Nuestra sociedad está podrida... más podrida que nunca. Muchas personas del mundo actual irán al infierno. Muchas. Creo que ésto debería hacernos reflexionar.

En el 99% de las homilías que escucho se habla de misericordia infinita, de resurrección, de que Jesucristo nos ha salvado... pero el pecado, purgatorio e infierno literalmente no existen en esas homilías. No existen!!!. Te queda una sensación de que Jesucristo nos quiere y nos salva y que no hace falta hacer nada más. ¡Por eso las Iglesias están vacías!, si no hay pecado ni condenación... ¿para qué necesitamos a los curas y a la Iglesia?, ¿para rociarnos con un jarabe dulzón y buenista que no nos sirve para nada?. Es como ignorar el juicio de Dios, que es muy real.

Pareciera que se omitiese la existencia del pecado deliveradamente por motivos que se me escapan (una especie de corrección política post-conciliar). No le ayuda a nadie ocultarle ideológicamente verdades de la fe, sino que les perjudica gravemente. Hemos oido al General de los Jesuítas decir que el demonio no existe, incluso se dice que si el infierno existe está vacío, cuando está bien lleno.

Creo que hoy en día falta este aviso del pecado y del purgatorio-infierno. Y falta gravemente. Puede que en otras épocas se exagerara en la dirección contraria (aunque dudo mucho que fuera algo general), pero hoy en día se peca de lo contrario. Es como si una madre no hace ni caso a sus hijos, y responde que es porque no quiere ser una madre absorbente ni dominadora... ahí hay truco.

Como siempre, creo que coincidimos en lo fundamental, pero estos mensajes nos ayudan a matizar. Te recomiendo los sermones del Santo Cura de Ars, prácticamente en todos habla del infierno, el pecado y la condenación (en su época después de la revolución, el pueblo vivía en el pecado habitualmente, como pasa ahora). También el padre Pio fue muy duro con los pecadores no arrepentidos (para que así se arrepintierann). Sólo nos sirve la Verdad.
05/02/21 11:39 AM
  
Roberto
Manoletina

Tienes gran parte de razón en tu comentario; el ser hijo (no esclavo) del tiempo en que uno vive, la madurez personal y afectiva, etc, etc,

Pero también al abordar la cuestión de las vocaciones y evocando comentarios que se han hecho (que si las predicaciones, que si hacen bien las cosas, que si la atención a la gente y un largo etc.); me surge con perplejidad esta duda; vamos a ver, si la vocación fuera una cuestion del hombre, pues entonces todo tiene explicación, pero resulta que teológicamente la vocación es una llamada de Dios, es EL quien elige por pura iniciativa a quien quiere y como quiere.
¿Entonces porque elige a gente tan "chunga" y mediocre? ¿por qué elige a gente que no tiene carisma de pastor y dificultades para hablar en público sin papeles? ¿por qué elige a gente tan limitada, aunque sea buena? ¿no debería elegir a gente mas dotada para estas funciones tan delicadas?............................
O es que puede que la vocación sea un tinglado humano que nos hayamos inventado , un estado de vida al cual hemos dotado de un barniz religioso. El tema este creo que se las trae.
Me gustaría saber vuestra opinión, gracias.

05/02/21 11:53 AM
  
Neri
Tema muy interesante el de la vocación.

En realidad todo católico tiene una sola vocación: Alcanzar la santidad, el pleno amor a Dios.

Existen dos modos igualmente queridos por Dios:

El modo consagrado, con votos y/o promesas.

El modo seglar, para la Iglesia laico, aunque algunos consagrados se consideran laicos.
Para evitar polémicas: los que podemos casarnos.

Yo sí que creo y así me lo han enseñado que para elegir el modo consagrado se necesita vocación, una llamada especial de Dios que te pide que renuncies a una vida común.

Pero dentro de esa llamada, Dios se puede valer de muchos métodos. No todos son S. Pablo y necesitan que les cieguen para ver.

Entre las causas comunes de las que Dios se puede valer puede ser algo tan sencillo como que hacen falta sacerdotes y monjes para rezar y predicar El Evangelio con autoridad investida.

¿ Por qué Dios consiente que haya malos sacerdotes, que son los menos?

Porque de habitual Él no trangrede el Libre Albedrío, que es un Don que nos ha regalado para que optemos por amarLe libremente.

Me enseñaron que Dios se mueve entre dos extremos:

Lo hace Todo y no hace nada.

¡Ave María, padre!
05/02/21 1:07 PM
  
Manoletina
Roberto, es que he ningún momento he hecho una calificación personal de los sacerdotes o puesto en duda su vocacion.

Sino que me centro en los aspectos actuales de formación del clero, en los que a niños inexperimentados, se les mete a un seminario donde les hacen absolutamente todo, yendo de las faldas de su madre a las del seminario. En los seminarios solo reciben formacion intelectual y poco más.

Una cuestión es la vocación de las personas y otra los medios que a lo largo de la historia la Iglesia ha tenido para formar a los sacerdotes.

A mi juicio, muchas de esas vocaciones están malogradas no por Dios, sino por el hombre que no sabe dirigir adecuadamente a los que tienen vocación.

Creo que es un error para nuestra sociedad actual (no digo otras épocas) la falta importancia que se da a la madurez psicológica de los sacerdotes.

Luego, entran en la crisis de los 40 o los 50, y como no tienen un desarrollo humano armónico, les da por querer vivir experiencias que sienten que no vivieron y están como en desventaja con respecto a los demas. Y es muy triste ver curas comportandose como adolescentes, en muy diversas cuestiones......

Pero esto es un problema no de Dios o la Vocación, sino de cómo la Iglesia lleva la cuestión de la "formación" de los curas. Demasiado intelectual para niños muy jovenes.
05/02/21 1:24 PM
  
F C Romero
Ave María Purísima D. Jorge.
Es bueno reflexionar, tratar de ver los vicios ajenos y propios, porque según y cómo, nos suena a hueco o lleno de contenido, el recordar que somos pecadores, porque el pecado está en nuestra vida y a veces recordarlo sirve para quitarse el velo de una falsa tolerancia o complacencia, y unida a ello, también a veces se echa en falta recordar que existe el perdón, si hay verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda. Aunque sólo sea eso, propósito, que Dios nos lo pone fácil.
Efectivamente, se echa en falta el "calor" de un alma amiga en determinadas ocasiones, pero nos queda el "calor" de Dios. Ese es nuestro consuelo, el más grande y que como humanos no le damos el valor que se merece.
No todos tienen el don de la palabra precisa, en el momento oportuno, pero lo que si tenemos todos es nuestro sentir más o menos afectado como humanos ante hechos como la muerte. A veces escuchar, dedicar tiempo a compartir el dolor, nos ayuda a dar consuelo, pensando en el futuro del que sufre. Recordando esa promesa de Vida Eterna, que el propio Dios nos ha dado, en la que tenemos puesta nuestra fe.
Sobre voces engoladas, de aquellos que se escuchan y se admiran ellos mismos de lo que dicen, ha abierto Ud. un melón grande que da para mucho que hablar.
Que el Señor le ilumine siempre como hasta ahora y la Santísima Virgen le acompañe.
Las tres Avemarías, por supuesto ya han ido por delante, que uno tienes sus fallos de memoria, pero la Virgen se lo recuerda.
05/02/21 1:46 PM
  
Lucía Victoria
Sin dejar pasar por alto, Roberto, que habitualmente Dios escoge a los pequeños y a los necios para desvelarles sus secretos, "porque así ha sido Su beneplácito" (Lc. 10, 21-2), creo que la clave está en el grado de imitación, de unión y finalmente de identificación de nuestros pastores con su Maestro, que es Cristo Jesús.

De hecho, Dios también escoge a hombres muy cualificados y con grandes talentos (que Él previamente les ha dado). Pero no nos engañemos, por más estudios, capacidades y oportunidades que tengamos, sin la gracia santificante, todos somos, como usted dice "chungos" y "mediocres". Y ya si es en relación con nuestro Señor, incluso infinitamente chungos y mediocres. Y los sacerdotes, pues lo mismo.

Y sin dejar pasar por alto, tampoco, que no todos los sacerdotes tienen los mismos talentos o dones (los hay especialmente buenos predicando, los hay especialmente buenos confesando, los hay especialmente buenos para sanación/liberación, etc.), lo que seguro tienen todos ellos (pese a que algunos parecen no terminar de darse cuenta) es "poder y autoridad", dados por el mismo Jesús. Pero para ejercer ese poder y esa autoridad divinas, creo, hay que hacerse pequeño. ¿Cómo? dejándose conducir por el Espíritu Santo siempre y en todo momento, abandonándose a su acción; lo que exige, cabe recordar, frecuentar el sacramento del perdón.

Por medriocre tuvieron también en su día a san Juan María Vianney, pues era manifiestamente incapaz de memorizar nada y de aprender latín. Pero basta leer algunas de sus prédicas o pensar en las largas horas en que pasó en ese diminuto confesionario para comprender que fue Dios el que hizo maravillas en él y a través de él.
05/02/21 2:02 PM
  
Martinna
Neri,
La confesión como antes era todas las semanas, se ponía el sacerdote en el confesionario toda la tarde del sábado y la gente en fila, íbamos las féminas por los lados con rejilla y los varones por delante cara a cara, decíamos nuestras faltas y el sacerdote nos preguntaba, nos aconsejaba, era como una atención pastoral para ir mejorando en la vida espiritual, nos conocía y nos atendía bien, así que éramos más devotos y mejor catequizados que ahora ¿Que te parece, igual que ahora?
05/02/21 2:48 PM
  
doiraje
Roberto:

No hay que confundir planos de realidad. Una cosa es el hecho, indubitable para todo creyente, de que Dios llama, y de que llama como quiere, cuando quiere, donde quiere y a quien quiere (el conocido soplo o viento del Espíritu); otra, lo que el hombre hace, construye o imagina con esa llamada o con la ausencia de ella.

El proceso de discernimiento que supongo se da en los seminarios sirve para clarificar estas cuestiones: si Dios nos ha llamado, lo primero; el camino idóneo de esa llamada para la persona que se siente interpelada, etc. Hace años, un aspirante a camilo que se salió del seminario, al que conocí mientras estudiaba la carrera, me decía que ante la falta clamorosa de vocaciones, ese proceso apenas existía en la realidad. En definitiva, se aceptaba como idóneo a todo aquel que quisiera hacerse camilo. No sé hasta qué punto es cierto, pues él era parte interesada y había quedado escaldado de la experiencia (algo que nunca me quiso explicar), ni si ese fenómeno, de existir, está extendido en la generalidad de los seminarios, sean diocesanos o de órdenes religiosas. Desde luego, lo que resulta indudable es la falta generalizada de vocaciones religiosas.

Luego, como en toda vida humana y en toda trayectoria profesional, si bien el sacerdocio nunca es una profesión más allá de la fe, se pasa por fases. No es la misma situación personal la de un sacerdote recién ordenado que la de quien lleva como D. Jorge más de cuarenta años ejerciendo. Como tampoco lo sería para un médico, un abogado o un fontanero.

Tampoco es lo mismo el modo en que se siente llamado un sacerdote. No es lo mismo sentir que lo suyo es la misión en tierras lejanas y hostiles, que desarrollar sus capacidades intelectuales en largos estudios teológicos en la Gregoriana de Roma.

Y luego está la personalidad de cada uno. Y es que la personalidad es destino. A mí no me extraña que Dios llame a personas tímidas, frágiles, incluso enfermas, con notables defectos caracterológicos, etc. Todas pueden rendir un gran servicio al Señor, por humanamente paradójico que nos resulte. Los juicios y la mirada de Dios no son los nuestros. Es un misterio que llame a los que parece, desde nuestra perspectiva, que no son los mejores. Pero es que es Dios quien nos va mejorando, contando con nuestras limitaciones naturales o sobrevenidas. He conocido por terceras personas una excelente vocación al sacerdocio de un joven cuyo padre era un alcohólico maltratador y su madre una mujer de vida muy muy "alegre". No podemos entrar en descifrar el misterio de la llamada.

Manoletina:

Me parece que la cosa ha cambiado en las últimas décadas. La mayoría de los ordenados de las últimas generaciones ya no responden a esa clásica trayectoria: seminario menor infantil, seminario mayor y ordenación a los veintipocos años. La mayoría de los nuevos sacerdotes se ordenan ya treintañeros o aun mayores, despues de haber vivido una vida más o menos dilatada como seglar, habiendo estudiado carreras previas o desempeñado una profesión, habiendo tenido incluso alguna relación amorosa, etc.
05/02/21 2:53 PM
  
Martinna
Neri,
Es cierto lo que dices, iba a Madrid con frecuencia antes de la pandemia, y me llamaba la atención lo bien que funcionaban las parroquias. Lo que yo comento es lo que vivo en un pueblo costero del sur, supongo que habrá muchos otros que vayan bien, pero en este pasa lo que cuento, puede ser que suceda solo aquí y ahora, pero es lo que tenemos, Dios quiera que mejoremos cuanto antes.
05/02/21 4:38 PM
  
Lucía Victoria
Padre, Jorge, si es tan amable descarte el mensaje anterior que acabo de mandar, porque puse un enlace en él que no era en absoluto el que quería reflejar. Gracias y perdone la lata!

Me estaba acordando, mientras escribía mi comentario anterior, de un testimonio genial del padre Luis Toro que ilustra a la perfección lo que quería decir. Hombre sencillo y de procedencia muy muy humilde (campesino), él mismo cuenta sus pocas cualidades para la oratoria, hasta el punto de no ser capaz, en su época de seminarista, ni de recitar correctamente los salmos; leía a trompicones, se le caían los papeles, todos sus compañeros se reían de él... Y ahora, cualquiera que lo conozca sabe que es un extraordinario predicador, exegeta cualificadísimo y, no menos importante, un valeroso y eficaz azote de herejes.

¿Y cómo? por su enorme fe y su abandono total a la acción del Espíritu Santo.

Lo cuenta él en este enlace. ¿Cómo es posible, si no es con la fuerza del ES, que un solo hombre y su Biblia, en un par de horas, pueda lograr que más de 500 personas regresen a la Iglesia Católica?

https://www.youtube.com/watch?v=rJw_DwW7vDk (véase a partir del minuto 36)
05/02/21 4:39 PM
  
Justo
Yo con lo que no puedo es con el tonillo... y con las frases hechas y tópicas como “en el amor en el Espíritu Santo” y similares. El pobre Espíritu Santo cuando ve que se convierte en una frase debe ponerse fatal...

Pero el tonillo, ese tonillo que suena hasta falsete y vacuo... Con ése, no puedo
05/02/21 9:01 PM
  
Haddock.
En esto de las variedades clericales, he conocido una variedad de fauna capaz de rivalizar con Félix Rodriguez de la Fuente, y una flora que desafía al Pío Font Quer.

Dicho esto, me parece grave el hecho de que un comentarista que aquí escribe tan seráficamente como un niño de primera comunión, en otros blogs escribe con otro nick donde nos informa de sus fantasías sexuales y en otro (siempre cambiando el nick) es mediopensionista. ¿A qué viene esa demostración de su esquizofrenia? Que está loco es evidente, y parece que le da alguna perversa satisfacción cuando alguna ingenua le responde, pero es que también es tonto. No sabe que está fichado y que muchos conocemos sus patologías mentales y que la Guardia Civil está informada.



05/02/21 9:03 PM
  
Fraileví
En el Credo decimos "creo en el perdon de los pecados".
En el Señor mío Jesucristo decimos "también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno".

Decimos que existe el pecado, el perdón , la conversion (el arrepentimiento) y el infierno.

Sólo Dios puede perdonar los pecados. Y la Iglesia, porque Jesús les dijo "a quien perdones los pecados le serán perdonados"
La Iglesia perdona mediante un sacramento que durante mucho tiempo se ha llamado "la confesion". También se llama la penitencia y el perdón. Y me parece que tiene su "por qué" el que se le haya llamado de una forma u otra en las diferentes épocas. Y por supuesto en ello tienen mucha responsabilidad los curas.

No siempre se ha celebrado el sacramento como ahora se celebra, ni siempre se ha confesado al sacerdote ni siempre ha sido obligatorio hacerlo una vez al año. Y lo "y di ha de comulgar" supongo que era para cuando la Comunión no era diaria.

Esto no me escandaliza en absoluto, pues el verdadero maestro de la Iglesia, y lo fue de los apóstoles, es el Espíritu Santo que está con nosotros hasta el fin. Hasta el día de Pentecostés los apóstoles entendieron poco. Poco antes de la ascensión aún pensaban que, sería el momento de la "liberacion" de Israel y el reparto de sillones.

Por tanto pudiera ocurrir que la Iglesia perdonase los pecados de diferente manera de como ahora lo hace. Lo que me parece que no puede cambiar es lo del arrepentimiento, lo del propósito de la enmienda, la conversión.

Llegó a una parroquia de Madrid un sacerdote que habia estado en Brasil. Hacia la celebración de la penitencia, un examen de conciencia exhaustivo, unas motivaciones para el arrepentimiento muy profundas y unas razones evangélicas para confiar en el perdón, al final se hacía un pequeño signo exterior de arrepentimiento y daba la absolución general.
En un momento dado dijo que la absolución era valida, que si alguno no la creía lícita que él asumía la responsabilidad. Aparte de si estaba equivocado, vi, en aquel asumir la responsabilidad, un alma profundanente sacerdotal y un pastor que ama a sus ovejas.
El resultado era que, todos los meses unas 200 personas hacían un examen de conciencia, pedían perdón de sus pecados y se sentían reconciliados.
Parece que hubo algunas protestas y este párroco introdujo alguna pequeña modificación y al final decía que si alguno lo deseaba, había dos sacerdotes para confesarse. O quizás salió de él el pequeño cambio.
Ahora el nuevo parroco hace la celebración penitencial unas dos o tres veces al año y aunque se hace alguna lectura en común lo esencial es que hay cuatro o cinco sacerdotes para hacer la confesión como es preceptivo.
Asisten unas 40 personas y se confiesan como unas 20.
No digo que este sacerdote lo hacía bien, no lo hacía como manda la Iglesia.
Aparentemente muchas personas se sentían bien y más unidas a la Iglesia y más cerca de Dios.

No digo que esto sea el futuro. Por otra parte poco importa lo que piense una persona tan poco formada como yo. Con una fe y una confianza en Dios que necesita mucho mejorar. Y creo en la Iglesia católica y pido a Dios que mi fe, siga suendo siempre la fe de la Iglesia.

Pero vi una experiencia y la cuento y también se que los cambios en la celebración del sacramento del perdón y el arrepentimiento siempre han sido lentos y prudentes.

P.D. Creo que el Sermon de la Montaña es fundamental y debería ser más tenido en cuenta en las predicaciones y la formación cristiana.

06/02/21 2:26 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Estimado, Padre.

El Orden Sacerdotal posee una dignidad infinitamente superior a cualquier otra. El sacerdote es otro Cristo, participa directamente de su misión sacerdotal, ofrece el Santo Sacrificio in Persona Christi. Si un sacerdote medita en el misterio insondable de su vocación, que es sacerdote para siempre, lo demás vendrá por añadidura, porque necesariamente buscará el Reino de Dios y su justicia.
En todo caso, los primeros que debemos meditar eso somos los seglares. Hoy en día abunda la opinión grosera de que un sacerdote no es más que un simple hombre. Claramente, no es así, participa de un orden específicamente superior al de nosotros los seglares. Por eso, el Emperador ocupaba un lugar inferior al de los sacerdotes cuando participaba en un concilio.
No somos quienes para andar pauteando a un sacerdote. Si de alguna actitud sacerdotal se sigue un escándalo mayor para las almas, habrá que ver cada caso prudencialmente, siguiendo el conducto regular y consultando, previamente, a un sacerdote prudente.
Como todo religioso está obligado, sub gravi, a buscar la santidad, sólo podría recordarle lo que dice Dom Chautard:
A un sacerdote santo, corresponde un pueblo fervoroso. A uno piadoso, un pueblo honrado. A uno honrado, uno impío.

Dios y la Virgen Santísima lo guarden, Padre.
07/02/21 3:05 PM
  
Tulkas
A un cura hay que pedirle, poco más o menos, lo que se le puede pedir a un médico: que haga lo que pueda y sepa, y lo que no pueda o no sepa, no lo haga y lo pregunte.


Me parece impensable que nadie se meta al Seminario sin vocación. Hace 60 años puede que sí, pero hoy no. No es que lo diga yo, lo decía un buen cura octogenario que bautizó a una de mis hijas: hace 60 años el cura tenía incluso una relevancia social, ahora ninguna y encima te miran mal o se ríen de ti.

Conozco muy buenos curas de menos de 30 años, pero en general prefiero una vocación tardía, con experiencia en el trabajo, en el mundo.

Yo me imagino a mí mismo con 25 años y teniendo que confesar... y fibrilo, vamos.
07/02/21 5:34 PM
  
JacinTonio, laico, desde Madrid
De Manos Unidas me fío.
No se comprende una contracampaña desde una web cristiana, contra una institución cristiana, si no se tiene constancia de algo contra la Iglesia en la campaña. Lo simplemente neutral, (que no es, plenamente, el caso), no es una razón suficiente.
Mejor es enterarse desde sus fuentes. Mejor es consultar su web: www.manosunidas.org
Animo a Infocatólica a poner publicidad gratuita de Manos Unidas.
09/02/21 9:33 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Entre otras "lindezas", la ONG Manos Unidas promueve abiertamente el feminismo, la ideología de género y los "derechos reproductivos y sexuales"; en claro, la contracepción y el aborto. Magnífica forma de promover el Reino de Dios y su justicia, bajo apariencia de bien.
10/02/21 10:16 AM
  
sofía
Falso. ¿En dónde ha defendido el aborto? No calumnie.
En cuanto al "feminismo", será q le parece a usted mal q se intente evitar q las niñas acaben siendo vendidas como esclavas sexuales y para impedirlo se les proporcione formación y protección
10/02/21 12:37 PM
  
Cristián Yáñez Durán.
Sofía
En su misma página esa ONG indica explícitamente que apoya los "derechos reproductivos y sexuales" de la mujer. Además, que apoya y promueve todas las cumbres de la mujer, incluso la más abiertamente satánica, Beijing. En fin, otra ONG manipuladora con fines directamente perversos. Y como usted sabrá, la voluntad del fin, si es mala, corrompe todo el acto moral.
Es como haber colaborado con la construcción de casas y ayuda a los pobres de Pablo Escobar, so pretexto de amor al prójimo.
11/02/21 1:13 AM
  
Cristián Yáñez Durán
Sofía,
No intente manipular mis palabras. No le resultará.
Que combata el feminismo, no implica que apoye el maltrato o abuso a las mujeres. Su "conclusión" evidencia deshonestidad intelectual.
Usted ocupa los mismos argumentos y técnicas dialécticas de la progresía. Curioso. Espero que no sea "progre".
El feminismo es una ideología diabólica. Odia el orden instituído por Dios, en que el varón es la cabeza de la familia. Por eso odia el patriarcado al que atribuye, sin fundamento, todos los males.
Por último, recuerde que la progresía católica es como el cáncer cerebral. Se le dice católica porque parasita en el catolicismo, no porque sea católica.
11/02/21 12:51 PM
  
Maria
Ser Sacerdote tiene que ser tremendamente difícil. Para los fieles recomendaría celebrar la Santa misa con frecuencia o a ser posible, siempre, en los templos en donde se encuentren más a gusto y cuando se confiesen que sea también con un sacerdote habitual. Esto mejora mucho las cosas. "Para gustos están los colores, dice el refrán". A los Sacerdotes les aconsejaría que frecuenten o pertenezcan a algún Movimiento de la Iglesia: El Camino, La Obra, la Renovación Carismática, etc etc y permitir la entrada de todos o muchos de ellos en la Parroquja. Hoy en día estos Movimientos o grupos de oración que poseen estatutos y están firmemente cimentados son de gran ayuda no solo para millones de fieles, sino también para los sacerdotes, que viven de cerca la vida y el crecimiento en la fé de tantas personas y ellos mismos encuentran a través de ellos un soporte importante para su propio crecimiento. He podido comprobar que los sacerdotes abiertos a esta posibilidad están mucho más al día, son más cercanos y están más capacitados para ayudar al personal. Desconfío del sacerdote que no deja entrar en su parroquia a ninguno de estos movimientos. Con ello parece decir que se basta él solo y la realidad del mundo en que vivimos a día de hoy, demuestra lo contrario.
14/02/21 9:00 PM
  
sofía
Por equivocación han puesto aquí comentarios sobre Manos Unidas q se corresponden con otro post.
Allí se ha tratado el tema más a fondo y se puede comprobar que no es cierta la acusación de C Yáñez.
Creo q es de justicia advertirlo y quien quiera formarse un juicio ajustado a la verdad queda remitido a esos posts.
Yo no voy a contestar a los insultos personales de ese señor q inventa "progresías" para todo el q defienda la justicia, según parece.
Paz y bien
22/02/21 12:07 AM

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