Silencios que gritan
No es para nada sencillo comprender el laberíntico lenguaje clerical – eclesial, compuesto de diplomacia, gestos, gesticulaciones, sonrisas, miradas y hasta de palabras en ocasiones. El común de los mortales se pierde, los fieles más o menos, los más avezados pescan algo, y el fondo queda para una élite de iluminados o muy bien informados a través de conexiones con lo alto en minúscula.
¿Cómo está hoy la Iglesia? ¿Cómo van las cosas? Uffff.
Depende a quien se pregunte. Como siempre. Cáigase en la cuenta de que nos movemos entre dos extremos.