Cuando nos llega el fracaso pastoral
Sé que no debiera afectarnos, pero los sacerdotes somos humanos, afortunadamente, y como tales, débiles y flojuchos en nuestra fe. Bien sabemos que no podemos esperar otra paga que al mismo Cristo, y que uno siembra y quién sabe dónde se producirá la cosecha. Pero… como somos humanos, gracias a Dios, nos gustaría cosechar éxitos humanos, recibir enormes respuestas, sentir cómo nuestras acciones pastorales levantan entusiasmos y el mundo, aunque sea el mundo clerical y parroquial, nos aplaude con pasión.

Esto es lo de Mahoma y la montaña, ya saben. Nuestra parroquia es pequeña para lo que es Madrid. Yo no sé si pasamos de los ocho mil habitantes. Además, es casi barrio dormitorio. Salir por la mañana y acercarse a la plaza de Tres Olivos es algo bastante parecido a un paseo por el centro del Sáhara a las cuatro de la tarde. Algún despistado y poco más.
Sor Lucía Caram y un servidor ya tuvimos algún encontronazo. Incluso
En mis tiempos de crío, cuando alguno tenía trato de especial favor ante cura, maestro o cualquier autoridad, decíamos que Fulanito “tenía gorra”.
Agotado, feliz y con la emoción agarrada a las entrañas. Impresionante la procesión de antorchas celebrada anoche. La iglesia llena, y muchísima gente acompañando a la Virgen peregrina de Fátima en su recorrido por Tres Olivos. Gracias desde aquí al ayuntamiento de Madrid y a la policía municipal por su apoyo. Cantos, rezos, alegría, las velas acompañando a Nuestra Señora.