Mi homilía de ayer: España, sé tú misma, vuelve a Cristo
En la homilía de ayer, solemnidad de Santiago Apóstol, recordaba un servidor el grito de San Juan Pablo II en Compostela el año 1982: “te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las. otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Quise hacer mío ese grito: España, ¡sé tú misma, aviva tus raíces, vuelve a Cristo!
Quise recordar mis feligreses que la unidad de España, sus valores, su cultura, su fecundidad histórica, están marcadas por la fe en Cristo, y que renunciar a Cristo, sacarlo de la vida y convertir la fe en una mera devoción particularista es un mal para toda la nación. Que incluso para los no creyentes, la presencia de la fe es un valor fundamental.