Del miércoles de ceniza al jueves de colonia
Cuando uno piensa que lo tiene visto todo, todo visto, aún aparecen cosas capaces de causarte estupor. Las pseudo celebraciones litúrgicas, paraliturgias o experimenta liturgias, son vivero inagotable de nuevas sensaciones. Cuando uno piensa que tiene agotada su capacidad de asombro, aún puedes encontrarte con alguna novedosísima novedad capaz de hacerte comprender que todo sigue siendo posible.
Se dice el pecado, pero no el pecador. Lo dejamos en Madrid. Colegio concertado confesional católico regido por institución de religiosos sacerdotes. El capellán, capellanes, religiosos o quienes quiera, parece ser que celebraron con algunos grupos de alumnos el miércoles de ceniza. No quiero preguntar cómo. Basta decir que el miércoles de ceniza se celebró, mayoritariamente, sorprendente que haya que destacarlo, en miércoles de ceniza.

Esa es mi teoría. Muchos de los que hoy llamamos alejados son personas que aparecen por las iglesias por los motivos más diversos. Difícil es que alguien no tenga que pisar un templo, aunque no sea más que por puro compromiso social en forma de bautizo de un sobrino, boda de la prima Perenganita, la comunión de mi Josemari o el funeral de la abuela de Mengánez. Añádase a esto la procesión de San Roque en el pueblo o la fiesta del pueblo del veraneo. Difícilmente uno puede mantenerse al margen de las celebraciones de la Iglesia católica, aunque solo sea por puro ambiente social. Por tanto, ya ven que venir, vienen.
No solo no es neutro, sino que es la mayor y más terrible fuente de manipulación. Los políticos lo saben muy bien y los eclesiásticos no somos malos discípulos.





