Ni pican ni muerden

Para nada, aunque haya gente convencida de ello. Los documentos de la Iglesia, las orientaciones litúrgicas o catequéticas, resulta que ni muerden, ni agreden y además no guardan veneno oculto. Yo creo que si no se leen es por otra causa, quizá por esa autosuficiencia de pensar que todo lo sabemos nosotros, que en Roma son unos ignorantes y que yo me basto y me sobro para saber lo que tenemos que hacer.

Debería ser imprescindible dedicar un tiempo cada día para el estudio, porque muchas de las bobadas que decimos o hacemos se pueden resolver con media horita de lectura. Incluso con bastante menos.

Cuántas veces no se habrán contado barbaridades y disparates que pueden verse en las misas con niños. El arreglo es tan sencillo como estudiarse un día con tranquilidad el directorio para las misas con niños y ponerlo por obra. Las originalidades litúrgicas se solucionan simplemente leyendo la letra “colorá” en el misal romano. Los supuestos problemas teológicos que se hacen algunos con el “pro multis” donde llegan a decir que eso es afirmar que la salvación no está destinada a todos, se arregla perfectamente leyendo un cuarto de hora.

Un gestor, un economista no se ponen a realizar gestiones o una declaración ante hacienda sin leerse antes bien la normativa. Lógico. Los lingüistas y filólogos son capaces de discutir semanas sobre el uso de tilde en la palabra tal y tratan de ajustarse en todo a lo que dicta la Real Academia de la Lengua Española. Es su obligación. Yo desde luego jamás contrataría a un abogado que no tuviera a mano los distintos códigos y además abominara del Aranzadi, mientras me dice que él ya sabe. Mejor ir a otra parte.

Pues esto que en la vida civil, donde nos jugamos dinero, prestigio y honrilla, no se acepta, lo toleramos divinamente, nunca mejor dicho, cuando a las cosas de la fe nos referimos.

Los sacerdotes y agentes pastorales necesitamos estudiar y beber de fuentes que de verdad sean fiables. La Escritura, evidente, pero sabiendo que eso del libre examen no es para nosotros, que nosotros interpretamos la Escritura siguiendo la enseñanza del magisterio. El catecismo de la Iglesia, base FUNDAMENTAL, y luego los distintos directorios, introducciones e instrucciones según nuestra tarea fundamental. Así de sencillo.

¿Ustedes dejarían la catequesis de sus niños en manos de gente que desconozca el Directorio general de catequesis? ¿Pondrían la liturgia de la parroquia en manos de un grupo que desconozca la Sacrosanctum Concilium y la Instrucción general del misal romano? ¿Se puede confiar en un voluntario de Cáritas sin instrucción? ¿Y se puede uno fiar de un sacerdote que no da importancia al estudio?

No necesitamos mucho, no crean, pero al menos sí leernos de vez en cuando, por ejemplo, en los rituales de los sacramentos las introducciones sobre lo que es cada sacramento y cómo celebrarlo.  

La mitad de los problemas, y quizá me quede corto, que tenemos en la Iglesia se solucionaban si los sacerdotes y los agentes de pastoral dedicáramos menos tiempo a nuestras peculiares ocurrencias y originalidades y más a estudiar, leer y conocer lo que la Iglesia nos pide. El problema es que pare eso hay que ser más humilde y reconocer que a lo mejor uno no sabe de todo y que hasta podría suceder que llegáramos a comprender que los documentos de la Iglesia en lugar de estar redactados para hacernos la puñeta resulta que son una cosa sensata, bien hecha, y que buscan incluso nuestra salvación. Y además… uno tiene que acostumbrarse, a dedicar tiempo a leer y estudiar. Y claro, eso supone que habría que dedicar menos horas al Marca.

28 comentarios

  
Lector
Mientras sigan poniendo al frente de las altas reponsabilidades eclesiásticas siempre a los peor dotados intelectual y moralmente y a los más irresponsables (práctica insistente que ya se ve que no responde a la negligencia ni a la mediocridad ambientes, sino a un designio mucho más tenebroso e inconfesable), habrá que abandonar toda esperanza. Al menos en este valle de lágrimas.
21/02/20 11:04 AM
  
maru
Ha dado en el clavo, como se suele decir, de pe a pa. Lamentablemente, haymucho ''listillo'' que, mira por donde, son los que menos saben. Por otro lado, he observado que, muchos, eso de la lectura del Catecismo, como es algo que está superado, con lo cual, con estas premisas , que se puede esperar. Otra cosa seria,como vd.bien dice, que, sobre todo catequistas y sacerdotes, dedicasen un tiempo al estudio y no dieran al Catecismo ni a las normas litúrgicas, como algo superado y se atuvieran a éllo. Nos iria muy bien a todos.

21/02/20 11:08 AM
  
Forestier
En el plano litúrgico, por ejemplo, bastantes sacerdotes no se han leído nada, ni piensan leérselas, las rúbricas cuya raíz están en el misal romano, y que para recordarlo, la CEOE lo publica cada año. Pues nada
Oiga sr cura, que para dar la paz, la normativa establece que se de a los del lado del bancal, y no desplazarse de un sitio a otro, que parece la bolsa en un día agitado ¿Ah si, no me diga?
Oiga, que se ha recordado varias veces tanto en exhortaciones (Benedito XVI), cartas, en el misal romano... la conveniencia de que los fieles se arrodillen en la consagración ¿Entonces porqué en su parroquia los domingos todo el mundo permanece de pie? Pues es que es más digno, eso de arrodillarse es propio de esclavos
Ya, como lo hicieron los pastores en Belen, los Reyes al adorar al niño, o que toda rodilla se debe doblegar ante el Señor como dice S. Pablo, es propio de esclavos ¡Caramba con el cura! ¿Y que pasa con la esclava del Señor? En fin, de pena...
21/02/20 11:27 AM
  
Scintilla
Y dígales usted, padre, que se atengan a lo que manda la Iglesia. A veces con el texto en la mano. Lo mejor que te puede pasar es que te ignoren. Lo normal es la maledicencia, la difamación... Después de justificarse, el que cree que tiene que hacerlo y no te manda a la porra con cajas destempladas, por su especial relación con Dios. Sin un mínimo de educación cómo podemos pensar en empezar a hablar de curas.
21/02/20 11:34 AM
  
Diácono
Discrepo en alguna cosa. No se arregla con leer los documentos, se arregla con ser obediente y humilde. Y con que el obispo ejerza su autoridad como, también, está prescrito.

Ya le digo yo una docena de curas de mi diócesis, así, a bote pronto y sin pensar, que aunque les muestres las rúbricas, el canon, el punto del catecismo o el artículo correspondiente del documento papal que sea, delante de las narices, les da absolutamente igual (ya lo he hecho muchas veces y lo único que he conseguido es desprecios y "que si eres un carca", "que eso es interpretable", blablabla).

Pierda la esperanza. Harán siempre lo que les da la real gana. Y no pasará nada, nunca. Basta con el simple ejemplo de la vestimenta clerical, que escasea incluso entre los propios vicarios episcopales. Y está bien claro su uso en el Código de Derecho Canónico.

Dice ud.: ¿Pondrían la liturgia de la parroquia en manos de un grupo que desconozca la Sacrosanctum Concilium y la Instrucción general del misal romano? Pues ya lo hacen los obispos. Y no sólo la ponen en manos de quien la desconoce, sino en manos de quien la desprecia. Y suma y sigue.... Así nos va.
21/02/20 11:59 AM
  
Juan Mariner
Padre jorge: El problema, digámoslo claro, es que a muchos de los de arriba (césaropapistas rematados, serviles a su grupo social con altas cuotas de poder), este caos les va de perlas, para que se vayan cambiando paulatina y sibilinamente "desde dentro" las cosas sin que el feligrés se llegue a enterar del todo. En según qué temas, no les pasarían una a sus sacerdotes y religiosos subordinados (ejemplos hay a montones: un capellán de barrio en Madrid apoyaba a las madres en el genocidio de la droga en los años 80 cogiendo la pancarta en las manifestaciones, y el obispo lo mandó bien lejos, Custodio Ballester, sacerdotes blogueros...). Ya nos conocemos...

Algún día tendría que comentar por qué se fueron muchos obispos a misiones o dimitieron de sus cargos hace ya unos cuantos decenios: Buixarrais, el que le ordenó a usted....
21/02/20 1:49 PM
  
Percival
Algunos sacerdotes dejaron de leer al terminar la formación en el Seminario. He escuchado comentarios al respecto, y "firmes propósitos" de no volver a coger un libro el resto de la vida. A lo más la prensa.
Muchos tampoco leían mucho dentro del Seminario, hay que decirlo también. Y ahora, ha venido lo peor: con Internet y Google, se lee menos que nunca. Los libros se empolvan y enmohecen en las bibliotecas...
¿Leerse el Misal? ¿La Ordenación General del Misal Romano o la de la Liturgia de las Horas? Mucho menos, las rúbricas de los rituales, enormemente denostadas. Que como están en rojo, son para evitar. Y, como se ve por los resultados, saltadas a la torera, sin entender nada de sus razones.
Y algunos de estos sacerdotes llegan a Obispos en las mismas condiciones. ¿Cómo no van a permitir y hasta alentar que sus sacerdotes hagan lo mismo que ellos han hecho toda su vida?
Ay, los Seminarios...
21/02/20 2:07 PM
  
sarto
Mientras los obispos no gobiernen en estos temas, como en otros, no hay nada que hacer. y si ya hay obispos que son los primeros en ir de atropello en atropello...
21/02/20 2:31 PM
  
Vladimir
Pienso que ya desde la etapa de formación, en los Seminarios, TODOS los Documentos de la Iglesia debieran ser objeto de estudio, dentro del currículum de la materia que corresponda, según la naturaleza de cada Documento. Así, además de conocer el contenido de los documentos en sí, tomarían conciencia del carácter vinculante que los mismos revisten, para todos aquellos que van a servir a la Iglesia en condición de Pastores.
21/02/20 3:36 PM
  
Néstor
Eso del grupo social no tiene nada que ver. Al Seminario se llega desde todos los grupos sociales y ahí cada uno opta por el camino que va a seguir en teología, en la Iglesia y en el sacerdocio. Y la opción no tiene que ver con el grupo social, sino con la persona. Se puede ser "progre" habiendo venido de un barrio pobre o de la alta sociedad, y lo mismo si se es defensor de la ortodoxia. En Uruguay una cantidad de tupamaros y de curas "progres" vienen de la "high class" local.

Saludos cordiales.
21/02/20 4:12 PM
  
JUAN NADIE
JUAN MARINER
Es increible, hay que gente que se equivoca aleatoriamente, pero hay gente que se equivoca con precisión milimetrica y con constancia periódica.
Es que no falla, eres especialista en salirte por peteneras, que tan bien explico Palas. Te hablan de física, y tu en seguida a contarnos tu película. Te hablan de cocina y tu a contar otra vez tu película, que es la misma que cuentas en todos los post hablen de lo que hablen. ¿No te das cuenta de que estas diciendo lo mismo todos los dias y que ya eres un poco cansino? Anda varia un poco, escribe aunque sea la guia telefonica, asi variaras y hasta sera mas ameno.
21/02/20 4:58 PM
  
Haddock.
En realidad el Catecismo oficial de la Iglesia no aporta nada nuevo.
Se limita a transmitir de manera compacta para el hombre de hoy lo que está en la Biblia; lo que dijeron al respecto un cierto Obispo de Hipona (que escribió un poco y con cierto estilo) uno de Aquino llamado Tomás (que no fue el tonto de la clase) y cientos de mártires y confesores de la fe que fueron hermanos en un mismo punto: Lo que llamamos el Magisterio y la Tradición de la Iglesia.
Del cura "creativo" el que se pasa la liturgia oficial por el forro y se pone a bailar en el altar en Misa, sabemos que su madre falleció, Porque si no ella iba a la sacristía y le daba dos bofetones.
Cuando alguien tras casi 25 años juntos le dice todas las noches a su cónyuge que le quiere mucho, hace muy bien porque las cosas hay que recordarlas para que sigan vivas. Hace falta ser un perfecto imbécil para reprocharle que utiliza un lenguaje obsoleto, del noviazgo y que ahora tiene a su disposición previo pago izas, rabizas y colipoterras.



21/02/20 6:22 PM
  
Eunice
Que ocurrencias P. Jorge. Pedir en los tiempos que corren leer los directorios y orientaciones de la Iglesia. Mi experiencia me confirma que para catequista se elege a cualquiera que se preste a ello sin i formes de su formacion en la materia, ni genero de vida que lleva ni...es más si por casualidad se cuela alguno preparado es arrinconado hablo de mi parroquial y de lo que oigo en los consistorios arziprestales
21/02/20 7:05 PM
  
Juan Mariner
Néstor: usted opina en clave "política" (progres o conservadores que hacen de la Iglesia su propio campo de batalla político-social), yo opino en clave espiritual (ortodoxos, o heterodoxos que pretenden acomodar la Doctrina a su puntual interés de poder). Ningún obispo español pertenece a familia humilde de indubitado catolicismo y esto es relevante en su torcida actuación, y no hablo de derechas o izquierdas, sí de hijos de comerciantes, alcaldes, gobernadores civiles, militares o banqueros, concejales, empresarios, funcionarios de tres generaciones... que protegen y no perjudican jamás a sus "congéneres" en el poder aunque vayan deliberadamente contra la Ley de Dios; hablo de gente normal y corriente (tenderos, agricultores, pescadores, peones, repartidores..), que ha hecho mucho esfuerzo por llevar a sus hijos al seminario o para que ingresen en una congregación religiosa, que no se divorcia, que no es homosexualista, que es contraria al aborto, que es caritativa, que ha aguantado toda clase de ataques, que está contra la eutanasia, que es muy social, que es natalista... y sus hijos jamás llegan a obispos porque, aunque logren estudiar con lo de la educación universal, no son de fiar porque tienen ideas propias y, si no han sido previamente abducidos, pueden tomar decisiones muy "peligrosas". En España cuesta mucho beatificar a gente humilde...
21/02/20 7:10 PM
  
Tulkas
Hace años montábamos un grupo de música en una parroquia y se me ocurrió mencionar la OGMR.
Primero no se sabe lo que es, Segundo se la pasan por el forro. Esto de pasárselo por el forro es más de laicos. Los curas poco pueden hacer. Son los laicos con alguna responsabilidad parroquial los que se tienen que poner las pilas y salir de su ámbito de comodidad.
21/02/20 8:53 PM
  
Martinna
Voy a distintas parroquias como feligresa, por motivos familiares, vivo en el sur, en la meseta y en el norte por temporadas, así que conozco varias parroquias, incluso cuando viajo voy a misa, veo las hojitas parroquiales y demás detalles para enterarme. Por esto opino que de todo hay en la viña del Señor, pero que hay más bueno que malo gracias a Dios. Nos quejamos de lo que se sale de la norma, las noticias siempre son así, de lo raro o escandaloso porque lo normal no llama la atención.
También tenemos que valorar más lo bueno, porque ya es raro que teniendo “al mundo mundial” en contra aún hay sacerdotes y seglares que viven la fe como Dios manda. Se dan cursos de Teología parroquial, encuentros diocesanos de liturgia, retiros para orar, charlas para entender cada ciclo del calendario litúrgico, actividades varias, lectio divina, hasta romerías y demás asuntos católicos de siempre.
Así que animarse, porque desde abajo toca subir arriba, nuestra ola pasa y viene una con más fuerza y más alta.

21/02/20 9:53 PM
  
Juanestella
Aunque no responda al comentario de don Jorge, comunico a mi co-feligresses de San José de la Sierra, y a nuestro párroco virtual, que el domingo 23, a las cinco de la tarde, en la catedral de Santander, el Sr. Obispo impartirá el sagrado orden del diaconado a mi quinto hijo (51 años, ingeniero industrial, sexto curso en el seminario diocesano). Laus Deo.... Juanestella

- - - - -
Jorge:
Laus Deo.
22/02/20 12:50 AM
  
Scintilla
Tulkas: venga, hombre, no me sea ingenuo en estas cosas, con lo fino que hila siempre. La obligación del cura es recordar a los laicos lo que pueden y no pueden hacer. Que hay mucho laico que se piensa que el altar es un escenario (y mucho cura que lo comparte de aquella manera). PEro éstos ponen al cura al frente, le halagan su ego y terminan todos convirtiendo la celebración, con luces estroboscópicas, en un canto al diablo, por muy santo que parezca la letra que cantan. Cuánto cura hay que coge la guitarra o se ponen a cantar a la hora de repartir la comunión y delega su obligación en manos de los "ministros extraordinarios" convertidos por él en ordinarios. SE halagan mutuamente el ego: ellos quieren hacer como de curas, más que de curas, porque no están ordenados, y el cura, ser el cantor, el artista invitado de la función, en plan PAco Ibáñez o Raimon (qué viejo que soy). Y pruebe usted a recordarle al cura el OGMR o las normas sobre la música en las iglesias y verá qué sopapo saca: "Qué poca misericordia tiene usted, qué fariseo, cómo se apega a la letra y abandona el espíritu, qué poco ama. Tsk, tsk, tsk, que diría el tío Gilito. Al paredón." Los laicos locos se apoyan en curas sin formación ni criterio ni gravedad. Y así marchan las parroquias al abismo... con sus destructores encantados de conocerse.
22/02/20 10:50 AM
  
rastri
Los documentos de la Iglesia, las orientaciones litúrgicas o catequéticas, resulta que ni muerden, ni agreden y además no guardan veneno oculto. Yo creo que si no se leen es.....

Si no se leen y no se dicen es porque al cura en cuestión, llegado el caso, le da "repelusa" el decir a los fieles que -por ejemplo en la comunión-:

-Amigos míos perdonarme si os recuerdo que la santa comunión con el cuerpo de Cristo, aquí en la Hostia presente, se debe de tomar en paz y gracia de Dios. Y que de lo contrario, si no es así, el comulgante se, puede, comer su propia condenación al infierno.
22/02/20 11:45 AM
  
José María
22 de febrero de 2020

Muy querido D. Jorge:

¡Cristo le bendiga y le guarde!

Coincido plenamente con su artículo. Muchas gracias por haberlo escrito.

Es verdad que muchos sacerdotes necesitamos humildad (¡yo el primero!) para reconocer que no sabemos todo y reconocer, a ser posible, que “no sabemos casi nada de casi nada”.

La dificultad está, creo, en que, para recibir esta humildad (¡tan bella y hermosa cuando la vemos en los demás y tan realmente escasa en nosotros, siempre que somos capaces de vernos a nosotros mismos, siquiera un poco!), se requieren imperiosamente al menos dos cosas: 1) volver a Cristo de verdad, reconociéndole como mi Maestro, mi Señor, mi Dios, mi Heredad, mi Copa, Alegría, mi Esperanza, mi Bien, mi Todo; 2) reconocer, como el hijo pródigo, que tal vez llevo años y años lejos de la casa paterna, que es inseparable de mi casa materna (la Iglesia), y todo ello porque me he apoyado “más de la cuenta” en mi prestigio, cualidades humanas, simpatías, títulos académicos, rango familiar, etc.

Algo de esto diría, querido D. Jorge.

Un abrazo muy fuerte:

José Mari, franciscano

Muchas gracias también a sus comentaristas, en especial a maru, Forestier, Scintilla, Juan Mariner, Vladimir, Haddock., Tulkas, Martinna, Juanestella y Farias.

22/02/20 11:57 AM
  
Martinna
Es tiempo de que los laicos que son creyentes ejerzan su verdadero papel en la iglesia. Antiguamente el pueblo llano tenía que trabajar duro, le faltaba tiempo y dinero para adquirir mejor formación, pero actualmente hay muchos medios de estar enterados de todo. El caso es que el tiempo libre se dedica al fútbol, la política, los centros comerciales... Se lee poco, la cultura “no cotiza en bolsa” dicen algunos... Pero los creyentes tenemos que ser responsables, no tenemos que ser dependientes de los sermones clericales o las consignas políticas, tenemos medios para informarnos y aprender a vivir en libertad y comprometidos con nosotros mismos, tenemos que aprender a ejercer nuestra vocación de seguir a Cristo.
Los clérigos tendrían que considerar a los seglares como hermanos, no mirándonos desde arriba sino como iguales hijos del Padre para cuya salvación fundó la iglesia. Porque la iglesia se fundó sobre la fe de los apóstoles para llevar la fe a todos y hacer posible el reinado de Dios. La iglesia somos todos a una dando testimonio de nuestra fe y vocación, los clérigos tienen su razón de ser para el servicio de la gente y debemos hacer agradable ese servicio poniendo todo de nuestra parte para que funcione según el Plan De Dios.
La puesta al día que pretendía el Vaticano II está por extremar, un poco de aquí otro poco de allí pero no acaba de ponerse bien en marcha.
22/02/20 5:25 PM
  
Haddock.
Junto con la Biblia, el CVII es lo más citado en el Catecismo.
Claro que para esto hay conocerlo y tener comprensión lectora, para saber qué se dijo en él, no en el delirante y onanista "espíritu del concilio".



22/02/20 6:27 PM
  
JUAN NADIE
JUAN ESTELLA
Que Dios conserve a tu hijo recto y fiel hasta el final.
23/02/20 12:10 AM
  
Tulkas
Sci tila:

Lo que dices es cierto para parroquias en las que se den grandes abusos, pero eso no es lo habitual.

Lo habitual es que el cura cuente con (no necesariamente delegue) grupos de liturgia, particularmente en parroquias urbanas grandes. Bien, pues esos grupos no necesariamente cometen grandes abusos, PERO no se guían por la OGMR, es decir: no siguen la OGMR al pie de la letra.

La Liturgia no es la preocupación número 1 de los curas y, por lo que veo, se dejan llevar por inercias: movimiento de origen, usos de su Seminario, grupos a los que pertenecen, etc. Aunque yo no soy novusordista he de reconocer que el Novus sordo promedio está muy por debajo de la OGMR. Prueba de ello son las Misas de la segunda cadena, por ejemplo.
Para el laico del grupo de liturgia guiarse por la OGMR es tan necesarip como guiarse por el código de circulación cuando coja el coche, dígaselo el cura o no se lo diga.
23/02/20 12:26 AM
  
Scintilla
Tulkas: lo hemos visto en el Vaticano y en la catedral de Viena. ¿Dónde estaban ahí el papa, los cardenales, los obispos, los curas, los maestros de ceremonias, los liturgistas? Claro que todavía se hacen bien las cosas en muchos sitios. Pero cada día más eso deja de ser norma para ser excepción. En Mallorca, por ejemplo, le diría que en torno a la mitad de las misas a las que se puede asistir de manera ordinaria se dan de patadas con el misal y con la OGMR. En algunas, ni se consagra válidamente gracias al ingenio con que no duda de obsequiar a sus fieles el cura de marras.
Pero de lo que le hablaba no era de la cantidad, sino del fenómeno, que si no se ataja se comerá en poco tiempo lo que quede sano. Aquí no se trata, como sugiere, de algo parecido a las normas de tráfico. Éstas son convencionales: se puede conducir por la izquierda o por la derecha, Incluso se podría proponer que por el centro y los laterales. Se aprueba y, una vez aprobado, todo el mundo a cumplir. En la Iglesia la norma, trata de proteger un bien intrínseco de las cosas, que en el caso de la liturgia es, nada más y nada menos, que el culto agradable a Dios, el que él nos ha transmitido, no lo que se les ha ocurrido a unos pirados a lo largo del tiempo. Así que la norma protege los derechos de Dios y nos ayudan a llegar a Él. Que cada uno crea que él tiene, siguiendo ciertas ideas, la clave de cómo debe hacerse eso es, simplemente, diabólico. Que un cura vea las normas de la IGlesia como una imposición absurda o como usted, como las normas de tráfico, que la santidad que él y sus amigos encarnan pueden saltarse a la torera indica que ese cura no está guiado por el Espíritu ni ama a la Iglesia ni a los fieles al frente de los cuales ésta le ha puesto.
El padre José Mari ha puesto el dedo en la llaga: falta humildad por unos y por otros, que es lo que quería decir antes. Es una cuestión de poder, las misas se convierten así en cuestión política. De do ut des. Los grupos de liturgia o el encargado de liturgia (que holgarían con un diácono, por cierto, que hiciera su trabajo) que hay en muchas parroquias son emanaciones del pueblo desnortado que hay hoy. El cura los elige porque sabe que van a ser bien recibidos entre el público, y éstos son bien recibidos porque saben lo que tienen que hacer. Un liturgista de parroquia no es que conoce el misal y la dirección de la Iglesia en cuestiones litúrgicas, sino el encargado de dar protagonismo al pueblo y sus diversas facciones, estratos, grupos y demás en las celebraciones. El pueblo piensa que se celebra a sí mismo en la liturgia, que el cura certifica eso con su acción y el liturgista es algo así como el correveidile o el tipo o la tipa tan lacayunos y fieles que se dedican a sorprender a unos y otros siempre en la misma línea (¿por qué no hacemos no sé qué o lo hacemos así o asá? es su pregunta favorita en los consejos parroquiales). El protagonismo del pueblo es contraparte del protagonismo (menor: que él puede irse en cualquier momento) del cura y se complementan mutuamente. Y se perdonan mutuamente sus errores, déficits, etc. El cura puede salir como santo de allí si y sólo si hace lo que el pueblo ve bien, diga lo que diga la Iglesia. Su santidad depende de la opinión de una gente a la que no se ha tomado la molestia de dirigir, porque en el momento que haga eso sabe que será problemático. Por eso el cura no les dirá nada, conozca o no lo que está bien hecho, ni ellos se preocuparán. No es que la liturgia no importe, no se engañe. Importa y mucho. Es lo más importante. Pero para llevar no a Dios, sino al dios pueblo, nación, ego, etc. PAra adorarse a sí mismos. Y al servicio de eso ponen toda su atención, echan la casa por la ventana, como se ve en los ejemplos que le puse antes.
23/02/20 1:12 PM
  
sofía
Iba a comentar en la misma línea que el primer comentario de Martinna, pero veo que ella lo ha expresado ya inmejorablemente. Muy de acuerdo, así como con su segundo comentario. Gracias.
Ave María
23/02/20 2:45 PM
  
Tulkas
Scintilla:

De acuerdo en todo pero creo que no me has entendido.

La comparación con las normas de tráfico es pertinente porque éstas tratan de proteger un bien intrínseco también: la vida de las personas. Es una analogía: uno no puede saltarse a la torera una norma de tráfico sin poner en peligro su vida, seguridad, integridad o la de otros. Con las rúbricas pasa un poco lo mismo, pero no se ve la herida, ni se ve al muerto o al tetrapléjico pero vaya si los hay.

Reiteró que los curas se dejan llevar por inercias porque, en general, no les importa mucho la Liturgia.

Desconozco cómo está la cosa en el Reino de Mallorca, en los condados catalanes un poco más y es modernismo rampante, en el resto de La Corona de Aragón sólo una parroquia muy decente de Calpe. Acá en Castilla andamos mejor, parece.
23/02/20 5:34 PM
  
Scintilla
Tulkas, creo que le entendí perfectamente. Usted sugería que, como a los curas en general no les interesa la liturgia (y que usted suponga eso me entristece fuera de los casos donde es patente, porque es como si me dijeran que en general los abogados no tienen interés por el derecho ni los militares por las armas y la estrategia…), tienen que ser los laicos quienes, ayudando al cura, lo lleven por el buen camino litúrgico estudiándose unas normas que, por lo general, desconocen. Y es lo que sugiere también, en un ámbito más general, Martinna y Sofía.
Y lo que yo le respondía a eso es que eso no puede funcionar donde no haya un cura que no se preocupe por la liturgia. Y que además no sea un cura que se vista por los pies, que quiera ser cura de veras. Lo de los movimientos, tics de seminario y demás podrán ser defectillos, tendencias, sellos, lo que quiera, pero no pegarse con la ley de la Iglesia. Y le exponía por qué era inverosímil: por el conchabeo entre cura y pueblo contra los derechos de Dios y la conversión de la eucaristía en un espectáculo humano y triste, por muchas luces que le pongan, al servicio del demonio en definitiva. Al que esos liturgistas de ocasión se prestan con gran alegría e ignorancia. Y antes he visto lo contrario: echar a perder una buena parroquia con un cura renuente a confesar, con ideas propias sobre lo que debe de suceder sobre el altar y alrededores, cantarín de medio pelo, fuguilla con todo lo que tiene que ver con el sostenimiento del templo… Y en poco tiempo, además. Como un azote que pasó sin hacer aparente daño ni montar ninguna y ahora no hay quien levante aquello. Piense lo inverso: que un cura despistado invite a que lleve la liturgia un laico y resulte que éste se sepa y estudie liturgia y que esté dispuesto a que se cumpla, y que el primer día desde el ambón, por ejemplo, invite a los fieles a arrodillarse en la consagración y en la ostensión, o le llame la atención al cura por no seguir las rúbricas o no repartir la comunión, a los lectores les invite a inclinarse ante el altar cuando pasen delante antes y después de leer, que reprenda al sacristán por consumir el vino de un copazo. Lo tiran de ahí a patadas no sólo el cura y el sacristán y los lectores, sino todo el pueblo. El callo es grueso y duro y los laicos pueden ayudar, pero el pastor es el pastor y tiene que ir delante. Sin él, sin su fortaleza, no es posible ningún cambio.
En cuanto al código de circulación, claro que se lo puede saltar uno y no poner en peligro la vida o la integridad de nadie. Pasa todos los días. Pero no puede saltarse las normas litúrgicas sin que se resienta el debido culto a Dios. Lo administrativo es puramente convencional, es lo que quería decirle, lo mismo da que se conduzca como hacen los ingleses, por la izquierda, que por la derecha. Y todos sabemos que cambiarlas es cambiar algo puramente humano, una decisión que podía ir en otro sentido y haría el mismo trabajo. No hay más accidentes por conducir por la derecha que por la izquierda, mientras que siempre se haga por un lado. Pero con las normas de la liturgia no sucede lo mismo. No es lo mismo decir la fórmula de consagración que decir otra cosa. Y no se puede decir otra cosa: su contenido no está a disposición de la norma, que tiene la obligación de proteger esa fórmula. Sí, los vestidos, etc… me puede decir. Pero eso es que no son producto de una decisión individual, ad hoc, sino el resultado de una historia, de una tradición que la norma de nuevo protege. Incluso cuando son cuestiones más humanas que divinas. Pero de una humanidad que ha tratado así de rendir el culto a Dios de la manera más digna, además de más agradable, que sólo le cabe a él y que por eso sólo cabe una manera. En fin, todo está alrededor de esa única manera de dar el debido culto a Dios. Al asimilarlas, las normas de tráfico y las de la liturgia, cae usted en la mentalidad de tantos curas que se toman esas normas como convencionales, puramente humanas, que ellos, por un mejor fin, por un bien intrínseco que a ellos se les ocurre, pueden cambiar… para mejorarlas para esa gente que tienen a su cargo. Es la mentalidad modernista o administrativista, que diría don Alonso Gracián.
Admiro su conocimiento de la Iglesia en el Reino de Aragón. No sé si salvando una iglesia lo salvará del fuego eterno. Aunque el rey de España sea rey de Mallorca, le informo que el Reino de Mallorca perdió ese nombre con la provincialización, hace mucho. Y ya no lo era entonces.
23/02/20 11:24 PM

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