Elogio de la misa de diario

Lo que mejor define la vida y calidad de una parroquia no está tanto en los momentos grandiosos cuanto en las cosas pequeñas del día a día. Me explico: quien más y quien menos se esmera en el triduo pascual, la misa del gallo, las primeras comuniones o el día que acude el obispo. Es verdad que a veces somos tan desastrosos que hasta en esos días podemos caer en lo cutre, aunque no sea lo más habitual.

Lo que da la medida de la liturgia parroquial suele estar más en esas símples ¡simples! misas de diario que son el indicativo de la vida interior de esa comunidad.

Soy un enamorado de las misas de diario. Son esas celebraciones que no necesítan nada especial, y por eso mismo son las más serias y profundas o deben serlo de la semana. Una misa de domingo tiene el apoyo para bien y para mal del canto, las moniciones, los acólitos o una mayor posibilidad de ayuda por parte de ministros laicales aunque sean “ad casum". Poder disponer de esos “alrededores” ayuda si es bueno y disimula un poco sí no se celebra bien.

Las misas de diario son la desnudez de la liturgia y la simpleza de lo grande. Sin mas recursos que la fe, el rito desnudo, la devoción y el deseo de estar con el Señor.

Suelo celebrar la misa de diario desde la mayor sobriedad. Ni cantos ni generalmente homilía. El ritual puro y duro, silencios, una celebración serena, sin correr, sin más sonido extra que el cálido y vibrante de la campanilla que anuncia que Cristo se ha hecho presente en el pan y en el vino.

A mi modo de ver y ojo, que es lo que piensa un servidor, la misa de diario para ser lo que debe ser, el sacrificio de Cristo en la cruz renovado cada día, y ser un servicio a los fieles, necesita pocas cosas:

- un horario pensado en las necesidades de la feligresía y no tanto de los reverendos

- una celebración sencilla, litúrgicamente intachable, sosegada, sobria

- el exquisito cuidado del horario, tanto la puntualidad para comenzar como saber a qué hora salir, porque la gente trabaja y tiene su vida y no puede estar a las ocurrencias y caprichos del señor cura

- horario amplio de apertura del templo de forma que quien lo desee pueda aprovechar para hacer su oración antes o después de misa según sus preferencias o circunstancias personales

- confesionario en funcionamiento

Nos pensamos que lo que hace falta es cantar y cantar cada día y además sermón cotidiano. Me decía un sacerdote anciano que para predicar cada día cinco minutos diciendo algo que merezca la leña no vale cualquiera, y que cuánto mejor nos iría sí sólo predicásemos alguna vez.

Peor ya digo que dentro de la libertad de los hijos de Dios es mi forma. La mía. La de la parroquia. Y no va del mal.

P.D. Estoy escribiendo el post con una tableta y me cuesta editar. Ruego me disculpen.

35 comentarios

  
Anonimo
Y cuanto mejor seria si muchos "curas creativos" se ciñeran a ese esquema de dia de diario incluso en el Triduo Pascual
16/06/14 11:53 AM
  
Cartagonovo
Yo predico a diario, pues la palabra de Dios siempre ilumina, dos minutos, y viene gente que quiere meditar algo, porque casi nadie predica a diario, ni los domingos en verano
16/06/14 12:32 PM
  
k
Padre, entiendo y me alegra ver que al final lo de diario es mucho más "importante" que las celebraciones extraordinarias.

De todas formas me surge la duda, y quizás podría usted explicarlo, si al final a veces no se siente uno un poco perdido en esas iglesias de aldea donde van a misa diaria tres viudas solitarias por costumbre y poco más. No le entra a uno un poco de desesperanza a veces?

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Jorge:
En esos casos más que desesperanza, yo hablo de ternura. Es muy tierno, es bonito celebrar justo para esas cuatro viejecitas. Ellas son las que hacen que en su pequeña parroquia cada día se siga celebrando misa. De alguna manera son la garantía de que el Señor se siga haciendo presente e la Eucaristía en su pequeña parroquia.
16/06/14 12:45 PM
  
Zernin
A mí incluso en la misa de diario me gusta que haya una homilía, aunque sea breve (o, como mínimo, un silencio después del Evangelio).

No me gusta que conforme se termina de proclamar el Evangelio se siga como si tal cosa con la oración de los fieles, me da la impresión de que es como si no nos importara lo que ha dicho el Señor por medio del Evangelio.
16/06/14 1:00 PM
  
Maricruz
Esas misas son las que me gustan.
No hace falta nada más que el rito, el silencio, las pausas. Nada más.
Mi alma anhela tener cerca una misa diaria celebrada de esa forma.
Y qué tal si me voy a vivir a su barrio, padre Jorge?
:)
16/06/14 1:03 PM
  
perallis
A mi me gusta que haya homilia en todas las Misas. en eso estoy en desacuerdo. Tengo la suerte de que en el pueblo de Toledo donde resido, los sacerdotes hacen ese esfuerzo, que creo es bueno para todos y agradable al Señor.
Por desgracia, tambien asistí en otro lugar a una Misa de Pentecostes, en domingo, sin homilia y que duró 17 minutos en una localidad de Ciudad Real.
16/06/14 1:06 PM
  
María Digna
"Sin mas recursos que la fe, el rito desnudo, la devoción y el deseo de estar con el Señor"... y sin menos que todo eso diría yo... ¡cuánto bien pueden llegar a hacer esas celebraciones en las que el creyente puede sentirse tan íntimamente cercano al Dios encarnado, presente en el Sacramento sin nada que se interponga entre los dos...
GRACIAS por esa reflexión... es evidente que no todos pensamos igual porque cada persona es diferente en estas que yo suelo llamar: "Misa, misa" estamos de acuerdo.
16/06/14 1:57 PM
  
Nieves
Completamente de acuerdo con Zernin.
Aún a diario me gusta que haya una homilía, no hace falta que sea muy larga, es estupendo una homilía cortita, de menos de 5 minutos, pero que nos ayude a los fieles a meditar e interiorizar el Evangelio. Evidentemente el sacerdote no puede ser brillante todos los días, pero los fieles no necesitamos sacerdotes brillantes, solo sacerdotes que nos cuiden y nos ayuden a acercarnos al Señor.
En el resto completamente de acuerdo con usted, D. Jorge, así descubrimos la belleza y la profundidad de la liturgia.
Especialmente importante me parece el horario amplio de apertura del templo y la posibilidad de confesar, en día de diario, sin necesidad de llamar al timbre o pedir cita, o llamar antes por teléfono.
Yo añadiría que también es bueno que el horario de despacho parroquial favorezca la asistencia a Misa, que sea antes o después de la Eucaristía o entre dos Misas si es posible.
Gracias D. Jorge
16/06/14 2:31 PM
  
Inmaculada
Yo también soy una enamorada de estas misas de diario, y no me pueden faltar porque las necesito como el aire que respiro. Puedo decir que verdaderamente es para mí el mejor momento del día, con diferencia.
Pero en la iglesia de mi barrio sí hay homilía. Breve, pero homilía al fin; y me gusta una pequeña reflexión sobre el Evangelio que ayuda a meditar y a interiorizar la Palabra de Dios. Recuerdo hace seis años cuando el sacerdote que llegó propuso la misa diariamente. Como no es parroquia, sólo teníamos misa los fines de semana. Alguien comentó que no valía la pena. "Total, para cuatro viejas", fueron las palabras de un felligrés. Y sin embargo se suele llenar la iglesia, no como los domingos, pero sí con bastante gente.
La iglesia suele abrirse una hora antes, para quien quiera rezar un rato. Media hora antes de la misa, rosario y confesiones para quien lo necesite. Y cuando acaba, siempre se queda abierta normalmente una hora, con el sacerdote, por si alguien lo requiere para algo. Para no ser parroquia, es un lujo (como también lo es el sacerdote que tenemos).
16/06/14 3:26 PM
  
Juan de Argentina
Hermoso el texto Padre. Yo también estoy de acuerdo con algunos comentaristas, de que "me hace falta" la homilía, aunque sea muy breve. El Padre que celebra en donde concurro por ejemplo en estos días, predica sobre las primeras lecturas que son del AT, y nos está haciendo ver la pedagogía de Dios, lo que me resulta muy fructífero.
16/06/14 3:38 PM
  
DavidQ
Si es tan buena la misa diaria, ¿por qué se nos insiste tanto el gregoriano, las vestiduras, el incienso y el boato de la dominical?

La mayoría de católicos jamás han experimentado la misa sencilla y desnuda. Y me atrevo a decir que la mayoría ni siquiera sabe que todo el adorno es innecesario. Pregunten ustedes a un grupo numeroso de católicos sobre qué es lo que no puede faltar en la Misa y verán que muchos contestarán "la homilía", "el coro", "la oración", "el amor", "la paz" y muy pocos sabrán dar la respuesta correcta.
16/06/14 4:27 PM
  
José Antonio
Parecerá una barbaridad y no vamos a hacerlo, pero mi esposa y yo nos hemos planteado ir sólo a la misa diaria y "pasar" de la dominical. Motivo: sermones larguísimos, cantos que no podemos seguir, avisos después de la comunión explicando hasta cuántas goteras se han reparado, lo próximos conciertos, el viaje en autocar a no sé dónde...
16/06/14 4:42 PM
  
Juan Eusebio
Hay muchos días -festivos o vísperas de- que casi me indigno por lo largas, abstractas y repetitivas que son la homilías... ¿Por qué, para qué 20 ó 25 minutos? ¿Y por qué ideas, ideas y más ideas abstractas que se encadenan unas con otras, sin tomar tierra, improvisando al parecer, sin dar casi ni una pista de vida cristiana: rosario, confesión frecuente, templanza, etc.? ¿Y contarnos otra vez las lecturas al pie de la letra, con palabras menos bellas que las de las lecturas mismas? (¡Pero hay muchos sacerdotes que hacen muchas cosas bien!).
16/06/14 5:12 PM
  
Óscar
Para DavidQ. Si los católicos no saben que lo que no puede faltar en la misa es la Consagración pues...
En cuanto a lo del boato...¿a Vd. cuando celebra algo lo hace de tapadillo, sencillo y desnudo? ¿Vamos que en los cumpleaños con una pechuga de pollo a la plancha y en las bodas con unas sardinas fritas le vale? Y si no es así, es decir, si cuando hay que celebrar algo grande Vd. se sale de la norma y va un poco más allá, ¿le parece mal e irrespetuoso que se haga cuando se adora a Dios?
Si no entiendo mal, lo que Don Jorge apunta es a que, cuando el mínimo hay que respetarlo siempre. A eso se refiere con lo de la liturgia sencilla, sosegada y sobria. Ese es el mínimo. El máximo es con la filarmónica de Berlín y el coro de la Ópera alemana interpretando la Missa Sacrum de Vivaldi.
La contención y la sencillez no son sinónimos de autenticidad, pueden serlo también la exaltación de lo bello y la generosidad en el ofrecimiento.
16/06/14 5:49 PM
  
Antonio
¿Por qué no hace homilía? Yo la verdad que echo en falta una homilía en las misas de diario. Lo entiendo cuando el sacerdote es viejo, pero no cuando es un joven lozano como en su caso.
16/06/14 5:56 PM
  
Emilio
En este agitado ambiente de nuevas interpretaciones del mensaje evangélico auténtico, a veces me siento tentado de decir que qué mejor prueba de veracidad que la profunda sencillez del mismo, según el mismo Maestro lo reconocía ante el Padre. Y siendo así, tampoco es imprescindible SIEMPRE la homilía; es más, vengo observando que se separan con demasiada frecuencia del núcleo de las lecturas. Pero sí, puede ser una ayuda, ya que, humanos que somos, nos suena al "déjà vu, déjà entendu" y a la menor empieza la imaginación a fantasear.
16/06/14 6:51 PM
  
Almudena
Yo también soy partidaria de una homilia, breve pero concisa. Y además de que el sacerdote respete un tiempo adecuado de adoración y acción de gracias después de la comunión, muchos dan la bendición final al segundo de haber comulgado el último.
16/06/14 7:29 PM
  
Agustín
Estuve la semana pasada en Córdoba por motivos de trabajo. Tenia poco tiempo entre reuniones y conseguí (buscando en Internet) el horario de Misas. Resulta que había una que me cuadraba justo al acabar la reunión y antes de la cena, en la catedral-mezquita. El sacerdote, mayor, encantado de escucharse, se inventaba el ritual y añadía una homilía cada cierto tiempo con sus ocurrencias. Muchas de ellas, puros lugares comunes que supongo rebotaban en su cabeza ante el estímulo de cualquier frase de la liturgia. Reconozco que me desesperé, por que creo que los fieles tenemos derecho a una Misa según el ritual. Y no es de recibo que una Misa de diario con sólo 6 asistentes tenga que durar 45 minutos. Me hizo llegar tarde, aunque agradecido de que, al menos, hubiera podido ir Misa ese día.
16/06/14 7:59 PM
  
Eduardo Jariod
Yo era de misa diaria..., y lo sigo siendo, pero no es nada sencillo encontrar la sencillez...

Las homilías, por favor, cuando se tenga algo que decir, ganas de decirlo y talento para decirlo. Hablar por hablar, para el propio lucimiento o demás motivaciones espurias (que hay muchísimas), si se evitan, mejor: no aportan nada, distraen de lo esencial o incluso lo distorsionan. Al menos, en las de diario. Entiendo que en domingo se deba hacer. Si no hay talento, ni demasiado conocimiento, o ausencia de una personalidad que acompañe, prepárese con cuidado con anterioridad, y no se deje todo al albur del auxilio del Espíritu a la hora de subirse al ambón, pues al Espíritu uno no lo controla. Y a veces sopla y otras, te estornuda. Al final, los feligreses acabamos rogando a ese mismo Espíritu que lo haga callar cuanto antes, a riesgo de perder nuestra fe en Él.
16/06/14 8:15 PM
  
Yolanda
Diga usted que sí, k.

Todo el mundo sabe que las almas de las "viudas solitarias" valen mucho menos que las del resto de mortales; además, como usted bien sabe adivinar nada más verlas, sólo van a misa por aburrimiento y por costumbre. Así que lo lógico es que los curas se depriman con una feligresía tan poco glamurosa.

¿Quién va a querer como encargo pastoral la cura de almas de unas viejas? En la escala de valor espiritual, están en el último peldaño. Ni siquiera eso: están al margen. ¡Para eso no se hace uno cura! ¡Tanto sacrificio para pastorear el alma de cuatro viejas!

¿A quién le importa que sean ellas las que enseñan a orar a los nietos, los llevan a catequesis y les hablan de Jesús? ¿Y que sean ellas las que limpian la iglesia, llevan las flores y riegan las plantas, hacen el trabajo de sacristanas, cantan, informan a los ocasionales, mantienen abierta la parroquia, se saben ¡aún! el catecismo, los tiempos liturgicos, las festividades y solemnidades; que hayan renunciado a "rehacer" sus vidas consagrando su viudedad a la Iglesia y su iglesia; que se sepan apartar cuando el cura atiende a los jóvenes que ocasional y casualmente se dejen caer, para que no baje el caché de la parroquia, si solo se ve en ella a "viudas aburridas"?

Diga usted que sí, hombre. Una parroquia de esas es como para pillar una depresión. Deberían, si no echarlas, colocarlas al fondo en un rinconcito, que hace muy feo ver un puñadito de viudas aburridas.


16/06/14 10:05 PM
  
Bartimeo
Saludos:

A mí también me gusta que haya una pequeña homilía, o al menos un silencio reverente que invite a que el eco de la Palabra de Dios cale en el alma, cada día. Me cuesta entender que no se puedan hacer unas reflexiones breves pero de calado.

Cuando descubrí el Oficio de Lectura o simplemente la meditación que cada para cada día trae la revista Magníficat p.e. me sorprendí de lo malas que son algunas homilías; basta con trasladar a los fieles algo de lo que el propio sacerdote ha leído.

Pax et bonum
16/06/14 10:14 PM
  
Isabel. Granada.
Querido Padre me parece perfecta su forma de decir misa diaria, al igual que su forma de llevar la parroquia que me parece ejemplar.

Dios lo bendiga.
16/06/14 10:39 PM
  
jose 2 catolico
Como no se prepare uno las lecturas de la Misa con tiempo la noche anterior y por la mañana las repase con el Magnificat, el feligres se queda en un estado catatónico y tiene 20´ mas de somnolencia... Y si no hay campanilla en las manos del monaguillo, no hay quien le despierte. A mi, egoistamente, me gusta un pequeño sermón para saber lo que le ha impactado de las lecturas del día al cura y después de años de escucharlo en los 3 ciclos y envejeciendo todos juntos, notamos la ayuda del que nos dijo: "¡¡¡¡¡No os puedo dejar solos!!!!" (También me gusta el cotilleo de escuchar la homilía diaria cuando asisto en otra parroquia) In Domino.
16/06/14 11:14 PM
  
Guillermo Juan Morado
Yo creo que, aquí, en la liturgia de la Misa de cada día, "menos es más". La pura simplicidad del rito, de la celebración. Con silencios y con pocas palabras. Y si la Iglesia no manda, aunque recomiende, predicar cada día, me parece una señal de sabiduría.
16/06/14 11:16 PM
  
Enrique G. B. A.
Tiempo hubo, y no niego que hubiera pecado, en que no asistiendo a misas de domingo, la fe se me sostenía en las misas de entre semana.
Benditas sean las misas de diario.
16/06/14 11:39 PM
  
DavidQ
Para Oscar:

Usted no más pregunte. Se dará una sorpresa.

Y ya que me pregunta directamente: Yo no celebro. Me molesta la hipocresía de los cumpleaños -que es lo más frecuente-, las bodas que duran más que el matrimonio, los bautizos en los que nadie se acuerda del Señor y las últimas comuniones donde lo único importante es el traje de marinerito.

En la casa de usted no se sabe cuándo es el cumpleaños de nadie, a mi matrimonio llegaron cuatro gatos y sólo en Navidad hacemos un poco más de ruido que de costumbre.

Si me preguntara -que no lo está haciendo- por qué hacemos esto, la respuesta sería porque creemos en lo esencial. En el abrazo de todos los días, en la alegría de vernos cada mañana -cuando las circunstancias lo permiten- y en no enojarnos más de lo conveniente.

Por eso yo sí sé qué es lo esencial de la Misa. Pero usted pregunte a sus amigos. Pregunte sin pena.
16/06/14 11:45 PM
  
JAHC
José Antonio:
Mi querido tocayo, es una barbaridad, efectivamente, el planteamiento de su esposa y usted de ir a Misa a diario y dejar la dominical. Les sugiero que cuando empiece el recuento de goteras y otras bellas historias que ni van ni vienen, tranquilamente se levanten y se vayan. Les aseguro que los recuentos de goteras y avisos de excursiones no se contemplan en la Ordenación General del Misal Romano; y si se tienen que marchar sin la bendición final y la despedida pues... suplet ecclesia. Pero la Misa dominical es (o debiera ser) el centro de la vida cristiana.
17/06/14 1:50 AM
  
ILB
También disfruto mucho las celebraciones de diario y entiendo y comparto perfectamente todo lo que dices. Salvo una pequeña excepción que han hecho otros comentaristas: la homilía.
Hace años era normal que muchas personas buscasen medios de formación. Se acudía con frecuencia a retiros y charlas, era muy corriente la lectura espiritual, etc. Hoy, desgraciadamente ha bajado mucho ese afán formativo (al menos ésa es mi impresión).
La predicación diaria de dos o tres minutos puede suplir eso que tan bien se hacía antes. Como además la mayoría de la gente que acude es la misma cada día, puede haber una continuidad entre lo predicado ayer y lo predicado hoy (como suele suceder con la propia Palabra).
17/06/14 8:42 AM
  
Nines
En mi parroquia, en Córdoba (España), la misa diaria de las 20:00 h. que oficia el párroco, tiene una magnífica homilia porque suele hacer referencia al mundo y al contexto de la lectura del Antiguo Testamento, algo que en general desconocemos, pero en total roza la media hora. He observado que crece el número de asistentes; no son solo cuatro viejitas, porque la gente busca ese remanso de paz y ese enterarse de cosas nuevas que no están en la homilia familiar del domingo. El mérito es del párroco, que es un "crac", porque si él no puede y sale el vicario... la gente bufa un poquito y le entran dudas sobre si van a Misa por D.Antonio o van a Misa porque es un encuentro con el Señor...
17/06/14 9:24 AM
  
marael
Las misas de diario cuando el sacerdote se cree lo que celebra y lo hace con devoción, respetando los momentos de silencio (es increíble lo que les cuesta a la mayoría de los que conozco) son algo especial. A mí me gusta que el sacerdote haga una pequeña reflexión sobre el evangelio o lecturas del día, no que las repita o nos de una clase de biblia, pero si que nos comparta su reflexión o nos señale algún punto y deje algo de silencio después.
17/06/14 9:31 AM
  
Isabel. Granada.
Me ha divertido mucho el comentario de Yolanda, muy bien escrito y lleno de ingenio, pero que contiene grandes verdades en cuanto al menosprecio que se tiene por las personas mayores, y si son mujeres, peor. Y ésto se considera una sociedad no machista, pues aviados vamos.

Desde que era una adolescente, por no decir desde niña, me ha molestado profundamente el apelativo de "viejo" "vieja", que me parece un adjetivo descalificativo por todo lo que tiene de peyorativo. Dos de las personas a las que más he querido en mi vida eran dos personas mayores, mis abuelos paternos, y para mí tenían mucho más valor que cualquier chico o chica de quince años.

Algo viejo es algo feo, estropeado o roto, que se arrumba o se tira, que nadie quiere. Por todas esas connotaciones jamás utilizo ese adjetivo horrible para hablar de personas, que además de cuerpo tienen alma, y el alma no tiene edad. Para Dios un alma de 80 años puede ser mucho más valiosa y bella que una de 20. Y eso es lo que verdaderamente cuenta.

El alma.

¿Para qué un cuerpo maravilloso si el alma está corrompida?

Desde muy joven nunca le dí valor a la edad de las personas. No me hubiera importado nada haberme casado con un hombre veinte o treinta años mayor que yo. Ojala que Dios hubiera puesto en mi camino a un hombre con esa edad, si ese hombre hubiera sido el que mi alma necesitaba.

Y en un plano más superficial, cuando se daba educación en las familias y en los colegios, (la educación no es más que el respeto hacia los demás en sus diversas áreas), se nos decía que era muy feo llamar a una persona "viejo". Y tanto efecto hizo en mí, que no me gusta llamar viejo ni a un mueble.
Y cómo según mi horóscopo (perdón Padre) soy muy selectiva a la hora de elegir mis amistades, cuando una persona carece de educación, que para mí es sinónimo de irrespetuosa, no me interesa y paso olímpicamente.

Y por otro lado más frívolo, hay personas que no siendo unos o unas jovencitas, están (como diría una señora a la que conozco) divinas de la muerte.

Así que Yolanda, te felicito por tu estupendo y divertido comentario que viniendo en épocas de tristezas varias, se agradece todavía más.

Buenos dias.
17/06/14 10:41 AM
  
Maria M.
Me uno al comentario de Yolanda , Isabel y el Padre Jorge sobre el comentario de K .

Es despreciativo con la señoras mayores que van a Misa de diario por su edad ( siguiendo la moda del " descarte " del que tanto habla el Papa ) y por que supone que van " por costumbre " , supone que no saben lo que hacen ! que disparate de " suposiciones " . En fin, cuando ves cosas así , entonces si que sientes desesperanza
17/06/14 12:30 PM
  
Churrinche
Otro comentario sobre el tema de las cuatro mujeres mayores en misa:

Conozco un obispo que dice (textual): "Uno siempre está mirando para adelante y piensa en la gente joven: "ustedes son el futuro, son la esperanza", les decimos, y es verdad. Pero el tesoro más valioso son las viejas de la iglesia, qué querés que te diga: nosotros tenemos que ser los cimientos de la Iglesia; ellas son las que nos sostienen para que no caigamos. ¡Si no fuera por esas mujeres!" (Anotar que "vieja" por aquí tiene un matiz cariñoso no habitual en otros lados).

Asique, ¡Arriba las señoras mayores (o no tanto) de Misa diaria! ¡A no dejarse ningunear!

Un Saludo.
17/06/14 3:43 PM
  
Eduardo Jariod
¡Bueno, lo que ha organizado el comentario de k! Sin ánimo de ofender a nadie, y menos a Yolanda, una de las personas que conozco que menos encajan en la categoría de vieja viuda beata, no he percibido ninguna animosidad o desprecio en el citado comentario. La ancianidad es una edad que, como cualquier otra, tiene su brillo. Pero es el brillo de lo final, del ocaso, se quiera o no. Y cuando una actividad o realidad, la que sea, que está abierta a todo el público, sólo asisten ancianos, no deja de tener un punto descorazonador. Con todos mis respetos a los abuelos.

Y luego está la evidencia de que ningún colectivo merece una defensa cerrada e indiscriminada por el mero hecho de serlo. Hay ancianos adorables, varones y mujeres, viudos, solteros o casados. Pero otros, no. Como entre los abogados, los fontaneros, los funcionarios, los jóvenes, los niños o los astronautas.

Entiendo que viudas entradas en años de misa diaria y sacristía frecuente puedan sentirse aludidas. Pero en todo hay que ver la realidad, atenerse a los hechos y no considerar aquella en función de categorías abstractas. Y teniendo en cuenta ese sano realismo, es de ley reconocer que entre este colectivo de personas las hay entrañables, y otras que inspiran muy poquita ternura, a pesar de la magnífica respuesta de D. Jorge al comentario de k.
17/06/14 4:49 PM
  
Yolanda
Pues lo grave, Eduardo, es precisamente eso: que no había siquiera animosidad en el comentario de k. Se da por supuesto que esa idea despectiva la comparte todo el mundo.

Y por supuesto no me estaba defendiendo a mí misma, a pesar de que sí encajo bastante bajo el rótulo de vieja viuda beata. Pensaba en las cuatro (exactamente cuatro, y dos de ellas viudas) que hoy estaban en misa conmigo. Entre 78 y 87 años. Nadie más: ellas, el párroco y yo. Que no siempre puedo ir a misa de diario porque los horarios no siempre son compatibles con mi trabajo. Si no están ellas, no hay nadie, no hay misa, no se abre la iglesia. Pero el Señor sacramentado sí se hace presente para las "cuatro viejas".

¡Es tan injusto que se dé por supuesto que esas mujeres son el prototipo de lo que no no cuenta, de lo que ya no vale, de lo que no merece la pena!

El Señor, que no sólo no hace acepción de personas sino que se fija, cuando nadie más lo hace, es los marginados, reparó en la viuda que daba su monedita en el templo, cuando nadie más parecía haberle dado importancia.

Eso es lo malo, que k no era consiente de su desprecio, simplemente daba por supuesto que todos el mundo lo comparte.
17/06/14 10:44 PM

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