Adolescentes eclesiales

No acabo de ver la razón última. Pero el hecho es que me encuentro con relativa frecuencia con lo que se me ha ocurrido llamar “adolescentes eclesiales”, es decir, personas maduras, sensatas, serias, responsables y de una trayectoria profesional impecable, pero que cuando se trata de cosas de fe, moral o vida de la iglesia retornan a la más pura adolescencia.

Una de las características más claras del adolescente es la de ser rebelde porque sí. Rechaza autoridad, relativiza, afirma su personalidad en permanente confrontación con sus padres. No tiene demasiadas ideas propias. Vive por oposición a lo establecido como forma de ser él mismo.

Por eso me resulta curioso ir encontrando a gente inserta en grupos y comunidades populares, grandes profesionales en lo suyo como digo, pero perpetuos adolescentes en la iglesia. Se entiende fácil.

Por ejemplo. Un arquitecto, antes de comenzar un proyecto, lo primero que hace es estudiar la normativa y pedir la cédula urbanística para saber exactamente lo que puede y no puede construir. Ese mismo arquitecto no necesita las normas litúrgicas para criticar una celebración, organizar una oración o preparar un bautizo. Un catedrático jamás osará presentarse en un solemne acto académico sin toga y birrete, pero afirma que una casulla es un trapo más sin demasiada importancia. Un empleado de banca sabe perfectamente cómo son las cosas, conoce exactamente las normas y bien que se atiene a lo mandado. Pero llega a su grupo cristiano y todo vale: ahí no hacen falta ni reglamentos, ni circulares, ni normas ni la opinión del director.

Adolescencia. Falta de formación. Muy abundante. Es lo que nos toca. Gente que aún sigue en el “me apetece", “me gusta”, “me mola", “me da la gana” y encima lo quieren vender como la madurez comprensiva, la obediencia motivada, la fidelidad sensata y la opción personal ponderada. Como sor Teresa Forcades, por ejemplo, a la que por fin ha salido un cardenal con el báculo en su sitio. No en España, por supuesto.

Ya era hora.

P.D. ¿La primavera?

13 comentarios

  
Anonimo
Y el problema es que muchos parrocos en vez de ser PADRES, son colegas por lo que esta anomalia se perpetua
13/08/13 1:10 PM
  
Maricruz Tasies
Anónimo no puedo haberlo expresado mejor que yo.
Triste la cosa.
:(
13/08/13 1:44 PM
  
Amalia
A ver si mientras le baja el chichón del baculazo,recapacita esta sor.

Adolescentes no sólo eclesiales; la sociedad en general,cada uno de nosotros, tenemos en ocasiones esa actitud, muy laxa con nuestras opiniones y apetencias, y sin embargo despótica con las ajenas.



13/08/13 2:19 PM
  
DavidQ
Como dice Amalia, el fenómeno no es único de la Iglesia. Ese mismo arquitecto, tan aparentemente apegado a las normas, no tendrá ningún empacho en proponer un adefesio horrendo sin las mínimas cualidades estéticas y ergonómicas, sin estacionamientos y ninguna conciencia ecológica, como tantos que pueblan nuestras ciudades.

Y si logra sobornar a suficientes autoridades, ya veremos su monstruosidad erigida en nuestro pueblo de por vida.

Los buenos arquitectos, los buenos doctores y los buenos católicos son escasos.
13/08/13 5:41 PM
  
second at.
Pues sí. Es una absoluta vergüenza la falta de formación de muchos fieles, aunque no está bien generalizar.
Muy poco se hace por la formación de los fieles en las parroquias/diócesis. Alguna charla esporádica que aburre hasta al cura más observante, quizás, alguna recomendación sobre algún libro del Papa ya emérito en alguna homilía; con un poco de suerte algo más. Tenemos fieles licenciados, masters y doctorados de casi todo, pero muy pocas personas especialistas en temas de fe, Iglesia, Sagrada Escritura, etc, que hagan conferencias que sean atractivas, útiles, que despierten la pereza intelectual de los fieles por temas que son importantísimos.
Hay en mi ciudad un sacerdote que hace homilías en las que se entretiene en ir hablando de cosas que son geniales, pero que la gente no suele entender porque son algo más elevadas que lo común en el género homilético; hay un salto entre lo que ese hombre dice y lo que la feligresía es capaz de entender (de todas las edades); y se debe a un problema de formación de los fieles; muy pocos Obispos, Sacerdotes y Religiosos se han tomado en serio este tema, ojalá se cambie porque nos jugamos mucho.
13/08/13 6:04 PM
  
miguel
Este artículo me emociona especialmente por la tristeza real que define: La Ignorancia en la Iglesia.
Y mi ignorancia es grande, pero intento leer, orar leyendo, actuar y hablar orando...pero tb hay que gritar de vez en cuando..."no sabéis lo que os estáis perdiendo", necesitamos formación eclesial, leer y meditar el Catecismo de la Iglesia Católica, los Documentos de Concilio Vaticano II,los escritos de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, las homilías del Papa Francisco...
Estáis muriendo espiritualmente si olvidáis esto, un poquito.Sed valient@s. Dios está con nosotros.vamos a intentar ser católicos de altura, no nos quedemos en lo mínimo, en el "yocreoque"...Obediencia a la Iglesia, que es al Señor. No tengáis miedo. Adelante amigos.

13/08/13 7:19 PM
  
Haddock.

Muy buena denominación la de "adolescentes eclesiales"

Abundando en el tema, que me resulta cercano, me gustaría recordar que el acné que tanto les molesta a estas criaturitas, que tanto les hace sufrir y ante el que se rebelan, no depende tanto de un agente exógeno ( como podría ser un virus ) sino cuanto a la propia inestabilidad hormonal y emocional del paciente.

A este respecto, el báculo de Cipriani me parece un excelente antihistamínico.

" La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido " cantaba Antonio Machado.Hoy en día, ante tanto florecer de continuas primaveras, Machado habría sido un gótico sepulcral.
13/08/13 7:46 PM
  
Isabel
Tengo que confesar que hasta hace muy poco, (aún todavía me pasa de cuando en cuando), vivo en un permanente asombro, cuando veo el gran desconocimiento del cristianismo en particular, y de la doctrina de la Iglesia en general.
Pero recapacito y veo que no puede ser de otra manera, dada la escasa formación que se les da a los niños, en la familia y en la escuela. Escasa cuando es alguna. Y en muchos casos, por desgracia bastantes, no hablemos ya del ejemplo. Familias destruidas; padres vueltos a emparejar con otras señoras; madres con otros señores; hermanos de padre; hermanos de madre; hijos de anteriores parejas de los padres...
Y por si faltaba algo, los lobos puestos a guardar el rebaño, como la famosa sor Forcades, y algunos "prestigiosos" teólogos....

¡Qué Dios nos coja confesados! Tengo realmente una visión muy pesimista de los tiempos que vienen. Si es que vienen.

Un saludo afectuoso Padre.
13/08/13 9:07 PM
  
Carlos de Mexico.
Catecismo para adultos? En donde? Y de las homilías de los párrocos poco se saca para el buen vivir actual si todos comienzan con la frase "en aquel tiempo" como si el evangelio fuese cosa del pasado. Solo conocí un obispo en mi ciudad que abarrotaba la catedral en la misa que oficiaba los domingos,mucha gente con grabadoras,periodistas incluso, porque el evangelio es noticia actual. El Obispo usaba esta frase de inicio; "AHORA EN ESTE TIEMPO JESÚS TE DICE...
14/08/13 2:21 AM
  
DavidQ
Isabel:

si los tiempos que vienen son los de la Parusía, no hay que temer, sino alegrarse. ¿Acaso no pedimos eso cada Adviento?

Y si no, como usted dice, que el Señor nos coja confesados y tan felices. Por eso "un santo triste es un triste santo". Nosotros, los llamados a la santidad tenemos que estar felices y sobran razones para eso.
14/08/13 2:31 AM
  
Alf_3
Por ser en el templo, todo parece de 'buena voluntad', pero hay límites: respeto, obediencia, normas,...
Recuerdo a finales de los 60's. Mucha gente 'entendió' que se permitía todo. Creo que esto es consecuencia de aquello. Abundaron los curas progres que se encargaron de brincarse las barreras y llevarse a muchos tras ellos. Conocí a varios de ellos, algunos ya tuvieron que dar cuentas al Señor. Al resto les 'perdí la pista'. Uno que otro se hizo 'famoso' por su apostasía.
Creo que sí, esto es consecuencia de aquello. ¿Hasta dónde dejarán nuestros pastores que continúe el daño?
14/08/13 3:57 AM
  
Isabel
DavidQ.

Si los tiempos que vienen son los de la Parusía, bendito sea el Señor. Pero mi abatimiento es: ¡Dios mio, si Tú no vienes, ¿Qué va a ser del mundo? Ya más que mundo parece el infierno. No hay más que ver los noticiarios.
Y por si algo faltara, desde dentro mismo de la Iglesia, algunos teólogos y algunas religiosas, dando el mal ejemplo que están dando; y confundiendo al pueblo cristiano, y con ello haciendo que muchos dejen la Iglesia y hasta la fe.

Cuando yo era pequeña e iba con mis padres a alguna iglesia, en día laboral, estaba llena que no había ni dónde sentarse. Recuerdo que había montones de sillas supletorias apiladas a la pared, para cuando no quedaba sitio en los bancos. Y recuerdo a mi padre, cogiendo algunas de ellas para podernos sentar.

Ahora es una tristeza ver como están la mayoría de las iglesias (hablo de las de Granada, que son las que conozco), en días de precepto. Es desolador.

Un saludo.
14/08/13 9:36 AM
  
Alvaro
Diría que la adolescencia eclesial no pasa de ser una faceta más de la adolescencia personal, que afecta a no pocos aspectos de la vida.

Porque ese arquitecto que tan profesionalmente cuida su edificio se planta en un concesionario a comprar el coche que "mola", tiene a sus hijos con mil actividades extraescolares para quitárselos de encima, vive para las apareincias aunque tenga que endeudarse para irse de vacaciones (y contarlo luego, que para eso se va), juzga sin conocer, se cree titular de todo tipo de derechos pero no de responsabilidades, vota irreflexivamente...

Sinceramente, me temo que una sociedad tan degradada como la actual sería de todo punto imposible con unos ciudadanos adultos y maduros. Por eso la sociedad lo dispone todo para fomentar la burricie y la inmadurez de sus súbditos, no sea que alguien se dé cuenta de la realidad.

Como digo, la parte espiritual es, simplemente, una más.

Un saludo.
19/08/13 3:24 PM

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