29.12.22

Encantadora anécdota

En estos días en los que, ante las noticias del empeoramiento de la salud del Papa emérito Benedicto XVI, todos los católicos rezamos por su vida, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar una encantadora anécdota que en cierta ocasión leí sobre él, si bien en ese momento era tan solo…  el profesor Ratzinger.

La cuenta el Cardenal Scola en la introducción a la autobiografía del propio Joseph Ratzinger titulada “Mi Vida” (Ediciones Encuentro, 2004) y dice así:

Conocí por primera vez al cardenal Ratzinger en 1971. Era Cuaresma. Un joven profesor de derecho canónico, dos sacerdotes estudiantes de teología, que por aquel entonces no habían cumplido los 30 años, y un joven editor estaban sentados alrededor de una mesa, invitados por el profesor Ratzinger, en un típico restaurante a orillas del Danubio, en Ratisbona.

Con su trato delicado, Ratzinger nos explicaba la carta: una larga secuencia de suculentos platos bávaros… Parecía conocerlo bien, sin lugar a dudas era un habitual del restaurante. Nosotros, superado el primer embarazo, como buenos latinos y, además, jóvenes, nos lanzamos a hacer comparaciones entre menús bávaros y lombardos. Alguno de nosotros había pasado suficiente tiempo en Alemania como para permitirse disertar sobre los tipos y las marcas de cervezas. Recuerdo bien que pregunté a nuestro anfitrión qué nos aconsejaba: pacientemente empezó a ilustrarnos de nuevo sobre cada plato de la lista, animándonos a probar más de uno para que nos hiciésemos una idea de la cocina bávara. Desde hacía un rato el camarero esperaba respetuoso junto a la mesa. No sin desorden y aumentando progresivamente el tono de nuestra conversación hasta el punto de hacer que algún comensal se volviese a mirarnos, terminamos, bajo los ojos benévolos y la sonrisa de nuestro anfitrión, por escoger una amplia y exagerada variedad de platos. Ratzinger devolvió la carta diciendo al camarero algo así como: “para mí, lo de siempre". El camarero nos sirvió antes a todos nosotros, con meticulosidad alemana, y al final llevó al conocido teólogo un sándwich y una especie de limonada.

Nuestra sorpresa rayaba en la vergüenza. Con una sonrisa, amplia y benévola, el cardenal nos liberó diciendo: “Vosotros estáis de viaje… Si yo como demasiado, ¿cómo voy a poder estudiar después?".

La anécdota me resulta encantadora por la delicadeza y finura de su manera de ser. Un estilo de vida sólidamente fundamentado en lo que en un cristiano es, y debe ser, su seña de identidad: el amor entre cristianos.

Es este el rasgo por el que Nuestro Señor nos dijo que nos reconocerían como discípulos suyos. Es esta la auténtica señal de un cristiano.

Es nuestra marca de la casa.

24.12.22

Navidad en domingo

Por feliz casualidad, este año el día de Navidad cae en domingo

Esto me hace recordar una lectura que desde hace años marca mi día de Navidad, y que por este motivo les comparto.

El autor explica cómo, meditando en ese día de Navidad, se da cuenta de que en el intervalo de apenas una hora, iba a realizar los dos más grandes esfuerzos intelectuales que son dado exigirle a un ser humano.

Que expresión tan curiosa, ¿verdad? … los dos más grandes esfuerzos intelectuales posibles para un ser humano ¿en qué consistirá?

Todos, este domingo, podremos experimentarlo, pues cuando en la misa de Navidad nos topemos en el Evangelio con esta afirmación: “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, ello nos enfrentará ante la situación de asimilar intelectualmente la idea del nacimiento de un niño que es Dios.

Pero es que, al poco rato, nos encontraremos ante unas manos alzadas con una hostia que, tras las palabras de la Consagración, nos situará ante el esfuerzo de aceptar que ese pedazo de pan es Dios.

Un Dios que se hace hombre, naciendo entre nosotros, y un trozo de pan que es Dios.  

Todavía recuerdo casi de memoria las palabras con las que el autor concluía: 

En verdad que no nos merecemos el Cielo, pero nuestros ojos se nos llenan de lágrimas de agradecimiento ante la bondad del Señor Omnipotente que, con un milagro perpetuo y una historia maravillosa, nos concede la posibilidad de ganarnos el Premio de los premios con algún merito por nuestra parte: la fe de creer que Cristo se hizo niño en un pesebre; y que no contento con esto, en cada misa se hace realidad en una blanca Hostia.

¡Feliz domingo de Navidad a todos!

15.12.22

Flash de Adviento

Tengo la inmerecida suerte de tener grandes ayudas y un buen marco para aprovechar la temporada de Navidad que se acerca.

Una de ellas es una selección de frases sobre la Navidad, hechas por el padre Miguel de Bernabé, y que cada año, al comienzo del Adviento, releo y medito porque me marcan.

Año tras año vengo pensando que si alguna vez consiguiera que tan solo una de estas frases de reflexión calaran en mí hasta la médula, ya tendría una ayuda suficiente para pasar una buena Navidad.

Por eso me empeño en profundizar y en hacerlas mías, en la medida de lo posible, y por eso les brindo ahora algunas de estas frases. Estoy seguro de su acierto y de que quizá a muchos pueda también servir de ayuda. Ahí van:

Si pensaras en que Dios se hizo niño por ti, una vida vivida para Él te parecería un pobre agradecimiento

                                                              —-

¿Cómo entender… cómo abarcar semejante misterio?
Solo un inmenso amor a Él puede ponerte en el camino de llegar (después de esta vida) a entenderlo.
¿y como alcanzar tan inmenso amor?
Al menos puedes hacer dos cosas:
pedírselo al Señor con constancia;
y procurar actuar como si ya lo tuvieras.

                                                             —-

Celebra la Navidad con alegría y agradecimiento a Dios, pues todas tus faltas no agotan Su infinito amor, que le llevó a hacerse hombre por ti.

Ojalá alguno de estos flashes, o destellos en forma de frases, sirvan como ideas-fuerza que nos marquen este Adviento y nos hagan entender mejor la Navidad por llegar.

9.12.22

La enseñanza de Don Mendo

Seguro que el lector conoce bien, o al menos mucho le suena, la famosa obra teatral de D. Pedro Muñoz Seca titulada La venganza de Don Mendo.

Se trata de una obra cómica del género astracán cuyo único objetivo es hacer reír a base de retruécanos y juegos de palabras. Muñoz Seca es, sin duda, un genio en estas lides y como buen católico no tenía el menor reparo en sacar el lado divertido de las cosas y disfrutar con ello de unas buenas y sanas risas.  

En esta obra existe un célebre y divertido parlamento entre D. Mendo y su enamorada Magdalena dedicado al juego de las siete y media. Para los que lo recuerden es, sin duda, uno de los fragmentos más desternillantes de la ya de por sí divertidísima parodia medieval.

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2.12.22

Advientados

Muchas veces la clave del éxito de un gran evento es la ambientación previa. 

La Iglesia, que es muy sabia, sabe esto desde siempre, quizá no en el sentido del marketing, pero sí en el de preparación antes de una gran celebración. Un tiempo de espera activa para celebrar la venida (adventus) de Cristo.

Esta puede ser además una manera práctica de entender el Adviento respecto a la Navidad.

Por ello, sugiere (entre otras) tres cosas concretas que debemos intensificar en Adviento. Se trata de intensificar porque el resto del año también hay que hacerlas.

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