Leyre, elogio de la vida monástica

Hace unos días recordaba en este blog aquella homilía  sobre la Encarnación que tanto me marcó. Hoy puedo contar que, por esas delicadezas que Dios brinda, tuve el privilegio de celebrar, precisamente ese día de la Encarnación, en compañía de la comunidad de monjes benedictinos de la Abadía de San Salvador de Leyre, acogido en su hospedería monástica en unos inolvidables días de reflexión y oración.

Aprendí de mi maestro, el padre Miguel de Bernabé, a admirar (sin idealizaciones) y a valorar (con objetividad) la vida monástica.

Él, que fue un extraordinario formador de seglares y que trabajó intensamente en pro de la fundamentación, definición, características, tarea y praxis del seglar, no perdió ocasión de mostrarnos la excelsitud del orden monástico (cuando se comporta como tal, no en su decadencia), el estímulo que un monje es para un seglar y el agradecimiento que de ello les debemos tener.  

Nos decía: ¡qué cosa más admirable que ver a unos hombres (o mujeres) que, llevados por el amor a Dios, frente al afán de dinero, la fama estúpida, el egoísmo feroz y luchando con la sexomanía más absorbente, la pérdida del sentido común y los clichés más estúpidos, no dudan en separarse de ese penoso espectáculo para ayudarnos con su ejemplo y hacernos recobrar un poco de razón!

¿Qué católico sensato no recibirá fuerza, ante esa conducta tan significativa? No para irse a un monasterio, sino para dar su justo valor a su permanencia en el mundo, trabajando heroicamente, hombro con hombro, con sus hermanos monásticos que tal ejemplo y ayuda le dan.

Y es que, si los seglares debemos trabajar cada día en las distintas facetas de nuestras vidas para construir un mundo ideal; los monjes, en la clausura de sus monasterios, construyen cada día una especie de pre-cielo en la tierra.

Cuando estos días admiraba la belleza del oficio divino en la voz del padre Ignacio o disfrutaba de la cristiana hospitalidad del padre Oscar; cuando recibía la fraterna bendición del padre abad en las Completas o me quedaba anonadado ante la piedad del padre Eduardo en la misa que oficiaba, este pobre seglar se beneficiaba agradecido de todos esos excelsos bienes espirituales que nos sirven de estímulo y aliento para no desfallecer en el deseo que Dios tiene sobre todos nosotros, pues…

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo  (Jn 3,16)

Nota.- Me he atrevido a mencionar en este post nombres que, por uno u otro motivo, he podido conocer, y facetas que, por alguna circunstancia, me han ayudado especialmente. Pero me hubiera gustado nombrar a todos y cada uno de los monjes pues a todos recuerdo con gran afecto y admiración.

5 comentarios

  
Feri del Carpio Marek
«trabajó intensamente en pro de la fundamentación, definición, características, tarea y praxis del seglar, no perdió ocasión de mostrarnos la excelsitud del orden monástico»

Esto habla muy bien del padre Miguel de Bernabé, para mi particular punto de vista es su mejor carta de currículum, porque de ahí se puede derivar mucho sobre su vida sacerdotal y cristiana en general. Lamentablemente he conocido muchos sacerdotes muy bien formados, pero palmariamente ignorantes sobre la vida monástica, y como no se puede amar lo que no se conoce...
30/03/23 11:18 PM
  
Pampeano
Tenemos algunos indicios serios, precisos y concordantes sobre lo que piensan algunas autoridades sobre las órdenes religiosas masculinas y femeninas de clausura o puramente contemplativas cuyo carisma se sustenta en la oración permanente, en desmedro de lo que se puede denominar "praxis" que tanto les gusta a dichas autoridades. Han estado poniendo en funciones ciertas "federaciones" que se están encargando de aquellas. Sana envidia don Fran de que pudiera pasar algunos días en un lugar tal. Saludos
31/03/23 1:03 AM
  
F Xavier Albizuri
Comparto el elogio de la vida monástica que hace Fran, aunque vivamos en el mundo.
31/03/23 11:26 AM
  
M.Angels
"Nos decía: ¡qué cosa más admirable que ver a unos hombres (o mujeres) que, llevados por el amor a Dios, frente al afán de dinero, la fama estúpida, el egoísmo feroz y luchando con la sexomanía más absorbente, la pérdida del sentido común y los clichés más estúpidos, no dudan en separarse de ese penoso espectáculo para ayudarnos con su ejemplo y hacernos recobrar un poco de razón!"
Genial descripción.
Cuidemos los seglares la vida interior. Es lo más importante.
Es palabra del Señor: "Una sola cosa es necesaria. María ha elegido la mejor parte".


02/04/23 9:50 AM
  
Vladimir
Seamos monjes en la calle, como San Benito José Labre.
05/04/23 1:56 AM

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