Latinoamérica mucho bautismo, poca observancia

Latinoamérica es llamada el Continente de la Esperanza, con sus 500 millones de católicos. Pero no cantemos una falsa victoria, ya que son muchos los bautizados que no observan ni mucho, ni poco las prescripciones de la Iglesia. Sobre todo en el importante asunto del precepto dominical, que es uno de los mejores termómetros de autenticidad del católico.

América Latina tiene un alto porcentaje de bautizados que se profesan católicos -un 77 %-, pero la asistencia a la Misa dominical es baja, sólo un 6 ó 7 %. Muchos bautizados adhieren a la Iglesia a través de manifestaciones de devoción popular, como acudir a los santuarios, o bien cuando se confiesan anualmente, o concurren a bodas, bautizos, etc. La religiosidad está muy arraigada en el católico latinoamericano, sobre todo en los momentos difíciles de la vida como la muerte. Para las exequias la gente acude a la Iglesia.

Pero, hay algo que ciertamente no funciona, y es la desproporción entre la gente que se dice católica y tiene el orgullo de serlo, y sin embargo no da señales de su verdadero compromiso, participando en la Misa dominical. Nos alegra que Latinoamérica tenga 500 millones de católicos bautizados, pero es ciertamente penoso que dichos católicos sean descafeinados, perezosos, poco cumplidores de sus votos bautismales, y no se acerquen a la Iglesia cada domingo para escuchar la Palabra de Dios y participar del Sacrificio de Jesús sobre el altar, poniendo toda su simpatía y todo su entusiasmo a favor del Señor.

Es verdad que la Misa no debe ser el único elemento de comparación, ya que hay regiones que carecen de sacerdotes, hay muchos que viven lejos de los templos, hay enfermos que no pueden salir de sus casas, pero hay también bautizados que no toman con interés la Misa dominical que es la cita amigable que hace Dios con sus hijos que tanto ama.

Benedicto XVI lo subrayaba durante la inauguración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe:

De aquí la necesidad de dar prioridad, en los programas pastorales, a la valorización de la misa dominical. Hemos de motivar a los cristianos para que participen en ella activamente y, si es posible, mejor con la familia. La asistencia de los padres con sus hijos a la celebración eucarística dominical es una pedagogía eficaz para comunicar la fe y un estrecho vínculo que mantiene la unidad entre ellos (Aparecida, 13 de mayo 2007).

Según las estadísticas del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), cada día abandonan la Fe Católica 10 mil personas, ergo, los nuevos movimientos religiosos o sectas, constituyen sin lugar a dudas un particular fenómeno del mundo religioso latinoamericano.

Éstos buscan especialmente a los católicos alejados, ofreciéndoles satisfacer sus necesidades y aspiraciones, brindándoles una respuesta a las diversas necesidades y aspiraciones del hombre contemporáneo, entre éstas, se puede poner de relieve el deseo de pertenencia, de identidad y de salida del anonimato, de afecto, de participación y empeño, de certezas, de seguridad, de transparencia y espiritualidad.

En su empeño por llenar el vacío de Dios, también es posible caer en errores como lo demuestran las sectas. Son parásitos de la fe, porque de creyentes sólo tienen la apariencia externa, mientras que interiormente son ateos, y, es que ellos creen en un dios, pero no en Dios. Quién es su dios, difiere de secta a secta.

Los llamados nuevos movimientos religiosos a menudo comprenden movimientos espirituales e ideologías, los cuales aunque se contraponen a las sectas en el sentido clásico, se igualan a éstas en todos los sentidos, ya que sostienen los mismos o casi los mismos principios fundamentales, por lo que son llamados religiones ateístas. Entre ellas se cuentan el fascismo, el capitalismo, el comunismo, el liberalismo, el hedonismo, el laicismo, el relativismo moral, la globalización y la adhesión total a la ciencia y a la tecnología así como diversos sincretismos, estos últimos, muy de moda actualmente de manera especial en los países andinos.

Ante estos retos pastorales, hay planes, proyectos y lamentaciones, pero ciertamente la Iglesia continental no encuentra aún fórmulas para salir de su status de instalación pastoral como lo demuestra la Gran misión continental, convocada a fin de poner a la Iglesia en estado permanente de misión, llevando las naves mar adentro, sin miedo a las tormentas (cf. Aparecida, 551), proyecto misionero que desde 2007, no acaba de salir a luz.

La Iglesia del mañana en Latinoamérica se compondrá de cristianos que habrán luchado contra su entorno, distanciándose del mundo, como lo hiciera el cristianismo naciente que tuvo que alejarse de la moral ambiente de la época, en su doble deber para con Dios y para con el hombre. No podemos seguir como Nerón contemplando el incendio de Roma.

4 comentarios

  
Javiergo
Si nos referimos al número de bautizados, entonces no tengo nada que objetar con respecto a las estadísticas del mapa. Pero si nos referimos al número de católicos practicantes, entonces no puede ponerse ni de lejos que el número de católicos en España sea de más del 75%. Esto no se lo cree nadie, empezando por la CEE. En España se conocen bien las cifras: hay 11 millones de españoles que escuchan misa los domingos, que confiesan y comulgan, que viven con autenticidad su fe. Una cifra que no está nada mal, en la que me incluyo, por supuesto, y de la que me alegro, pero oiga, hay que ser realistas: España tiene 44 millones de habitantes, luego representamos la 1/4 parte de la población total, un 25%, no más de un 75%. La diferencia es más que ostensible, es abismal.

Y supongo, con pena, porque es fácil deducirlo, que si se equivocan con España, se equivocarán también con el resto de los países que están en amarillo y naranja, haciendo el cómputo por el número de bautizados. Así que tiene usted toda la razón, Germán, cuando afirma lo siguiente: "Nos alegra que Latinoamérica tenga 500 millones de católicos bautizados, pero es ciertamente penoso que dichos católicos sean descafeinados, perezosos, poco cumplidores de sus votos bautismales, y no se acerquen a la Iglesia cada domingo para escuchar la Palabra de Dios y participar del Sacrificio de Jesús sobre el altar, poniendo toda su simpatía y todo su entusiasmo a favor del Señor".

Un saludo
18/03/13 1:46 PM
  
Marisela
Chicos: no desesperemos, hay que afianzarse cada uno primero y después ¡salir a proclamar! Y es esos fríos, tibios o acomodados en sus sofás están así porque no hemos sabido nosotros, los practicantes, llevarles la Buena Noticia. Y no es hablar: es demostrar con la propia vida que seguimos a Cristo: dar pan al hambriento, abrigo a las viudas, refugio a los huérfanos. No tenemos el corazón de carne, es de piedra aún, y por eso no evangelizamos como se debe.
Los movimientos de la Iglesia tienen que tomar las riendas, porque los sacerdotes se hacen mayores y a los nuevos hay que ayudarles a encontrar su propia forma de proclamar, así que los laicos debemos ser más emprendedores cada día para atraer, acordándonos que Jesús vino a sanar a los enfermos, no a los sanos.
Un abrazo en Cristo
18/03/13 4:26 PM
  
Juan Mariner
D. Germán: No sea pesimista, todo se andará... la espiritualidad en el catolicismo que se vive en Iberoamérica hace muchos años que en la "gloriosa" Europa la perdimos, en muchos casos hemos perdido hasta el oremus.
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GML: D. Juan no soy pesimista, trato de ser realista. Le comento que, tenía preparado otro artículo para InfoCatolica, sobre el nombre del actual Romano Pontífice, pero ayer cuando fui a la Misa en la catedral de mi diócesis, mi obispo habló en la homilía sobre el tema en cuestión: la poca concurrencia de católicos a la Misa dominical. Un saludo en la comunión de la fe, que anima y fortalece.
18/03/13 7:50 PM
  
Sanchoman
En España no hay más del 25% de católicos practicantes y eso siendo muy generosos. Pero lo más grave es que de ellos, el número de jóvenes no llegará al 5%. El 20% restantes se corresponde con personas mayoritariamente mayores, una generación que se extingue y no tiene recambio. Ponerse medallas con cifras irreales no soluciona el problema.
El tema Iberoamérica es distinto, allí hay un componente cultural que no existe en España. En realidad, allí el católico practicante tiene una gran fe, pero es una fe a medida de sus muchas supersticiones y ritos ancestrales, una fe contaminada por su cultura que nunca se ha depurado. En temas de moral o sexuales están años luz del catolicismo, pero llenan iglesias, procesiones, etc.
19/03/13 11:36 AM

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