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30.07.11

En respuesta a carta abierta de anciana de 85 años a Mons. Munilla

María Victoria Gómez ha escrito una carta abierta dirigida a Mons. Munilla que ha sido publicada en Redes Cristianas: http://www.redescristianas.net/2011/07/28/carta-a-munillamaria-victoria-gomez/
(la misma que se ha unido al boicot contra la visita del Papa a España para la JMJ bajo el lema “De mis impuestos, el Papa cero”), en la cual, en medio de un respetuoso reproche, menciona lo siguiente:

“Deseo recordarle lo que el Foro de Curas de Madrid escribió a propósito de su nombramiento: “La elección de los obispos, según la Tradición de la Iglesia, era hecha con la presencia y participación de presbíteros, los obispos más cercanos y, sobre todo, del pueblo cristiano, ya que éste era quien más y mejor podía conocer la conducta del candidato y así poder aceptarlo o repudiarlo. Este protagonismo del Pueblo de Dios era considerado de tal importancia que se llegaba a decir: “Elegir sin el pueblo, es elegir sin contar con Dios”. “Nadie sea dado como obispo a quienes no lo quieran. Búsquese el deseo y el consentimiento del clero, del pueblo y de los hombres públicos (ordinis )” (Papa Celestino I). • “No se imponga al pueblo un obispo no deseado ” (San Cipriano, obispo de Cartago, Carta 57.3.2). (18 de Diciembre de 2009) .”

No es la primera vez que se menciona la elección episcopal en los primeros siglos del cristianismo, otros autores han utilizado los mismos argumentos y dicen que la Iglesia nombra hoy a sus obispos “en contra de la Tradición de la Iglesia”. Es en ese sentido que esta afirmación requiere de una clarificación del contexto histórico.

La recomendación de Cipriano, Celestino I, y otros, tiene como base la recomendación de San Pablo en la primera epístola a Timoteo (1 Timoteo 3):

“Si alguno desea el episcopado, buena obra desea: pero es preciso que el obispo sea:

- irreprensible
- marido de una sola mujer
- sobrio
- sensato
- educado
- hospitalario
- capaz de enseñar
- ni bebedor ni pendenciero, sino indulgente
- enemigo de querellas
- no amigo del dinero
- que sepa gobernar bien su propia casa, que tenga los hijos en sujeción pues - quien no sabe gobernar su casa, ¿cómo va a cuidar de la Iglesia de Dios?
- Que no sea un neófito, no sea que, hinchado, venga a incurrir en la condenación del diablo
- Conviene asimismo que tenga buena reputación ante los de fuera, porque no caiga en descrédito y en las redes del diablo”

Por eso la elección de los obispos se hacía con “la presencia y participación de presbíteros, los obispos más cercanos, y el pueblo cristiano”, porque, siguiendo el consejo del apóstol, el candidato a obispo debe ser una persona irreprensible, es decir, de conducta moralmente intachable, y el pueblo podía conocer, como dice la Sra. Gómez, más y mejor “la conducta del candidato y así poder aceptarlo o repudiarlo”.

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18.07.11

Desde Zumárraga, sobre Mons. Munilla

Conocí a don José Ignacio Munilla cuando yo tenía 20 años. He tenido la suerte de pertenecer a su parroquia hasta que le hicieron obispo y por lo tanto compartir innumerables vivencias. Mi experiencia ha sido inmensamente enriquecedora. Cuando ahora me preguntan ¿cómo es José Ignacio? Yo siempre contesto de la misma manera. Con él, lo mismo rezas el Rosario que pasas el mono con un yonki, que te da una clase de euskara, que limpias los cristales. Aprendimos a ser una gran familia con mayúsculas, con nuestros defectos y virtudes. Nos enseñó la importancia de encontrar puntos de encuentro y de tratar de superar los que nos separaban, siempre desde la amorosa mirada de nuestro Señor y de la Virgen.

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12.07.11

Recristianizar Europa

El 11 de julio celebra la Iglesia la fiesta de San Benito Abad, Patrono de Europa. El Papa Juan Pablo II, hoy Beato, recordaba el trabajo gigantesco de San Benito, que contribuyó en gran manera a configurar lo que más tarde sería Europa. Era un tiempo en el que corrían grave peligro no solo la Iglesia, sino también la sociedad civil y la cultura San Benito y sus seguidores llevaron a la vida civilizada y cristiana a pueblos bárbaros. San Benito contribuyó en gran medida a forjar el alma y las raíces de Europa, que son esencialmente cristianas.

Hoy estamos asistiendo a un empeño decidido y sistemático que trata de eliminar lo más esencial de nuestras costumbres: su hondo sentido cristiano. Hoy nos domina el materialismo y el hedonismo, el ansia de poseer y el ansia del placer. Parece en ocasiones como si pueblos enteros se encaminaran a una nueva barbarie, peor que la de tiempos pasados. Los principios más sagrados, que fueron guía segura de comportamiento de los individuos y de la sociedad, están siendo desplazados por falsos pretextos referentes a la libertad, a la sacralidad de la vida, la indisolubilidad del matrimonio, el sentido auténtico de la sexualidad humana, la recta actitud hacia los bienes materiales, que el progreso ha traido.

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4.07.11

La decisión de Maribel

Jamás pensó que sería tan difícil tomar una decisión. Tanta cultura sexual, tanta educación religiosa, tanta información, para debatirse ahora en la duda, allí donde reside la conciencia. Porque ella sentía que llevaba dentro de su vientre un ser que merecía una oportunidad. Sin embargo, él lo tenía muy claro, no quería compromisos. Eran jóvenes, por qué no iban a seguir disfrutando de su libertad. Sexo adición, lo llamaban algunos. Momentos de intimidad, caricias que electrificaban su cuerpo, gozo compartido. Pero ahora había llegado el resultado de ese delicioso y sublime éxtasis amoroso. Ahora un ser habitaba su interior. Le llamaban cigoto, embrión, nombres eufemísticos para soslayar que allí la vida germinaba en un proceso irreversible. Y ella lo sentía, lo quería, era fruto de su amor. No podía convertirse en un desecho arrojado en el basurero, sabía que no podría dejar de sentirse culpable si no asumía las consecuencias de sus actos.

Incluso los amigos, sin ningún escrúpulo, le llamaban tonta por no haber tomado medidas. Pero eso no era cierto, sí que habían tomado precauciones, sólo que algo falló. Constituía una cifra más en las estadísticas de riesgo de embarazo. Pero lo cierto es que ahora eran padres. Curioso, nunca habían hablado de ello. La posibilidad de quedarse embarazada ni siquiera se la habían planteado. Pero estaba claro que recién terminados los estudios y apenas iniciada la vida profesional, un niño no formaba parte de sus planes. Sin embargo, algo se removía en su interior cada vez que le incitaban al aborto. Sentía repugnancia, había visto las imágenes de fetos desmembrados y no quería, no podía soportar vivir con ellas en la cabeza sabiendo que parte de sí misma estaba en el arroyo.

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17.06.11

Si Hungría dice sí a la vida, yo estoy con Hungría

Desde mi más tierna infancia, me llevan advirtiendo de que, en esta vida, si no avanzas, retrocedes. El ideal estático no ocupa lugar. Permanecer enrocado y no mover ficha es garantía de sufrir un jaque mate. Y esto es lo que le ha ocurrido a la “derecha” europea.

Muchos piensan que los partidos del ala “conservador” iban a pasarse la vida yendo en contra del aborto, pero evitando sacar el tema (lo cual, ya de por sí, es repugnante) y con la esperanza de que algún día tuviesen poder suficiente para poder prohibirlo. Pero no, el problema ha ido mucho más lejos. Ahora, una Hungría que pone en marcha acciones pro-vida en la Unión Europea no recibe el silencio cobarde de sus homólogos continentales (lo cual seguiría siendo detestable), sino que se ha pasado a ver reprendida por estos. Hoy, no intentan escurrir el bulto en este tema, sino que, directamente, se posicionan a favor del aborto.

Porque si no avanzas, retrocedes, y es que de tanto esconderse en la sombra de un miedo insuperable han terminado por volverse pro-abortistas. Siempre nos quedará Hungría

Ignacio Crespí de Valldaura de Gonzalo
. Madrid.