¿Libertad religiosa? Malas noticias

Ahora que están tan de moda, si por corrupción entendemos «vicio o abuso introducido en las cosas no materiales» (RAE), y por terrorismo la «sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror» (ídem); sí, a continuación voy a hablar, en parte, de terrorismo y de corrupción.

Acaba de publicarse el Informe de la Libertad Religiosa en el Mundo (2014) que todos los años se encarga de elaborar Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundación de la Santa Sede que se ocupa, entre otras muchas acciones, de vigilar y denunciar el incumplimiento y vulneración del derecho a la libertad religiosa. Y en estos tiempos, en los que todos nos atragantamos apelando a los «derechos humanos», no está de más recordar que el artículo 18 de la Declaración que lleva su nombre establece: «Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia»; menos para los cristianos, podríamos añadir.

Conviene darse una vuelta por el mencionado informe, y constatar que vivimos una época de gran deterioro en lo que al ejercicio del derecho a la libertad religiosa se refiere, de forma sorprendente en los países occidentales; que predominan los países musulmanes en la lista de los Estados con las violaciones más graves de la libertad religiosa; que los cristianos siguen siendo la «minoría» religiosa más perseguida; que en menor medida, pero también, los musulmanes (en no pocas ocasiones por sus propios «hermanos»); que empieza a ser preocupante el auge de la violencia sobre los judíos en Europa Occidental; que los países de esta parte de Europa, hasta hace poco mayoritariamente cristianos y racialmente homogéneos, se parecen cada vez más a las sociedades multiconfesionales y variadas de Oriente Medio, lo que implica un incremento en las tensiones políticas y sociales, etc., etc., etc. Sí, sí, que sí, como Shahzad y Shama, una pareja de cristianos que el martes pasado fueron asesinados a golpes, en la localidad de Kot Radha Kishan (Pakistán), por una muchedumbre de musulmanes. O ahí tenemos el caso, desgraciadamente famoso, de Aasia Bibi. Y casos como estos, «setenta veces siete» (Mt 18, 21).

Pero no puedo concluir estas líneas sin apelar a lo que está ocurriendo en Hispania, España, otrora unida por la misma fe. El premio gordo de la semana se lo lleva el Museo Reina Sofía (Madrid), y que para colmo cuenta con un presupuesto –público- de 30 millones de euros. En sus instalaciones podemos ver estos días una obra, bochornosa (todo menos arte), titulada Cajita de fósforos, consistente en dos cajas de cerillas: una, de pie, con el capuchón levantado, los fósforos al descubierto y la imagen de una iglesia en llamas; la otra, al lado, tumbada sobre un puñado de cerillas, y un cartel que dice así: «la única Iglesia que ilumina es la que arde. ¡Contribuya!». Me imagino que más de uno y más de dos lectores sentirá lo que servidor, un asco profundo y una repugnancia enorme hacia los miserables que han hecho posible esa canallada, y me refiero tanto a las autoras de esa basura (el colectivo feminista argentino Mujeres Públicas está detrás) como al sectario, demagogo y corrompido director del museo, Manuel Borja- Villel, que tendrá que hacer frente a la querella que le han puesto por consentir la exposición de semejante bodrio.

¿Pero a que no adivinan que es lo mejor? ¿Sí? Que no, que viene ahora. El Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno (CIMAM), la Confederación Internacional de Arte Contemporáneo y el Consorcio de Galerías de Arte de España expresaron el pasado miércoles su apoyo al director del museo. ¿Cómo? Pues en estos términos: «Las instituciones artísticas están para la libertad, el respeto y el debate, nunca para la represión, la violencia y la censura», ¡ojo! Y, pobrecitos ellos, expresa el CIMAM su «profunda preocupación por las acciones contra la libertad artística y los valores de diálogo defendidos por el Museo Reina Sofía», ahí, ahí, con un par.

Empezó Herodes, y continúan todos estos personajes ignominiosos. Lástima de podredumbre, que terminará ahogándose en sus propios vómitos. Y cobardes. Si en vez de una iglesia hubieran representado una mezquita, el mundo musulmán les hubiera explotado en la cara, y veríamos a ver si no estarían ya muertos. O nosotros.

Juan Pablo L. Torrillas

2 comentarios

  
Amador
Ofensivo , en especial para los cristianos; es una apología subliminal de terrorismo indigno en un museo que pagamos todos y que lleva el nombre de la Reina Sofía. Esa "obrita" no tendría que estar expuesta ni 24 horas si hubiera dignidad y honor. !!!Bochornoso¡¡¡
11/11/14 1:54 AM
  
voy
Todos los que atentan contra la libeertad, la religiosa también. tienen el alma mala, osea en pecado, osea apartada de Dios. Y por eso van con mala.. eso de la vaca. Son gente mala en el peor sentido de la palabra, aunque aparenten ser personas muy educadas con corbata, con estudios, con muchas perras en sus bolsiloos, etc. Pero al fin malas personas.
15/11/14 9:11 PM

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