El Corpus en Huesca
Un año más me dirigí con mi familia a la catedral de Jesús Nazareno de Huesca a participar en la Misa del Corpus. Como en otras diócesis, desde hace años la fiesta del Corpus Christi es uno de los domingos que reluce más que el sol.
La Misa estuvo presidida por el Sr. obispo D. Julián Ruiz Martorell. Concelebró D. Damián Iguacen, queridísimo obispo emérito que no hizo más que recoger muestras de afecto y cariño de todo el mundo. Concelebraron también algunos curas entre los que pude reconocer a un salesiano, por lo menos dos miembros de la prelatura del Opus Dei y algunos canónigos. No se puede decir que hubiera una nutrida representación del presbiterio oscense, seguramente porque mientras se celebraba una de las principales fiestas litúrgicas en la catedral, las Misas en las parroquias y los pueblos seguían celebrándose en sus horarios habituales. Asistieron también numerosas autoridades a quienes no voy a nombrar para no parecerme a D. Manuel en aquella Misa de San Lorenzo de hace un par de años.
El motivo para escribir esta carta es para lamentar la poca dignidad y escasa piedad con la que se celebró la solemnidad del cuerpo y la sangre del Señor. Si bien no ocurre nada nuevo, nada que no lleve años ocurriendo, sí es verdad que verdad que la tendencia es preocupantemente negativa.
¿Dónde estuvo la falta de dignidad y piedad? No en la propia celebración de la Misa, desde luego. El altar preparado de forma impecable, las vestimentas, “la vajilla”, los candelabros, fueron lo mejor de la casa. Ahí, como en otros temas, se nota la buena mano del Deán. Los cantos y la música prácticamente inmejorables teniendo en cuenta el organillo eléctrico y el coro con el que tiene que lidiar el bueno de D. José María quien ha mejorado mucho el repertorio de la catedral desde que fue nombrado canónigo. Las cofradías que participaron aportaron seriedad y saber estar. Al Santísimo se le rindieron honores a la salida de la catedral con el himno nacional, las campanas (de reciente restauración) tocando a arrebato y el disparo de cohetes que simulaban salvas de ordenanza. Las alfombras florales habían sido sustituidas por un pavimento herbáceo que no supe identificar procedente de alguna planta aromática.
Los niños y niñas de primera comunión acompañados por sus catequistas y familias asistieron masivamente al evento para aprovechar la segunda oportunidad en la que se podían vestir como princesas y almirantes. La preparación del vestuario de los niños y sobre todo las niñas y sus madres, contrasta con la deficiente preparación catequética que han recibido y que se pudo observar por lo que explico a continuación.
Los niños durante la celebración permanecían sentados cuando había que estar de pie, de pie cuando había que estar de rodillas, no participaban de las oraciones ni estaban atentos a nada de lo que sucedía en el altar. Los cantos en latín, a los que no está acostumbrados, tampoco colaboraron mucho en fijar su atención.
Hasta ahí todo dentro de la normalidad, los niños despistados, algún feligrés atento a lo poco que ocultaban las minifaldas de alguna de las mamás de los niños comulgantes (es que en Huesca los niños se comulgan) el Deán nervioso bajo su roquete controlando todos los detalles haciendo de maestro de ceremonias …, lo normal.
Lo anormal comenzó durante la consagración. Monaguillos, seminaristas, acólitos, hasta el Deán (quien no concelebraba) se arrodillaron con el primer toque de la campanilla que portaba uno de los monaguillos titulares de la Seo. Sin embargo entre el pueblo no lo hizo prácticamente nadie. Ningún niño, ninguna catequista, casi nadie. Durante la comunión se acercaron los niños charlando manifestando con su actitud que todavía no han comprendido qué significa esto de recibir al Señor. Probablemente porque nadie se los enseñó. Incluso vi a una niña comulgando en la mano con guantes delante del obispo.
Lo anormal dejó paso a lo bochornoso. Al finalizar la Misa se procedió a exponer al Santísimo en el ostensorio sobre el altar. Fue una exposición casi clandestina. Podríamos hablar de una exposición relámpago que sólo duró lo que se tarda en cantar un pangue lingua sin megafonía (esta vez la tradicional lotería catedralicia del fallo en la megafonía le toco al pangue lingua). Un sacerdote pedía inútilmente silencio por la megafonía, mientras un gran alboroto de niños, carroza, apertura de puertas, comentarios, sustituía la adoración por el caos y el ruido. En realidad recibió más parabienes y respeto la alcaldesa de la ciudad que Nuestro Señor presente en la Eucaristía. Es curioso como algunos que permanecían de pie ante el Señor inclinaban la cabeza al saludar a la alcaldesa. Casi nadie se arrodilló, casi nadie adoró al Señor. La mayoría le dieron la espalda mientras se apresuraban para pillar un buen sitio a la salida de la catedral. Por supuesto ningún niño adoró al Santísimo. Los niños, los más inocentes, no sabían que estaba ocurriendo, nadie les había explicado qué significaba ese gesto, ni Quién estaba sobre el altar. Las catequistas permanecían impasibles. A ninguna se le ocurrió decir a los niños que había que estar en silencio, de rodillas, adorando al Amor de los amores, al Rey de reyes.
Esta celebración fue un exponente de la pésima calidad de las catequesis en la ciudad de Huesca. ¿Qué hacen durante dos años? ¿Qué les enseñan? ¿Qué aprenden las pobres criaturas? No saben las oraciones de la Misa, no se saben comportar en Misa, y, lo peor de todo, no saben o no entienden lo que significa que el Señor esté verdaderamente presente en la Eucaristía. Incluso me atrevería a decir viendo lo que vi, aunque esto es una presunción, que la mayoría de las catequistas tampoco lo saben. ¿Y el resto de nuestra fe? ¿se enseña de la misma forma?
Quizás haya que aprovechar estas celebraciones para enseñar, para catequizar. Un diácono o un monitor explicando lo que significan las cosas, pidiendo que el pueblo se arrodille para adorar al Señor. No sé, algo habrá que hacer.
Lo que yo vi, también lo vio quien tiene autoridad para solucionar esto. No es su culpa, sólo lleva un año. Pero le ruego filialmente que haga todo lo que esté en su mano para cambiar la realidad que tiene ante sí.
Guara
16 comentarios
Catequistas buenos necesita la madre Iglesia...
Señor Obispo de la sede Oscense, o toma cartas en el asunto ya, en general y en particular con este tema, con el nivel sacerdotal, y con la verdadera dirección de la diócesis, o esto se va al traste. Si... más aun, que es posible.
LF:
¿En serio?
No sabía tal cosa.
Se puede decir que entre todos la mataron y ella sola se murió.
Y lo peor es que no está claro que don Julián, nuestro actual pastor, tenga los bríos suficientes como para coger el toro por los cuernos. Ojalá el Señor le dé coraje para ello. Lleva poco tiempo con nosotros. Confiemos en que sepa ver el problema.
En mi parroquia (Sto Domingo) nos arrodillamos durante la consagración menos del 5% de los fieles. Lo he comprobado en todas las Misas de precepto menos la primera del domingo por la mañana.
En la Misas de diario, el porcentaje sube notablemente, pero no llega ni de lejos a la mitad.
Intentemos hacer nosotros pues la autoridad ni está ni se le espera.
De todos modos, veamos las cosas por el lado positivo. Hasta que llegó Mons. Sanz no había procesión del Corpus (lo enseñaban un ratico por la plaza y corriendo lo volvían a esconder), puesto que a Osés nunca le gustó eso de la piedad popular, las procesiones y las devociones. Se cargó en su día todas las procesiones de Semana Santa, salvo la del viernes y porque no tuvo arrestos suficientes como para cargárselas todas. El párroco de la catedral siempre hace la misa muy respetuosamente y en eso también se ha mejorado.
En cuanto a los catequistas... los fieles oscenses son progres hasta los tuétanos y más todavía los "comprometidos" en parroquias. Las catequesis no valen para nada y las clases de religión con frecuencia tampoco. Lo digo por experiencia. Los buenos católicos, que los hay, pocos, pero los hay, no están en esas cosas. Para eso está la Acción Católica, antaño casi obligatoria, no sé cómo estará ahora la cosa. Y decir que funcionaba mal es ser caritativo. Un familiar estuvo metido en ella y los jóvenes ni siquiera iban a misa los domingos.
Me apena que en la Compañía se haya negado la comunión en la mano. Muchas veces he ido a misa allí y nunca me ha pasado. Aunqeu la llegada de un cura progre era cuestión de tiempo. No tenía ni idea.
Lo de los salesianos, me sorprende menos.
Por último defender a Mons. Sanz del que dice qeu no hizo nada. Hizo buenos nombramientos, resucitó en seminario, trajo seminaristas... hizo lo que pudo. Al actual obispo no lo conozco, pero siempre he sido contrario a que, como regla general, los aragoneses sean elevados al episcopado. Por lo general son blanditos por formación. Mucho más si se les destina a la diócesis de al lado.
Hasta que llegó Mons. Sanz no había procesión del Corpus
Pues no creas que no tuvo oposición. Pero tiró p´alante.
Por ejemplo: eliminemos el comenzar la Santa Misa de rodillas, eliminemos su sentido. Porque el que entra en Presencia de Dios se postra, como Moisés ante Dios en la zarza ardiente o como el vidente de Patmos ante Dios en su Mensajero. Pues así el que entra se postra ante Dios presente sobre su alta.
Pero: eliminémoslo.
Si convertimos una genuflexión en un acto ad libitum o la eliminamos, convertimos todas las genuflexiones en actos ad libitum o las eliminamos. Porque somos humanos todos, pecadores todos y el que escribe el que más.
Y con la música litúrgica (ojo con el calificativo, eh: LITÚRGICA, entiéndase en toda su significación) lo mismo. El Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei han devenido en mero adorno ocasional. Los domingos apenas si se recitan con inusitada rapidez, pasando por las palabras con menos cuidado que cuando hablas a tu perro (quien tenga perro). Cuando se cantan, y más cuando se cantan como la Iglesia quiere que se canten (véase la Sacramentum caritatis) pues resultan elementos alienígenas a nuestro entendimiento y a nuestra sensibilidad.
Pues así todo.
Hemos convertido lo esencial en ornamental. Y sólo hay una vuelta y una sanción posibles, pero no la menciono de nuevo no sea que me crean más radical de lo que soy.
Dejar un comentario