8.06.22

EWTN España se presenta mañana en Alcalá de Henares con la presencia de Mons. Reig Pla

El canal católico EWTN presentará su proyecto evangelizador en una de las diócesis con más peso y tradición en España, en Alcalá de Henares.

El acto se celebrará mañana 9 de junio a las 20:00 horas en el Salón de Actos del Obispado de Alcalá de Henares. La presentación del evento la realizará D. José Carlos González-Hurtado, presidente de EWTN España y se contará con la presencia de Monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de la Diócesis.

El objetivo del canal católico de EWTN es el de anunciar el Evangelio tal y como nos pidió Nuestro Señor Jesucristo con el anuncio de la verdad y siguiendo fielmente el Magisterio de la Iglesia Católica, la Iglesia fundada por Jesucristo.

Un espacio para compartir como católicos momentos de reflexión, de oración y de unidad, en un momento histórico que sin duda nos pide más unión fraterna entre todos.

Con motivo de esta presentación el presidente de EWTN España, José Carlos González-Hurtado, valora brevemente el acto.

¿Por qué en Alcalá de Henares?

EWTN España empezó sus emisiones el 8 de diciembre de 2020, y justo un año y medio después nos presentamos “en casa”.

La sede en España de EWTN está en la diócesis complutense y justo este 9 de junio, EWTN España se presenta en el Aula Civitas Dei en Alcalá de Henares, en el salón de actos del Obispado, en un acto presidido por Monseñor Reig Pla.

Es importante consolidar EWTN en España, país que tiene un papel fundamental en la Historia de la Salvación.

Así es, pensemos que cuando el arrianismo parecía que iba a acabar con nuestra fe, el Obispo Osio de Córdoba presidió el concilio de Nicea, cuando los cátaros amenazaban media Europa, Santo Domingo fundó la Orden de Predicadores, que paró a los albigenses, cuando el protestantismo se extendía como un incendio San Ignacio creó la Compañía de Jesús que frenó la amenaza de Lutero, y así hasta nuestros días… España es la nación con más santos, casi el 50% de todos los santos y beatos en el Martirologio Romano son españoles.

Ahora parece que tenemos que vivir nuestra fe “en las catacumbas”…

Por eso, precisamente, es el momento de proclamar “La alegría y el orgullo de ser católico” otra vez en España y desde España. Y así como muchas veces han sido los medios de comunicación los responsables de traernos la tristeza del materialismo y la desolación del relativismo a nuestras familias y hogares, así un medio de comunicación – una televisión- nos trae el antídoto: EWTN sólo está para llevar la luz y la alegría del Evangelio a los hogares españoles.

Por Javier Navascués

4 comentarios

  
Pedro de Madrid
Como llevo años jubilado EWTN la veo por la mañana y me gusta mucho, son pocas las TVs que se pueden ver sus contenidos, revuelven las tripas por sectarias, radio sólo Radio María, la tengo fija. No se que pasaría con la segoviana Mónica, la anterios representante en España y Portugal de EWTN. Han logrado imponer la indiferencia o el ateismo en la sociedad española desde la muerte de Franco, comenzando por el Rey y casi todos los partidos políticos que critican duramente si un obispo da normas a los feligreses católicos a la hora de las elecciones.
08/06/22 1:44 PM
  
hornero (Argentina)
Que el Dios terrible de Majestad, Inmensidad y Poder sacuda las mentes y corazones apocados. Que colme el vacío dejado por el racionalismo-irracional fruto de la apostasía incubada en las postrimerías de la Edad Media aristotélico-tomista.

Que la Aurora de María irradie la Luz de la Gloria de Cristo; que no sea acallada esta Fuente enviada por Cristo. Ella devuelve la alegría de la fortaleza necesaria para vencer la apatía de nuestros tiempos.

Que España, nuestra Madre Patria, que descubrió, evangelizó y construyó el Nuevo Mundo, sea capaz de evangelizarse a sí misma y al Viejo Mundo que camina a la deriva.

Que España se sume a las fuerzas de la cristiandad que despierta al llamado de la Madre de Cristo a cruzar una vez más el océano ignoto de la Fe, “Cruzar el umbral de la Esperanza” (S.J.P. II), y descubrir el Mundo Nuevo que viene, prefigurado por el Nuevo Mundo.

Con grande esperanza oramos por la obra de EWTN a la Virgen, que signó estas tierras por obra de don Cristóbal Colón, de los Reyes Católicos, de los conquistadores y misioneros, devuelva a España el ciento por uno de sus empeños.


08/06/22 2:34 PM
  
hornero (Argentina)
EL TEMOR DE DIOS.

El gran vacío existencial producido en el mundo moderno, esa insustancial y universal apariencia de “civilización global” que no logra sostenerse a sí misma, esa gigantesca construcción que sin interrumpirse se desmorona como castillo de arena, sufre la ausencia del sustento invisible: el Temor de Dios.

La preservaba de su orfandad. Colmaba con su sombra protectora la cruda intemperie de una realidad estéril, segregada de la Fuente divina de su ser. ¿Qué nos dicen los hombres y las cosas arrancadas de la gravitación universal de lo divino? Fantasmas inexplicables en la noche de la inteligencia y del alma desolada.

El Temor de Dios. Hoguera de Dios que caldea,abriga y guía como la columna de humo a Israel por el desierto, como a Moisés, la zarza ardiente.

Sustento de Dios, sin el cual el maná y las codornices fueran inútiles.

Ausencia de la presencia del Padre que sostiene la Casa.

Tristeza del desamparo de una humanidad vuelta como el hijo pródigo del Evangelio.

¿Volverá?

Sí, después de haber dilapidado los bienes que reclamó de su Padre, después de haberse alimentado de las bellotas de los cerdos.

Y nuevamente, el Padre irá a su encuentro con los brazos abiertos, la estrechará contra su Corazón, la vestirá de gala, habrá fiesta mayor que la vez primera, porque en este su nuevo regreso la acompaña María que la ha tomado con sus Manos, le ha infundido el Temor del Padre que confortó a Ella y a Su Hijo en la Cruz.

¡Oh, Madre del Temor, que éste reine nuevamente en el mundo triste, huérfano, aturdido, desolado!

¡Que los mundos lo proclamen e irradien desde sus órbitas regidas por él! ¡durante la noche que nos embarga!

08/06/22 10:51 PM
  
Maria M.
Una vez más y como es habitual en él, Monseñor Reig Pla acertando con lo que hace en su defensa de La Iglesia y la propagación del Evangelio. Gloria a Dios!!
09/06/22 9:37 AM

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7.06.22

P. Gómez Mir: “Hoy el cristiano tiene poca formación, voluntad fofa y criterios de actuación bobos e inanes”

El P. Antonio Gómez Mir es párroco de San Jordi de Barcelona y capellán de Hispania Martyr. Cuenta con un canal formativo STAT CRUX - YouTube

En esta ocasión reflexiona sobre la presentación del libro El liberalismo es pecado que tendrá lugar en su parroquia este viernes a las 10 de junio a las 20:30.

¿Qué supone para usted que se presente la reedición del libro El liberalismo es pecado en su parroquia?

En la medida que Felix Sardá i Salvany fue un sacerdote diocesano de Barcelona es un homenaje a su celo sacerdotal ingente. Mn. Sardá fue un hombre de Dios, de piedad sacerdotal y trabajo apostólico incuestionable. Un precursor de la doctrina social de la Iglesia en su Sabadell natal donde todavía conserva una calle en agradecimiento a su labor con los obreros y los pobres. Un sacerdote bueno que cedió su enorme casa familiar a unas religiosas para crear un asilo de ancianos, mientras el se reservaba una pequeña y deslucida habitación donde murió.

Fue un apóstol y un defensor de la fe con todos los medios que le proponía su época. Un innovador en el apostolado de la prensa. Esa clase de sacerdotes de una pieza que es faro y que atrae las miradas de los que buscan.

Sin duda, un libro que ha hecho mucho bien y sigue vigente, pues el liberalismo en sus múltiples formas está presente en la sociedad y lamentablemente en muchos católicos.

La Iglesia ha pasado por crisis que afectaban accidentalmente a su realidad: la relajación de los religiosos, la corrupción del clero, las herejías que debían de ser corregidas…Todo eso ha sido reformado una y mil veces, y lo será hasta el fin de los tiempos, porque donde hay hombres hay pecado, y “Ecclesia semper reformanda” al soplo del Espíritu Santo.

El verdadero peligro para la Iglesia es una crisis de identidad. Es decir, cuando la Iglesia ya no sabe quien es, ni para que está en el mundo, sin ser del mundo. Se olvidó del “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación".

Con los católicos pasa lo mismo. Hoy el cristiano adolece de poca formación y voluntad fofa, sus criterios de actuación son bobos e inanes. Está desubicado. No sabe quien es, ni porque está aquí. Ha perdido su verdadera identidad. No hay certezas fuertes en su vida sobre las que edificar con esperanza. Todo fluctúa en su interior y a su alrededor: se tambalea él, con su motivaciones, sus pobres deseos, sus vanas ilusiones…arrastrado en su deriva existencialista a su familia y todo lo que ama.

Es necesario volver a edificar vidas sobre bases firmes, sobre la “Roca” de la Verdad.

Es alentador que sean unos jóvenes, Jóvenes por España, los que promueven este gran clásico de espiritualidad.

Uno de los grande gurús del liberalismo, Francis Fukuyama, decía que ha llegado “el fin de la historia” El liberalismo económico y político, la «idea» de Occidente, sostiene el autor, finalmente se ha impuesto en el mundo. Esto se evidencia en el colapso y agotamiento de ideologías alternativas. Así, lo que hoy estaríamos presenciando es el término de la evolución ideológica en sí, y, por tanto, el fin de la historia en términos hegelianos.

Es decir, que nos toca comernos esto que nos dan sí o sí. Pues no, decimos nosotros. Las ideologías están agotadas, de acuerdo, no podía ser de otra manera; pero la Verdad está viva, y tiene un nombre: Jesucristo. Solo hay que buscarle y seguirle para construir la Ciudad de Dios y militar bajo su bandera.

El fin de la historia se produce cuando uno está viejo y resignado, incapaz ya de cambios en su vida… Alguien es viejo cuando está en esa actitud inmóvil y moribunda. Los jóvenes católicos tocados por la fuerza del Espíritu no están dispuestos a considerar que la situación actual de un occidente cristiano en sus últimos estertores es el final de la historia. Ellos saben por fe y por propia experiencia que donde Cristo entra los muertos resucitan y todo se hace nuevo.

Igualmente, lo es contar con el profesor Javier Barraycoa, que ha hecho un potente estudio preliminar sobre el libro.

Javier Barraycoa es amigo muy querido y su iniciativa con esta reedición es una más de sus incansables andanadas conta el liberalismo que tanto agradecemos.

Cuando Sardá escribía el liberalismo apuntaba y las consecuencias aún eran insospechadas. Ahora ya sufrimos los efectos. Ahora nos limitamos a recorrer la ciudad saqueada y arrasada por esa ideología ya que el “napalm” liberal ha fulminado toda realidad tradicional: Iglesia, familia, cultura, arte, tradiciones, vida comunitaria…

Sardá era consciente de que la predicación ya no era suficiente, había perdido la influencia secular que había tenido sobre los cristianos y ahora se abrían nuevas ágoras desde donde se propagaba el error. Si la prensa había servido a la causa del error, desde ese momento, pensaba Sardá, la pondría a servicio de la luz.

“Las hojas de propaganda católica”, la “Revista popular”, la “Biblioteca popular”… nacen de su necesidad de llegar a todos, especialmente a las clases obreras, a los más sencillos…

Es muy necesario volver a escribir, hacer conferencias, editar, publicar en mil soportes…hoy es más posible, y muy efectivo. Conozco a no pocos que, durante la prisión preventiva de la pandemia, han vuelto a otear la luz y hacerse preguntas gracias a un blog católico que han estado siguiendo o unos vídeos de catequesis en youtube.

¿Cómo animaría a los fieles a acudir al acto y sobre todo a leer el libro?

El liberalismo es pecado es un libro de trinchera, de resistencia, para cristianos “emboscados”. Cada vez te encuentras más cristianos que tienen esa sensación de estar solos en medio del campo de batalla, después de haber cedido todas las posiciones posibles delante del mundo y su acometida liberal y secularizadora.

Toca reorganizarse, crear pequeños grupos o comunidades resistentes, formar redes de lealtad basados en la amistad, rehacer vidas desnortadas, despertar la inteligencia de los misterios de la fe en los que nunca los han conocido, robustecer rodillas vacilantes y voluntades enfermas, remover el deseo de lucha ascética, disponerse a ocupar nuestro sitio en la brecha en defensa de la fe… para todo eso es necesario participar de actos como este y leer libros como este.

También pudiera interesar a personas no creyentes con inquietudes intelectuales, pues el liberalismo desgraciadamente ha sido y sigue siendo un tema clave en la historia de España.

El liberalismo tardó en entrar en España…sobre todo en el pueblo. Los cambios políticos son rápidos, pero los cambios de mentalidad no tanto. El pueblo estaba permeado por la tradición católica hasta los tuétanos… Ha sido la Masonería la partera de ese cambio. La historia de España no se entiende en los dos últimos siglos sin su acción. La Masonería sabía que debía ocupar el lugar que la Iglesia había ocupado durante más de diez siglos en la cultura y la educación. Lo ha hecho y el cambio de paradigma ha sido total y altamente efectivo. Ha conseguido sus fines…

Cualquier persona con criterio independiente que quiera buscar sinceramente las causas y génesis de este estado de cosas lo va a encontrar. Sigue habiendo una mayoría de gente intoxicada por la lectura liberal de la historia que hacen los medios de comunicación al servicio del Leviatán, pero cada vez hay más jóvenes sin ninguna formación cristiana, hijos de los últimos años de hambruna cultural y educacional, pero que ya no ven la “tele” y por las redes buscan, rebuscan y finalmente encuentran…

Por Javier Navascués

14 comentarios

  
Urbel
Me encanta el nombre del lugar ¡Vallcarca! ¿Qué significa carca en catalán?

Me recuerda al eminente Filósofo Rancio, el dominico fray Francisco Alvarado.

Buena noticia, deseo que la presentación en Barcelona de esta reedición del libro clásico de Sardá tenga tanto o mayor éxito que en Madrid el pasado 13 de mayo, fiesta de la Virgen de Fátima, bajo la presidencia del obispo Atanasio Schneider.

Todavía setenta años después de Sardá seguía escribiendo otro dominico como el Rancio, fray Antonio Royo Marín:

"Sólo un liberalismo trasnochado y anticatólico puede tener la ridícula pretensión de que el error ha de ser tratado igual que la verdad y tener los mismo derechos que ella" ("Teología moral para seglares", BAC, 1957, t. I, p. 242).
07/06/22 1:12 PM
  
hornero (Argentina)
Coincido con el P. Gómez Mir en la apreciación del título.

En efecto, el liberalismo es fruto del racionalismo-irracional que ha destruido progresivamente la certeza de la inteligencia sobre la verdad objetiva de lo real. Así, ha degradado su certeza hasta el abismo del nihilismo, negador de la propia existencia del hombre.

Es comprensible, por tanto, que tal descreimiento haya carcomido los cimientos del orden racional en todas partes donde se ha hecho presente, sea por las universidades, políticos, cultura, medios de comunicación, consumismo, corrupción.

Un mundo disuelto en sus fundamentos no puede generar sino el caos de autodestrucción que observamos. Todo indica que es un tiempo final, no de la humanidad ni de la historia, en el sentido que lo dice Fukuyama, sino en el sentido que lo afirma San Pablo: “despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo por la seducción de la concupiscencia, para renovarse en lo más íntimo de su espíritu y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad.” (Ef 4, 22-24).

El mundo del “hombre viejo del pecado” va a su extinción, pues “lo que provoca la muerte es el pecado” (I Cor 15, 56). Lo sucede el mundo del “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo.

Ésta es nuestra respuesta al mundo de la moderna Babilonia. Mientras ésta se derrumba, se pondrá de manifiesto nuestra verdadera condición, que ya ha comenzado a manifestarse.

Porque María irradia desde su Aurora la Luz de la Gloria de Cristo que se Manifiesta de modo creciente ante la Iglesia, la humanidad y el cosmos (cf Col 3, 4).

La Iglesia y la humanidad toda deben despertar ante la magnificencia de la nueva Edad del Reino, por la que la Historia es transfigurada en los “nuevos tiempos de María”.

“Los tiempos escatológicos suceden, así, al liberalismo, al racionalismo irracional, al nihilismo, y a sus engendros amorfos de “voluntad fofa y criterios de actuación bobos e inanes” al decir del P. Gómez Mir.

Nos estamos topando de repente con el Misterio, negado por el mundo moderno y olvidado en la Iglesia a causa de su mundanización.

El Misterio es la verdadera dimensión de todo lo creado, ángel, hombres y universo material. ¿O la inteligencia racional natural está capacitada para conocer lo inefable de cuanto ha sido creado y participado por el Logos, Verbo de Dios?

Navegamos en el Misterio de la absoluta inteligibilidad de las profundidades ontológicas de los hombres y de las cosas. “Ni ojo vió, ni oído oyó, ni pasó por pensamiento de hombre alguno lo que Dios tienen reservado para los que lo aman” (I Cor 2, 9). )

El tiempo se transforma en un volcán que erupciona cuanto ha permanecido oculto al “hombre viejo del pecado”. El magma que derrama es la Gloria del Creador, del Padre, Hijo y Espíritu Santo que ha de cubrir la Creación hasta hacer del Reino una Unidad del Cielo y de la tierra.

El sello de la Trinidad, su impronta o imagen signan el Nuevo Mundo que viene traído por la Aurora de María.


07/06/22 3:09 PM
  
Alvar
El cristiano de hoy es un cristiano bombardeado desde el nacimiento con los errores de los últimos dos siglos y desde hace 60 años sin la adecuada defensa de la jerarquía de la Iglesia. La Iglesia ha de restaurar su pureza o no hay nada que hacer. Lo extraordinario es que aún quedemos cristianos, por poco tiempo si seguimos buscando primaveras demagógicas y tolerando el mal en los propios pastores.
07/06/22 4:47 PM
  
Ireneo
Muy buena entrevista.

"Toca reorganizarse, crear pequeños grupos o comunidades resistentes, formar redes de lealtad basados en la amistad..."

Eso se lleva reinventando más de un siglo en forma de Acción Católica, Opus Dei, Carismáticos, Neocatecumenales, etc... y no funciona. Parece que si, pero no. Cada 30 años sale uno nuevo que sustituye a los pasados de moda.

No funciona porque si quieres comer, tienes que trabajar en el mundo, con las condiciones del mundo, los estudios que te marca el mundo, su educación obligatoria para niños, sus reglas, sus criterios financieros, sus impuestos, su hipoteca si quieres un techo, sus médicos, sus comercios....

La mayoría de los que se dicen cristianos convencidos no sacan tiempo ni para ir a Misa a diario. Llevo años oyendo a muchos presumir de que tienen el tema bajo control porque pertenecen a ese o este grupo, cuando hace décadas que el mundo controla todas nuestras actividades, desde el horario diario, actividades laborales, de ocio...

Además, no nos engañemos, la aspiración de la inmensa mayoría de la gente es llevar una vida en plenitud ahora. Luego también claro, pero sobretodo que no falte en esta vida.

07/06/22 6:28 PM
  
Terminus
Los católicos padecemos la dispersión de herejes y blasfemos, de asalariados de la política y el mundo.
El liberalismo es pecado, el conservadurismo es pecado, el marxismo es pecado, el progresismo es pecado, el socialismo es pecado, el comunismo es pecado, la masonería es pecado y toda ideología es pecaminosa porque es enemiga de Jesucristo Nuestro Señor.
Pero eso de "clases obreras" es muy marxista. No hay clases para Jesucristo. Y los obreros son tan pecadores y están tan desorientados como los multimillonarios, los ricos que quieren engañarles satánicamente.
Jesucristo Nuestro Señor y la Santísima Virgen María NO eligió "sabios" para transmitir la VERDAD, como así lo ha mostrado Sta. Faustina Kowalska, los niños de La Sallete, Lourdes, Fátima, etc., luego la soberbia intelectual y el engreimiento presuntuoso de creerse maestro "bien formado y ubicado" en un mundo de tontos, es muy diabólico y tendrá con toda seguridad el castigo del falso profeta si lo que se enseña son preceptos de hombre, que no de Dios, como la DSI, por muchos seguidores ciegos que se tengan.
07/06/22 7:01 PM
  
hornero (Argentina)
Es de comprender el escepticismo de muchos cristianos ante el fracasado intento de sobreponerse al proceso de demolición de la cristiandad y de la racionalidad llevado a cabo por el demonio.

Debe tomarse en cuenta la condición de ser degradado en su constitución ontológica del ángel caído: lo peor es la corrupción de lo mejor. Opera como esos agujeros negros que,según los astrónomos, se tragan los mundos. Es el anti-ser, un cuasi-ser o cuasi-nada, algo intermedio entre el ser y el no ser, puesto que no participa del Ser de Dios.

Por eso actúa produciendo vacío, destrucción y muerte de las inteligencias y voluntades.
Mas, el demonio no puede ante la omnipotencia de la Virgen participada por Su Hijo, que le arrebatará los feudos usurpados y pisará su cabeza.

Así, la Aurora de María irradia la potente Luz transformante y vivificante de la Gloria de Cristo que se Manifiesta por Mediación de Su Madre.

“Causa de la Aurora más resplandeciente es el Señor. Yo haré que la veáis” (Mens. de la Virgen en San Nicolás – Argentina).

Ante la depresión exangüe de la Iglesia y de la humanidad, despertemos. Proclamemos la Aurora victoriosa de María, el triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo, anunciado por Ella en Fátima, y dispongamos nuestros espíritus como faros de esta Luz que ha de llevar a la Conversión a nuestros hermanos los hombres.

07/06/22 9:50 PM
  
Vicente
El buen cristiano sabe quién es, de dónde viene, hacia dónde va, etc.
Y se fía de la Madre Iglesia que le va orientando y enseñando a lo largo del camino. En el fondo es el Espíritu Santo quien guía y defiende a la Iglesia.
07/06/22 10:56 PM
  
gustavo perez
La reedición y lanzamiento del libro del P. Sardá, el liberalismo es pecado da ocasión para lanzar un SOS sobre la situación de la Iglesia en la coyuntura actual con ester pontificado y con sus cohermanos jesuitas que se han tomado muy en serio la destrucción -desde dentro- como otro sansón de las columnas que la sustentan. Y no se salga ahora con la cita repetida de que "las puertas del infierno no prevalecerán" porque no se trata de esperar los tiempos escatológicos sino de actual "aquí y ahora". He leído en el artículo que "El verdadero peligro para la Iglesia es una crisis de identidad. Es decir, cuando la Iglesia ya no sabe quien es, ni para que está en el mundo, sin ser del mundo".

"Con los católicos pasa lo mismo. Hoy el cristiano adolece de poca formación. Está desubicado. No sabe quien es, ni porque está aquí. Ha perdido su verdadera identidad. No hay certezas fuertes en su vida sobre las que edificar con esperanza". Se ha sembrado la confusión y la ambivalencia en el credo, en la teología escolar y en la moral...
07/06/22 11:03 PM
  
hornero (Argentina)
Después de reflexionar ¿hemos advertido que vivimos en un mundo espacio-temporal colmado por el ser participado por el Ser divino Creador? ¿Qué porción del universo carece de ser?

Todo ente creado permanece en el ser por el acto creador ininterrumpido del Verbo. Si Dios interrumpiera su acto, todo volvería a la nada. Pero los actos de Dios son definitivos, absolutos, irrevocables.

Por lo tanto estamos de modo constante sostenidos en nuestro ser por voluntad de Dios, además de inmersos en el océano de la Creación.

Nuestra realidad, así como la de las cosas infrahumanas, cada una según su orden ontológico, participan de la santidad divina, por lo cual son sacras, esto es, partes integrantes del Reino. Esto eleva en medida inconmensurable nuestra condición de hombres y la del universo que nos alberga.

Por lo cual, vivimos sin verlo ni advertirlo, en un orden que trasciende nuestra experiencia, que sólo nos muestra “una tierra inhóspita que produce abrojos y espinas” (Génesis).

La tierra que habitamos se proyecta en el espacio, y todo ello cae bajo el gobierno que debemos ejercer conforme al señorío de soberanía que Cristo nos participa.

Tenemos la grave responsabilidad de “restablecer la armonía primitiva” (Pío XII) perdida a causa del pecado original, pero ya reparada nuestra pérdida por Cristo.

Se abre a los cristianos un horizonte inconmensurable; se inicia en nuestro hoy, y se prolonga por la eternidad.

El vacío producido por el liberalismo, los cristianos lo colmamos con la comprensión del designio del Creador que nos convoca a responderle.


07/06/22 11:39 PM
  
Marta de Jesús
Al contrario que Ireneo, pienso que sí funciona y que debemos seguir por ahí con la ayuda del Espíritu Santo. Si no hubiera sido por grupos así y por parroquias que gracias a santos sacerdotes no se han dejado arrastrar, estaríamos totalmente extintos, en vez de 'afectados'. Pero Dios no permitió nuestra extinción y no la permitirá nunca, creo yo. Nos va mostrando el camino en medio de la densa niebla. Es triste vernos afectados, pero crecer rodeado es lo que trae consigo. Y Dios siempre nos permite limpiarnos y levantarnos, si nos acercamos a Él de corazón.

La plenitud en esta vida no viene y nunca vendrá de las estructuras de pecado. Las autopistas al infierno son anchas, muy anchas.

Hemos de crecer entre la cizaña. Y estar dispuestos incluso al martirio. Ir diferenciándonos. Dios nos irá mostrando por dónde. De momento reeducamos en casa, pero tal vez llegue un momento en que debamos tener nuestra propia escuela. No me refiero a las concertadas vendidas al sistema, sino una verdaderamente católica. Con los hospitales ídem. De momento sorteamos con el aborto, la eutanasia y otras monstruosidades. Pero iremos viendo. Así con todo.

Pienso, pej, en Santa Mónica, el marido que tuvo que soportar por estar rodeada de paganos. Pero su vida (oración, sacramentos, servicio...) sirvió para que otras mujeres tras ella pudieran casarse con amorosos cristianos. Sentar las bases del mañana aunque no veamos ese mañana.
08/06/22 4:17 PM
  
Maria M.
Por aquí dice un comentarista que los grupos de oración y comunidades cristianas de movimientos católicos como el OPUS, Neocatecumenales, Renovación Carismática, no funcionan.....Eso es mucho decir, estoy en total desacuerdo, posiblemente algunos de estos grupos crecen poco en número de miembros, pero eso no significa que no funcionen. Pertenezco y he pertenecido a algunos de estos grupos y ya lo creo que funcionan, si por funcionar se entiende, que te acercan a Dios y al prójimo y te ayudan a crecer espiritualmente.

Tampoco estoy de acuerdo con el autor de este artículo cuando dice que los cristianos de ahora son fofos con criterios de actuación bobos.....Como si hace 40 años los cristianos fueran menos bobos.....Yo recuerdo mi entorno de cuando era niña y la formación espiritual de familiares y amigos que nos rodeaban , la verdad es que dejaba bastante que desear, aunque iban a misa todos los domingos....

Creo que quizá ahora hay más personas que viven un de un modo más comprometido su Fe, aunque no sean muchas y los que antes iban a la iglesia porque era lo que se hacía y se llevaba, ahora ya no sienten que deban vivir en en esa hipocresía...

No se engañen señores, cada vez hay más guerreros fieles a Jesucristo y dando la Vida por Él, pero de muchos de ellos no se enterará el mundo, porque donde hay grandes batallas, hay grandes héroes y guerreros y estamos en Guerra!!! Y menuda Guerra!!! Tenemos al demonio metido hasta en el Vaticano!!!

Cristo ya ha vencido a la muerte!!! y que la Madre de Dios aplasta la serpiente también lo sabemos.....
08/06/22 6:56 PM
  
Ireneo
Creo que hay que diferenciar la experiencia personal individual del resultado colectivo. A nivel personal, hay gente contenta en el Opus y en los Neocatecumenales, al igual que hay gente que no tiene buenas experiencias. Me alegro por los que están a gusto.

Pero no se trata de ir comparando cómo le ha ido la película a cada feligrés . El Opus y los Kikos son, precisamente, dos de los movimientos más fuertes de la Iglesia en los últimos 50 años. Los dos españoles. El Opus, en particular, con una influencia enorme a nivel político, empresarial y social de todo tipo. Los Kikos con un apoyo eclesial que no se queda atrás.

Entonces, ¿España debería haber sufrido un cambio radical (a mejor) con el nacimiento de tales grupos?. Pues que cada uno lo valore. A eso me refiero cuando digo que no funciona.

El por qué creo que no se puede tratar a base de comentarios. Por eso lo dejo aquí.

08/06/22 11:38 PM
  
Maria M.
Gracias por tu comentario Ireneo:

Cuando he escrito sobre los diversos movimientos no trataba de hacer comparaciones, entiendo lo que quieres decir, no hablaba de mi experiencia personal, pues como he escrito, no pertenezco actualmente a estas Comunidades cristianas o movimientos, pero sí he visto con mis ojos como sí les ayudan a otras personas, y veo y no lo puedo negar que son muchos los testimonios de crecimiento en la Fe.

09/06/22 8:28 AM
  
Maria M.
Con respecto a lo que dices de que no funcionan los Movimientos, sean grandes o pequeños, sigo diciendo que Sí funcionan, pues gran parte del pequeño Resto de cristianos que viven y practican su fe con compromiso, pertenecen a estos movimientos, y sin estos Movimientos y Comunidades suscitados por el Espíritu Santo, los miembros de la iglesia Militante seríamos muchísimos menos todavía.....He sentido y vivido en mi y en otras personas, que gracias a pertenecer a una Comunidad, a un Movimiento o a un grupo de oración, muchos cristianos no hemos abandonado la Fe.....El Espíritu Santo nunca se equivoca y nos ha enviado refuerzo y auxilio a través de ellos.
09/06/22 9:28 AM

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6.06.22

El rosario como escala celestial. Profetismo, sacerdocio y realeza. Análisis de Dionisio Romero

Dionisio Romero es en la actualidad profesor de Prácticas de Realización Cinematográfica en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. Ha escrito seis libros, entre ellos Kaligandaki; un viaje andando al Tibet y premio Nacional de Poesía José Hierro o el último “Naturaleza Intangible; textos para los que resisten y recuerdan” . Como director de documentales su último trabajo es “Sagrado mantel de Coria: testigo de un acontecimiento que cambiaría el mundo” y anteriormente “Felix Rodríguez de la Fuente; Vida y obra” para TVE.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre el rosario como escala celestial?

En principio me animaron unos amigos recién llegados a la Iglesia Católica, a que escribiese las observaciones y meditaciones que sobre el rosario había ido desarrollando y que a ellos les resultaron motivadoras. El libro fue apareciendo en el proceso de su escritura, en una suerte de engarzamiento de temas, que ya manifiesta la consistencia y riqueza de esta práctica. Es siempre un motivo de inspiración confirmar la coherencia de la doctrina, donde cada aspecto particular resuena en una visión de conjunto.

La idea de escala, que hunde sus raíces espirituales en el sueño de Jacob, nos da a su vez, una imagen fecunda de la unión del cielo y la tierra, imagen que para Cirilo de Alejandría y otros padres, se encarna en Jesús.

La escala hace alusión al movimiento ascendente de las potencias del alma y al descenso de las gracias, dado que el cristianismo ni es solo una metodología, ni participa de la visión gnóstica de la auto-realización, nada somos sin esa irrupción de la Gracia en nuestras vidas. En otro sentido, por completar un poco más la imagen, una escala se representa como un itinerario, donde cada peldaño o parada del viaje, nos lleva a otro estado, así Benedicto XVI nos señalaba en un escrito sobre la santa escala de Juan Clímaco: “Para mí es particularmente importante el hecho de que el culmen de la escala, los últimos peldaños sean al mismo tiempo las virtudes fundamentales, iniciales, más sencillas: la fe, la esperanza y la caridad”. Recordemos que el rosario se inicia con el misterio de la Anunciación y en quince escenas nos adentramos en el misterio de la Coronación. Este viaje es lo que nos promete y dona el rosario. No hay peregrinación más audaz, más hermosa y comprometida que este viaje de la mente al corazón de nuestro ser, al núcleo donde se ha impreso, como un sello, nuestra imagen divina.

¿Por qué en esta oración esta muy presente la revelación y la Tradición?

En todo lo bueno que existe en nuestra fe católica, la revelación y la tradición son inseparables, este es el fundamento de la doctrina y de la Iglesia. Por eso hay que desconfiar de aquello que no tenga impreso este doble testigo. En el rosario se hace un recorrido esencial de la revelación de Cristo, y este desvelamiento lo hacemos desde la autoridad y maestría de la Virgen María. Ella nos habla en cada misterio, nos invita a entrar en su intimidad para transformarnos en y con Jesús.

Con el rosario, pasa como con la Santa Misa, para ayudarnos a su eficacia sagrada, a su correcta teosis, la tradición lo ha ido modelando con una forma y con un método perfecto. Todo en el rosario transmite y comunica esta coherencia, esta resonancia de significados y secretos. Precisamente, mostrar esta riqueza, fue el motivo central de escribir el libro, dado que no siempre los católicos toman conciencia de su belleza y su potencial.

¿Cuál es el objeto más profundo del rosario?

Lo que la teología espiritual ha denominado la in-habitación Trinitaria y el apóstol san Juan nos revelaba de boca de Nuestro Señor: “si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y en él haremos morada” Una promesa impresionante, transformante, plena de vida y verdad, que nuestra Madre Celestial nos muestra en la majestad de su coronación, la última escena del rosario. Y esto unido a un aspecto también prioritario en el rosario, que es la participación en una milicia, comandada por la Virgen, para reparar las faltas que nos separan y enemistan de su Hijo y para ayudar al retorno de los hombres a las fuentes de nuestra naturaleza sobrenatural. Este doble aspecto, personal y universal, refleja la antropología cristiana, donde no se polarizan dos fines distintos, como en esas estériles dicotomías propia de las ideologías modernas, que separan lo privado de lo público, lo personal de lo colectivo.

¿Qué nos puede decir acerca la forma y el número?

En el libro se desarrolla este aspecto poco conocido. La forma no es circular, como pasa con el rosario budista que expresa su metafísica sobre el eterno retorno y el samsara, o en el tasbih musulmán que es una repetición de los nombres de Alá, en un círculo de invocación incesante. En el rosario cristiano hay también un corona o círculo, pero también un tallo vertical que rompe el círculo, conformando por lo tanto una espiral. Esta espiral alude a la irrupción de la Gracia, a un movimiento del espíritu que se desarrolla, se expande y se interioriza, que no está cercado por la inmanencia o por un tiempo que se cierra así mismo, como en el tiempo cronológico, sino que de alguna manera escapa hacia un tiempo eterno, hacia un destino, como una flecha que se abisma en el cielo.

Además, hay un número preciso de cuentas, que son las 153 avemarías que se repiten en el rosario completo tradicional –misterios gozosos, dolorosos y gloriosos- Este número aparece en la biblia en la escena de la pesca milagrosa relatada por san Juan. De misteriosas resonancias y que san Jerónimo, san Agustín o santo Tomás nos dan distintas interpretaciones y por citar otra fuente de mayor calado, se hace presente en los 153 días que duran las apariciones de la Virgen en Fátima, donde ella misma se nombra como la Virgen del Rosario. Por no alargar la respuesta, los números están presentes en el rosario, de una manera no siempre percibida, pero que opera a un nivel simbólico y nos hace resonar, como en una partitura musical, donde la precisión y la armonía son inseparables de la melodía final. En todo el arte sagrado y en la liturgia, siempre está presente una conjunción orgánica entre forma y esencia y este aspecto lo hemos perdido en la actualidad por influencia de la filosofía moderna, donde interpretamos que lo formal es secundario, casi opcional, esta incomprensión del lenguaje sagrado, es una ruina para la piedad y una falacia que todo católico debiera observar y combatir.

¿Qué es la escala gnoseológica y por qué no tiene nada que ver con la gnosis, condenada por la Iglesia?

Hay palabras malditas, a veces de manera inapropiada. Gnosis, es una palabra griega que significa conocimiento o sabiduría y así la usaron los Padres de la Iglesia, que precisamente nos legaron la convivencia de la fe y la razón o en un sentido histórico la herencia judía y la griega. Ciertamente, desde el principio hubo sectarios que cayeron en la tentación gnóstica, dando la espalda a la tradición apostólica y a la revelación en su conjunto, optando por teorizaciones voluntaristas, donde se asomaba la tentación antropocéntrica o de hipérbole iluminista, donde el hombre desplaza a Dios y la creación queda mancillada. La Iglesia hace bien en condenar estas derivas y más en el momento actual, donde se puede decir que han triunfado socialmente, estando presente en todas las ideologías modernas; no hay discurso moderno como la ideología de género, el liberalismo o el progresismo que quede ajena a esta influencia corrosiva.

En el libro cuando hablo de una escala gnosólogica quiero decir - en su sentido original y patrístico- a que el rosario es también una escala de conocimiento de las verdades de la fe. Dicho de otra manera y citando a san Pablo en la carta de los Hebreos 5: “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” En este sentido el rosario se adapta a las capacidades y los momentos de cada cuál, pudiendo ser alimento sólido o líquido.

¿Qué nos puede decir acerca de el método moral y anagógico?

En el libro ya digo que, si el método moral es de inmersión en nuestra conciencia, en nuestra conducta y en la literalidad del evangelio, en el anagógico el movimiento es de elevación, en el sentido de Clemente de Alejandría de aproximarnos a una esfera superior, a los secretos que han de ser desvelados en cada una de las estaciones del rosario. Como decíamos anteriormente sobre la antropología cristiana, también en este asunto no debe caerse en polarizaciones, como en la actualidad caen tantos biblistas y teólogos. Nosotros como Dante, pensamos que el método moral, que parte de una lectura confiada de lo que se dice en el evangelio, debe convivir con las elevaciones propias de la mística y las exploraciones de la razón. El que rechaza o desconfía, de la lectura literal de los evangelios y de la historia que se narra de Jesús, se desliza por la intemperie de la soberbia, da inicio al declive de la luz sobrenatural del evangelio.

¿Cuáles serían las tres vías principales de la vida espiritual que están presentes en el rosario?

El rosario, en su propia formalidad refleja el misterio Trinitario, se puede decir que en los misterios Gozosos se hace más presente el Hijo, en los Dolorosos el Espíritu Santo –en los dones que nos dona para el combate espiritual - y en los Gloriosos se glorifica al Padre. A su vez, este trinomio se expresa en las denominadas vías o grados espirituales, que están presentes a lo largo de nuestra historia en místicos o contemplativos: la vía iluminativa, la vía purgativa y finalmente la unitiva. A su vez en la recitación del rosario, en ese ir pasando sus cuentas, contemplando las escenas de cada misterio, se profundiza en nuestra triple condición bautismal; de ser profetas como en los misterios Gozosos donde se encarna la Palabra profética que es Jesús; de ser sacerdotes, cuando Nuestro Señor en los misterios Dolorosos se muestra como Sacerdote perfecto, y finalmente como reyes, con la coronación de María en los Gloriosos. Como se ve hay un engarzamiento de sentidos, por eso es importante no alterar el rosario.

¿Por qué es una oración contemplativa, lo que no excluye que sea mental y vocal?

Efectivamente todos los grados son posibles y están disponibles en esta práctica, no hace falta ser un místico, ni un sabio, ni un hombre santo, basta ponerse a ello, sumergirse, estar presente, y retomar el intento cada vez que nos dispersamos.

La contemplación está íntimamente unida a esta práctica, dado que el rosario nos propone escenas concretas del evangelio. En un nivel inicial vemos la anunciación, observamos la visitación, presenciamos la natividad, y así sucesivamente, este “ver” se adapta a nuestras capacidades y a las gracias del Espíritu Santo, así “ver” puede ser simplemente recordar la escena, tener una oscura impresión de cómo sucedió, o en un nivel más alto, sumergirse en aquel acontecimiento que se hace presente ante nosotros, aquí y ahora. La contemplación como nos recordaba el cartujo Guigo II, en su “Scala claustralium” es el misterio del matrimonio espiritual entre Dios y el hombre, donde la divinidad “no espera que el alma nostálgica termine de expresarse, sino que interrumpe en la oración…”

Es la unión en esa intimidad gozosa, ahí se gusta de un modo de presencia del amado, se podría decir que, con los ojos de su Madre, con lo que se alcanza una caridad muy especial. No hace falta que esta experiencia suceda, ya sucederá en la resurrección, lo importante es constituirnos en una milicia celestial y comprometernos en la salvación de las almas, empezando por la nuestra. El rosario en estos tiempos confusos y aciagos, se nos presenta como un jardín o un claustro, para mantenernos cuerdos y despiertos.

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Por Javier Navascués

2 comentarios

  
hornero (Argentina)
“Y esto unido a un aspecto también prioritario en el rosario, que es la participación en una milicia, comandada por la Virgen, para reparar las faltas que nos separan y enemistan de su Hijo y para ayudar al retorno de los hombres a las fuentes de nuestra naturaleza sobrenatural”

Párrafo excelente que compendia lo que la Virgen se propone con esta oración, coincidente con lo que afirma y nos pide en sus Mensajes.

En verdad, Dionisio Romero ha meditado y reflexionado en lo profundo de los Misterios del Santo Rosario.

“En el rosario cristiano hay también un corona o círculo, pero también un tallo vertical que rompe el círculo, conformando por lo tanto una espiral. Esta espiral alude a la irrupción de la Gracia, a un movimiento del espíritu que se desarrolla, se expande y se interioriza, que no está cercado por la inmanencia o por un tiempo que se cierra así mismo, como en el tiempo cronológico, sino que de alguna manera escapa hacia un tiempo eterno, hacia un destino, como una flecha que se abisma en el cielo”.

¡Magnífico! No hallo otro calificativo.


“Además, hay un número preciso de cuentas, que son las 153 avemarías que se repiten en el rosario completo tradicional –misterios gozosos, dolorosos y gloriosos- Este número aparece en la biblia en la escena de la pesca milagrosa relatada por san Juan. De misteriosas resonancias y que san Jerónimo, san Agustín o santo Tomás nos dan distintas interpretaciones y por citar otra fuente de mayor calado, se hace presente en los 153 días que duran las apariciones de la Virgen en Fátima, donde ella misma se nombra como la Virgen del Rosario. Por no alargar la respuesta, los números están presentes en el rosario, de una manera no siempre percibida, pero que opera a un nivel simbólico y nos hace resonar, como en una partitura musical, donde la precisión y la armonía son inseparables de la melodía final”.

Exégesis inspirada, 153 las cuentas con las avemarías por el Papa y la Iglesia, y 153 los días que duraron las seis apariciones en Fátima (tres meses de 31 dás, más dos meses de 30 dóas).

“En el libro cuando hablo de una escala gnosólogica quiero decir - en su sentido original y patrístico- a que el rosario es también una escala de conocimiento de las verdades de la fe. Dicho de otra manera y citando a san Pablo en la carta de los Hebreos 5: “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” En este sentido el rosario se adapta a las capacidades y los momentos de cada cuál, pudiendo ser alimento sólido o líquido”

O sea, es fuente de revelación que permite ahondar las verdades reveladas.


“en el (método) anagógico el movimiento es de elevación, en el sentido de Clemente de Alejandría de aproximarnos a una esfera superior, a los secretos que han de ser desvelados en cada una de las estaciones del rosario”

Me llama la atención que no mencione los Misterios Luminosos ontroducidos por S.J.P. II: “por eso es importante no alterar el rosario”

Y termina la entrevista de don Navascués: “El rosario en estos tiempos confusos y aciagos, se nos presenta como un jardín o un claustro, para mantenernos cuerdos y despiertos”.

Por mi parte, concluyo: la meditación y reflexión del Primer Misterio de Gozo pone de manifiesto que antes de tomar posesión del Seno Virginal de María, el Verbo hizo su ingreso por el Pórtico y Sala Real del Corazón Inmaculado de Su Madre.

En él recibe la Recepción materna, es bienvenido y honrado, en ese Corazón que ha sido adornado por el Espíritu Santo y colmado por la presencia de los coros angélicos. Porque allí María Lo invita a tomar posesión de su Seno Santísimo.

Por tanto, el Corazón Inmaculado es de donde partió el Sí a la Encarnación, y por donde ingresó el Verbo a Su Madre.

Por esto, reitero, me permito propiciar ante la Iglesia la Solemnidad litúrgica del Sí y de la Recepción, o como la Iglesia estime llamarla, del Verbo por el Corazón Inmaculado de María. Solemnidad que podría seguir inmediatamente a la Solemnidad de la Encarnación, o a alguna de las otras fiestas marianas.

Tal solemnidad precisaría aún más la relevancia de la misión eminente cumplida por el Corazón Inmaculado de María, cuyo triunfo en el mundo anunció la Virgen en Fátima.




06/06/22 5:42 PM
  
hornero (Argentina)
Dionisio Romero afirma en esta entrevista de don Javier : “el rosario es también una escala de las verdades de la fe”.

Observación valiosa, porque nos advierte que por esta oración podemos elevar nuestra comprensión de los Misterios que contemplamos.

Uno de los frutos es entender la Misión de María desde La Salette hasta el presente: preparar la Iglesia y la humanidad a la Venida del Señor.

La Virgen desgrana ante nosotros los Misterios, nos los abre de modo explícito o implícito, mostrando el horizonte de la Redención en todo su esplendor.

Lo hace por escalas, que Dionisio Romero indica: desde el misterio de la Anunciación…nos adentramos en el misterio de la Coronación…No hay peregrinación más audaz, más hermosa y comprometida que este viaje de la mente al corazón de nuestro ser, al núcleo donde se ha impreso, como un sello, nuestra imagen divina”.

En el zumo que bebemos en el Santo Rosario gustamos la presencia de la Persona del Padre, latente y manifiesta en toda la Vida de Cristo.

Es el Principio que ilumina el misterio de la Santísima Trinidad, que da a conocer su Verbo a los ángeles, primero, a los hombres después y también a las creaturas no racionales.

Porque todo ha sido creado por la participación del Verbo del Padre, este es el núcleo ontológico de cuanto existe. Núcleo de sabiduría, de amor y de poder que Dios Padre nos participa por Cristo en el Espíritu Santo por Mediación de María.

De aquí, parece de conveniencia que la Sagrada Liturgia incluya en su ciclo anual una solemnidad que celebre la Persona del Padre, tributando honor, gratitud y gloria por la obra inmensa de su Sabiduría y Amor brindada en la Creación y en la Redención.

Cristo, el Espíritu Santo y la Santísima Trinidad cuentan con solemnidades y tiempos, también la Virgen, los ángeles y los santos. Otro tanto corresponde al Padre Eterno, Primera Persona de la Trinidad.

No basta que la Liturgia lo invoque, es menester, precisamente por esta razón, que lo honre, le agradezca y lo glorifique de modo solemne, propio y explícito.
07/06/22 12:56 AM

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3.06.22

Daniel Martínez habla del 5º Encuentro Vayamos Jubilosos que tendrá lugar en Ávila del 7 al 10 de julio

Daniel Martínez, barcelonés, es controlador aéreo de profesión. Padre de 5 hijos, uno seminarista de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, su apostolado es dar a conocer, promover y expandir la Misa y doctrina tradicionales. Creador y primer jefe de capítulo de los dos capítulos de Chartres: NS del Pilar y NS de Covadonga.

¿Cómo nace la iniciativa Vayamos Jubilosos y con qué objetivos?

La idea de organizar el encuentro Vayamos Jubilosos surgió en el año 2017 al ver que no existía en España ningún evento de formación alrededor de la Misa Tradicional que estuviera dirigido principalmente a familias. Les propuse a los Padres Don José Manuel y Don Carlos de la Iglesia del Salvador de Toledo la creación de un encuentro de varios días de duración, que estuviera dirigido a la formación de los fieles basada en la doctrina Tradicional de la Iglesia. Los padres acogieron la iniciativa con gran entusiasmo desde el principio y comenzamos de inmediato a trabajar conjuntamente en la preparación y organización del encuentro. La primera edición tuvo lugar en verano del año 2018.

El encuentro tiene un triple objetivo: proporcionar una plataforma de formación basada en la Doctrina Tradicional de la Iglesia, facilitar que los fieles afines a la Misa de Siempre puedan compartir unos días juntos y ampliar el ámbito de conocimiento de la Misa Tradicional.

¿Qué tipo de actividades realizan durante el Encuentro y a qué tipo de personas están dirigidas?

Diariamente se imparten conferencias formativas, se cantan varias horas del Oficio, se tienen diversas prácticas de piedad y se celebra una Misa Tradicional Solemne además de las demás Misas rezadas que celebran los sacerdotes que participan en el Encuentro. Además, se ofrecen talleres de canto gregoriano y acolitado. Evidentemente también el acceso permanente al sacramento de la Penitencia durante todo el Encuentro.

Dado que el Encuentro tiene por objetivo la formación, los niños tienen también, paralelamente a los momentos en que los padres tienen sus conferencias, charlas y otras actividades dirigidas específicamente a ellos.

Destaca que muchos de los participantes son familias. ¿Por qué es importante que haya encuentros en donde puedan participar familias enteras?

Es fundamental que existan encuentros católicos donde las familias enteras puedan participar de manera conjunta. Estos encuentros facilitan la transmisión intergeneracional de la fe. Los niños ven de esa manera a sus padres e incluso a sus abuelos compartiendo una misma fe y participando en las mismas actividades. Existen varios estudios que indican que la variable más importante en el hecho de que los hijos continúen yendo a Misa cuando llegan a la edad adulta es el haber visto a sus padres yendo a Misa y más específicamente haber visto a su padre.

Por otro lado, la famosa frase ‘’la familia que reza unida permanece unida’’ nos recuerda esa necesidad de que los niños y los padres recen juntos y de manera habitual.

¿Qué frutos ha dado estos años?

Los participantes de otras ediciones nos han hecho saber que las conferencias y charlas formativas les han sido de gran provecho. Dentro de los participantes de años anteriores, ha habido familias que han conocido la Misa Tradicional a través del Encuentro Vayamos Jubilosos y nos han indicado que ha supuesto un gran crecimiento en su vida espiritual.

Por supuesto hay que mencionar las amistades que han surgido entre seglares y entre diferentes familias venidas de distintos puntos de España e incluso del extranjero todos unidos por su amor a la Liturgia de Siempre.

¿Por qué es importante fomentar ese espíritu de comunión con el Papa y la jerarquía de la Iglesia?

La unidad de la Iglesia, la comunión con el Papa y la jerarquía no es un tema baladí o una doctrina secundaria. Es uno de sus pilares fundamentales. ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’ dice Nuestro Señor fundando así la jerarquía apostólica alrededor del Papa y de los obispos. La unidad de la Iglesia es el deseo de Cristo.

Hay que precisar, sin embargo, que la comunión en la Iglesia no consiste en ser todos idénticos, hacer todos lo mismo o tener las mismas posiciones litúrgicas. El apego de los fieles, tanto seglares como sacerdotes y religiosos, a la Liturgia Tradicional no puede bajo ningún punto de vista conllevar la puesta en duda de la comunión con el Papa y la jerarquía.

¿Por qué es importante insistir en la formación y fomentar el amor a la liturgia de siempre?

San Pedro nos dice que estemos siempre prontos a dar respuesta a todo el que nos pidiere razón de la esperanza en que vivimos. Es obligación de todo católico el conocer su fe y falta gravemente el que conscientemente descuida su formación religiosa. Vivimos en un mundo que cada vez está más desorientado lo cuál hace más perentoria aún esa necesidad de formarnos bien para no caer en graves errores tanto doctrinales como morales.

La liturgia de siempre es una fuente enorme de gracias. Es común en las iglesias donde se celebra la Misa Tradicional ver infinidad de familias numerosas y de jóvenes. Además, es de notar el gran número de vocaciones que salen de esos apostolados. Es el medio más seguro de atravesar las turbulencias de los tiempos presentes y ha demostrado su eficacia a lo largo de los siglos. Por otro lado, es la manera más sublime y bella de adorar a Dios.

¿Cómo se compagina este encuentro con diferentes actividades católicas que tendrán lugar en verano?

El Encuentro y las diferentes actividades del verano se complementan de una manera óptima. Se lleva a cabo un mes después de la peregrinación de París a Chartres en la que participan dos capítulos españoles y dos semanas antes de la peregrinación de tradición de Oviedo a Covadonga por lo cuál es un espacio ideal para la formación y la adoración entre medias de estas dos peregrinaciones que son actividades más activas y militantes. Es un complemento idóneo.

Por último, ¿podría decir fechas, lugar y como pueden apuntarse?

Este año el encuentro tendrá lugar desde el jueves 7 de julio por la tarde hasta el domingo 10 después de comer. Se desarrollará como en las últimas ediciones en Ávila.

Las inscripciones se pueden hacer a través de la página www.lamisadesiempre.com

Por Javier Navascués

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2.06.22

Fernández-Cuervo analiza con precisión las causas por las que empezó a decaer la cristiandad

Nota aclaratoria: En general no soy muy partidario de entrevistas extensas, pero mucho menos lo soy de darlas por entregas en varias partes y he tenido que decidir, optando por darla íntegra, consciente de su extensión y densidad, aunque creánme que merece mucho la pena por lo interesante del tema y la erudición del entrevistado, que ha respondido extenso y profundo.

Me pareció muy interesante la tesis Fernández-Cuervo apuntando que una de las causas de la decadencia de la cristiandad fue el apego a las novedades y a seguir ciegamente determinados carismas de las diferentes órdenes con sus particularidades, en detrimento de la catolicidad. Se dio más importancia a los diferentes puntos de vista de cada espiritualidad (franciscana, dominica….) que a la doctrina católica universal. Todo ello fue el caldo de cultivo de muchas de las grandes heterodoxias que vinieron después.

Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo es un esposo y padre de familia católico, presidente de la Asociación Civil Educativa Domus Aurea (Perú), magíster en orientación educativa familiar por la UNIR (España), diplomado en redacción para medios por la UCSP (Perú), experto en comunicación católica por la ULIA - Voces Católicas (España), experto en didáctica de las ciencias sociales y políticas por la UCH-CEU (España) y con grado en filosofía por la PUU (Santa Sede). Con experiencia en medios de comunicación escrita, televisiva y radial, y en docencia superior técnica, universitaria y de posgrado. Llegó al Perú en 2008 como voluntario en zonas marginales de Lima y ha sido miembro del Comité Provida de Arequipa.

La restauración de la cristiandad es la razón de ser última de la Asociación Civil Educativa Domus Aurea, que usted preside.

Nuestro lema «Producitur et Alitur et Augetur» significa «Generar, Conservar y Desarrollar» y procede de la carta Quum non sine del Papa Pío IX al Arzobispo de Friburgo de Brisgobia, en la que le felicita por resistir la legislación educativa que le arrancaba las escuelas a la Iglesia. Y la carta termina con esta triada, en referencia al cuidado de la preparación de los jóvenes, que ha de estar «libre de todo lo que pueda poner en peligro la firmeza de su Fe, menoscabar la pureza de su conciencia religiosa o mancillar la nobleza de sus hábitos, esa nobleza que solo nuestra santa Fe puede generar, conservar y desarrollar».

Creemos que esto es lo que ha de realizar la educación católica: generar esa nobleza cristiana donde esté carente; conservarla donde haya sido recientemente generada; y desarrollarla donde esté firmemente conservada. Pero en el fondo estas tres acciones no son más que el lema de San Pío X: «Instaurare omnia in Christo (Restaurar todas las cosas en Cristo)». Porque la Cristiandad ha existido, no es una utopía, y es todavía palpable en nuestra sociedad en manifestaciones claras y en algunos vestigios no tan evidentes, y en algunos sitios esta restauración implica generar, en otros implica conservar -¡Que importante es no quemar las balas cuando conviene madurar las almas!- y en otros trabajar por desarrollar lo que ha sido madurado y conservado. El catolicismo no es conservadurismo, no se contenta con lo que hay, siempre busca ir más allá en una especie de desengaño constante por las cosas de este mundo o por los avances alcanzados: no basta lo que tenemos, hay que restaurar la Cristiandad en su totalidad.

Y sí, es cierto que la Cristiandad -como este orden social y político regido por la razón y por la fe católica en todos sus órdenes- es hoy casi un concepto arqueológico. Pero no del todo. Es una caña cascada que no se terminará de quebrar, una mecha humeante que no se llegará a extinguir hasta que Cristo lleve el juicio a la victoria, y en Su Nombre pondrán las naciones su esperanza (cf. Mt 12,20-21). Esta es una promesa de nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué es lo primero y más urgente en la ardua tarea de empezar a restaurar la Cristiandad?

Evidentemente, nuestra santidad, nuestra esperanza y que sea la voluntad de Dios, porque «la victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero» (Ap 7,10). Dios castiga y premia según Su santa justicia y no es deber nuestro averiguar cuándo es el momento, como los adivinos paganos. Por eso no podemos ni proclamar el inmediato advenimiento de la restauración ni podemos tampoco renunciar al combate desesperanzados por esa tesis errada que afirma que en las sociedades actuales ya es irrealizable un orden social y político católico no liberal… No. Debemos dar la lucha con el espíritu de esperanza de los primeros Apóstoles frente al Sanedrín que les prohibían anunciar a Cristo Resucitado, con el espíritu de Débora que hizo que un pueblo vencido se alzara, con esa esperanza en la providencia de Dios, que anima a su pueblo por medio de Isaías a no pactar con los egipcios para vencer a los asirios, esa confianza en los bienes eternos posteriores a esta vida que movió a los macabeos, a los cruzados, a los combatientes de Lepanto y Empel, a los cristeros, los requetés, los mártires de la Vendée e infinidad de ejemplos a lo largo de la historia, que más allá de sus victorias o derrotas terrenas, sin duda lograron dar Gloria a Dios y obtener la corona merecida.

No es ciencia nuestra saber si vamos a vencer o no. Esa curiosidad por el resultado es un vicio opuesto a la verdadera virtud de la ciencia. Eso es cálculo maquiavélico. Lo que debemos hacer es combatir, combatir santamente, independientemente del resultado que la divina providencia nos tenga reservado en esta vida, porque nuestro verdadero premio está en la otra. Como afirmaba San Agustín en el comentario al Salmo 67: «Procura sólo progresar, nunca desfallecer. Si el último día no te encuentra vencedor, que te encuentre al menos luchando, nunca cautivo o condenado». El maquiavelismo ha calado en la mente católica y eso ha de ser combatido.

El espíritu hispánico es transversalmente antimaquiavélico, en ese sentido.

A este respecto Quevedo, en su Política de Dios y gobierno de Cristo, se dirige así al rey Felipe IV:

«Sacra, católica, real majestad, bien puede alguno mostrar encendido su cabello en corona ardiente en diamantes, y mostrar inflamada su persona con vestidura, no sólo teñida, sino embriagada con repetidos hervores de la púrpura; y ostentar soberbio el cetro con el peso del oro, y dificultarse a la vista remontado en trono desvanecido, y atemorizar su habitación con las amenazas bien armadas de su guarda: llamarse rey, y firmarse rey; mas serlo y merecer serlo, si no imita a Cristo en dar a todos lo que les falta, no es posible, Señor. Lo contrario más es ofender que reinar (…). Obligado estáis a la imitación de Cristo».

Pues bien, tenemos un rey español santo: San Fernando III de Castilla. Un rey que supo pelear por obtener el poder que le era legítimo, que supo pelear para mantenerlo y que fue también un rey conquistador. Y sin embargo habría sido enemigo declarado de Maquiavelo, pues como verdaderamente santo que era, ponía en Dios su confianza. Estas palabras suyas, de acuerdo a las Memorias para la vida del santo rey don Fernando III, no nos dejan mentir: «Da a Dios loor de los fechos, e la gloria de los vencimientos, e las sennorías de las batallas, e plegate de todas las cosas que ficiere, aunque sean contra ti: e non te embargará ninguna fortuna, e serás bienaventurado, e siempre vencedor». San Fernando rey era, incuestionablemente, lo que debemos ser para restaurar la Cristiandad, como él hizo al conquistar Sevilla: santidad y esperanza cristiana.

Y junto a la santidad y la esperanza, la doctrina política católica tradicional. En ese sentido, se necesita tener bien claro por qué decayó la Cristiandad, porque si no conocemos la enfermedad de muerte, no podremos enfrentarla y superarla. No es solo un asunto voluntarista en plan «ánimo, ten fuerza, combate que Dios te premiará en esta vida o en la otra», sino que hay que saber a qué enemigo combatimos y cuál ha sido la herida mortal que nos ha infringido. El diagnóstico es esencial porque la razón ha de gobernar las pasiones y controlar los apetitos con el auxilio de la Gracia. No solo tener buenos ánimos. Hay que conocer qué fue la Cristiandad, cómo se vino abajo, de dónde procedieron esos males y cómo se combatieron, ya que en las Españas la Cristiandad sobrevivió más tiempo que en Europa. Y de alguna manera, aún sobrevive en la tradición hispánica y su doctrina de la monarquía católica, y en las enseñanzas de nuestros clásicos del Siglo de Oro, que es un deber nuestro rescatar y evitar que se pierdan en el olvido.

¿Cuándo y por qué se empezó a venir abajo el gran edificio de la Cristiandad?

Hay muchísimos elementos a la hora de analizar la caída de la Cristiandad y creo que hay muy buenos autores que han tratado esto a la perfección. Aconsejo grandemente el trabajo de Elías de Tejada en Las raíces de la modernidad y su análisis de las cinco fracturas o rupturas de la Cristiandad con Lutero, Maquiavelo, Bodino, Hobbes y los tratados de Westfalia como puntos críticos que transformaron la Cristiandad en la Europa liberal; y también el análisis de Ramiro de Maeztu en su Defensa de la Hispanidad, donde aborda este devenir desde una perspectiva hispánica, ya que en el fondo la Hispanidad no es sino una Cristiandad menor.

Pero estas rupturas o estas raíces no se originan ‘ex nihilo’. Y puede ser bueno analizar el caldo de cultivo que lo precedió o, si hablamos de raíces de la modernidad, quizás podemos intentar encontrar esas semillas de modernidad de las que luego surgirían las raíces; o el abono que favoreció su crecimiento. O si se habla de las fracturas de la cristiandad, quizás podemos hablar del destemple de la cristiandad que la dispuso a ser fracturada.

Descartes, y antes Lutero y Maquiavelo no surgen de la nada. ¿Cuál fue el caldo de cultivo propicio para que surgiesen personajes tan deletéreos?

Yo creo que antes ya estaban sembradas, en el mundo católico, las semillas de la cizaña que se dejó crecer, por misterio divino, junto con el buen trigo en un campo, que era la Cristiandad, en sí mismo buenísimo. Y esto que creció junto con el trigo fue el nominalismo que, para no explicar aquí y hacer esta respuesta infinita, me permito autopromocionarme en este tríptico de conferencias (primera partesegunda partetercera parte) en el que expongo un poco la relación del nominalismo con el liberalismo y muchos de los problemas de progresismo actuales, como la auto-percepción y autodeterminación contra natura de la ideología de género y demás.

Pero el nominalismo, a su vez, tampoco surge de la nada sino que, siendo un error propio y que encuentra su causa en sí mismo, también es cierto que viene de una realidad en la que se dio un doble problema que podríamos llegar a relacionar con el mismísimo San Buenaventura, el llamado doctor seráfico, contemporáneo a Santo Tomás de Aquino, llamado doctor angélico. Para que veamos cómo es un misterio que en el tiempo del más grande teólogo de la historia puede ser que estuvieran a la vez presentes estas dos situaciones que luego, creo yo, favorecerían el surgimiento del nominalismo. Sobre todo atendiendo a que este nominalismo surge justamente en el entorno franciscano, inequívocamente. Estos dos problemas son la asimilación del concepto de progreso y la preferencia por el argumento ontológico sobre las vías a posteriori.

¿Sostiene que San Buenaventura es el origen de la modernidad o que en él había rastros de nominalismo?

No, ni mucho menos. En todo caso, él logró evitar que la hecatombe fuera mucho mayor y mucho más temprana. En la época de Santo Tomás y San Buenaventura, el entorno franciscano estaba muy revuelto, rozando el cisma por la posición de los denominados ‘franciscanos espirituales’. Estos sostenían los errores de la teología de la historia de Joaquín de Fiore, y defendían que la historia tenía tres etapas: la del Padre en el Antiguo Testamento, la del Hijo en el Nuevo Testamento y la del Espíritu Santo con la llegada de San Francisco de Asís. Veían la historia como un progreso y eso implicaba una serie de actitudes que no eran acordes a la regla franciscana y a la vida cristiana en general. En ese contexto, gracias a Dios, San Buenaventura logró evitar el cisma corrigiendo la práctica totalidad de los errores de los franciscanos espirituales y fortaleciendo la praxis de la regla, aunque para lograr esta unidad cedió en un concepto de ‘progreso moderado’, podríamos decir, con el que rechazó por un lado esta triada mecánica de la historia porque la historia está gobernada por el mismo Dios en su totalidad, que es uno y trino; pero admitió que la figura de San Francisco de Asís y el nuevo modelo de monacato de los franciscanos, no exclusivamente enclaustrado en un monasterio fijo, manifestaban que existe un progreso en el que, a lo largo de la historia, la Cristiandad se va renovando y progresando de acuerdo a las novedades que el Espíritu Santo inspira en la Iglesia.

Qué habría sido de la Iglesia si no se frenaba el cisma, solo Dios lo sabe. Pero parece que habría sido mucho peor, ciertamente. Sin embargo, el problema con la asimilación del progreso moderado, que ya en su momento Santo Tomás rechaza -pues se conocían y se querían un montón porque eran santos los dos-, es que sigue implicando una mirada excesivamente optimista y mecanicista de la historia porque el progreso es considerado siempre para bien, siempre en profundización del Evangelio, donde se tiende a ver lo nuevo como bueno por el solo hecho de ser nuevo y por eso mismo, señal de progreso en esta especie de espíritu de la historia.

En el fondo, ¿por qué esto es un germen de nominalismo?

Porque el progreso favorecerá no solo una postura abierta a buscar superaciones de la escolástica tomista en filosofías novedosas, sino también porque esta admiración por lo nuevo estimula la resignificación de las cosas. Si la Iglesia ya no es estática e inmóvil y si los padres de la Iglesia pueden ser superados por cada generación de teólogos y las formas de vivir la fe pueden progresar por la novedad… la verdad misma queda resquebrajada. ¿Hasta qué punto la novedad del progreso puede hacer que lo que es pase a ser lo que no es? Los nombres de las cosas dejan de ser las cosas y se convierten en voces vacías, porque la realidad misma del ser pasa a ser variable, en un sentido relativista: se accidentaliza la sustancia y se sustancian los accidentes. Todo se trastoca.

No quiero decir con esto que el progreso admitido por San Buenaventura -polémico ya en su tiempo- sea modernista; pero sí que puede haber servido, evidentemente en contra de la voluntad de nuestro amado santo, como caldo de cultivo para esto y, posteriormente, para ese liberalismo que censura la Libertas Praestantissimum, donde condena no solo a aquellos que defienden la separación entre Iglesia y Estado sino también a quienes sostienen «que la Iglesia debe amoldarse a los tiempos, cediendo y acomodándose a las exigencias de la moderna prudencia en la administración pública del Estado (…) cuando se trata de prácticas y doctrinas introducidas contra todo derecho por la decadencia de la moral y por la aberración intelectual de los espíritus. Ningún periodo histórico puede vivir sin religión, sin verdad, sin justicia». Si se acepta el progreso, y teniendo en cuenta que este tiene su fundamento en los estadios históricos mecanicistas y progresivos de Joaquín de Fiore, no hay límite: así como puede haber tres estadios espirituales, puede haber también un periodo histórico de supuesta ‘iluminación’ que «supere el oscurantismo cristiano» u otras locuras, como propondrían prácticamente todos los filósofos modernos, desde Kant hasta Marx con su utopía comunista.

Esta condena de la Libertas Praestantissimum es curiosa porque aparece en el resumen final y no se corresponde con la estructuración de liberalismo de primer, segundo y tercer grado que realiza la versión española de la encíclica en sus subtítulos, que no aparecen en ninguna otra edición, por cierto. Pero, basándonos en esa nomenclatura, podríamos referirnos a él como ‘liberalismo de cuarto grado’. O también como ‘clericalismo desde el punto de vista mental’, en términos del Dr. Miguel Ayuso, quien habló de este concepto en un programa de Lágrimas en la lluvia, como «ese complejo de inferioridad del mundo católico y fundamentalmente del clero católico, que considera que tiene que someterse a las tendencias dominantes para intentar bautizarlas. Pero hay cosas que no se pueden bautizar. Ese intento por bautizarlo todo: la ‘sana laicidad’… ¿el ‘sano proxenetismo’? No sé, en fin… Perdón por el chiste». A mi parecer, el progreso conduce a eso, a negar la potestad de Dios en el orden temporal o, si se reconoce la autoridad de la Iglesia, a hacerlo en lógica mecánica, abandonando la Verdad, donde lo intrínsecamente inmoral deja paso a lo meramente irregular.

Analizando ese último asunto,el blog de aquí de InfoCatólica de Alonso Gracián para mí es una maravilla y lo recomiendo grandemente. En esta perspectiva, uno entiende que Ockam y su nominalismo no surgieron de la nada. Hoy se comprende que basta que la autoridad competente faculte el cambio para que el cambio sea lícito, sin relación con la verdad. En contra de esto está San Pablo mismo, que teniendo la autoridad que tenía como Apóstol de Cristo, afirma que «Aun cuando nosotros mismos o un ángel del Cielo os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema» (Gal 1,8). Esto es totalmente anticonstitucionalista, antinominalista, antileviatán, antiliberal. Porque, ¿qué dicen estas tendencias modernistas? Dicen que estamos obligados a obedecer a una constitución o a una autoridad o a una ley mecánica dictada por el pacto. Y esa constitución, esa autoridad y esa ley la constituimos nosotros mismos… por el pacto. Así que en el fondo nos obedecemos a nosotros mismos. Esto es el sistema liberal que nos rodea, donde no hay ninguna verdad porque no hay ninguna realidad a la que se adecua el intelecto. Si cambiamos la constitución, la autoridad o la ley, hoy podemos estar falsamente adecuados a una falsa realidad y mañana a otra. En cambio, ¿qué dice San Pablo? Nosotros, los Apóstoles -y no hay en la tierra autoridad más alta que la de los Apóstoles- obedecemos a una Verdad, que es Cristo mismo. Y tenemos la autoridad que tenemos en virtud de esa Verdad. Si nos separamos de la Verdad, como el sarmiento que se separa de la vid, perdemos esa autoridad y no se nos debe escuchar sino que pasamos a ser anatema. Nada menos. Es absoluta y totalmente otra concepción. Y el nominalismo, que es un atentado contra la Verdad, conduce inexorablemente a negar esto y a proponer lo opuesto.

Junto con el progreso, ha mencionado la preferencia por el argumento ontológico y un espíritu de cuerpo insano, ¿verdad?

Así lo veo yo, sí. Aunque hay que entenderlo en su contexto. San Anselmo había formulado una demostración de la existencia de Dios que no tenía tanto una carga apologética, pues no se dirigía propiamente a herejes; sino más bien un sentido académico y contemplativo, a desarrollar entre teólogos católicos. Este argumento, ¿de qué sirve, entonces? Tiene una función eminentemente contemplativa y de alabanza. Está hecho para dar gloria a Dios y gozar de la perfección de Dios, que es tan grande que sería la única esencia que su misma concepción implica su existencia. Es más un canto de Te Deum que una demostración retórica. Y comprendido así, es ciertamente una belleza.

¿Qué dice el argumento ontológico?

Que Dios no puede no existir, porque cuando uno dice ‘Dios’ ya está refiriéndose a la suma de las perfecciones en grado sublime, más allá de lo que podamos imaginarnos con nuestros cortos intelectos. Entonces, esto sí o sí y necesariamente incluye la existencia real, porque es mejor existir que no existir, y si no existiera entonces no sería aquello más perfecto de lo más perfecto que nos podamos imaginar. De este modo, el solo concepto de Dios implica su existencia. Y en ese entonces se entendía que es el único caso en el que esto se sostiene, para mayor gloria de Dios. Posteriormente, con la perversión moderna, veremos que Descartes hace que el ‘yo’ goce del mismo beneficio y prerrogativa, porque la modernidad no es sino idolatría del hombre.

Santo Tomás de Aquino también disfruta del argumento ontológico, pero en su naturaleza, como lo que es, no como algo útil para convencer a nadie, pues no tiene fuerza persuasiva. Y en ese sentido, Santo Tomás de Aquino desarrollaría las llamadas ‘cinco vías’ de demostración de la existencia de Dios que, a diferencia del argumento ontológico, no partían del concepto de Dios para demostrar el mismo concepto de Dios, sino que partían de las realidades más evidentes y sensibles de nuestro alrededor: el movimiento de las cosas, la causalidad de las cosas, la contingencia de las cosas, los grados de perfección de las cosas y la finalidad de las cosas. Y desde esta perspectiva, se va yendo en cada vía hacia la raíz y, descartando una lógica circular e insensata, se alcanza la necesidad de que haya un Dios que fundamente lo que nos es evidente que existe.

San Buenaventura también conocía y valoraba estos argumentos a posteriori, que es como se les llama. Y también los desarrolla. Sin embargo, como místico que era, prefería el argumento ontológico por su simplicidad. Hay que recordar que lo simple es lo mejor, y la contemplación es mejor que la retórica. Pero también, ya dentro del campo de la retórica, lo útil es mejor que lo inútil. Y el argumento ontológico es mejor en cuanto contemplativo, pero en cuanto retórico es inútil. ¿Por qué? Porque no tiene fuerza persuasiva. En el fondo, si lo analizamos desde la lógica, el argumento ontológico es tan simple que acaba siendo demasiado simple. Básicamente es una tautología. Decir que «Dios es y no puede no ser» es, traducido en pocas palabras, decir que «el-que-es es y no puede no ser» O incluso, que «el Ser es». Y en clave retórica no deja de ser una petitio principii, porque la primera premisa coincide con la conclusión: Dios es el que es en grado sumo (premisa mayor); y el que es en grado sumo no puede no ser (premisa menor). Por lo tanto, Dios no puede no ser (conclusión). Pero sucede que la conclusión ‘Dios no puede no ser’, simplificando la doble negación, repite la premisa mayor ‘Dios es el que es’.

Sé que estoy reduciendo el argumento ontológico a una mínima y absurda expresión y aplicándole análisis lógicos y retóricos para los que no fue elaborado, porque no se le pretendía una utilidad retórica sino una finalidad contemplativa. Pero lo hago justamente para explicar por qué carece de fuerza persuasiva, que es lo que decía Santo Tomás de Aquino. A lo que voy es que, en tiempos de Santo Tomás, estando ya desarrolladas las vías a posteriori, resulta potencialmente perjudicial la preferencia del argumento ontológico por sobre las vías de demostración desde las cosas de este mundo. Esta preferencia mira solamente la simplicidad general del argumento sin atender a la distinción por la que, en un sentido es más perfecto, ciertamente, pero en otro -a nivel retórico- las otras vías son más persuasivas y por tanto mejores. No realizar esta distinción conllevaría posteriormente a una preferencia por los argumentos más ideales y menos realistas, que es a lo que se abocaría luego el nominalismo y posteriormente el racionalismo y todas las ideologías políticas, que no parten de la realidad de las cosas para atender cada una según su naturaleza sino que tienen su origen en una teoría política. Las ideologías políticas son teóricas y no teoréticas, como tan correctamente señala Juan Fernando Segovia. Como leí en una tira cómica que soy incapaz de referenciar: «¡Ideologías! Qué gran invento para no pensar».

La modernidad, veremos, no tendrá problema alguno con el argumento ontológico, pero no ya para dar gloria a Dios sino para dar Gloria a la razón humana, en la cual se va a sustentar ahora la existencia de Dios.

Descartes era un ferviente promotor de este argumento ontológico tergiversado, hasta el punto de que lo asume como segundo conocimiento adquirido en su Método. La primera existencia que descubre es la suya propia, con el «pienso, luego existo», y la segunda es la de Dios, con el argumento ontológico, aunque ya totalmente trastocado y, reitero, no para dar gloria a Dios sino para darse gloria a sí mismo, en quien fundamenta a Dios. Realmente, Descartes le hace un flaco favor a San Anselmo, porque incluso el «cogito, ergo sum» tiene una lógica similar a la del argumento original de San Anselmo. Así como el concepto mismo de Dios implica su necesaria existencia, la duda respecto al ‘yo’ también implicará su necesaria existencia, sin el cual no se podría dudar al respecto… pero esto ya procede de una mente lo suficientemente enferma como para dudar de su propia existencia, y que en contraposición con el argumento de San Anselmo, sí tiene una carga netamente retórica y para nada contemplativa.

Insisto en que para San Buenaventura era absolutamente imposible anticipar todo esto, evidentemente. No podemos culparlo de errores futuros. «No han de morir los padres por culpa de los hijos, ni los hijos han de morir por culpa de los padres» (Dt 24,16) y San Buenaventura no ha de cargar con culpa alguna por los desvaríos de Ockham, por mucho que podamos hallar que estos desvaríos puedan expresarse como extrapolaciones sistematizadas de las preferencias personales, dentro de lo prudencial, del santo doctor seráfico. Pero sí que es vital señalarlo, sobre todo teniendo en cuenta su contexto histórico. No culpándolo, pero tampoco negando la realidad por evitar manchar la honra de un incuestionable santo y auténtico doctor de la Iglesia. Creo he insistido suficiente en exculparlo, pero el hecho de que se prefiriera la vía apriorística de San Anselmo en el génesis mismo de las vías a posteriori de Santo Tomás, generaría después, por un espíritu de cuerpo insano tan perjudicial como connatural a la sociabilidad humana, una preferencia por el criterio personal de San Buenaventura sobre el de Santo Tomás, como si se tratara del criterio de la espiritualidad franciscana sobre el de la espiritualidad dominica.

¿En qué consiste este espíritu de cuerpo y cómo afectaría después a la Cristiandad?

El sectarismo es un problema grande que hoy en día también impide tantas veces la suma de fuerzas agradables a Dios. Pero es un problema connatural a la concupiscencia humana, creo yo. Ya los Apóstoles mismos lidiaban con eso, con los boanerges queriendo resaltar por sobre los otros Apóstoles (cf. Mt 20,20-28) o con las lides de los primerísimos cristianos: «Porque me he enterado respecto de vosotros, hermanos míos, por los de Cloe, que entre vosotros hay banderías. Hablo así porque cada uno de vosotros dice: “Yo soy de Pablo”, “yo de Apolo”, “yo de Cefas”, “yo de Cristo”» (1Co 1,11-12). ¡Los primeros cristianos que tan ejemplares son para nosotros ya caían en este sectarismo!

Y no por viejo deja de ser vigente. Creo que a día de hoy también sucede en todos los ámbitos: cuál es el grupo parroquial que crece más o que enseña mejor, cuál es la espiritualidad más radicalmente evangélica en base a un criterio puntual extrapolado al absoluto, cuál el movimiento que da más vocaciones, cuál el que responde mejor a los retos de la sociedad actual, cuál el más contrarrevolucionario, cuál el de doctrina más pura, cuál el de mayor afinidad con la jerarquía eclesiástica, etc. Para el Enemigo, no hay excusa mala para estimular la vanidad institucional. Porque el espíritu de cuerpo es esencialmente eso: vanidad. El Demonio usa siempre los mismos recursos y a partir de la glorificación de lo bueno mueve a la vanidad y a la convicción de que es imposible que alguien critique algo tuyo sin ser «de los malos» porque al atacarte ataca todo lo bueno que tienes y haces, y te convence de la envidia del que te corrige. La Escritura insiste mucho en esto: «No corrijas al insolente, no sea que te odie; corrige al sabio, y te amará» (Pr 9,8). Y lo que sucede en el interior del alma, sucede en el interior de las sociedades: de los grupos parroquiales, de los movimientos, de las órdenes e institutos de vida religiosa, etc.

Otro elemento de sectarismo o de espíritu de cuerpo es aquella lógica según la cual los más cercanos son los más peligrosos.

Aquí hay que tener cuidado. Ciertamente, a la hora de ponderar a los enemigos que atentan contra la doctrina, ese criterio es correcto: el enemigo más sutil es el más peligroso. Pero dentro de lo prudencial, no. Dentro de las opciones buenas y mejores, donde no podemos hablar de enemigos, no tiene sentido ponderar así. Lo normal sería alegrarse de la cercanía de los cercanos. Lo contrario demuestra que se ha convertido en sustancial lo accidental, en doctrinal lo prudencial y, en definitiva, el grupo se ha transformado en un ‘nosotros’ que no hace referencia a la Iglesia Católica sino solo a los que piensan como uno mismo en temas secundarios y que, por tanto, atenta contra el Padrenuestro mismo, porque se identifica de modo únivoco y erróneo la parte con el todo, el movimiento con la Iglesia en sí, el accidente con la sustancia. El problema del espíritu de cuerpo, que desemboca en sectarismo, es cuando el error se hace norma, y el error más común es absolutizar lo secundario, justamente. Esto se relaciona con el puritanismo, y en parte, también con el liberalismo, porque deriva en libertad negativa.

Mi sensación, entonces, es que en el entorno franciscano se creó una especie de espíritu de cuerpo por el que se creía que tenían cierta necesidad de hacer una teología franciscana, a partir de las novedades del progreso. En una lógica del tipo: ‘Yo soy dominico, así que sigo al doctor angélico. Yo soy franciscano, así que sigo al doctor seráfico…’ Una especie de necesidad de una escolástica propia, verdaderamente franciscana. Pero si pensamos en el Aquinate, él nunca propuso una teología verdaderamente dominica, sino verdaderamente católica. Porque, en el fondo, ¿qué hay de bueno en la espiritualidad dominica que no sea católico? ¿Y en la espiritualidad franciscana? ¿En la jesuita? ¿En la de cada uno de los movimientos que el Espíritu Santo inspira en la Iglesia? Es una tentación eterna creer que mi orden o mi espiritualidad, por el hecho de ser una realidad nueva en la Iglesia de siempre, requieren de una creatividad propia, ya sea artística, ya teológica o lo que sea. Y dentro del franciscanismo esto sucedió. La disputa entre los llamados ‘escotistas’ y los llamados ‘ockhamistas’ es, a mi juicio, una prueba irrefutable de este anhelo que existía por encontrar una filosofía franciscana propia.

¿Por qué quiere resaltar que este espíritu de desarrollar una escolástica franciscana no es algo que el nominalismo hizo para llevar a la Iglesia a su destrucción?

Es algo que prácticamente en toda institución con vocación teológica se ha intentado, porque el sectarismo se da en toda realidad. No son pocos los autores de muchísimas realidades de la Iglesia que después han pretendido alzar a alguno de sus miembros como el nuevo Santo Tomás.

En definitiva, el enemigo que debemos combatir y que destruyó la cristiandad es el nominalismo, sí, pero también esta especie de engaño del Mundo, que es enemigo del alma. Porque el sectarismo es fruto de la vanidad institucional y la vanidad es engaño del Mundo. Debemos siempre sospechar de nosotros mismos, de nuestra memoria, de nuestra inteligencia, de nuestra voluntad, como dice aquella hermosa y antiquísima oración: «Sagrado Corazón de Jesús, en Vos pongo toda mi confianza, pues todo lo temo de mi fragilidad mas todo lo espero de Vuestra bondad». Debemos evitar la novedad, anclarnos en la roca firme de la tradición que se sabe resistente porque ha resistido la criba de los siglos, como la piedra que recibe el oleaje del mar en el emblema Ferendo vincam (Sufriendo venceré) de Don Juan de Borja:

‘Ferendo Vincam’ exclama
don Juan en su viejo emblema
mostrando una tosca gema,
terreno que el mar reclama.
Ni sus olas ni su drama
mellan la piedra robusta.
Roca firme no se asusta,
sabe cuál es su grandeza:
la prueba de su firmeza
es su condición vetusta.

Y a partir de ahí la deriva fue imparable, descendiendo a abismos cada vez mayores con Descartes, Locke, Leibniz, Kant, Hegel, Kierkegard, Feuerback, Nietzsche, Marx… que han influido en la misma Iglesia, en los seminarios y los colegios. ¿Cómo se pueden revertir tantos años de adoctrinamiento venenoso en los centros católicos?

De la única forma que hay: «Hinc, labor et virtus (Desde aquí, esfuerzo y valor)». No es casual que este sea el mote del primer emblema de las Empresas Políticas de Saavedra Fajardo. No se puede dejar el trabajo para mañana. Esta diligencia exige no desfallecer ningún día. Cada día es el día correcto para comenzar a revertir tantos males. Donde no se haya comenzado, comenzar. Luego continuar, después reforzar. Es nuestro lema Producitur et Alitur et Augetur. En este emblema, Saavedra Fajardo nos muestra la imagen de Hércules bebé despedazando una serpiente y afrontando otra que le amenaza. Y señala la necesidad de educar desde la más tierna infancia para que las virtudes naturales fructifiquen y para que los vicios sean corregidos por la educación y la razón.

Hay que educar, porque educar es fruto de esa esperanza que comentábamos al inicio. Debemos rogar a Dios, sin desfallecer, que nos infunda la esperanza. El liberalismo de tercer grado, ya no solo el que llamábamos ‘de cuarto grado’ o ‘clericalismo mental’ sino también este, no solo es una negación de la verdad moral sino sobre todo un vicio opuesto a la esperanza. No es casualidad que el periódico carlista, históricamente antiliberal, se llame así, La Esperanza.

Me atrevo a encontrar un detalle interesante relacionado al liberalismo de tercer grado y al personalismo. Bueno, a todo naturalismo, realmente, y a toda lógica de autodeterminación. Pienso que entienden la Providencia de Dios solo en clave de gobierno de las cosas no racionales: el clima, los animales, eventos cósmicos, etc. Pero me parece que no consideran que Dios intervenga, por ejemplo, en las voluntades humanas. Pero sabemos que Dios da «tanto el querer como el hacer» (Flp 2,13) y que Dios endureció el corazón del Faraón, por ejemplo (cf. Éx 7). Pienso que esto es blasfemo para el racionalismo, el naturalismo y la lógica de la autodeterminación. Y por eso ven la política en clave maquiavélica y naturalista. Porque, si Dios moviera los corazones de las gentes, entonces el voto no sería ‘libre’ -en un sentido de libertad malo, modernista- y no se gobernaría verdaderamente de forma ‘libre’, y no se amaría a Dios ‘libremente’. Y por eso, en la lógica liberal, no hay posibilidad hoy de un gobierno auténticamente católico y se renuncia a esa lucha. Se dice que hoy ya no es posible, que es una batalla de otros siglos en los que todavía no habían matado a Dios. Pero la historia les demuestra lo contrario. La misma expansión del cristianismo, la Revolución Francesa e infinidad de eventos no son explicables en lógica natural y sociológica. Dios endurece y ablanda los corazones, y creo que ese es un tema poco profundizado cuando se discute sobre estos asuntos.

O sea, un católico sabe que si ganamos una guerra o si una nación se convierte es por pura gracia de Dios, que gobierna el mundo. Y no deja de luchar por eso porque tiene la virtud de la Esperanza. En cambio, un maquiavélico no puede con eso, lo ve en clave humana y exclusivamente numérica y se arriesga o no a combatir o a caer en desesperación en base a los cálculos humanos naturales, porque no cree que Dios gobierne en eso. Ese es justamente el derrotismo falto de esperanza que el cristianismo ha combatido siempre. Porque el catolicismo se ha abierto paso a través de los panoramas más inhóspitos.

¿Va a resultar que Dios podía vencer en todas las circunstancias menos en esta?

Si sostenemos eso, no nos rasguemos las vestiduras con aquellos que sostienen exactamente lo mismo pero aplicado al matrimonio: que hay falsos matrimonios que están rodeados de circunstancias tales que les impiden evitar el pecado sin caer en otro pecado. Si hay sociedades en las que no se puede exigir la vida cristiana, también habría matrimonios en las mismas circunstancias.

Y cuando caemos en la desesperanza maquiavélica, numerólatra y calculadora, naturalmente acabamos rendidos a los poderes de este mundo y olvidando que hay fuerzas y estrategias que no son agradables a nuestro Señor. No podemos pactar con los egipcios para combatir a los asirios, no podemos poner nuestra confianza en cosas mundanas. No tiene sentido pactar con extranjeros para combatir con extranjeros, y vemos que hoy la tentación es esa: por un lado la tendencia de pactar con los socialistas para combatir los abusos del capitalismo, y luego la tendencia opuesta de pactar con los liberales para combatir los ataques frontales de los comunistas. Es una falsa dicotomía. Son extranjeros ambos, independientemente de quién esté atacando ahora y quién esté dispuesto a entablar una alianza momentánea con nosotros. ¿Acaso el enemigo de mi enemigo es necesariamente mi amigo? Así sería la lógica maquiavélica, pero el corazón de Cristo Rey no juzga de esa manera las cosas. El pasaje de Isaías 30 y 31 es clarísimo, cuando habla de recurrir a Egipto contra los asirios: «¡Ay de los que bajan a Egipto en busca de socorro, poniendo su esperanza en caballos, confiando en la muchedumbre de los carros y en la caballería, por cuanto es muy fuerte, pero no miran al Santo de Israel, y no buscan a Yahvé! Pues Él es sabio; Él trae el mal y cumple sus palabras; Él se levantará contra la casa de los malhechores, y contra el auxilio que viene de los obradores de iniquidad. El egipcio es hombre, y no Dios, sus caballos son carne, y no espíritu; cuando Yahvé extendiere su mano, tropezará el auxiliador, y caerá el auxiliado, y todos perecerán juntos. Porque así me ha hablado Yahvé: Ruge el león y el leoncillo sobre su presa, aunque se convoca contra él una multitud de pastores, no se deja aterrar por sus gritos, ni se acobarda a causa de su muchedumbre; así descenderá Yahvé de los ejércitos para combatir en el monte Sión y en su collado» (Is 31,1-4).

Claudio Clemente sentencia con toda exactitud en su obra El maquiavelismo degollado, que «la guerra se gana con oraciones y súplicas a Dios». Porque ese es el corazón del asunto.

El maquiavelismo no entiende de esto y su juicio prudencial es derrotista. Confían en los poderes de este mundo, pero «el poder del Faraón será vuestra vergüenza, y la confianza en la sombra de Egipto, vuestra ignominia» (Is 30,3). El ‘calculismo’ numérico y el derrotismo son inalienables a la política moderna. La premisa esencial de Maquiavelo es puro desencanto, derrotismo ético y cálculo a partir del desengaño. Pero es un desengaño tergiversado. No es la desconfianza en uno mismo de la que habla la oración al Sagrado Corazón que comentamos antes, sino que es desengaño de Dios, en el fondo. Es lo opuesto al cuarteto de San Juan de la Cruz que, creo que jocosamente y con mucho acierto, osó llamar Suma de perfección:

Olvido de lo criado,
memoria del Criador,
atención a lo interior
y estarse amando al Amado.

Maquiavelo hace un diagnóstico certero: el hombre tiende al mal. Pero la medicina que propone es errada: derrotismo en vez de esperanza. Es un falso desengaño, sin conversión, justamente. Olvido del Criador y atención a lo criado. Todo al revés. Y nosotros debemos despojarnos de esta mirada y de este cálculo maquiavélico para poder restaurarlo todo en Cristo.

Y en las escuelas, se ha de combatir justamente así, buscando restaurar un modelo de educación que sea verdaderamente católico, no solo en los contenidos sino en la estructura misma del sistema, porque el sistema actual está diseñado, desde el horario mismo, en contra del bien común, en contra de la naturaleza de la familia y en contra de la Iglesia y sus derechos. Por eso, si se quiere desarrollar un proyecto educativo católico que regenere la nación católica, se debe hacer sospechando constantemente de todo lo que el sistema ofrece y retornando a la fuente buena de los santos educadores, a su fondo y a sus formas.

Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo, en línea con estas últimas palabras, dirige este proyecto académico que les invitamos a conocer en esta entrevista.

Por Javier Navascués

8 comentarios

  
Scintilla
Da gusto leer a estos jóvenes.
Y le añado a la obsesión franciscana por crear escuela, la tercera pata: el lulismo.
02/06/22 8:28 AM
  
Juan Mariner
"(...) una de las causas de la decadencia de la cristiandad fue el apego a las novedades y a seguir ciegamente determinados carismas de las diferentes órdenes con sus particularidades, en detrimento de la catolicidad."

Al contrario, nos salvaron de la decadencia espiritual entonces y nos salvarán ahora también.
02/06/22 8:52 AM
  
Juan Mariner
Por cierto, como muy bien apuntó JM de Prada, la Iglesia española hoy no vive su hecatombe a causa de teologías de la liberación latinoamericanas, de rebeliones sexualoides alemanas, de escándalazos financieros vaticanos, de abusos sistémico en países anglosajones... sino de un conservadurismo, patriotero roucocañizarista y nacionalista periférico, apabullante.
02/06/22 8:59 AM
  
Luis Fernando
Este tal Javier Gutiérrez apunta maneras, 😎

Va siendo hora de que se ponga a escribir algún libro...

Ahí lo dejo, 😉
02/06/22 1:23 PM
  
Néstor
Muy bueno, totalmente de acuerdo. Solo recordar que en realidad el argumento de San Anselmo quiere ser una estricta demostración racional, que no lo logra, ciertamente.

Los monjes le habían pedido una prueba de la existencia de Dios que se basase solamente en la razón sin recurrir a la Escritura ni a la Tradición de la Iglesia. Sobre esa base escribió el "Monologio" , donde pone varios argumentos que si bien son de inspiración platónica, se puede decir que son "a posteriori".

Pero queda insatisfecho, pues quiere tener un solo argumento que sea a la vez simple y contundente, y por eso escribe el "Proslogio", que es donde viene el famoso argumento a partir de la idea de Dios.

En cuyo proemio dice:

"Desde ese momento comencé a pensar si no sería posible encontrar una sola prueba que no necesitase para ser completa más que de sí misma y que demostrase que Dios existe verdaderamente..."

Por alguna razón hace tiempo que se quiere "defender" a San Anselmo diciendo que lo suyo era solamente una meditación piadosa, cuando él está diciendo aquí exactamente lo contrario, y merece que se tomen en cuenta sus palabras.

Saludos cordiales.
02/06/22 3:22 PM
  
Chico
Estupendo. Pero a mi me interesa la dedcristianizacion española y yo la achaco a dos vosas; Falta de Dirigentes sabios y listos buenos tomistas que dieran la Voz de Alerta de lo que se venía. Y luego decaimiento de la Fe católica, empezando por los curas, si. Por los curas.
02/06/22 4:39 PM
  
Cos
El cristianismo no es conservadurismo desde el punto de vista psicológico porque es una búsqueda de perfección. Muy buena reflexión.

En España al maquiavelismo se le llamaba razón de estado y fueron muchos lo que lo criticaron, a Maquiavelo y a la razón de estado, Quevedo o Gracián en el Criticón. Imagino que Mariana, y en general muchos que no recuerdo.
02/06/22 10:26 PM
  
Néstor
Por otra parte, que el hombre se determine a sí mismo a hacer esto o aquello no quita que sea movido eficazmente para ello por Dios, al contrario, según Santo Tomás, lo exige.

Saludos cordiales.
02/06/22 11:56 PM

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