22.12.22

Onésimo García habla de Las reglas del soldado de Cristo, basadas en el espíritu ignaciano y el castrense

Onésimo García. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria por motivos laborales se trasladó a Madrid donde actualmente trabaja y reside.

Habiendo recibido una oferta de Círculo Rojo para publicar un libro se animó a ofrecer el que tenía escrito que vio podría ser útil a no pocas almas. De ahí nació el trabajo de transcribirlo y adaptarlo al público para que llegando a manos del lector le fuese ameno, instructivo y edificante. Y así se dio a luz el libro Las Reglas del soldado de Cristo.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre las reglas del soldado de Cristo?

Si bien este libro fue escrito para ciertas personas a nivel particular, no obstante, ante un ofrecimiento de la editorial Círculo Rojo para publicar un libro presenté el mío, viendo que su contenido podría ser útil a otras personas.

Realmente está compuesto por cuatro, que se escribió en distintos momentos y dirigido a distintas personas. Y fue en el proceso de corrección y adaptación al público cuando se añadió cosas novedosas que enriquecieron su contenido.

Si bien al escribirlo no seguí un ideario, no obstante, al juntarlos vi que se complementaban ya que se ofrecía: un principio y fundamento en la vida espiritual para servir a Dios. El de San Ignacio de Loyola; un decálogo inspirado en las enseñanzas evangélicas y los decálogos de la Legión y de la Infantería de Marina; unos hábitos espirituales a seguir que ayudan a ser constante en sus prácticas piadosas de su día a dia; una forma para dedicarse más a la vida de oración y entrega a Dios; un modo para recobrar la fe y confianza en Dios a los que la perdieron.

Es decir, se ofrece lo que a todo soldado que aspira a entrar en un Ejército desea: un motivo por el que luchar y sacrificarse. Todo por la Patria; unos hábitos u orden del día o cosas que le ayuden a mantener los quehaceres y régimen de disciplina interna; unos ejercicios de adiestramiento para capacitarlo para la batalla; y fomentar una confianza en el líder para que obedezca con convicción, prontitud y lealtad.

¿A quien considera soldado de Cristo?

Realmente toda persona, siga o no a Cristo, milita en la tierra por la lucha en seguir los rectos juicios de la razón, o conciencia, o voz de Dios, como bien nos lo declara el Santo Job: Militia est vita hominis super terram.

La característica especial del soldado de Cristo que los diferencia de los que solo se guían por la ley natural, la conciencia o voz de Dios en el alma es que, conociendo su doctrina y Gracia de Redención la aceptan y reciben. Y se esfuerzan en guardar su enseñanzas y se honran en sufrir por su Nombre. Es decir, implica: imitar sus hábitos para mejor asemejarnos a Él; seguir sus enseñanzas evangélicas, como son, guardar los Mandamientos Divinos según los perfeccionó, las Bienaventuranzas, el ejercitar la caridad y el perdón con los que nos ofenden, seguir sus directrices cuando oramos y hacemos penitencia, la confianza en su Divina Providencia y otros consejos declarados en el Sermón de la Montaña y en sus predicaciones. Y, como no, recibir los Sacramentos cuando está en su mano recibirlos.

¿Por qué los católicos debemos tener una actitud militante?

Todo aquel que empieza a servir a Dios lleva como consecuencia el demostrar con obras su fe. Esto llevará dos grandes beneficios: por una parte mereceremos más para la vida eterna; y por otra ayudaremos a encaminar al bien a otras almas al ver nuestra caridad y rectitud de vida.

También implica el sufrir contrariedades, obstáculos y otras dificultades para que el bien obrar no siga adelante, como enseña San Ignacio. Y, por otro lado, recibir ánimos, fuerzas y consolaciones que le anime a seguir el bien comenzado. Es decir, el esfuerzo por alcanzar la victoria y méritos para la vida eterna está condicionada a nuestra correspondencia a la gracia. Y es por ello que la actitud militante o espíritu de superación es necesario para vencer y ganar si queremos triunfar.

En resumen, todo aquel que se considere Católico o seguidor de Cristo, debe esforzarse en practicar una vida de oración, que le lleve a alcanzar más gracias para corresponder al Señor por todos los beneficios, indulgencias, delicadezas especiales y favores recibidos de sus Manos. Y enderezar su vida conforme a los Diez Mandamientos y saber renunciar por seguir la Voluntad Divina. En esto está la riqueza interior del cristiano, en unirse más a Dios, y en el conocerle para más amarle e imitarle.

¿Por qué a decidido basar parte del libro en las enseñanzas de San Ignacio destacando las de la discreción de espíritus?

Por una parte por la gran importancia el conocerlos, ya que ayudan muchísimo a entender los diferentes estados que pasa el alma y el porqué de esas mociones. Y que si muchos los conociesen, no serían tan fácilmente engañados por el enemigo infernal. Sobre todo cuando entra con aparentes buenos pensamientos y luego le va apartando poco a poco del bien comenzado. De ahí que el autor para mejor hacer comprender sus enseñanzas añada a ellos algunas cosas para mejor entenderlos y ponerlos en práctica.

¿Por qué da unas pautas a modo de decálogo castrense?

Por la sabiduría e importancia que encierran el tenerlo, ya sea en un ámbito militar o no, ya que nos ayuda a recordar más fácilmente las cosas que debemos hacer o no hacer. Y en momentos de incertidumbre o de estrés trayéndolos a la memoria, ayudarnos a afianzarnos en ellos y no flaquear.

Es decir, la importancia psicológica o provecho que encierran son: hacer que no se olviden los principios que con el continuo recuerdo se quiere inculcar para así mantener el espíritu y disciplina; y en los momentos difíciles su recuerdo le ayude a fortalecerle, le anime, le oriente y saque en algunos casos fuerza de flaqueza.

En conclusión, viendo la necesidad de sintetizar unos consejos y prácticas piadosas vi muy conveniente hacer uno al estilo castrense adaptado a la vida y espíritu cristiano.

¿Por qué insiste principalmente en la lucha por dejar aquellos vicios que más nos cuestan?

Realmente no soy yo sino el mismo Señor a través de las enseñanzas contenidas en las Sagradas Escrituras que vio el autor muy conveniente traerlas, el que nos exhorta paternalmente a dejar las cosas que nos dañan espiritualmente y los grandes beneficios que trae el seguir los Mandamientos de Dios, la cual es salud para los pecadores y fortaleza y guía para los que los guardan.

Por otro lado el motivo real del libro, el fin que persigue es ayudar a fomentar el deseo de ser mejor, ayudar al caído, y se encuentre en él una guía y prácticas seguras y entendibles que les haga crecer en su vida de unión con Dios.

¿Qué dice sobre la importancia de adquirir buenos hábitos?

Psicológicamente está demostrado el beneficio cognitivo de seguir e introducir buenos hábitos saludables en nuestra vida que nos ayuden. Por un lado, a crecer en nuestra autoestima; por otro, a ayudarnos a mantener la mente ocupada y ser constante en un bien comenzado; y el ayudarnos organizar mejor las tareas del día.

En el ámbito espiritual tiene una importancia enorme, no solo para mantener el espíritu, sino para ser constante en las oraciones diarias y otros ejercicios espirituales. Y no digamos cuando uno se descarría y le vence la tentación, ya que le ayudará de nuevo a encauzar su vida y sus buenas acciones y levantarse retornando a ellas.

¿Por qué incluye un apartado que va dirigido a aquellas personas que han perdido la fe?

Este apartado realmente fue escrito para una persona piadosa y de gran fe y muy apreciada que, al empezar a sufrir contrariedades de la vida y sentirse tan agobiada logró lo que Satanás quiere en estos casos, muy bien declarados por otra parte por San Ignacio cuando habla de los escrúpulos. Es decir, abandonar las prácticas piadosas y los actos buenos.

Por tanto, el fin que persigue ese escrito son: desear ayudar a comprender cómo Satanás logró agobiarla con escrúpulos y contradicciones para abatirla y renunciase a sus principios y su fe; ilustrar cual fue el principio de su mal; y comprendiendo las astucias y modo de obrar del enemigo, que logró vencerla y conquistar la fortaleza de su alma, ahora bien entendiéndolo salga de ese engaño; y ya convencida que hubo malos entendidos se levante y siga de nuevo al Señor con grandeza de espíritu.

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LAS REGLAS DEL SOLDADO DE CRISTO | ONESIMO GARCIA | Casa del Libro

Por Javier Navascués

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21.12.22

Ramón Rosal analiza su obra 7 memorias históricas silenciadas o distorsionadas

Ramón Rosal Cortés (Barcelona, 1932), es Doctor en Psicología y licenciado en Filosofía y Psicología. Co-fundador, en 1979, del Instituto Erich Fromm de Psicoterapia Integradora Humanista, en el que ha ejercido muchos años como docente de postgrado y psicoterapeuta individual y grupal. Ha publicado 24 libros, de temática psicológica, filosófica, de espiritualidad y religión. Tras su jubilación, se ha centrado en la investigación sobre psicología de la espiritualidad, de los valores éticos y de la religión. Es clérigo, incardinado desde 1974 en la Ciudad Condal. En esta entrevista analiza su libro  7 memorias históricas silenciadas o distorsionadas.

¿Por qué escribió este libro sobre algunas memorias históricas silenciadas o distorsionadas?

Porque, en ocasión de haber ampliado, durante los últimos veinte años, mi información sobre la historia, en especial la de España, pude darme cuenta del total desconocimiento, por parte de la mayoría de jóvenes y adultos, de acontecimientos históricos del pasado. Desconocimiento que reconocí también por mi parte.

Eran acontecimientos que implicaban graves errores o injusticias cometidas en el pasado; o, por el contrario, actuaciones especialmente valiosas y meritorias llevadas a cabo por ciudadanos cristianos.

Cuando comprobé este desconocimiento, tanto de graves errores o injusticias, como de importantes logros, sentí tristeza, o también indignación. Y me sentí con la obligación moral de contribuir –dentro de mis posibilidades- a escribir algo para reparar esta injusta desmemoria histórica. De haberme despreocupado, habría tenido un sentimiento de culpa por un pecado de omisión ante estos sucesos de nuestro pasado histórico, silenciados o distorsionados.

De todas las mentiras de la historia, ¿cuál ha sido el criterio para seleccionar las 7 del libro?

En realidad, no son solo siete, sino alrededor de cuarenta las memorias históricas a las que me refiero. He agrupado en siete capítulos las que tuvieron lugar en diferentes etapas de nuestra historia. Informo sobre sucesos ocurridos en la Edad Moderna, durante el Renacimiento, o en la Edad Contemporánea, desde la Segunda República. En el capítulo primero, sobre el descubrimiento y colonización de América, aparecen unas diez memorias históricas silenciadas o distorsionadas por la “Leyenda Negra”.

En primer lugar habría que desmentir que el descubrimiento de América fue tan perjudicial para los indios como nos quieren hacer creer.

Me resulta sorprendente que hayan sido principalmente historiadores extranjeros los que me han podido informar sobre valiosas contribuciones de los colonizadores españoles. Entre los hechos que desconocía estaban, por ejemplo:

  • Que el verdadero descubridor de América no fue Cristóbal Colón, sino el andaluz Alonso Sánchez, que al morir dejó sus mapas, conservados lamentablemente en secreto por Colón.

  • Que laicos y religiosos franciscanos denunciaron ante los reyes, entre otras conductas, la práctica de la esclavitud promovida por Cristóbal Colón, que al poco tiempo fue destituido de sus cargos, arrestado y enviado a España, junto con sus dos hermanos.

  • Que la reina Isabel de Castilla reaccionó violentamente cuando Colón le envió esclavos indios, y anunció públicamente que “aquellos que hubiesen tenido esclavos debían devolverlos, so pena de muerte, libres a su lugar de origen”.

  • Que también la reina Isabel estableció las denominadas “encomiendas” y posteriormente las “reducciones” (promovidas por jesuitas) para la protección y dignificación de los indios respecto al peligro de ser captados como esclavos por los caciques incas de Perú, o por los aztecas de México, o por algún posible cacique español, o el peligro de ser torturados y matados como sacrificio a los dioses.

  • Que también la Reina Isabel estableció: a) que nunca habría indígenas esclavos en Iberoamérica (a diferencia de lo habitual en todos los imperios); b) que deberían cobrar por sus trabajos lo mismo que los españoles; c) que no se permitirían conversiones al Cristianismo que estuviesen motivadas por complacer a los gobernantes españoles o responsables de las encomiendas.

  • Que me suscitaban también admiración la reina Isabel y sus sucesores Carlos I y Felipe II, por haber mantenido la obligación de proteger las lenguas indígenas al exigir a todos los maestros españoles, y a los misioneros, dirigirse a los indios en sus lenguas, tras el aprendizaje de las mismas.

  • Que igualmente suscita mi admiración al arzobispo de Lima, Jerónimo de Loaysa, por haber exigido –y logrado- que se cumpliese la obligación de restituir a los indios indígenas todas aquellas propiedades y bienes de los que algunos conquistadores se hubiesen apropiado. Asimismo, por haber creado la primera Facultad Universitaria, en Lima, sobre lenguas y culturas indígenas.

  • Y todos los españoles que contribuyeron a proteger a los indios en su derecho a la educación, logrando notablemente dignificar la vida de pueblos indígenas, que en su gran mayoría vivían al nivel de la Prehistoria, en cuevas, sin diversidad de aprendizajes y oficios, etc.

  • Asimismo, todos los que, siguiendo las leyes de los reyes de España, lograron una calidad, respecto a los derechos laborales, que supuso un adelanto de tres siglos respecto al tratamiento de los trabajadores en Europa.

También se acusa a la Iglesia de ser impasible ante las injusticias sociales, cuando no ha hecho otra cosa que denunciarlas a lo largo de la historia…

No solo las ha denunciado, sino también han sido miembros de la Iglesia los pioneros de iniciativas para la protección de los derechos: a la asistencia e integración social, a la educación y a la salud, en una época en la que los Estados no habían asumido todavía su responsabilidad para contribuir a que no solo fuese un privilegio de la aristocracia o de la alta burguesía, que eran las únicas que podían tener atendidos estos derechos.

Respecto a los derechos laborales, la forma como fueron atendidos en América durante los siglos XV a XVIII, supuso un adelanto de tres siglos respecto a las leyes sobre el trabajo en Europa.

Informo también sobre una selección de políticos, catedráticos, empresarios, etc. europeos cristianos que, ya antes del Manifiesto de Karl Marx, contribuyeron a la creación y al cumplimiento de leyes y deberes para proteger a los proletarios de las injustas situaciones en que se encontraban tras la Revolución Industrial, en el marco de un liberalismo económico que ya fue condenado en la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII. A partir de este, todos los papas han ido ampliando con sucesivas encíclicas la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente para la promoción de la justicia social. Para responsabilizar principalmente a los cristianos implicados en la Política, la docencia Universitaria, la Investigación, las iniciativas empresariales, etc.

Igualmente se acusa a Pío XII de colaborar con los nazis. ¿Cómo se puede demostrar que no fue así?

La doctora Ana Gimeno-Bayón resume con claridad, en su prólogo al libro, sobre la causa principal de esta injusta acusación respecto a Pío XII.

Las calumnias hacia el papa Pío XII, y de rebote contra el conjunto de la Iglesia Católica, por su postura ante el holocausto judío, popularizadas a partir de la representación teatral, en 1963 -y en contra de todas las evidencias históricas- de la obra El Vicario, de Rolf Hochhuth. Si es cierta la noticia que recoge la wikipedia, a partir de un exgeneral que desertó del bloque soviético ”fue el fruto de un plan de desacreditación ordenado por Nikita Jruschov y pergeñado por la KGB en 1960[…] El Vicario tuvo como objetivo minar la autoridad moral del Vaticano y su influencia en Occidente”. Por suerte, acaban de abrirse los archivos vaticanos relativos a estos hechos que desbaratan tamaña torpeza comunicativa (salvo que los silencien o distorsionen, claro).

Respecto al capítulo cuarto, las diez personalidades de judíos a los que me he referido, casi todos representantes de colectivos, me suscitan un sentimiento de admiración, al comprobar su independencia respecto a prejuicios ambientales, para saber agradecer profundamente al papa Pío XII su valiosa contribución para la protección de los judíos, instalados en numerosos locales de la Iglesia en Roma.

De modo especial me sorprendió la declaración de Albert Einstein en Time Magazine, que tuvo gran resonancia. Einstein afirmó lo siguiente, entre otros elogios: “Antes no había sentido ningún interés especial por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración porque solo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral”.

Asimismo la del rabino jefe de la comunidad judía de Roma, Israeli Zolli que, finalizada la guerra, se convirtió al catolicismo, bautizándose el 13 de febrero de 1945.

Se dice que la Guerra Civil se produjo porque unos militares se alzaron contra la democracia…

Respecto a los antecedentes y causas de la guerra civil, entre los muchos sucesos ocurridos durante la Segunda República, me detengo, entre otros, en recordar:

  • Que Largo Caballero, socialista prosoviético, llamado “el Lenin español”, promovió una revolución armada –la “revolución de Asturias”, con expectativa de guerra civil- contra el resultado de las urnas y contra el pacto que proyectaban para gobernar los dos partidos que obtuvieron más votos: el Partido Radical de centro-izquierda, de Alejandro Lerroux, y el nuevo partido republicano de derechas, la CEDA.

Creo que ahí empezó la costumbre, inaugurada por Largo Caballero, de calificar de “fascistas” a todos los que discrepasen de sus proyectos. Fue también Largo Caballero el que, con sus discursos demagógicos, logró que el valioso socialista Julián Besteiro –que había sido el primer presidente del Parlamento Republicano y luego presidente de la UGT- fuese destituido de este cargo, por negarse a implicar a la UGT en el proyecto revolucionario de Largo.

En el libro también incluyo una importante declaración de un tercer líder socialista, Indalecio Prieto, manifestándose desde su exilio en México, profundamente arrepentido por haber apoyado en el pasado la iniciativa revolucionaria de Largo, contra la democracia parlamentaria.

También informo de otros antecedentes más de la actuación del general Franco, tras haber rechazado en otras cinco ocasiones – durante situaciones convulsas de la república- la petición de promover un golpe de Estado, para proteger la República del caos producido, principalmente, por los revolucionarios anarquistas, en especial desde el gobierno del Frente Popular.

¿Quisieron realmente acabar con el catolicismo al matar sacerdotes e incendiar los templos?

Efectivamente, como consta según las palabras de algunos líderes comunistas, un objetivo fue matar a todos los curas e incendiar todos los templos. Formaba parte de un proyecto de Stalin que en España se llevó a cabo. Pero la realidad es que, cuando la Iglesia ha padecido este tipo de crímenes y destrucciones, al final ha resurgido con más vitalidad.

¿Considera que se deben denunciar los crímenes como los producidos en las Chekas por el Frente Popular?

Como digo al comienzo del capítulo 7º, aunque no simpatizo nada con la nueva reclamación de ocuparse en ampliar la “memoria histórica” oficial, centrada ahora en la denuncia de los supuestos delitos de lesa humanidad, si no hay más remedio que implicarse en ello, puedo ofrecer mi colaboración evocando algunos hechos importantes.

Quiero suponer que los que lideran esta reclamación no quieran caer en la grave injusticia que supondría el prestar atención únicamente a los posibles errores y delitos del franquismo y silenciar a los cometidos o consentidos por los gobiernos republicanos, en especial el del Frente Popular. Mi aportación se va a centrar en estos, ya que apenas se ha hecho mención de ellos en los medios de comunicación –televisión, periódicos, etc.- durante los últimos decenios.

Como voy a centrarme, principalmente, en cinco manifestaciones colectivas de crímenes contra la humanidad cometidos contra ciudadanos, especialmente los cometidos durante el gobierno del Frente Popular, y en especial los cometidos en Barcelona y Madrid, comenzaré recordando qué se entiende por “crímenes contra la humanidad”, desde el Acuerdo de Londres –en 8 de agosto de 1945- en el Estatuto del Tribunal de Núremberg. Se definió como “crímenes contra la humanidad” el asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra.

En ese capítulo me detengo en informar sobre los siguientes crímenes contra la humanidad:

  • Las torturas cometidas en las 46 checas de Barcelona por los anarquistas, con el visto bueno del Presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y la iniciativa de sus consellers anarquistas.

  • Las torturas en 224 checas de Madrid (195 del Frente Popular y 29 de la Inspección General de Milicias Populares).

  • Los 16.000 asesinatos cometidos en cuatro semanas, cerca de Madrid, principalmente los 4.021 de Paracuellos de Jarama.

  • Agradezco a los historiadores César Vidal (2003 y 2005), Javier Barraycoa (2016), Pío Moa (1999, 2001 y 2004) y a Jordi Albertí (2007), entre otros, haberme facilitado estos datos (incluidos los nombres de los cerca de 9.000 asesinatos en Cataluña), que no había podido conocer con documentos bien fundamentados, hasta haber cumplido más de ochenta años. Son capítulos de la memoria históricasilenciada o distorsionada.

Por Javier Navascués

5 comentarios

  
El gato con botas
Si la Iglesia Católica se molestase en enseñar estos hechos a los alumnos que tiene en sus colegios y universidades (¡no digamos si en las demás clases de religión en los públicos!) , (como ampliación al temario oficial) la izquierda no ganaba jamás.
Doy fe de que cuando se les enseña esto se sienten estafados por el sistema educativo.
21/12/22 10:29 AM
  
Juan Mariner
El gato con botas: con el Estado hemos topado: cuando la educación es "concertada", también es "coartada"; cuando una confesión es "reconocida", pasa a ser "desconocida".
21/12/22 10:57 AM
  
Luis
Juan Marinner: ¡MADRE YO AL ORO ME HUMILLO...!
21/12/22 12:48 PM
  
Masivo
Erich Fromm lideró una corriente de psicoanálisis humanista, y era ateo y marxista heterodoxo. Me sorprende un poco que un sacerdote sea seguidor suyo.
21/12/22 1:11 PM
  
Alberto Monche
Masivo, piensa que Ramón Rosal tiene mas de 90 años y que le pilló, com9 a mi, el postconcilio, es decir, una época en que cualquier novedsdd era estoenda. Lo normal y bueno en esa época era ser hereje o comunista o nacionalista. Si eras católico de verdad es que no lo eras.

Con esta situación, la mayor parte fe los sacerdotes, novicios y seminaristas abandonaron.

Tengo 73 años. De mi curso 1 entró en el seminario y duró 1 año y 4 Jesuitas y no acabaron, pasando 3 de ellos al organizaciones comunistas, que era lo que se consideraba católicos entonces.

El clero nacido sntes de 1959 suele ser, los que no se fueron, más o menos progres y herejes.

Salvo honrosas excepciones huyo de los sacerdotes mayores que yo. Ahora prefiero el clero joven.

Yo
22/12/22 4:11 AM

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20.12.22

La tradición navideña en Hispania: Solsticio de invierno, Dickens y el legado nórdico precristiano

Les ofrecemos la entrevista a Antonio J. Candado Aguado, grado en Filología Hispánica y en Estudios Clásicos, sobre los elementos culturales nórdicos en torno a la Navidad que ha recuperado y purificado el cristianismo.

A menudo, se suele hacer mención sin profundizar demasiado en festividades paganas celebradas en estas fechas de diciembre, antes del nacimiento de Jesús, que ya eran un suceso de gran importancia para la humanidad. En el artículo que publicas en el último número de la revista Laus Deo, ahondas en la cultura nórdica para datar y explicar con precisión esta festividad, ¿Nos podrías contar en qué consistía?

Efectivamente, la celebración en cuestión es la del Solsticio de Invierno. Una tradición tan arraigada, como bien comentáis, a los albores de la humanidad como la propia deificación del sol, la luna y el resto de los astros. En el caso de los pueblos nórdicos, la fiesta solsticial era conocida como el Yuletide, o el tiempo de Yule. Esta tradición, fuertemente arraigada a su folklore, se comenzaba a festejar desde el sexto día de Yule, nombre que recibe el mes de diciembre. Ese sexto día era el dedicado a Odín, o Wotan y que, con posterioridad será el día de San Nicolás de Bari. El Yule se extendía hasta el sexto día de Hornung, nombre del mes de enero y día de Frida; la esposa de Odín y reina de los dioses del panteón nórdico, los Æsir y cuyos tributos son los de la fertilidad, el amor, el hogar, el matrimonio, la maternidad, la previsión y la sabiduría. Frida mantuvo un vínculo muy fuerte con la diosa griega Hera, madre de los dioses, cuando las culturas nórdicas y germánicas entraron en contacto con el panteón helénico y romano.

Con la llegada del cristianismo, este día en honor a Frida, se convirtió en lo que hoy conocemos como la Epifanía, una fecha muy especial ya que, aquí en España, celebramos el día de los Reyes Magos. En el eje central de estas fechas fuertemente simbólicas, en torno al 20 de diciembre, tenía lugar la gran fiesta en la noche del propio solsticio; la celebración comenzaba con festines familiares y, ya de madrugada, con fiestas en común con el resto de familias: fogatas, música, festejos, juegos y rituales de agradecimiento a Odín. Era una tradición primigenia, para los distintos asentamientos, que sus regentes se asegurasen de que las cumbres más importantes y elevadas de sus territorios estuvieran alumbradas con hogueras que iluminaran, con la luz del fuego, la fría oscuridad y comunicasen al resto de pueblos, muchas veces incomunicados por la nieve, que estaban bien y seguían en los mismos territorios. Esta tradición ha prevalecido a lo largo de milenios hasta llegar a nuestros días. En las cumbres de Alemania, del Tirol austriaco, de Suiza y de países escandinavos, se siguen encendiendo grandes hogueras, incluso en la actualidad, con formas navideñas y cristianas como el sagrado corazón o la forma de la cruz.

Imagino que cuando hablas de que, en la tradición navideña hispánica, hemos heredado todo un acervo cultural nórdico te referirás a multitud de elementos. ¿Podrías enumerarnos algunos de los más significativos? ¿A cuál de todos los que has investigado le tienes un especial cariño?

Algunos de esos elementos que forman ya parte de nuestra cultura, en gran medida gracias a la literatura y el cine, son por ejemplo los majestuosos renos, los escurridizos elfos, el romántico muérdago, las frondosas coronas de adviento y sus velas; el acebo, los abetos, las castañas, las piñas de pino, los frutos secos, los rojos arándanos, el olor a canela y las naranjas deshidratadas. La nieve y la escarcha, el tronco navideño y el crepitar del fuego en una hogareña chimenea, son patrimonio de esa cultura nórdica. Idílicos bodegones que han pervivido en las culturas germánicas y anglosajonas como ideal de una festividad en la que la vida, a través del fuego y del sol, es capaz de vencer a la muerte de nuevo. Elementos, todos ellos, que recobraron un gran protagonismo durante el romanticismo, hijos del movimiento literario alemán Sturm und Drang.

Quizás, mi favorita sea la del Tannenbaum, el árbol de Navidad que aun ponemos como un recuerdo del abeto que los germánicos colocaban en sus asentamientos y hogares, emulando a su árbol mitológico Yggdrasil.

Es muy interesante ver cómo esos elementos, realmente provenientes de otra cultura muy distinta a la mediterránea, han acabado por asentarse en la cultura navideña mediterránea. ¿Hay algún hito que en nuestro tiempo haya alimentado esa imagen idílica del invierno y la Navidad para los más pequeños de la casa?

Pues la verdad es que sí. Si hay que pensar en algún hito actual, creo que deberíamos hablar de un fenómeno cinematográfico contemporáneo que todos hemos conocido seguro; hablo de la película Frozen, estrenada en el año 2013. Esta famosa peli de Disney está basada en un cuento de hadas navideño cuyo título es La reina de las nieves, creado por el escritor danés Hans Christian Andersen en el año 1844, durante el romanticismo danés. Disney ha continuado en el siglo XXI bastante en la línea que tuvo a finales del siglo XX, la de recoger los cuentos de los hermanos Wilhem y Jacob Grimm. Ahora, con Frozen (2013), Frozen: Una Aventura de Olaf (mediometraje de 2017) y Frozen II (2019), han abierto sus horizontes creativos pero mantienen esa constante de basarse, sobre todo, en cuentos y leyendas recogidos en el romanticismo centroeuropeo.

La materia dickensiana es algo con lo que ya has trabajado y te sientes cómodo. Quizás, para el lector, sea algo revelador poder conocer algunas de las inspiraciones de Charles Dickens, el genio victoriano creador de Cuento de Navidad. ¿Cuáles son los mitos en los que se inspira para escribir una obra referente para la literatura universal?

Una de las inspiraciones de Charles Dickens fue de origen céltico. Se sirvió de un cuento de hadas de Irlanda que decía que, en Nochebuena, los velos entre este mundo y el siguiente se deshacer y entonces los espíritus los cruzan y caminan entre nosotros. Hubo siglos en que las celebraciones solsticiales precristianas, en este caso de los pueblos celtas, estaban muy asociadas al sentido del Halloween y del Día de los muertos. Desde sus creencias religiosas politeístas, creían que el Solsticio de Invierno era una época de transmutación, un momento de cambio en el que esos espíritus venían a llevarse las almas de algunos de los vivos, en incluso, a permanecer llorando, inmóviles, en las puertas de los hogares de aquellos que con prontitud iban a morir.

Aunque, sin duda, la inspiración más hermosa, se da con la visita de los tres espíritus al Señor Scrooge con el propósito de que cambie. Esta referencia, de origen escandinavo, lejos de ser un recurso de gran brillantez y originalidad dickensiano, es un elemento mitológico de la cultura nórdica precristiana: el de las Nornas, que tejen el destino de los hombres con tres hilos distintos. Estas Nornas eran dísir, espíritus femeninos de la mitología nórdica. Tres de ellas eran las principales, conocidas con los nombres de Urðr: “lo que ha ocurrido”; Verðandi: “lo que ocurre ahora”; y Skuld: “lo que va a suceder o puede que llegue a ocurrir”. De hecho, el propio Scrooge, pregunta si lo que le muestra el fantasma de las navidades futuras es lo que va a suceder o lo que puede que llegue a suceder. En este momento, Dickens, plantea la contraposición entre la forma de pensar de los antiguos pueblos germánicos y nórdicos, en la que, hiciesen lo que hiciese, su destino estaba ya tejido, o una visión más cristiana, en la que existe el libre albedrío y la posibilidad de reescribir el futuro gracias a un intimo propósito de enmienda y al acto de contrición.

¿Existe alguna tradición nórdica que haya pervivido consiguiendo aunar los sentidos propios de la fiesta solsticial con la importancia de la Navidad cristiana? ¿En qué consiste?

Lo cierto es que sí. Las naciones que hace siglos fueron aquellos reinos nórdicos y germánicos, han conseguido hacer pervivir en sus países ambas tradiciones. Han aunado la festividad del Solsticio de Invierno con el sentido más puro de la Natividad. De hecho, en Suecia, todavía se celebra una hermosa tradición cada día 13 de diciembre: la festividad de Santa Lucía de Siracusa. Consiste en una procesión religiosa en la que una joven, una chica en particular, es escogida como la “Reina de Lucía de Suecia” y se le corona el 13 de diciembre en Skansen, Estocolmo.

Ella encarna ese año a Santa Lucíay va acompañada de un séquito de niñas llamadasDamas de Honor y de niños que, en sueco llaman stjärngossar, y podría traducirse comochicos con estrellas”, debido al tradicional capirote decorado con estrellas doradas que visten. A veces, también son incluidos los niños más pequeñitos emulando a duendecillos y espíritus menores del bosque y del invierno. Todos juntos hacen un recorrido iluminando los espacios más oscuros de las iglesias, lugares de trabajo, escuelas y hospitales con sus canticos en honor a Santa Lucía, creando una agradable atmosfera de paz y armonía a la toda la gente que los observa.

¿Ha pervivido algún elemento, aunque no sea nórdico, de las antigua cultura grecolatina que tantos siglos estuvo presente en España?

El pueblo romano celebraba en el Solsticio de Invierno las festividades conocidas como Saturnales, en las que cobraba una gran importancia, la deidad menor Jano: el dios de las puertas. Un dios siempre representado con dos caras, una que mira hacia la izquierda, representando el pasado, y la otra hacia la derecha, representando el futuro. Es un simbolismo sobre la noción de que, tanto el tiempo como la vida, terminan y mueren, pero a su vez, que vuelven a nacer y a comenzar, de una forma cíclica y eterna. La palabra Jano, Ianvs en latín, dará lugar a muchas etimologías europeas para el mes de Enero: January en ingles, Gennaio en italiano, Janvier en francés o Januar en alemán.

También, era una festividad donde se recordaba a los ancestros, a los amigos ausentes, a los hijos que habían fallecido. Tanto romanos como nórdicos, preparaban con esplendor y magnificencia en las mesas donde se celebraban los festejos, comida, bebida y espacio para aquellos que ya no pertenecían al reino de los vivos. Una fuerte conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos rodeaba a esta festividad; ese sentido que ahora recogen Halloween, el Día de todos los Santos y el Día de Difuntos. Las Saturnales eran una compleja festividad de ciclos; de finales y de principios; de microcosmos humano en contacto con los macrocosmos del tiempo y la naturaleza: del día y de la noche; del ciclo anual asociado al ciclo vital; de nacimiento y juventud, de vejez y muerte. Por esto es tan importante observar cada representación escultórica o pictórica que se hace de él.

Por último, como redactor jefe de Laus Deo, que más nos puede decir sobre este número dedicado, en buena medida, a la Navidad.

Pues que es un número que no va a dejar a nadie indiferente. Además de bucear en los orígenes de la Navidad hispánica, incorporamos muchas novedades. Quiero destacar la sección dedicada a la Arqueología bíblica, en la que Juan Pablo Perabá nos habla sobre la historicidad del Éxodo. En la sección sobre Exégesis bíblica, Federico María Rago analiza la obra de Santo Tomás y la naturaleza de los sentidos en la Sagrada Escritura. Luis Antequera nos descubre el Lábaro de la Resurrección y su presencia en la historia del arte, mientras que Javier Martínez-Pinna escribe un artículo dedicado a una mujer excepcional, la santa Hildegarda de Bingen. Recuerden que si quieren suscribirse a esta revista y a Laus Hispaniae deben hacerlo por nuestra página web y así podrán descargar todas nuestras revistas publicadas hasta el momento:

https://laushispaniae.es/alta-suscriptor/

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
JUAN NADIE
NO hay que confundir la impregnación de usos y modas por la televisión o el cine, con la verdadera Tradición.
Creo que en otro artículo en este portal hace mucho tiempo alguien explicó como lo de que asociar el solsticio a la Navidad era en realidad un mito simplificado, pero no cierto, promovido por supuestos eruditos para desacralizar la NAVIDAD. A mi me convenció. La tesis del artículo es que la Iglesia estableció su fiesta sin necesidad de mirar a ningun lado, teniendo en cuenta la importancia que tiene por si misma. Lo cual es bastante lógico. Solo desde una perpectiva absolutamente mundana y sin entender nada pero nada de lo que supone la encarnación, nacimiento y pasió de Cristo puede alguien sugerir que la Iglesia necesitaba sustituir una fiesta por otra para "heredar" algún tipo de legitimidad o apoyo. Es pueril.
20/12/22 12:27 PM
  
Miguel
La Iglesia cristianizó ritos paganos, porque sirven a la pedagogía de nuestro camino, son signos, elementos bonitos como el árbol de navidad, para señalar esta maravillosa fecha del nacimiento de Cristo, incluso el propio dia 25, una festividad pagana que venia muy a propósito.
Signos, estatuas, cuadros, fiestas, etc nos permiten recordar nuestra fe, como los campanarios, más altos que el resto de los edificios para oir y volvernos a ellos para rezar a la hora del Angelus. Torres que los masones se empeñan en ocultar con altos edificios y monolitos.
21/12/22 9:20 AM

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19.12.22

De la muerte a la Vida. Testimonios de perdón y caridad de los sacerdotes en la Cruzada Nacional

En la Guerra civil española, entre el gran número de sacerdotes que se refugiaron en las sedes diplomáticas, todos de alguna forma, se encargaron de levantar el espíritu abatido de sus compañeros de cautiverio, incluso se permitió celebrar la Santa Misa, utilizando para ello como altar, una silla, una maleta o un mueble. Por cáliz se empleaba un vaso de cristal, repartiéndose los fieles en grupos reducidos, pero el culto, pese a las coacciones no se interrumpió. Todas estas manifestaciones religiosas, las plasma y desarrolla en este libro nuestro sacerdote y profesor, Teodoro Cuesta, describiendo con todo detalle cómo se celebraban y de paso, dando un gran número de nombres de personas refugiadas como él en el Liceo Francés. Entrevistamos a José Manuel de Ezpeleta Arias, revisor del libro y prologuista del mismo, un trabajo de la editorial San Román.

¿Qué supone para usted contribuir a la edición del libro del P. Teodoro Cuesta?

Principalmente, supone ayudar y colaborar a difundir unas historias ocultas en el tiempo, para que puedan ser conocidas por el gran público.

¿Ha sido complicado confeccionar las notas a pie de página?

No ha sido complicado, debido a mi extensa base de datos elaborada durante años, de las personas que durante la guerra civil fueron perseguidas y detenidas, y miles de ellas, asesinadas.

¿Por qué era importante sacar a la luz el heroico testimonio de los sacerdotes refugiados en las sedes diplomáticas?

No sólo es importante sacar a la luz todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que padecieron persecución durante la guerra civil española, sino que es de suma importancia, saber cómo vivieron la religión y su fe en sus respectivos refugios, embajadas o legaciones diplomáticas, sin contar los oratorios en casas particulares.

¿Qué aporta este libro a la historia de la Cruzada Nacional?

Fundamentalmente, aporta una actitud de perdón y de caridad ante aquellas dramáticas circunstancias, e incluso ante los adversarios políticos.

Todos estos trabajos contribuyen mucho a que se conozca la verdad de la historia, ahora que quieren manipularla…

En los tiempos que vivimos, es prioritario dar a conocer estos y otros muchos libros y testimonios escritos por sus protagonistas al terminar la guerra civil, pues componen una fuente fundamental para comprender y mostrar aquellos sucesos que generalmente, no aparecen en los cientos de libros ya editados.

Una de las cosas que destaca es el fervor con el que celebraban la Misa, aún en la precariedad de medios más absoluta…

En las cárceles y demás prisiones no oficiales, desde finales de 1936, ya se venían celebrando Misas, muchas de ellas denominadas Secas, así como en domicilios particulares por medio de sacerdotes, que con carnets de organizaciones sindicales de izquierdas podían libremente circular por el Madrid republicano.

También sobresale como se ayudaban unos a otros a levantar el ánimo…

La labor humanitaria y de consuelo espiritual de cientos de sacerdotes, fue fundamental para mantener y practicar la religiosidad de la población civil en todas aquellas ciudades que estuvieron bajo el Gobierno republicano.

¿Cuantos acabaron dando la vida por Cristo?

Según Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, entre sacerdotes, religiosos y religiosas, fueron asesinados un total de 6832.

¿Cómo va el proceso de canonización de estos sacerdotes?

Según que Diócesis, los procesos por Martirio de la persecución religiosa en España 1936-1939, van rápidos o más lentos, aunque ya van beatificados más de dos mil.

¿Quiere añadir algo?

Para mí es importante que no se pierdan los testimonios y recuerdos de una época trágica de la reciente historia de España, y para ello, es necesario hacer el esfuerzo de reeditar el libro ya mencionado y otros más.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Jordi
Se calcula que unos 10000
20/12/22 1:31 AM

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16.12.22

Carta del Rey Melchor a todos los niños que celebran el nacimiento del Niño Dios en el mundo

Reproducimos por su interés una misteriosa carta que nos ha llegado del Lejano Oriente. 


Palacio de Sar Al Nahar- Oriente, bajo las frías Montañas Grises

A 22 de Diciembre del Año de Nuestro Señor 2.022 de la Era Cristiana

Queridos Niños que celebráis el nacimiento del Niño Dios, Luz del Mundo:

Saludos a vosotros, María y David, hermanos benditos de Dios. Saludos en esta fría mañana desde la biblioteca del palacio, pues tenemos un poco de tiempo aún antes de continuar el trabajo que hemos de concluir al Mediodía, pues mañana emprendemos la Marcha hacia el Portal y las tareas han de estar cumplidas.

Fuera está nevando, con grandes copos plácidos, cayendo como con pereza desde el Cielo donde nacen al Suelo donde se fundirán al llegar la Primavera, para rejuvenecer los campos y dar color a los bosques. Tengo que acordarme de avisar al Paje Mayor de que ordene limpiar la nieve que se acumula fuera del ventanal del norte, pues con el frío de la noche se congela en los cristales y brilla y daña la vista. La chimenea del centro, al lado de la Columna del Señor, que sostiene la Escalinata de la Natividad crepita con fuerza y da luz y paz mientras os escribo. He terminado de revisar las últimas cartas que nos llegan de los niños del mundo, pero las vuestras nos han llamado la atención.

Os preguntaréis, queridos David y María, por qué. Si he decidido tomarme un descanso para escribiros unas líneas, a vosotros y a otros niños de otros países y continentes (que sé de otros años que los conocéis y repasáis con vuestros padres que os quieren mucho), es porque algo en vuestras cartas llamó nuestra atención. Fue vuestra fe en el Niño que nace, ya que muchos niños tan sólo escriben pidiendo regalos y se olvidan de Aquél a quien vinimos hace ya casi 2.016 años a adorar en el Portal. Vuestras cartas tenían un espacio de vuestro corazón (y el de vuestros primos, como la oración que rezáis por Claudia; sí, también la conocemos a ella ) reservado para el Niño Jesús, alabado sea por siempre.

Os contaré por tanto, la historia. La historia de los Tres Reyes Magos para que, por ella, améis más aún al Niño Jesús, Luz del Mundo y Dios viviente que nació de la Madre Virgen María, ¡Gloria y alabanza eterna a ella!

De las Cosas de Dios y de los Hombres

Sabed, queridos niños, que yo, Melchor Rey nacido hace 2.083 años sobre dominio sobre la región oriental de Nahar-Nhûl, bajo la sombra de las Sempiternas Montañas Grises, a las faldas del Techo del Mundo fui siempre un estudioso de los astros, los hombres y los dioses. Goberné, mientras en este mundo estuve con forma física, con mano dulce y compasiva y mi pueblo vivió alejado de guerras y males, comerciando con los lejanos Shuan- Hei, los cálidos Brhammintugores y los occidentales del Antiguo Egipto. Desde que fui coronado Rey con la Corona de las Siete Gemas mi propósito fue servir a mi pueblo, cuidar de su bienestar y protegerle de las tribus invasoras de las montañas, que de cuando en cuando arrasan nuestras tierras, campos de labranza y bosques apoyados por los orcos de las cavernas. Pero, a Dios gracias, ya hace unos dos siglos que no se les oye dar la lata y mi jefe de la Guardia, el fiel Nêhat hijo de Therhân mantiene la alerta en toda la frontera.

Pero la afición de mi alma me llevaba a conocer de las cosas de los hombres y sus aspiraciones más altas, qué les hacía trabajar y mostrar bondad, ¡incluso en la peor de las batallas! De joven fui instruido en las artes de la guerra y del gobierno de los hombres, de la economía de las cosas y, aunque algo renuente pues no me parecía al principio adecuado para un joven, también de las artes de la música y la danza. En aquella época, participé junto con Therhân el Fiero en la defensa de la frontera norte, la más peligrosa y difícil. Disfrutaba de la acción y la aventura, cabalgando fuertes caballos engalanados para un desfile y vistiendo ligeras corazas y altivos escudos.

En Noviembre de algún año de mocedad (los años hacen mella en la memoria para según qué cosas) tuvimos que enfrentarnos a una partida de orcos y montañeros furiosos. Su queja, la que inició la guerra fue que tenían derecho a las aguas que bordeaban la mitad Sur del Bosque Tenebroso porque, decían los mentirosos pendencieros, que fue su rey, el Orco Ant- Igualla III (así sería en vuestra lengua su nombre, que siempre me pareció ridículo como todos los de los orcos,¡ja, ja, ja!) quien tomó posesión de dicha corriente de rápidos entre rocas y cascadas ruidosas hasta en la lejanía de un día a caballo. Pero como os digo, son mentirosos, pues no fue el rey Orco quien primero llegó a aquellas tierras sino el pionero Primigenius, un antiguo legionario romano que tomó la ruta de Oriente hasta llegar a estas tierras unos cien años antes de la Natividad del Niño. Allí se instaló y cuando los orcos le asediaron y le atacaron junto con los hombres montañeses, huyó y vino a palacio y mi padre, el sabio Rey Sachor el Grande, le concedió su apoyo y nos mandó a sus ejércitos reconquistar la frontera y hacer Barón del Valle al legionario Primigenius.

¡Cómo batallamos contra los montañeros y los orcos! Yo mismo decapité a unos veinte orcos guerreros y su capitán Bar-Tholon-Drôn, regresó grupas a sus cavernas dejando su brazo maloliente encajado en mi espada. Aquellos fueron días de grandes gestas que a los hombres llamaban a enorgullecerse de sus fuerzas y capacidades. El honor del mundo se nos rendía a los valientes que defendíamos al Reino. Las ciudades en el camino de vuelta, se engalanaban y nos arrojaban pétalos de olorosas flores a nuestros pasos y la vida parecía plena.

Pero con los años de paz, la vida del guerrero se antoja sin tensión, sin ánimo ni objetivos que lograr. Aburrida en suma. Por lo que hube de refugiarme en los libros y papiros de la biblioteca real. Una noche clara de Verano mientras releía varios papiros que contaban historias extrañas de astros que causaban terribles sucesos en la tierra, de leyendas y profecías de los grandes faraones y otras historias y leyendas de otras naciones, encontré unas líneas que me causaron honda conmoción; os las transcribo para que las escuchéis por primera vez fuera de estas paredes:

Una Estrella Que se Mueve

Pausada se haya sobre el Pesebre

Una Virgen, que es Madre

Ofrece al Niño para salvar.

Tierra en Paz, el Mal se esconde

El Dios que Ama, en Cruz morirá.

De cómo emprendimos la Marcha del Niño que era Dios y de cómo apareció la Estrella

Desde aquel instante mi alma quedó centrada en adivinar qué significaban aquellas frases, qué misterio escondían desde la Eternidad en que fueron escritas, pues se contaban como leyendas que ya los antiguos Atlantes habían relatado a los sacerdotes egipcios y éstos a los sumerios y así hasta nuestro reino y sus sabios doctores. Les pregunté, desde luego, pero ninguno supo darme razón de su significado.

¿Qué era aquella estrella que se mueve y se pausa?¿Qué aquello de una virgen-madre?¿Qué de un niño que salva y un dios que ama y muere?¿Qué hacía al mal esconderse? Todas ellas eran preguntas que los sabios no conocían pero que a todos interpelaban. Me decidí a buscar la respuesta y acertar el acertijo seguro de mis fuerzas e inteligencia.

Craso error, queridos David y María, pues no es el orgullo el que lleva a la Sabiduría sino la Humildad la que se demuestra más sabia. Tras muchos años de estudio, de hablar con doctores en lenguas e historias, con viajeros de lejanas tierras y naciones, mis cabellos se encanecieron y volvieron blancos, mi barba antes corta y cuidada se había vuelto larga y poblada y mis cejas eran hirsutas y gruesas como copos de nieve sobre mis ojos, rodeados de arrugas. Pero con los años, mi carácter se dulcificó y tenía más arrugas de sonrisa y alegría que de enojo y pesar.

Cierta mañana, mientras atendía a nuevos viajeros y comerciantes, un grupo de beduinos del desierto occidental, vestidos como pastores de cabras, me ofreció sus oraciones a su dios, a quien adoraban como el Dios Vivo y El Que Es. Les agradecí el detalle y quise saber más de su dios. Su patriarca, un anciano llamado Bethalóm, me habló de Moisés y de sus leyes y su Dios, y les hablé de la profecía. No era igual a lo que conocían, pero sí les sonaba conocido, como si fuera uno de sus “salmos” los llamaban, cánticos diría yo. Pero era una pista importante y me ofrecieron escucharlos. Con ello aprendí quién era el Niño que salva y la señal de la Estrella que indicaba dónde había de nacer, en una pequeña aldea llamada Belén. Muy, muy al occidente de nuestro reino.

Sólo faltaba encontrar la Estrella y emprender la Marcha para ver al Niño que salva.

Tras años infructuosos de observar al Cielo y los astros, una noche clara del mes de vuestro Septiembre, hacia principios de dicho mes, algo sorprendente ocurrió. Hacia la media noche, desde detrás de la Montaña Clara en dirección al norte, una estrella empezó a titilar con más fuerza y claridad de lo normal. Las noches siguientes la vimos bailar en el Cielo inmenso y a la semana era ya visible incluso a la luz del día. Parecía la señal que esperaba, pues cada día se acercaba y se hacía más grande a nuestros ojos y empezó a mostrar una cola brillante que iba creciendo, del largo de cuatro dedos de ancho y de una uña de dedo gordo el ancho de la estrella brillante. Era como si se moviera lentamente, invitando a seguirla.

No cabía duda. Aquella Estrella era la anunciada en la profecía, la que indicaba que el Niño que salva iba a nacer en un pesebre. Di órdenes de preparar el viaje. Los pajes organizaron la caravana real, pero las órdenes mandaban ser someros con el boato y viajar sin grandes pompas por lo que sólo viajábamos con nueve camellos que portaban tanto los presentes para el Niño y sus padres como la escolta y viandas para el camino. Los presentes incluían cofres con oro y joyas preciosas, regalo digno de un rey, os lo aseguro y escogido entre lo más selecto de nuestro Tesoro Real. Pero fuera de la escolta y los tres cofres de presentes, viajábamos discretamente y nuestros ropajes así lo atestiguaban puesto que mis vestimentas reales quedaban cubiertas por una blanca túnica cuya capucha cubría mi corona y nos daba apariencia de simples viajeros.

Viajábamos sin descansar más que para reponer fuerzas en la ruta hacia el Occidente, parando primeramente en los oasis conocidos por los camelleros. No hubo peligros más que alguna pequeña partida de asaltantes, pero no nos molestaron debido a la suerte y que nuestro número (y las espadas que dejaron relucir los escoltas) hacía complicado para aquella banda el atacarnos sin arriesgarse a sufrir graves daños.

La Estrella nos guiaba sin problemas. Su tamaño había ido creciendo con el paso de los días y se movía a una velocidad algo más lenta que el Sol, como si fuera siguiendo lo que resultaba adecuado a alguna de las leyendas de ciertas religiones donde el dios es el astro rey y por ello, ese Niño que fuera a nacer atraía, en forma solar, a la Estrella que Guía. Durante la noche, la Estrella pausaba su caminar sobre el firmamento, como esperando la compañía de la Luna. Viajábamos por tanto durante la noche, parando pocas horas para reposar y dormir y dar descanso a los animales. Durante todo ese tiempo, la claridad del Cielo era incomparable ya que tanto la Luna como la Estrella iluminaban la noche, y aún así, parecía que todas las demás estrellas y constelaciones alababan la Creación brillando más de lo normal.

Un día de la travesía, estando cerca del Oasis de Ben Ahmdâl, aparecieron otras dos caravanas; su tamaño era parecido a la nuestra pero no podíamos saber si serían hostiles o no. La jornada había sido larga pues acabábamos de cruzar el Sahel, el desierto de sal, terrible como un yunque contra el que golpea el Sol desde el alba hasta el ocaso,…, no estábamos en condiciones, queridos David y María, de entablar una batalla para luchar por nuestra supervivencia. ¡Estábamos exhaustos!

Gracias a Dios, los extraños resultaban tan exhaustos como nosotros y entablamos conversación.

Pero, queridos niños, el trabajo ya me reclama. El tiempo de escribir ha acabado y la nieve se sigue acumulando fuera de los muros de esta estancia. He de volver al trabajo de revisar que todo esté listo para la Marcha de la Natividad. Os veremos dentro de unos días y como habéis sido buenos (y vuestros primos y familiares también) os dejaremos algunos regalos de los que tan tiernamente nos habéis solicitado en vuestras sendas cartas.

Pero recordad, María y David, por qué celebramos estas fechas de una forma tan especial. Recordad que el Niño que salva, el Niño Jesús ante Quien rezáis todas las noches y a Quien pedís por vuestros familiares y por vosotros, es Quien va a nacer en Belén, un año más y que si Le adoramos, como es nuestro deber con Quien tanto nos amó, hemos de honrarle siendo sus damas y caballeros y comportarnos como tales. Poned Paz donde haya odio, sembrad Amor por donde caminéis, haced caso siempre a vuestros padres que tanto os quieren, estudiad mucho como hasta ahora y disfrutar del Universo que el Dios Padre os ha dado y con las personas a quienes os ha dado.

Recordad, también, que no todos los niños son tan afortunados como vosotros y pedidle al Niño Jesús nacido en Belén por ellos y sus familias.

¡Paz en la Tierra a los hombres de buena Voluntad y Gloria a Dios en el Cielo!

Sus Majestades de Oriente,

Melchor Casa de Nêhat Jefe de la Guardia del Rey

Gaspar Casa de Firham Senescal Mayor del Reyno

Baltasar Casa de Alí- Athar Príncipe de las Huestes

Si quiere recibir más cartas escriba a Miguel de Juan[email protected]

1 comentario

  
Chico
Mucha letra
17/12/22 4:04 AM

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