3.10.21

Entrevista al párroco de la iglesia que quedó sepultada por la lava del volcán en Canarias

Nos hemos puesto en contacto con el sacerdote de la parroquia desaparecida por el volcán, D. Alberto Hernández Felipe, párroco de San Pío X de Todoque, que nos cuenta sus impresiones de cómo vivió esos momentos dramáticos.

Tras la irrupción por sorpresa del volcán, ¿cómo fue el proceso para salvar todo de la parroquia con cierta urgencia?

El día siguiente a la erupción, las autoridades me advirtieron de que el probable recorrido de la lava podría afectar al barrio de Todoque. Consulté si les parecía conveniente que procediésemos a una evacuación preventiva e inmediatamente se pusieron a disposición de la Parroquia los operarios del ayuntamiento. Pudieron ponerse a salvo el Sagrario, las imágenes, los sitios litúrgicos (altar, ambón, sede…), la mayoría de los bancos, los ornamentos y vasos sagrados, los manteles y otros lienzos, algunos cuadros, candelabros… Todo lo que podía transportarse y cabía en los camiones. Por detrás quedó el retablo, las campanas, material de catequesis, la megafonía; pero había que hacer una opción y decidimos sobre la marcha lo que nos pareció prioritario sacar del Templo.

¿Sintieron la impotencia de ver cómo la lava venía y engullía literalmente la parroquia…?

Como todos los vecinos afectados, y la inmensa mayoría de quienes han vistos las imágenes por televisión, ante la fuerza de la colada todos nos sentimos impotentes. Con el Templo parroquial ha ocurrido lo que con las viviendas de más de 600 familias. Como el resto de las edificaciones del entorno ha sido derribado, pues la lava que ha dejado tanta destrucción y dolor a su paso.

Pero a la vez un símbolo de que nada en este mundo es plenamente estable…

Sin duda, estos acontecimientos nos invitan a contemplar el misterio de la fragilidad. Somos vulnerables, pequeños ante fuerzas que no podemos controlar, insignificantes ante una gigantesca masa de piedra incandescente. Muchas personas afectadas hacen estos días la misma reflexión: para qué preocuparnos tanto en la vida por “las cosas”, dejando muchas veces de cuidar las relaciones humanas, permitiendo que el trabajo nos acapare el tiempo, cuando lo importante no es lo material.

¿Cuáles fueron sus principales recuerdos en la parroquia?

A lo largo de los más de doce años que llevo al servicio de la Parroquia de San Pío X, son muchos los recuerdos que guardo de lo vivido entre aquellos muros. Cuando cerraba la puerta y pensaba que, quizás, podía ser por última vez, me emocionaba recordando los rostros de las personas que en aquel espacio han vivido y celebrado su fe. Gente buena, sencilla, trabajadora. Hombres y mujeres, pequeños y mayores, que han encontrado en la iglesia parroquial un espacio de formación, de encuentro con Dios y con los hermanos. En ellos pensaba entonces y pienso ahora.

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2.10.21

Tesoros sacros del Museo del Prado. La pintura italiana del siglo XVII. El Barroco

De nuevo volvemos con Fernando Álvarez Maruri y con la pintura italiana que se atesora en el Museo del Prado. Ahora le toca el turno al barroco, siglo XVII. En la entrega del siglo XVIII, publicada por Infocatólica hace unos meses, Fernando ya hizo referencia a varios cuadros de escuela italiana de este período.

¿Qué sorpresas nos aguardan en este recorrido por las salas de la pinacoteca?

Seleccionar los lienzos más representativos de la pintura italiana barroca no ha sido una tarea sencilla. La colección del Prado de este periodo es sencillamente espléndida; los maestros italianos del XVII están magníficamente representados. He procurado que los cuadros que comento en esta entrevista estén expuestos en las salas del museo aunque, debido a los continuos cambios en el discurso expositivo de la institución, tal vez algunos de ellos regresen a los almacenes por tiempo indefinido. Tengo la sensación de haberme dejado en el tintero auténticas obras maestras, condicionado por las limitaciones espaciales del artículo. Para comenzar este recorrido visual, no podemos obviar a un maestro de maestros: Michelangelo Merisi, más conocido como Caravaggio. Con este artista se pusieron los fundamentos de lo que sería la pintura barroca internacional. Se le considera el creador del “tenebrismo”. Para que la representación pictórica tenga mayor dramatismo, se recurre a una iluminación muy contrastada de luces y sombras. La oscuridad envuelve la escena y los volúmenes de las figuras surgen, de manera rotunda, con contundencia, de entre las tinieblas. La idealización de la realidad, tan característica de la pintura renacentista, da paso al naturalismo, llevado hasta sus últimas consecuencias; los personajes de carne y hueso, con todos sus defectos físicos, sustituyen a las bellas e irreales figuras renacentistas. El arte barroco es, al mismo tiempo que realista, teatral, sorprendente y efectista. No le interesa el equilibrio de las formas, busca la ruptura con el clasicismo que le precedió. Pretende impactar al espectador, captar su atención, buscando el efecto sorpresa. La Contrarreforma se sirvió del movimiento barroco para transmitirnos sus principios doctrinales; a través de una puesta en escena espectacular y dramática se atrae el interés de los fieles, despertando en ellos el sentimiento de piedad y conmoviendo sus conciencias. Mientras que el Renacimiento es considerado como un arte eminentemente intelectual, el barroco se sumerge de lleno en el mundo de los sentimientos.

El Museo del Prado posee un único lienzo de Caravaggio, en el que se representa un tema del Antiguo Testamento: David vencedor de Goliat, fechado hacia 1600. En Madrid capital encontramos otros dos Caravaggios más. En el cercano Museo Thyssen-Bornemisza se expone un óleo de gran belleza dedicado a Santa Catalina. En el Palacio Real de Madrid se custodia un cuadro en el que se representa a Salomé con la cabeza de Juan el Bautista; esperemos que una vez que se abra al público el Museo de las Colecciones Reales, se exponga de manera definitiva y en el lugar de honor que le corresponde por su extraordinaria calidad artística. En mi opinión, lo ideal sería que el espectador pudiese contemplar las tres obras del pintor en un mismo espacio expositivo, de forma permanente. En el óleo que nos ocupa se hace mención a un pasaje del Antiguo Testamento (Samuel, 17, 40-51). Los filisteos suponían un grave peligro para el pueblo de Israel que por aquel entonces tenía por rey a Saúl; el espíritu de Dios había abandonado al monarca. Goliat, un gigante aparentemente indestructible, desafío a los judíos. Los mejores soldados de Israel se sentían impotentes ante aquel monstruo invencible. Éste es el momento en que entra en escena el joven David, un humilde pastor, el menor de ocho hermanos, que meses antes había sido ungido por el profeta Samuel para que ocupara el trono de Israel. Con una simple honda y el nombre del Altísimo en sus labios, decidió enfrentarse a aquella bestia humana. Con una piedra lanzada a gran velocidad le asentó un golpe en la frente y, acto seguido, Goliat cayó de bruces en el suelo. Sirviéndose de la espada de su enemigo, el joven héroe de Israel decapitó al mítico gigante y exhibió su cabeza como un trofeo de guerra. Los filisteos huyeron despavoridos del campo de batalla; el pueblo elegido por Dios salió victorioso del desafío, gracias a la valentía y arrojo de aquel muchacho. La conclusión que podemos sacar al leer este relato bíblico es la siguiente: quien cuenta con el auxilio del Todopoderoso vencerá todos los peligros. Caravaggio nos presenta al futuro rey de Israel atando los cabellos de Goliat con una cuerda para a continuación mostrar su cabeza a los allí presentes como símbolo de su victoria; se trata de una licencia artística, ya que en la Biblia no se menciona que el protagonista amarrase la melena del filisteo. Los dos personajes se distribuyen en el espacio de forma geométrica, encontrándonos una composición prácticamente cúbica. David, con una pierna recta y la otra doblada para sujetar el cuerpo sin vida de su enemigo, inclina la espalda, formando una línea recta. En la zona baja del lienzo contemplamos la cabeza sin vida del gigante. El artista utiliza la luz con una excepcional maestría. El rostro del pastor permanece en la penumbra mientras que la luz incide con fuerza en otras partes de su cuerpo (pierna derecha, vestimentas, espalda, brazo derecho…). También aparece intensamente iluminado el rostro de Goliat y una de sus manos que mantiene con el puño apretado. No existen referencias espaciales, ningún paisaje aparece al fondo, tan sólo contemplamos el negro intenso de las sombras, la oscuridad total. La paleta cromática que utiliza el pintor es muy reducida: además del negro, en sus diferentes intensidades, emplea distintos tonos de ocres dorados, blancos marfileños y grises neutros. Posiblemente, Caravaggio se inspiró en algún pilluelo de la calle a la hora de representar al joven David; el pintor precursor del barroco por excelencia renuncia expresamente a la idealización y a la belleza en busca de la verosimilitud. En este sentido, el detalle de las uñas sucias es bastante revelador. El mundo de las sombras, escenario de fondo de la composición, sobrecoge al espectador y le hace pensar en la fugacidad de la vida y la banalidad de las cosas materiales: un rapazuelo imberbe es capaz de derribar con una simple honda a un hombre poderoso, seguro de sí mismo, un verdadero mito entre su pueblo. Los recursos artísticos del tenebrismo y la puesta en escena, intimista y a la vez de un realismo atroz, nos ayudan a reflexionar sobre el mensaje bíblico.

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1.10.21

Martínez-Pinna: “La Iglesia fue elemento aglutinador y cohesionador de las sociedades medievales”

Javier Martínez-Pinna es profesor de Historia y escritor. Es autor de varios libros de divulgación histórica, entre ellos Eso no estaba en mi libro de historia de la Edad Media, Eso no estaba en mi libro de historia de la piratería y Muerte y religión en el mundo antiguo. Colabora habitualmente con distintos medios de comunicación, tanto en prensa (ABC-Historia) como en revistas especializadas (Clío Historia, Laus Hispaniae, Muy Historia, National Geographic, Vive la Historia, La aventura de la Historia y Revista Historia de la Guerra). También ha participado en programas de radio como La Rosa de los Vientos y Julia en la Onda (ambos de Onda Cero), Espacio en Blanco de Radio Nacional de España y Herrera en COPE.

En esta entrevista analiza su libro Eso no estaba en mi libro de historia de la Edad Media.

https://www.casadellibro.com/libro-eso-no-estaba-en-mi-libro-de-historia-de-la-edad-media/9788417954178/9855124

¿Por qué decidió escribir un libro sobre la Edad Media incidiendo en aspectos que no están en los libros de Historia?

Mi principal intención era escribir un libro sobre este periodo tan importante de nuestra historia, la Edad Media, porque estos siglos son fundamentales para poder entender lo que somos, nuestras formas de vida, nuestras creencias y una buena parte de los elementos que nos definen tanto en el plano material como en el espiritual. Desgraciadamente, en los libros de Historia sigue predominando la imagen de una época marcada por el inmovilismo, la barbarie y la represión; lo que yo pretendo es recordar las grandes aportaciones y los logros sobre los que se construyen las bases de la cultura occidental: el parlamentarismo, el origen del humanismo cristiano, la aparición de la universidad, la recuperación de la vida urbana y comercial o la difusión del libro.

¿A qué se debe esa idea tan negativa que tenemos de la Edad Media cristiana?

Esta visión negativa surge durante los siglos XV y XVI cuando los hombres del Renacimiento consideran la cultura medieval opuesta a la cultura antigua, grecolatina, que ellos pretendían recuperar. Tendremos que esperar hasta el siglo XIX para que los historiadores empiecen a valorar esta etapa de forma positiva, pero la consolidación del medievalismo no se produce hasta mediados del siglo XX gracias a la aplicación del método científico y al enriquecedor debate abierto entre distintas escuelas historiográficas. Lamentablemente, este proceso ha entrado en crisis en los últimos años debido al empeño de algunos autores de interpretar la historia a partir de un presentismo que pretende extrapolar las normas actuales con las del pasado, y esto nos ha llevado a aceptar planteamientos que poco o nada tienen que ver con la realidad. Personalmente, creo que la imposición de la corrección política y la idea del victimismo han resultado nefastas para comprender la esencia de esta etapa. En Eso no estaba en mi libro de Historia de la Edad Media, trato de escapar de esa visión que tiende a magnificar, incluso a mitificar los logros de otras culturas, como la civilización islámica, al mismo tiempo que mira con desprecio lo que ocurre en Europa durante casi mil años.

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30.09.21

Ángela Melero: “La Ley Celaá es sectaria, desigual, discriminatoria, adoctrinadora, partidista y lesiva”

Ángela Melero Camarero es Presidente de CONFECAMPACyL. Diplomada en Magisterio y licenciada en Historia. En el 2009 empieza su aventura de ser madre. Siguiendo la estela de sus padres y observando la importancia de educar con el ejemplo y el compromiso indefinido que se adquiere en el momento en el que nacen nuestros hijos, se implicó en el AMPA del colegio de su hijo que le ha supuesto, además de aprender mucho, comprometerse en una labor solidaria diferente, trabajando altruistamente por otras familias y promoviendo formación para la difícil, silenciosa y cotidiana tarea de ser padres, ser familias, entre otros menesteres.

¿Cómo nace CONFECAMPACyL de Castilla y León y con qué objetivos?

CONFECAMPACyL nace ante la necesidad de que los niños, nuestros hijos, cuyas familias han elegido una educación católica dentro de la pluralidad democrática en la que vivimos en la sociedad española, tengan una representación, se oiga su voz y se defiendan sus intereses a través de las familias en los órganos de los distintos ámbitos administrativos de gestión educativa de Castilla y León. Se crea para defender la libertad de las familias para decidir cómo deben ser educados nuestros hijos y elegir en qué centro deben cursar sus estudios tal y como declara la Constitución Española de 1978 en su art. 27.3.

Lo componen tres federaciones de ámbito provincial: FECAMPA Burgos, FECAMPA Salamanca y FECAMPA Valladolid. La confederación no representa a alumnos ni representa al profesorado, somos la voz de las familias, el primer agente educativo en la sociedad, desde que el niño nace. Somos más de 20.000 familias integradas por una red de AMPAS.

¿Cómo valora la nueva ley de educación LOMLOE, conocida popularmente como la Ley Celaá?

Sectaria, generadora de desigualdad, discriminatoria, adoctrinadora, partidista y lesiva… Pero vayamos por partes:

En el Manifiesto que leímos en las diversas manifestaciones que organizamos con #másplurales queda patente que la ley declara la subsidiaridad e inferioridad de la red concertada frente la red pública intentando y fomentando la absorción y eliminación paulatina de la educación concertada. Favorece la red pública independientemente de la libertad de elección de las familias.

La LOMLOE es un atropello a la labor educativa de la familia. Nos da un papel exclusivamente secundario para que el Estado sea el protagonista de la educación de los chicos sin que las familias podamos opinar o elegir. La eliminación del distrito único promueve la desigualdad y no favorece la conciliación. Estamos en manos de unos políticos que enviarán a nuestros hijos al colegio público que crean conveniente independientemente de las necesidades conciliadoras de las familias y de sus creencias religiosas cristianas en nuestro caso.

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29.09.21

Mons. González Chaves reflexiona en el Año de San José sobre su grandeza y su santidad singular

Mons. Alberto José González Chaves

Galardón Alter Christus Atención al Clero y a la Vida Consagrada

Nació en Badajoz en 1970 y fue ordenado sacerdote en Toledo en 1995 por el Cardenal Marcelo González Martín. Su primer destino pastoral fueron las parroquias de Peñalsordo y Capilla, en la provincia de Badajoz, pero pertenecientes a la archidiócesis de Toledo. De 2006 a 2014 ha trabajado en la Congregación para los Obispos, en la Santa Sede. En 2008 se doctoró en Teología Espiritual en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, con una tesis sobre “Santa Maravillas de Jesús, naturalidad en lo sobrenatural". Posee un Master en Bioética. En 2011 Benedicto XVI le nombró Capellán de Su Santidad. Desde 2015 es Delegado para la Vida consagrada en Córdoba. Dirige Ejercicios Espirituales y y dicta conferencias y cursillos en España e Hispanoamerica. Es autor de artículos y libros de Espiritualidad y Liturgia, y d3 numerosas hagiografías como las del Venerable Cardenal Rafael Merry del Val, San José Maria Rubio, el Beato Marcelo Spínola, Santa Maravillas de Jesús, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, Santa Génova Torres, San Juan Pablo II, el Beato Tiburcio Arnaiz… Su última obra es la biografía del más reciente Doctor de la Iglesia y Patrono del clero secular español, San Juan de Ávila.

En esta ocasión, con motivo del Año de San José, reflexiona para InfoCatólica sobre la grandeza de su figura y su santidad singular.

San José es un gran santo, y no sólo por ser el esposo de la Virgen, que es muchísimo, sino que tiene en cierta manera entidad propia. ¿Por qué?

Permítame comenzar respondiendo aparentemente en sentido contrario a la formulación de su pregunta. Si efectivamente San José es, no sólo un gran santo, sino el más grande de todos los santos, lo es precisamente por ser esposo de María y no se podría decir que su santidad tiene entidad propia, como no puede predicarse esto de ningún santo, ni siquiera de la Santísima Virgen. En el prólogo a su Evangelio dice San Juan Evangelista del Bautista: “No era él la luz, sino testigo de la luz”. Otro tanto podríamos decir de San José, aunque (interpreto que este es el sentido de su pregunta) su santidad es totalmente personal, libre y voluntaria. El Evangelio le llama sencillamente vir justus, varón justo. La misión o predestinación de San José, postulaba, como la de María, una santidad singular. Apoyado en toda la Tradición desde los más antiguos Padres de la Iglesia, escribe el Padre Garrigou-Lagrange que desde la infancia Dios concedió a José todas las gracias: piedad, virginidad, prudencia, fidelidad… San Jerónimo enseña en una homilía sobre el Evangelio de San Lucas que San José es llamado justo por la posesión perfecta de todas las virtudes. Algo muy parecido subraya San Juan Crisóstomo.

Por tanto, ¿por qué la santidad de José es singular?

Siguiendo en esto, como en tantas cuestiones josefinas, al Padre dominico Marceliano Llamera en su obra “Teología de San José”, aduciremos cuatro motivos: 1. Su matrimonio con María. 2. Su paternidad terrena sobre Jesús. 3. Su inclusión en la unión hipostática 4. Su cooperación a la redención del género humano.

Como esposo de María, San José condivide con ella la misma condición y por tanto tiene igual dignidad, gracia y santidad, salvando, naturalmente, la distancia con la maternidad divina, que es exclusiva de María. Como su esposo, José comparte con Ella, no sólo la dignidad y, proporcionalmente, la gracia, sino también el amor mutuo y la comunicación de los bienes, derivada de todo matrimonio, que en el caso del de José y María fue máxima, por la plenitud de la gracia. Predica San Bernardino en su Sermón primero sobre San José que, pues que María fue gratia plena, del tesoro de su Corazón ofrendó a José cuanto él podía recibir y, en este sentido, Ella no sólo deseó, sino que impetró para José la participación en su plenitud de la gracia. “Si la bienaventurada Virgen - dice el santo de Siena - impetra tanto para los pecadores enemigos de su Hijo, ¿cuántas mercedes no conseguiría para este tan amoroso, solícito y filial nutricio, esposo de su pudor y de su amor castísimo? También, como sucede en todo matrimonio cabal, compartió José con María la más completa semejanza de costumbres. San Pedro Damián llega a decir que José fue hecho a semejanza de la Virgen su esposa: de ahí su eximia santidad.

La segunda causa que postula una santidad singular en José es su paternidad legal sobre Cristo, a Quien amaba como a su Dios y como a su hijo y de Quien era amado con verdadero amor filial y, al decir de los teólogos, causativo de la gracia. En el sermón ya citado dice San Bernardino que San José alcanzó gran perfección y santidad muy alta porque en su trato con Cristo guardó tres cosas: pureza reverencial, radiante fidelidad y caridad ardentísima. “¿Quién negará - se pregunta - que teniendo a Cristo en sus brazos y, con su mirada y su conversación filial, Jesús imprimiría en su corazón el gozo inefable de la paternidad?”

El tercer capítulo que exige del glorioso Patriarca una santidad altísima es su pertenencia al orden hipostático. Después de María, José ha sido la criatura humana más unida a la Humanidad del Verbo, quien más se ha acercado al principio y fuente de toda gracia y quien después de María ha sido más amado por Jesús. Santo Tomás de Aquino relaciona la mayor proximidad a Cristo al mayor conocimiento de los misterios de la fe. Por tanto, cuanto José más se aproximó a Cristo, principio de la gracia, tanto mejor participó de la plenitud de la santidad.

El cuarto título de su excelentísima santidad es su cooperación, absolutamente intransferible, a la redención del género humano. Bien entendido que Jesucristo es el único Mediador, nos gusta llamar a San José “corredentor”, como, en el surco de la Tradición, hacemos con María. Porque él está ordenado en los planes de Dios a los mismos fines de la Maternidad divina y de la Encarnación del Verbo, para la salvación del género humano. Por eso, el mismo decreto trinitario que asocia a San José a la Encarnación del Verbo, incluye su incorporación a la obra redentora de Jesucristo. Y si Dios concede a los hombres Su gracia y Su santidad según la dignidad de la misión a que les destina, es evidente que el esposo de María Corredentora y padre singular del único Redentor, en cuanto “corredentor” también él, tuvo que estar poseer una santidad eminente.

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