Tres peregrinas españolas cuentan su intensa experiencia en la peregrinación a Chartres

María, Inés y Esther Lázaro son 3 hermanas de Toledo que han participado en la reciente peregrinación París-Chartres con el capítulo Nuestra Señora de Covadonga. Tienen 17, 15 y 14 años respectivamente. En el caso de Inés ya participó en la edición anterior, mientras que María y Esther participaban por primera vez. Se da la circunstancia de que la mayor de ellas había terminado un día antes los exámenes de acceso a la universidad, lo que supuso que no pudo prepararse físicamente como le habría gustado para afrontar la exigencia que conlleva el recorrido de la peregrinación. Además les acompañaba Pablo, de 15 años, amigo desde la infancia que al igual que ellas pertenece a la Iglesia del Salvador de Toledo, donde se celebra a diario desde hace más de 10 años la Misa Tradicional en la diócesis. En el caso de Pablo también era su primera peregrinación a Chartres

¿Qué supone para ustedes haber podido peregrinar a Chartres?

María: Fue una experiencia que a nosotras nos provocaba un poco de miedo y nervios al principio, porque no sabíamos cómo era y no conocíamos a casi nadie.

Esther: También porque nos habían dicho que era una peregrinación muy dura, pero una vez que la haces te das cuenta de que merece la pena, especialmente una vez que llegas a Chartres.

Inés: Éste ha sido mi segundo año por lo que, más o menos, yo ya me esperaba cómo iba a ser. Finalmente a mi me sorprendió mucho el ambiente en nuestro capítulo, fue muy familiar y divertido. También iban Carla, de Valencia, y Marta, de un pueblo de Toledo. A Carla la conocemos de encuentros y peregrinaciones anteriores, y Marta ya había peregrinado con nosotros el año pasado. El ambiente ha sido muy bueno aunque muy cansado para todos, pues cada etapa andábamos entre 10 y 12 horas todos juntos.

¿Y el hecho de hacerlo en familia?

Inés: El haber podido peregrinar en familia supuso un gran apoyo. Siento que fortaleció la relación con mis hermanas. Yo intentaba ir animándolas, hablaba con ellas, cantábamos y más cosas, y así el camino se hizo más ameno.

Esther: Fue un gran apoyo que nuestro padre nos ayudase y nos alentase a continuar cuando no podíamos más, como el primer día sobre todo, que tras más de 20 kilómetros andando pensaba que ya no podía más y quise irme en el transporte de peregrinos. Alguna lágrima se me escapó, pues me dolían los pies una barbaridad, pero pude acabar esa primera etapa y la del día siguiente, que también me resultó muy difícil, sobre todo las 2 últimas horas.

María: Peregrinar con mis hermanas, nuestro amigo Pablo y con nuestro padre fue muy importante para poder terminar el camino. En varios momentos se me hizo muy cuesta arriba, también estuve a punto de abandonar, pero ellos me animaban a ofrecer esos sufrimientos y dolores, tiraban de mí y me animaban a continuar.

¿Cómo les ayuda poder compartir la fe con personas de su edad y de otros países?

María: El ambiente que hay en la peregrinación y en concreto en el capítulo es increíble. Nos gustó un montón que hubiese tanta gente cercana a nuestra edad y de distintos países porque nos ayudó a ver cómo ellos vivían la fe y la compartían con sus amigos con canciones, rezando el rosario… y esto nos ayudó a vivirla de forma parecida. Vivir la Fe de esta manera nos anima a compartirla con nuestros amigos a la vuelta.

¿Cómo han vivido la Liturgia?

Esther: La Liturgia ha sido preciosa, pero el segundo día llegamos agotados y no la pudimos vivir como se merecía. Pero todas fueron preciosas, entre otras cosas porque desde donde estábamos se veía a todo el mundo con sus banderas y era un reflejo de la Iglesia en todo el mundo.

Inés: Hemos acudido peregrinos de más de 70 países y a pesar de ser casi 20.000 personas había mucha devoción y respeto, y un silencio increíble por ejemplo en la Consagración.

Además, una ventaja de la liturgia tradicional es que es idéntica en cualquier parte del mundo, y las distintas partes, oraciones, respuestas de los fieles y cantos han sido las mismas que cuando vamos a Misa los domingos aquí en Toledo o en otras ciudades o países donde hemos podido también tener la Misa Tradicional. Es algo que llevamos viviendo desde pequeñas y nos sentíamos como en casa a pesar de estar a 2000 kilómetros de distancia.

¿Y como vivieron el espíritu penitencial?

María: La caminata era bastante dura lo que ayudó a fortalecer nuestro espíritu penitencial. Aunque estuvimos a punto de abandonar varias veces, al final lo ofrecimos por gente que lo necesitaba y eso hizo que se hiciera más ameno, aunque seguía siendo duro.

¿Qué momentos le llegaron al corazón?

Algunos de los momentos que siempre llevaremos en el corazón son, por ejemplo, los momentos en los que nuestro padre nos ayudó cuando no podíamos más, cuando íbamos con nuestros amigos caminando o cuando los de orden nos animaban a seguir y hablaban con nosotros. Nos hicimos amigas de algunos de los voluntarios y esperamos volver a coincidir en más peregrinaciones

¿Por qué recomendaría peregrinar a Chartes?

Nosotras recomendaríamos hacer esta peregrinación al menos una vez en la vida porque es una experiencia inolvidable que te acerca a Dios de una manera especial, nos ayuda a vivir un espíritu penitencial que muchas veces se echa de menos y también nos hace ver que somos muchos los jóvenes como nosotras que viven la Fe dentro de grupos con esta espiritualidad más tradicional. También animamos a otros a conocerlo porque nos une a aquellos más mayores que nos precedieron. Uno de los regalos más bonitos que tenemos en casa es el misal de nuestra bisabuela, que es de 1945, y en ese misal nos dimos cuenta que cuando ella iba a Misa en aquellos años rezaba las mismas oraciones (con las mismas palabras y todo) que rezamos nosotras todos los domingos, aunque sea muchos años después

¿Y a la peregrinación a Covadonga?

María: Pensamos lo mismo de la peregrinación de Covadonga que de la de Chartres, ya que es una peregrinación menos dura, pero igual de bonita, merece la pena hacerla siempre que se pueda, el ambiente es muy parecido y además desde el año pasado tenemos un capítulo propio para gente de nuestra edad que es el capítulo “Santos Francisco y Jacinta” (gracias a nuestra madre que lo propuso a los organizadores y pudo salir adelante). En la peregrinación de Chartres hay también algo parecido. Por una parte están las familias, pero también hay capítulos como el nuestro de España.

Inés: En nuestra familia es uno de los planes fijos del verano, junto al encuentro “Vayamos Jubilosos” que se hace unas semanas antes.

Esther: Para nosotras es muy bonito encontrarnos allí con los amigos que vamos haciendo. También hacemos una convivencia en Navidad a la que vienen muchos de los peregrinos de toda España y el Triduo Sacro en Semana Santa en Toledo, así que nos vemos durante el año y vamos teniendo cada vez más amigos de otras familias, que como la nuestra, van a la peregrinación de Covadonga.

Las tres animamos a que venga mucha gente a la peregrinación de Covadonga y verá que merece la pena vivir el ambiente tan bonito que hay y conocer más de cerca la Misa Tradicional.

Por Javier Navascués

26 comentarios

  
jacta est
Uno de los regalos más bonitos que tenemos en casa es el misal de nuestra bisabuela, que es de 1945, y en ese misal nos dimos cuenta que cuando ella iba a Misa en aquellos años rezaba las mismas oraciones (con las mismas palabras y todo) que rezamos nosotras todos los domingos, aunque sea muchos años después

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¡Qué entrañable y evocador es ese testimonio del misal de vuestra bisabuela! La continuidad orante entre generaciones, el rezar las mismas palabras que nuestros antepasados en la fe, es un tesoro espiritual que une el cielo y la tierra, y que revela la belleza de la tradición viva.

Sin embargo —y aquí es donde quiero subrayar una reflexión importante—, esa misma sensibilidad por lo heredado parece perderse curiosamente en algunos sectores amantes de la misa tridentina. Me explico.

Uno pensaría que si aman de verdad la “tradición”, deberían acoger con más apertura no sólo lo que se fijó en el siglo XVI, sino también lo que ya los Padres de la Iglesia afirman con toda claridad como origen apostólico, es decir: la concelebración de los presbíteros, la oración de los fieles y el rito de la paz como parte esencial del memorial eucarístico.

¡Y es que no lo digo yo! Lo dice nada menos que san Justino mártir, hacia el año 155, en la famosa Apología, que forma parte de la segunda lectura del Oficio de Lecturas del III Domingo de Pascua. Justino describe con precisión cómo los cristianos celebraban la Eucaristía… y ahí están esos tres elementos, ya presentes en los primeros años de la Iglesia. Justino lo afirma con autoridad, y cierra con una frase demoledora: "Esto es lo que Cristo nos enseñó y nos dejó".

Por eso no deja de parecerme curioso —por no decir contradictorio— que quienes claman por la "Misa de siempre", a veces cierren los ojos ante lo que realmente era la misa de los primeros cristianos. ¿No sería más coherente que pidieran al Papa que, si va a mantenerse la forma extraordinaria, se incorpore a ella lo que claramente parece tener institución divina?

Porque, si hay algo verdaderamente tradicional, es lo que proviene de Cristo mismo. Y si San Justino da testimonio de ello en el siglo II, ¿no debería eso pesar más que un rubricario del 1570?

La verdadera fidelidad a la tradición no es anclarse en un solo siglo, sino dejarse moldear por toda la historia viva del Espíritu en la Iglesia. Eso sí sería una restauración verdaderamente católica: viva, fiel y plena.

FUENTE

https://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/oficio_lectura/pascua/3_domingo_pascua.htm

(Leer la última frase de la lectura de la solemnidad que rezamos en el III Domingo de Pascua)
26/06/25 9:09 AM
  
Francisco Javier
Esta es la lectura a que hace referencia JACTA EST tomada de la fuente que señala, corazones.org:

Oficio de lectura, III Domingo de Pascua

De la primera apología de san Justino, mártir, en defensa de los cristianos

Cap. 66-67

A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que enseñamos, y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.

Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne por la Palabra de Dios y tuvo carne y sangre a causa de nuestra salvación, de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús, y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados, llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo; y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias, y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos siempre unos a otros estas cosas; y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de los que no los tienen, y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

El día llamado del sol se reúnen todos en un lugar, lo mismo los que habitan en la ciudad que los que viven en el campo, y, según conviene, se leen los tratados de los apóstoles y los escritos de los profetas, según el tiempo lo permita.

Luego, cuando el lector termina, el que preside se encarga de amonestar, con palabras de exhortación, a la imitación de cosas tan admirables.

Después nos levantamos todos a la vez y recitamos preces; y a continuación, como ya dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua: y el que preside pronuncia con todas sus fuerzas preces y acciones de gracias, y el pueblo responde «Amén»; tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que se ha pronunciado la acción de gracias, comulgan todos, y los diáconos se encargan de llevárselo a los ausentes.

Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada uno da, a su arbitrio, lo que bien le parece, y lo que se recoge se deposita ante el que preside, que es quien se ocupa de repartirlo entre los huérfanos y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera pasan necesidad, así como a los presos y a los que se hallan de paso como huéspedes; en una palabra, él es quien se encarga de todos los necesitados.

Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque en este día, que es el primero de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno, y al día siguiente del de Saturno, o sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos expuesto a vuestra consideración.



Consecuencias que saco de la lectura:

En cuanto a los tres puntos que toca:

1. En ningún lugar se hace referencia a concelebración. Hay una figura, “el que preside”, es decir, UNO.

2. Se dice: “recitamos preces”. Compruebe la primera acepción del DRAE: Versículos tomados de la Sagrada Escritura y oraciones destinadas por la Iglesia para pedir a Dios socorro en las necesidades públicas o particulares. Esto se hace en la Misa de siempre. Identificarlo sólo con la actual “oración de los fieles” es tergiversar.

3. En ningún lugar se hace referencia a algo similar al actual rito de la paz.

Aparte de lo anterior:

Estamos hablando del siglo II, cuando la Iglesia todavía estaba en proceso de homogeneizar la celebración litúrgica. Un par de siglos después la codificación estaba ya sustancialmente establecida y así se mantuvo durante quince siglos, con pequeñas modificaciones que acrecentasen los fines de la Misa: la gloria de Dios y la santificación de los hombres, por ese orden.

Si es coherente y se atiene a lo escrito por San Justino, también dice, por ejemplo, “comulgan todos”. ¿Se debe entonces actualizar la celebración según el espíritu inicial negando la necesidad del estado de gracia para comulgar?

Afortunadamente, el Magisterio de la Iglesia supo interpretar las enseñanzas de los Padres hasta armonizarlas inspiradamente en una celebración milenaria, la Misa de siempre.

La referencia habitual a los modos de vida de los primeros cristianos, me parece el cajón de sastre con el que se trata de inocular concepciones defendidas en la modernidad, aunque en el fondo con una base gnóstica ya presente en esos primeros tiempos. Y no olvide que siempre estarán ahí Ananías y Safira (Hch 5, 1-10) para recordarnos que en esos inicios cristianos también había que discernir.
26/06/25 10:48 AM
  
jacta est
Fco Javier

Afortunadamente, el Magisterio de la Iglesia supo interpretar las enseñanzas de los Padres hasta armonizarlas inspiradamente en una celebración milenaria, la Misa de siempre.


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Dispulpe pero el unico Catecismo que ha definido la misa de siempre ha sido el Catecismo Mayor de San Juan Pablo II en el punto 1.3.4.5 que parece usted no ha leido y que a continuacion le muestro:



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IV La celebración litúrgica de la Eucaristía

La misa de todos los siglos

1345 Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo de la celebración eucarística. Estas han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales litúrgicas. He aquí lo que el santo escribe, hacia el año 155, para explicar al emperador pagano Antonino Pío (138-161) lo que hacen los cristianos:

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Supongo que usted no acepta esta parte del Catecismo Mayor
26/06/25 11:37 AM
  
JORDAN2
Francisco Javier

Afortunadamente, el Magisterio de la Iglesia supo interpretar las enseñanzas de los Padres hasta armonizarlas inspiradamente en una celebración milenaria, la Misa de siempre.

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Estimado Francisco Javier,

¿ podría indicarme si es tan amable en qué documentos el magisterio ha definido la misa de siempre ? Yo tenía entendido que la Misa de siempre se ha definido en el Catecismo Mayor
26/06/25 11:40 AM
  
Wenceslao Smith
Francisco javier,

El siguiente texto es de la Didascalia [capítulo XII, nota de AyC], documento escrito aproximadamente sobre el año 250 d.C. Entre otras cosas, da detalles bastante elaborados sobre la celebración de las primeras Misas con esas “liturgias caseras”.

“LVII. 2. En vuestras asambleas, en las santas iglesias, reunid al pueblo con la mayor solicitud, preparando atentamente los lugares para los hermanos con mucha prudencia. 4. Que el trono del obispo esté situado en medio de ellos para que los presbíteros se sienten junto a él.



Que no se llamase técnicamente "CONCELEBRACIÓN" no quiere decir que de facto no se hiciera así.
26/06/25 12:13 PM
  
jacta est
Francisco Javier

3. En ningún lugar se hace referencia a algo similar al actual rito de la paz.

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Estimado Fco,

La carta del Padre de la Iglesia es más extensa, y la parte donde habla del rito de la paz no está en el fragmento que ha reducido la liturgia de la Iglesia por razones obvias. Pero la frase final del Santo donde afirma que todo lo relatado en la carta lo instituyó Jesus durante los largos 40 días de apariciones abarca a toda la carta que como ya he dicho es mucho más extensa.
26/06/25 12:30 PM
  
DICASTERIO
Sería más que conveniente que el comentarista Francisco Javier explicite con claridad a qué documento del Magisterio auténtico se refiere cuando afirma que se ha definido doctrinalmente lo que sería 'la misa de todos los siglos' o 'la misa de siempre'. De lo contrario, su declaración corre el serio riesgo de quedar como una construcción retórica sin fundamento, o incluso como una tergiversación de la enseñanza de la Iglesia.

Por todo ello, le animamos, Francisco Javier, a aclarar su afirmación… o a retractarse con humildad cristiana, si no desea ser incluido entre los muchos que confunden 'lo que les gusta' con 'lo que Dios ha querido
26/06/25 3:09 PM
  
jacta est
Si el comentarista Fco Javier se refiera a la bula "Quo primum tempore":


¡ Basta ya de mentiras y falsas interpretaciones de la bula! Esto es lo que afirma Trento y la Sagrada Congregacion para el culto divino sobre esa bula:




"¿Puede un Papa fijar un rito para siempre? Resp.: No. Sobre “Ecclesiae potestas circa dispensationem sacramenti Eucharistiæ” [la potestad de la Iglesia para la administración del sacramento de la Eucaristía], el Concilio de Trento declara expresamente: “En la administración de los sacramentos,
salvando siempre su esencia, la Iglesia siempre ha tenido potestad, de establecer y cambiar cuanto ha considerado conveniente para la utilidad de aquellos que los reciben o para la veneración de estos sacramentos, según las distintas circunstancias, tiempos y lugares” (Dz 1728). Desde el punto de vista canónico, debe decirse que, cuando un Papa escribe “perpetuo concedimus” [concedemos a perpetuidad], siempre hay que entender “hasta que se disponga otra cosa”. Es propio de la autoridad
soberana del Romano Pontífice no estar limitado por las leyes puramente eclesiásticas, ni mucho menos por las disposiciones de sus predecesores. Sólo está vinculada a la inmutabilidad de las leyes divina y natural, así como a la propia constitución de la Iglesia" (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, 11-VI-1999. Resp. a Mons. Gaetano Bonicelli, Arzobispo de Siena).
26/06/25 3:12 PM
  
FRANCISCO JAVIER
Estimados todos.

En primer lugar, aclarar que de los argumentos y datos iniciales aportados por Jacta est, no se siguen sus conclusiones. De ahí mi respuesta.

No obstante lo anterior, el debate se ha enriquecido con nuevas aportaciones, que paso a comentar.

(Pido disculpas al moderador por la extensión. Puede obrar como considere conveniente si cree necesario recortar)



Wenceslao

El texto que citas de la Didascalia apostolorum en su capítulo XII es más amplio:

En vuestras asambleas, en las santas iglesias, organizad vuestras reuniones según buenos modelos. Disponed los sitios para los hermanos con diligencia y mucha prudencia. Que haya un lugar reservado para los presbíteros en el centro de la parte oriental de la casa, y colocad el trono del obispo en medio de ellos; que los presbíteros se sienten con él; pero que los seglares se sienten en lo que queda de la parte oriental del edificio. Es necesario que los presbíteros se coloquen en la parte oriental de la casa juntamente con el obispo; luego los seglares y, finalmente, las mujeres, de modo que, cuando nos levantemos para orar, los jefes de la asamblea se levanten los primeros, luego los hombres seglares y, por fin, las mujeres, porque la ley es que debemos orar hacia el este, pues ya sabéis que está escrito: "Alabad a Dios, que está sentado en los cielos de los cielos hacia oriente" (Ps. 68). En cuanto a los diáconos, que uno de ellos esté constantemente vigilando los dones de la Eucaristía, y que haya otro en la parte de fuera de la puerta para observar a los que entran; y después, cuando hayáis presentado vuestras ofrendas, que ambos sirvan juntos en la iglesia. Y si alguno se halla fuera de su lugar, que el diácono que está dentro le reprenda y le haga levantarse y ocupar el lugar que le corresponde.



Es decir, dispóngase la asamblea en orden jerárquico. Pero de ahí no se sigue la concelebración.



Jacta est

La Apología es más extensa, pero lo referido a la Eucaristía comprende los capítulos 65 a 67. Los reproduzco.

Después de ser lavado de ese modo, y adherirse a nosotros quien ha creído, le llevamos a los que se llaman hermanos, para rezar juntos por nosotros mismos, por el que acaba de ser iluminado, y por los demás esparcidos en todo el mundo. Suplicamos que, puesto que hemos conocido la verdad, seamos en nuestras obras hombres de buena conducta, cumplidores de los mandamientos, y así alcancemos la salvación eterna.

Terminadas las oraciones, nos damos el ósculo de la paz. Luego, se ofrece pan y un vaso de agua y vino a quien hace cabeza, que los toma, y da alabanza y gloria al Padre del universo, en nombre de su Hijo y por el Espíritu Santo. Después pronuncia una larga acción de gracias por habernos concedido los dones que de Él nos vienen. Y cuando ha terminado las oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo presente aclama diciendo: Amén, que en hebreo quiere decir así sea. Cuando el primero ha dado gracias y todo el pueblo ha aclamado, los que llamamos diáconos dan a cada asistente parte del pan y del vino con agua sobre los que se pronunció la acción de gracias, y también lo llevan a los ausentes.

A este alimento lo llamamos Eucaristía. A nadie le es lícito participar si no cree que nuestras enseñanzas son verdaderas, ha sido lavado en el baño de la remisión de los pecados y la regeneración, y vive conforme a lo que Cristo nos enseñó. Porque no los tomamos como pan o bebida comunes, sino que, así como Jesucristo, Nuestro Salvador, se encarnó por virtud del Verbo de Dios para nuestra salvación, del mismo modo nos han enseñado que esta comida – de la cual se alimentan nuestra carne y nuestra sangre – es la Carne y la Sangre del mismo Jesús encarnado, pues en esos alimentos se ha realizado el prodigio mediante la oración que contiene las palabras del mismo Cristo. Los Apóstoles – en sus comentarios, que se llaman Evangelios – nos transmitieron que así se lo ordenó Jesús cuando, tomó el pan y, dando gracias, dijo: Haced esto en conmemoración mía; esto es mi Cuerpo. Y de la misma manera, tomando el cáliz dio gracias y dijo: ésta es mi Sangre. Y sólo a ellos lo entregó (…)

Nosotros, en cambio, después de esta iniciación, recordamos estas cosas constantemente entre nosotros. Los que tenemos, socorremos a todos los necesitados y nos asistimos siempre los unos a los otros. Por todo lo que comemos, bendecimos siempre al Hacedor del universo a través de su Hijo Jesucristo y por el Espíritu Santo.

El día que se llama del sol, se celebra una reunión de todos los que viven en las ciudades o en los campos, y se leen los recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas, mientras hay tiempo. Cuando el lector termina, el que hace cabeza nos exhorta con su palabra y nos invita a imitar aquellos ejemplos. Después nos levantamos todos a una, y elevamos nuestras oraciones. Al terminarlas, se ofrece el pan y el vino con agua como ya dijimos, y el que preside, según sus fuerzas, también eleva sus preces y acciones de gracias, y todo el pueblo exclama: Amén. Entonces viene la distribución y participación de los alimentos consagrados por la acción de gracias y su envío a los ausentes por medio de los diáconos.

Los que tienen y quieren, dan libremente lo que les parece bien; lo que se recoge se entrega al que hace cabeza para que socorra con ello a huérfanos y viudas, a los que están necesitados por enfermedad u otra causa, a los encarcelados, a los forasteros que están de paso: en resumen, se le constituye en proveedor para quien se halle en la necesidad. Celebramos esta reunión general el día del sol, por ser el primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo; y también porque es el día en que Jesucristo, Nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos; pues hay que saber que le entregaron en el día anterior al de Saturno, y en el siguiente—que es el día del sol—, apareciéndose a sus Apóstoles y discípulos, nos enseñó esta misma doctrina que exponemos a vuestro examen.



Como puede comprobar, se habla de dos ritos eucarísticos, pero diferenciados. El primero como continuación de un bautismo, donde sí se habla del ósculo de la paz, lo que es lógico, pues el nuevo miembro de la Iglesia ha sido recibido entre los hermanos. El segundo, el propio de una misa dominical. Ahí no se menciona el ósculo.



Deo gratias

Ya que menciona el punto 1345 de Catecismo, puede comprobar cómo la cita que aparece en dicho número de la Apología está manipulada (¿Hay otro nombre?): primero se cita el número 67, y a continuación el número 65, produciendo el equívoco de que todo lo que se expone sucede en la Misa dominical, cuando en realidad es en dos celebraciones distintas. Si usted afirma: “Creo que hay 22 ritos, y de todos el único que no tiene esos elementos esenciales (tal y como afirma el punto 1.3.4.5 del Catecismo es la misa tridentina)”, desde luego se equivoca, porque ese número no habla de la Misa tridentina. Puede haberse expresado mal, intentando exponer que lo que hace el punto 1345 es presentar los ritos esenciales. Pero como he mostrado, en realidad lo que hace es mezclar lo que sucede en dos celebraciones distintas, con puntos comunes, de acuerdo, pero no idénticas.

Que la celebración inicial fuese única, con toda la asamblea, incluyendo diáconos y presbíteros, reunida en torno a su obispo como cabeza, es hecho aceptado. Otra cosa es el modo de celebración, sobre el que se sigue discutiendo.

En la Tradición apostólica de San Hipólito, en el capítulo 4, se habla específicamente del caso particular de la ordenación del obispo y en concreto de la oblación (aquí también se habla de beso de paz, pero es una ordenación):

Después de haber sido ordenado obispo, todos le ofrecerán el beso de paz, por ser ya digno de que le saluden como tal.

Los diáconos le presentarán la oblación y él, imponiendo las manos sobre ella, junto con todo el presbiterio, dirá, dando gracias:

– El Señor esté con vosotros.

Todos dirán:

– Y con tu espíritu….


Y aquí estamos en un punto de discusión sobre si el “junto con todo el presbiterio” se refiere a la respuesta, como yo creo, o a la imposición de manos. Se requeriría el texto original y un análisis filológico para establecerlo.



Resto de comentaristas

En la Tradición apostólica de San Hipólito también se exponen muchas otras cuestiones, por ejemplo, la oblación del queso y aceitunas en la ordenación de obispos (6). Obviamente el Magisterio (en sentido general, histórico, como capacidad de la Iglesia para discernir) acabó prescindiendo de estos actos. En esta línea, terminaba mi comentario señalando que el Magisterio, como Iglesia que discierne, fue examinando las enseñanzas de los Padres, incorporando unas y abandonando otras, por mucho que fuesen de los Padres, hasta configurar un canon mantenido en el tiempo de forma milenaria (pues al milenio llegó). Y mantenido sustancialmente, que no absolutamente, pues siempre se han aprobado pequeñas modificaciones para enriquecer el rito.

Y aunque quedan algunos puntos por tocar, creo que ya me he excedido en la extensión de las respuestas. Por supuesto hay muchos melones abiertos y podríamos no acabar. Pero lo importante es que el artículo trataba de unas personas que comentaban su maravillosa experiencia de vivir la misma Misa que “aquellos mayores que nos precedieron”. Es decir, la Misa que la Iglesia ha celebrado durante más de mil años, igual para todos y en todas partes.



Que el Corazón Sacratísimo de Jesús nos guarde a todos para que seamos fieles en la Verdad
27/06/25 1:33 PM
  
jacta est
Fco Javier

Ya que menciona el punto 1345 de Catecismo, puede comprobar cómo la cita que aparece en dicho número de la Apología está manipulada (¿Hay otro nombre?): primero se cita el número 67, y a continuación el número 65, produciendo el equívoco de que todo lo que se expone sucede en la Misa dominical,

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¿ Pero cómo se atreve usted a decir que el Catecismo Mayor manipula citas e induce a equívocos ?

Y claro, nos viene con una anécdota de aceitunas con queso pero no se atreve a comentar los que la sagrada congregación citando a Trento concluyó sobre la Bula.
27/06/25 9:06 PM
  
DICASTERIO
La concelebración sacerdotal no es un añadido funcional ni una concesión práctica. Es, teológicamente hablando, una prolongación terrena del modelo litúrgico celestial. En el Cielo, donde la liturgia se celebra sin interrupción, Cristo Cabeza preside rodeado de toda la asamblea de los redimidos, entre ellos los santos ordenados que participaron en su sacerdocio ministerial y los laicos glorificados. Pero esta comunión no es simétrica en términos jerárquicos: el sello indeleble del orden sacerdotal configura al ministro como partícipe singular del sacerdocio de Cristo, en una relación distinta —ontológica y litúrgicamente— a la del laico, aunque ambos estén unidos en la santidad.

Negarse a concelebrar en la tierra, cuando varios presbíteros están presentes, rompe la imagen de esa liturgia celestial y genera un esquema eclesial desproporcionado, en el que los sacerdotes celebran como “islas litúrgicas”, sin reflejar su unidad sacramental y su colegialidad jerárquica. ¿Cómo va a tener sentido que en el Cielo todos los santos ministros participen en una única celebración perfecta —como nos muestran el Apocalipsis y la tradición litúrgica de la Iglesia— y que aquí en la tierra decidamos que la misa puede celebrarse como actos individuales, fragmentando lo que por naturaleza es común?

La concelebración no es opcional desde una visión teológica seria: es un reflejo necesario de la unidad del sacerdocio, de la comunión eclesial y del modelo litúrgico eterno. No es una invención moderna, sino una recuperación fiel del ethos apostólico, tal como lo atestiguan textos antiguos como los de san Justino, san Hipólito o la Traditio Apostolica. En resumen, concelebrar no es simplemente "celebrar juntos": es hacer visible la liturgia invisible del Cielo, en la que los presbíteros unidos en Cristo Cabeza actúan como un solo cuerpo sacerdotal en medio del pueblo santo de Dios.
28/06/25 5:03 AM
  
DICASTERIO
Es fundamental destacar que la liturgia celestial no es una asamblea caótica de iguales, sino una celebración profundamente jerárquica, como nos revela el libro del Apocalipsis. San Juan, en sus visiones, describe una estructura litúrgica clara: en el centro está el Trono del Cordero (Cristo), rodeado por los veinticuatro ancianos (símbolo de los presbíteros del Antiguo y Nuevo Testamento), los cuatro vivientes (figuras angélicas que representan la creación entera glorificando a Dios), y una multitud innumerable de ángeles y santos (Ap 4–5). Todos participan en la adoración, pero no de la misma manera: los ancianos se postran, lanzan sus coronas, entonan cánticos propios; los ángeles proclaman con voz potente; los mártires (Ap 6,9–11) claman por justicia, y los fieles redimidos se presentan con vestiduras blancas en un acto de contemplación y alabanza.

Esta jerarquía no denota desigualdad de dignidad, sino diversidad de funciones según el orden querido por Dios. En este contexto, los sacerdotes ordenados –quienes llevan en sus almas el sello sacramental del orden– reflejan en la liturgia terrena el papel de los ancianos celestiales: representan a Cristo Cabeza, interceden, ofrecen la alabanza en nombre del pueblo y, cuando concelebran, lo hacen como un solo cuerpo unido a la Cabeza.

Por eso, en la liturgia terrestre, la concelebración no es solo una opción funcional, sino un eco necesario de la liturgia del cielo. No se concibe en el Apocalipsis que cada anciano adore por separado al margen de los otros, sino que todos forman parte de una única acción común y sinfónica de alabanza y ofrecimiento. Del mismo modo, en la Iglesia, los presbíteros concelebrando manifiestan visiblemente esa unidad jerárquica del sacerdocio bajo Cristo, y permiten que los fieles participen de una imagen más auténtica de lo que eternamente sucede en el cielo.
28/06/25 5:14 AM
  
Juan Pablo B.
Concelelebración con más de 5000 sacerdotes de todo el mundo .

Digna , magnifica , bellísima misa de Ordenación ayer en San Pedro .

28/06/25 4:39 PM
  
sarah 2017
…] Me gustaría dirigir una palabra paterna a todos aquellos que están vinculados a la forma más antigua del Rito Romano. Se trata de esto: algunas personas, no muchas, os llaman “tradicionalistas”. Hay veces en que también vosotros utilizáis esta expresión para referiros a vosotros mismos, llamándoos “católicos tradicionalistas”, o, análogamente, ponéis un guión entre los dos términos. Por favor, no lo volváis a hacer. No estáis encerrados en una caja situada en un estante de una librería o en un museo de curiosidades. No sois tradicionalistas: sois católicos del Rito Romano como yo y como el Santo Padre. No sois de segunda clase o, de alguna manera, miembros particulares de la Iglesia Católica en razón de vuestro culto y vuestras prácticas espirituales, que han sido las de innumerables santos. Habéis sido llamados por Dios, como todos los bautizados, a ocupar vuestro lugar en la vida y la misión de la Iglesia en el mundo de hoy, no para permanecer recluidos –o, peor, retirados– en un gueto en el que reinan una actitud defensiva y de introspección que ahogan el testimonio y la misión cristiana hacia el mundo, a los que vosotros también habéis sido invitados.
Si diez años después de su promulgación, el Motu proprio Summorum Pontificum significa algo, es precisamente esto. Si aún no habéis abandonado las cadenas del “gueto tradicionalista”, por favor, hacedlo hoy. Dios Omnipotente os llama a hacerlo. Nadie os robará el usus antiquior del Rito Romano, pero muchos se beneficiarán, en esta vida y en la futura, por vuestro fiel testimonio cristiano que tendrá mucho que ofrecer, considerando la profunda formación en la fe que os han dado los antiguos ritos y el ambiente espiritual y doctrinal a ellos vinculados. Como el Señor nos enseña en el discurso de las Bienaventuranzas: «Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa» (Mt 5, 15). Ésta es, queridos amigos, vuestra verdadera vocación. Ésta es la misión a la que os ha llamado, y os llama, la divina Providencia al suscitar, en el tiempo oportuno, el Motu proprio Summorum Pontificum.

28/06/25 5:30 PM
  
FRANCISCO JAVIER
Esperaba por mi parte terminar el asunto, que como ya dije quedaba inevitablemente abierto, poniéndonos a todos en manos del Corazón de Jesús, pero compruebo que hay comentaristas que siguen teniendo necesidad de aclaraciones.

Estimado Jacta est (qué difícil se me hace no dirigirme a nombres propios). En primer lugar, recuerde que la paz es fruto del Espíritu Santo.

Respuesta 1: Porque sé leer.

Ya presenté arriba el orden correcto del texto de San Justino en los números 65-67. Presento ahora el punto 1345 del CEC:

1345 Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo de la celebración eucarística. Estas han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales litúrgicas. He aquí lo que el santo escribe, hacia el año 155, para explicar al emperador pagano Antonino Pío (138-161) lo que hacen los cristianos:

«El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo.
Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los profetas, tanto tiempo como es posible.
Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas.
Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros [...] (San Justino, Apologia, 1, 67) y por todos los demás donde quiera que estén, [...] a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar así la salvación eterna.
Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros.
Luego se lleva al que preside a los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclados.
El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da gracias (en griego: eucharistian) largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.
Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias, todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo: Amén.
[...] Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua "eucaristizados" y los llevan a los ausentes» (San Justino, Apologia, 1, 65).

¿De verdad no aprecia usted la diferencia? ¿Cree casual que la cita comience hablando de la Misa dominical y luego añada, como si nada, elementos de otra celebración? ¿En serio no cree que en una lectura rápida (la habitual) no se saca la conclusión de que todo ocurre en un mismo acto? ¿Le parece una forma lógica e inocente de presentar un texto cambiar el orden en un mismo bloque sin distinción ni comentario? Me temo que no.

Respuesta 2: San Hipólito no expone anécdotas sobre queso y aceite: presenta una práctica que era común en un momento de discernimiento sobre el canon y que la Iglesia decidió abandonar cuando éste quedó fijado. Y así se ha mantenido más de mil años.

Respuesta 3: Lo siento, pero los comentarios son tantos que me he limitado a algunos de ellos. Como he vuelto a repetir, seguro que van a quedar abiertos. Pero para satisfacer su necesidad en cuanto a la cita de Trento: Yo no he mencionado Quo primun tempore, lo ha hecho usted. Y por supuesto que la Iglesia tiene potestad para cambiar “lo conveniente” en relación con los sacramentos. El problema radica en el “salvando siempre su esencia” y en el modo de administración. Porque el modo habitual, en el caso que nos ocupa de la Eucaristía, es en la Santa Misa. ¿Y se puede asegurar que la Misa post misal 1970 mantiene su esencia respecto a la Misa pre misal 1970? (Por llamarlas de un modo objetivo). Por favor, no hablo de validez. Hablo de esencia y todo lo que conlleva: definición, fines (primario y secundario), jerarquía de los elementos constitutivos… ¿Le suena esta cita, ya que ha citado a Trento, sobre la nueva ordenación: “se aleja de manera impresionante, en el conjunto y en el detalle, de la teología católica de la santa Misa, tal como fue formulada en la sesión XX del Concilio de Trento”. Me temo que no estará de acuerdo con Ottaviani, pero no me negará que da pie, como ya he repetido, a que el debate siga abierto.

Estimado Dicasterio.

Muy interesante su aportación con un enfoque para reflexionar, fuera de citas y documentos, pero con base teológica, que obviamente se puede discutir. Pero creo que ya he hablado demasiado.

Cuando escribo esta respuesta, he comprobado que quedan dos comentarios por moderar. Seguro que harán aportaciones que enriquecerán el posible debate. Pero la vida avanza y el moderador (a quien felicito por su labor) añade nuevas noticias. Por lo cual me despido amigablemente para no entrar en bucle.

Que San Pedro y San Pablo intercedan por nosotros para que mantengamos la unidad en la Verdad.


28/06/25 8:27 PM
  
DICASTERIO
Estimado comentarista Juan Pablo;

La instrucción eucarística Eucaristicum misterium dice de la concelebración:


17. Hay que evitar la dispersión de la comunidad de los fieles y la distracción en distintas cosas; El modo mejor para lograrlo es, según el derecho, la concelebración de los sacerdotes que desean celebrar al mismo tiempo la misa (76).

47. La concelebración

Por la concelebración de la Eucaristía se expresa adecuadamente la unidad del sacrificio y del sacerdocio, y cuando los fieles participan activamente en ella resplandece de modo extraordinario la unidad del pueblo de Dios (118), particularmente si preside el Obispo (119).

La concelebración, además, significa y fortalece los lazos fraternales entre los presbíteros, ya que, «por la común ordenación sagrada y misión, los presbíteros todos se unen entre sí en íntima fraternidad» (120).
Los superiores competentes faciliten, pues, y fomenten la concelebración, siempre que la necesidad pastoral u otra causa razonable no pida lo contrario.



TODO ESTO NO OCURRE EN EL ÚNICO RITO QUE HA EXTIRPADO LA POSIBILIDAD DE CONCELEBRAR. SI FUERAN INTELIGENTES, LAS PERSONAS AMANTES DEL RITO DEBERÍAN SER HUMILDES Y DETECTAR LAS GRAVES CARENCIAS QUE TIENE Y SOLICITAR A ROMA UNA REFORMA QUE INTEGRE EN EL RITO TRIDENTINO LA POSIBILIDAD DE CONCELEBRAR A DIARIO, EL RITO DE LA PAZ DEL QUE YA HABLA SAN PABLO EN LA BIBLIA, Y LA PLEGARIA UNIVERSAL DE LOS FIELES.
28/06/25 9:23 PM
  
jacta est
Es posible que falte humildad y formación litúrgica para ver que el rito tridentino, aunque bello tiene grandísimas carencias que fueron eliminadas sin motivo. La prueba es que el resto de ritos católicos nunca abandonaron la concelebración, el rito de la paz y la plegaria universal de los fieles.
28/06/25 9:26 PM
  
jacta est
Juan Pablo,

He perdido ya la cuenta: más de 20 documentos oficiales de la Iglesia —entre constituciones conciliares, decretos, instrucciones litúrgicas, normativas internas de la Basílica de San Pedro, encíclicas, exhortaciones, rúbricas...— han sido publicados en las últimas seis décadas con un objetivo inequívoco: restaurar la concelebración, devolviéndola del rincón oscuro al que fue arrinconada por el único rito que decidió amputarla. Porque sí, fue eliminada, no por falta de valor teológico, sino por razones históricas y disciplinares ya superadas.

Y sin embargo, algunos sectores filolefebvrianos, con una obstinación que solo se explica por una teología de trincheras, llegan a afirmar que todos esos documentos "no son católicos". ¿De verdad? ¿Más de veinte documentos magisteriales no son católicos? ¿Desde cuándo ser católico consiste en aplicar el “criterio de pureza” a lo Netflix, con botón de saltar magisterio que no me gusta?

No sé qué es más preocupante: si la ignorancia litúrgica o la soberbia doctrinal que lleva a creer que se puede juzgar el magisterio con un detector de “tradición válida” marca casera. Ya puestos, propongo que editen su propio Index liturgicus prohibitorum, y le pongan un subtítulo al gusto: "Lo que no me gusta, no es católico". Porque si eso no es contumacia en estado puro, que venga Santo Tomás y lo vea.







LISTA DE DOCUMENTOS QUE RESCATAN LA CONCELEBRACIÓN:

Es decir la constitucion Sacrosantum concilium (SC 27; 41), el decreto Unitatis redintegratio nº15, el decreto presbiterorum ordinis nº7 y nº8, el Misal Romano, encíclica mediator dei nº103, instrucciones eucaristicas de san PAblo VI como eucaristicum mysterium nº17,nº32.8,nº47 y 48, las notas de la santa sede de como celebrar en la Basilica de San Pedro, la sagrada congregación de ritos que promulgó el nuevo rito de la concelebración con fecha 7 de marzo de 1965, traditionis custodes y otros importantes documentos como el proceso de restauración de la concelebración eucarística que culmina en la publicación del Código de Derecho Canónico de 1983 (el canon 902 se ocupa de la concelebración limitándose a permitirla), en 1965 el cardenal Lercaro, presidente del Consilium ad exsequendam Constitutionem de sacra liturgia, dirigía una carta a los Presidentes de las Conferencias Episcopales recordando cómo podía ser oportuno promover la concelebración en el caso de que favoreciese la piedad de fieles y sacerdotes; El decreto Ecclesiae semper, de 1965, que añade dos motivos teológicos para la conveniencia de concelebrar, que encontramos después en la Ordenación general del misal romano (= OGMR, de 1970) a saber, la concelebración "manifiesta apropiadamente la unidad del sacerdocio, del sacrificio y del pueblo de Dios" (n. 153), y finalmente la instruccion redemptionis sacramentum de la sagrada congregacion para el culto Divino (nº 73,124,113,111,105,98,97), y por ultimo y no menos importante el punto 1.3.4.5 del Catecismo Mayor donde se afirma que la Misa de todos los tiempo es aquella que describe San Justino en su apología, incluyendo la concelebración como una de las lineas generales de la Santa Misa; por último destacar que el canon 902 del código de decho canónico prohibe tajantemente la celebración simultanea de misas en el mismo templo; algo que afectaría gravemente a las celebraciones en Catedrales Basilicas y demás donde se congregan simultaneamente muchos sacerdotes.
28/06/25 10:31 PM
  
jacta est
Estimado Fco,

¿ Se ha dado cuenta usted de que está sólo en el esperpento de argumentos que presenta ? Nadie le apoya.

Por otro lado, que usted haya dicho públicamente que el Catecismo Mayor manipula y tergiversa le va a costar muchos sufrimientos.

Le aconsejo pida perdón públicamente y se confiese lo antes posible
29/06/25 12:17 AM
  
DICASTERIO
Para justificar que la liturgia celestial es jerárquica y que no se celebra de la misma forma por los apóstoles que por los laicos que han llegado a la santidad, podemos apoyarnos en el Libro del Apocalipsis, que es el texto bíblico que más claramente describe la liturgia celestial. Utilizaremos la Biblia de Jerusalén como fuente, que es reconocida por su fidelidad al texto original y su uso en la liturgia católica.


1. La liturgia celestial tiene una estructura jerárquica

El Apocalipsis presenta una liturgia celestial claramente estructurada en grados: Dios, el Cordero (Cristo), los veinticuatro ancianos (símbolo de los apóstoles y patriarcas, es decir, los ministros celestiales), los ángeles, y luego la multitud de santos.

Apocalipsis 4,4:

"Alrededor del trono, vi veinticuatro tronos y sentados en ellos, veinticuatro ancianos, vestidos de blanco y con coronas de oro sobre sus cabezas."

Interpretación: Los veinticuatro ancianos representan una élite espiritual con funciones litúrgicas específicas. No son una multitud indiscriminada, sino que tienen un rol específico: están sentados en tronos, lo cual denota autoridad y una función especial.

2. Los apóstoles y ministros celestiales tienen un papel litúrgico distintivo
Apocalipsis 5,8:

"Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron ante el Cordero con cítaras y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos."

Aquí, los veinticuatro ancianos interceden ante Dios en nombre de los santos, lo que muestra una función litúrgica de mediación. No todos los que están en el cielo presentan estas oraciones; lo hacen ellos en representación.

3. La multitud de santos participa, pero de forma distinta
Apocalipsis 7,9-10:

"Después de esto miré y vi una multitud inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con fuerte voz: 'La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero.'"

Esta multitud representa a los santos laicos, mártires, y fieles de toda condición. Su participación es real, pero no se describe con los elementos litúrgicos más elevados como tronos, copas de oro, o cítaras. Ellos gritan, alaban, y adoran, pero no se menciona que ofrezcan el incienso ni tengan un rol mediador como los ancianos.

4. Dios asigna roles litúrgicos distintos
Apocalipsis 1,6:

"...y nos ha hecho reino y sacerdotes para su Dios y Padre..."

Aquí se reconoce que algunos son hechos sacerdotes, pero no todos tienen el mismo grado o función. La designación sacerdotal (en sentido celestial) apunta a una distinción de roles incluso en el ámbito escatológico.
Conclusión

La liturgia celestial es jerárquica según la Biblia de Jerusalén, y los apóstoles y otros ministros celestiales tienen funciones litúrgicas específicas que no comparte la multitud de santos. Aunque todos participan en la adoración a Dios y al Cordero, no todos lo hacen de la misma manera ni con las mismas responsabilidades o símbolos litúrgicos.




ERGO eliminar la concelebración es protestantizar la liturgia.
29/06/25 12:36 AM
  
Jordán
Gracias a Dios —literalmente— el mal filolefebvrista es hoy un fenómeno acotado, periférico y, sobre todo, previsible. Como esos mosquitos que ya sabes por dónde van a venir, pero aún así te zumban en la oreja cuando intentas dormir en paz con el Magisterio.

Uno intenta dialogar —cristianamente, claro— y explicarles que la concelebración no es una ocurrencia posconciliar, sino una expresión profundamente teológica de la unidad del sacerdocio y del único sacrificio de Cristo. Se les dice, con toda la caridad del mundo, que el Magisterio asegura que los lazos entre los presbíteros se agrandan en caridad por la gracia cuando concelebran. Y ellos… nada. Ni se inmutan. Como quien oye llover sobre un misal de 1962.

Entonces uno recurre al argumento fuerte, casi catequético: “¡Pero si con la concelebración se expresa con más potencia, visibilidad y eficacia el único sacrificio del Calvario!”. Y te miran como si hubieras citado a Teilhard de Chardin durante una novena a San Pío X.

Por último, ya en un gesto de puro ecumenismo interno, les sugieres algo tan razonable como: “¿Y si, en vez de levantar trincheras, dedicáis energías a pedir al Papa una pequeña reforma del misal de 1962 para incluir la concelebración, el rito de la paz y la oración universal de los fieles?”. Pero ahí sí: se escandalizan. ¡¿Cómo se va a tocar el tridentino?! Es más fácil que acepten que Pablo VI fue papa que que incluyan una monición inicial antes del Introito.

Todo lo que suene a comunión eclesial vivida, a afecto colegial, a fraternidad visible… les da urticaria litúrgica.

Y así seguimos: entre el mal menor de lo residual y el mal mayor de lo insistente. Porque lo filolefebvrista, más que herejía, es una alergia: a la comunión, al desarrollo orgánico, a la vida litúrgica real. Les pones delante la fraternidad sacramental, y prefieren la soledad rubricada. Les hablas de la Iglesia una y visible, y te responden con una nostalgia de museo con olor a incienso rancio y antimodernismo en espray.

Rechazan la concelebración como si fuera una invención de Bugnini tras un sueño húmedo en latín, y lo hacen apelando —¡ironía divina!— a la Tradición, pero amputada, selectiva, encerrada en formol como una reliquia que se venera pero no respira. Les cuesta entender que la verdadera tradición no es un congelador, sino un río que fluye desde la Pascua hasta nuestros altares, con todas sus piedras, vueltas y gracia.

Y mientras tanto, la Iglesia sigue caminando, celebrando, viviendo el sacrificio de Cristo en cada altar, en cada presbítero unido, en cada asamblea que responde “Amén” con fe y no con miedo.

Porque, al final, la Verdad no necesita gritar ni encerrarse en casullas rígidas: la Verdad celebra, convoca, une, consagra... y sigue viva. Y eso, le guste o no a ciertos empolvados custodios del “non”, es lo que el Espíritu Santo ha decidido hacer.

Así que sí: seguimos en pie, con los pies firmes en la tradición viva y los ojos abiertos a la plenitud de la gracia, sabiendo que no hay misa más tridentina que la que ofrece al Padre —en comunión, en caridad, en unidad— el único sacrificio del Hijo.
29/06/25 8:45 AM
  
AurigaVirtutum
Manifiesto del Tradicionalista Perplejo (que no quiere ser cismático, pero tampoco moderno)



Yo, católico apostólico preconciliar sin carnet oficial, declaro con suma devoción y cierta perplejidad que:

+ Acepto al Papa, siempre y cuando no hable.

+ Obedezco al Magisterio, excepto si se ha reunido después de 1962.

+ Creo en la comunión de los santos, pero me cuesta comulgar con los que llevan guitarra.

+ Defiendo la unidad de la Iglesia, aunque me reúna en capillas donde se insinúa que Roma está un poco infiltrada (pero sin decirlo muy alto, que eso huele a cisma y aún no tengo el valor).

+ Amo la Tradición, pero sólo si viene en folletos impresos en Francia y con nihil obstat de 1957.


Miro con sospecha la concelebración, no porque sea herética —Dios me libre—, sino porque me pone nervioso ver tantos sacerdotes juntos sin capa pluvial. Me incomoda el Novus Ordo, no por la teología, sino porque a veces hay flores demasiado vivas en el altar y eso distrae mi espíritu penitente.

Cuando me explican que la liturgia no es un museo, sino la celebración viva del misterio pascual, asiento cordialmente, mientras por dentro calculo si la casulla del celebrante tiene demasiada flexibilidad textil.

Y si alguien me sugiere que, en vez de resistir pasivamente, proponga con humildad una reforma constructiva del misal tridentino —con oración de los fieles, rito de paz y concelebración—, susurro un "non possumus" suave, porque me parecería más soportable que el Papa canonizara a Teilhard que yo tener que dar la paz a alguien sin guantes de encaje.

Eso sí: no soy cismático. No, no, no. ¡Solo estoy en pausa activa de comunión plena!
29/06/25 8:51 AM
  
jacta est
El comentarista Fco guarda silencio sobre mi cita anterior de Trento


Lo fascinante del filolefebvrismo es su capacidad de invocar con solemnidad los textos que confirman sus certezas... hasta que esos mismos textos se vuelven en su contra, momento en el cual adoptan una repentina y selectiva amnesia teológica.

Ahí están, blandiendo la bula Quo primum tempore como si fuese el non plus ultra de la dogmática litúrgica, ignorando —o fingiendo ignorar— que incluso un niño de primero de derecho canónico sabe que “perpetuo” en una bula papal significa “hasta que un futuro papa diga otra cosa”.

Pero lo mejor llega cuando se les cita a Trento —¡a Trento!— con su clara afirmación de que la Iglesia puede y debe modificar los ritos según las necesidades pastorales del tiempo, y entonces… se produce ese silencio glorioso. Ese instante de catatonia doctrinal donde la combatividad se congela como una vela votiva mal encendida. Miran al suelo, consultan sus fotocopias de Dom Guéranger, y en un susurro apenas audible alguien murmura: "eso será un error de traducción”.

No es que no tengan argumentos. Es que, cuando el Concilio que dicen venerar contradice su tesis, se ven obligados a elegir entre Trento o su hobby litúrgico… y eligen el hobby. Trento deja de ser dogma y se convierte en una especie de mito simbólico: lo citan como los poetas citan a Homero —sin haberlo leído entero, pero con mucha convicción—

Lo irónico es que, al final, los que acusan al Magisterio actual de “inventar novedades” son los que pretenden que una bula administrativa sea irreformable y que el Papa esté atado por la voluntad litúrgica de Pío V... como si la Cátedra de Pedro viniera con garantía de fábrica del siglo XVI.

Pero en fin, cada uno tiene su concilio preferido. Ellos tienen Trento... pero sólo la parte que les conviene.
29/06/25 9:52 AM
  
JORDAN
Bravísimo Examen de conciencia para un católico ligeramente filolefebvrista:






1. Sobre la obediencia al Papa

¿He reconocido al Papa… pero con asterisco?

¿He dicho "sí, es Papa, pero…" más veces que Kyrie eleison en la Misa rezada?

¿He insinuado que está manipulado por masones, modernistas o el Club Bilderberg litúrgico?

¿He compartido videos de YouTube con títulos tipo “La verdad que Roma no quiere que sepas (EXORCISTAS LO CONFIRMAN)”?

¡Arrepentíos, y creed en la potestad de Pedro!



2. Sobre la caridad con otros fieles

¿He llamado “protestante infiltrado” a un católico que va a misa de 10 con guitarras?

¿He sentido superioridad espiritual porque mi misal tiene más latín que el de él?

¿He evitado saludar al sacerdote de la parroquia local por celebrar en vernáculo con casulla “tipo sandwichera”?

Recuerda: el Cuerpo de Cristo también se hizo carne en la misa del domingo a las 11. Incluso con responsorial.



3. Sobre la liturgia

¿He confundido la misa con una recreación histórica del siglo XVIII?

¿He sentido una tentación de decir que el Novus Ordo es inválido… pero no lo digo por si acaso?

¿He comparado el canon romano con un reloj suizo y el Misal de Pablo VI con una freidora de aire?

Nota: ni la devoción ni el encaje salvan por sí solos.



4. Sobre el sentido de Iglesia

¿He olvidado que la Iglesia es una, santa, católica, apostólica y viva, no una cápsula del tiempo?

¿He hablado más de Bugnini que de Jesucristo esta semana?

¿He criticado más al Concilio que meditado el Evangelio del domingo?






Acto de contrición sugerido:

“Señor, perdóname por haber amado
más la rúbrica que la caridad,
más el latín que la unidad.
Líbrame del cisma blando, del purismo litúrgico
y de todo canal de YouTube que empiece con la frase
‘lo que la Iglesia no te cuenta’.
Amén.”



(muy real)
29/06/25 10:16 AM
  
Juan Pablo B.
A Mons . Schneider le queda pocas oportunidades para volver a la Iglesia .

29/06/25 4:29 PM
  
Súper Oveja
¿ Se ha dado cuenta usted de que está sólo en el esperpento de argumentos que presenta ? Nadie le apoya.
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Estimado jacta est, no es que este comentarista esté solo, es que puedo imaginarme que mientras usted escribe textos extensos como comentario en un testimonio que parece que le ha escocido, tal vez él está trabajando o atendiendo sus obligaciones. No todo el mundo es un religioso (o sacerdote) de cierta edad con tanto tiempo libre y que estudiase tanto como usted sobre liturgia en su epoca de formación allá por los 70 (incluso aunque fuese en Roma, que todo puede ser), y que pueda escribir tantos comentarios tan ilustrados a lo largo de varias mañanas y a otras horas del día, sobre todo a horas en las que, por ejemplo, un padre de familia estará trabajando, o incluso un sacerdote o religioso normal estará atendiendo su pastoral, a sus fieles encomendados, cuidando su vida espiritual, etc.

Haría bien usted en ver si tanta "ciencia y sabiduría liturgica" con la que nos ha ilustrado con más de 20 comentarios ha acercado a un solo joven a su orden o congregación. O simplemente a sus celebraciones.

También podría hacer examen de conciencia (ya que lo pide para los demás) para ver de dónde le brota su no disimulado odio a la Misa (o a los fieles que a ella asisten) tal y cómo se celebró prácticamente sin alteraciones durante mas de la mitad de la historia de la Iglesia. No sé si tienen su capilla, iglesia, etc. rebosante de jóvenes como estas hermanas que escriben este testimonio, o como los que acuden a miles a esta peregrinación o a la de Covadonga, o por el contrario, los más jovenes entre ustedes tienen mas edad que los años que suman ellas 3 juntas... Aclaro que no vale que un dia al año hagan una fiesta o algo parecido y por eso a lo mejor algunos despistados sí aparezcan, me refiero a algo habitual, todas las semanas e incluso a diario. Supongo que sí que tienen una pastoral estupenda, y por eso quiere compartir el secreto con nosotros con tanto entusiasmo. Por cierto, para disgusto o desconcierto suyo, y ya que hablamos de afluencia, le anticipo que este año volverá a haber récord de peregrinos en Covadonga, y la peregrinación de Chartres no tuvo más afluencia porque en 3 días desde que se abrieron las inscripciones se cubrieron las 19.000 plazas que ofrecían, al alcanzar el límite de capacidad de las zonas de acampada y del propio recorrido de la peregrinación.

Y todo esto, peregrinaciones y apostolados, con una Misa que es lo peor que vieron los siglos, creada por unos soberbios oscurantistas que no sabían nada de Fe, de Biblia, de sacramentos y seguro que ni siquiera de Cristo. Menos mal que unos irreductibles teólogos vinieron hace décadas a ilustrarnos y a sacarnos del error. Eran tan buenos y tan santos que no es que no tuviesen vocaciones, es que ningún joven era capaz de alcanzar el nivel de perfección y santidad al que habían llegado. Al menos se consoloban en su humildad pensando que aunque menos, eran mejores. Y dedicaban horas, días, encuentros, asambleas o capítulos, durante décadas, a justificarse viendo en su mas estrepitoso naufragio la voluntad de Dios...

Entiendo que debe ser duro haberse consagrado al Señor y ver después de varias décadas que lo que un día fue algo vivo y floreciente hoy es algo irreconocible. Lo contrario que los lugares donde se recupera la Misa que escucharon durante siglos tantos que nos precedieron. En lugares donde ustedes regaron con sal y hacía años que no brotaba nada, ya no son pequeños brotes, sino cada vez más, frondosos arboles y bosques donde mucha gente vuelve a encontrarse con Dios y hay auténticos milagros a diario, con conversiones que sólo Cristo puede lograr. Siento si esto no le produce alegría y entendería su frustración. Aquello contra lo que uno luchó durante toda su vida vuelve con más fuerza y fecundidad que antes. Y de manera más incomprensible para usted de lo que creo que le resulta el latín.

También escribe usted lo siguiente:

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"Bravísimo" Examen de conciencia para un católico ligeramente filolefebvrista:
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A lo mejor el examen de conciencia que recomienda a los "filolefebvristas" se lo podría aplicar a usted y si le queda algún hermano de orden, comunidad o congregación con sus mismas ideas, también. Recuerde las palabras de Cristo de que quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Se fueron retirando todos empezando por los de más edad...

Intuyo que por simple biología le queda poco tiempo para presentarse ante el Señor. Piense si, como dicen estas hermanas del testimonio sobre el misal de su bisabuela, ustedes conservan con cariño lo que les dejaron sus mayores, aquellos que les precedieron, si han acogido esa herencia con respeto y admiración, si han dado valor a quienes les precedieron y su manera de vivir la Fe, o si por el contrario se han dejado invadir por la soberbia y llevan décadas esparciendo un odio que roza lo demoníaco a todo lo anterior a ustedes, destrozando lo que hicieron sus equivocados y seguro que muy denostados predecesores, que seguro que, entren otros muchos errores, cometieron el pecado de celebrar los sacramentos en latín y hasta llevaban ese invento satánico del hábito (o la sotana) ¿Qué han hecho con la herencia, sea material o espiritual? ¿La han malvendido y la han derrochado como tantas ordenes y congregaciones? ¿Son de los que vendieron la herencia que otros donaron o construyeron con tanto esfuerzo, para que otros hayan hecho un restaurante, un museo, un hotel, etc? ¿Lo que tantos fieles sencillos compraron con su esfuerzo, donaron con cariño, lo han vendido, lo han usado para montar un museo en lugar de dar gloria a Dios? Y estas preguntas son sobre lo material. Si preguntamos sobre qué han hecho con la herencia espiritual daría para una respuesta más extensa que todas las 20 que usted ha escrito juntas.

Le animo a acercarse a algún lugar donde algún obispo con actitud de padre de todos permita aún esta Misa. Hable con los fieles, con los jóvenes y con los niños, con los acólitos y con los sacerdotes, escuche los preciosos testimonios de conversion, y también quede sobrecogido por la belleza de las oraciones y de la liturgia, para que, como se dice precisamente en esta Misa al principio, pueda usted mismo experimentar lo que dice el salmo: "me acercaré al altar de Dios, al Dios que alegra mi juventud" y de paso, reconciliarse con su pasado.¿ Se ha dado cuenta usted de que está sólo en el esperpento de argumentos que presenta ? Nadie le apoya.
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Estimado jacta est, no es que este comentarista esté solo, es que puedo imaginarme que mientras usted escribe textos extensos como comentario en un testimonio que parece que le ha escocido, tal vez él está trabajando o atendiendo sus obligaciones. No todo el mundo es un religioso (o sacerdote) de cierta edad con tanto tiempo libre y que estudiase tanto como usted sobre liturgia en su epoca de formación allá por los 70 (incluso aunque fuese en Roma, que todo puede ser), y que pueda escribir tantos comentarios tan ilustrados a lo largo de varias mañanas y a otras horas del día, sobre todo a horas en las que, por ejemplo, un padre de familia estará trabajando, o incluso un sacerdote o religioso normal estará atendiendo su pastoral, a sus fieles encomendados, cuidando su vida espiritual, etc.

Haría bien usted en ver si tanta "ciencia y sabiduría liturgica" con la que nos ha ilustrado con más de 20 comentarios ha acercado a un solo joven a su orden o congregación. O simplemente a sus celebraciones.

También podría hacer examen de conciencia (ya que lo pide para los demás) para ver de dónde le brota su no disimulado odio a la Misa (o a los fieles que a ella asisten) tal y cómo se celebró prácticamente sin alteraciones durante mas de la mitad de la historia de la Iglesia. No sé si tienen su capilla, iglesia, etc. rebosante de jóvenes como estas hermanas que escriben este testimonio, o como los que acuden a miles a esta peregrinación o a la de Covadonga, o por el contrario, los más jovenes entre ustedes tienen mas edad que los años que suman ellas 3 juntas... Aclaro que no vale que un dia al año hagan una fiesta o algo parecido y por eso a lo mejor algunos despistados sí aparezcan, me refiero a algo habitual, todas las semanas e incluso a diario. Supongo que sí que tienen una pastoral estupenda, y por eso quiere compartir el secreto con nosotros con tanto entusiasmo. Por cierto, para disgusto o desconcierto suyo, y ya que hablamos de afluencia, le anticipo que este año volverá a haber récord de peregrinos en Covadonga, y la peregrinación de Chartres no tuvo más afluencia porque en 3 días desde que se abrieron las inscripciones se cubrieron las 19.000 plazas que ofrecían, al alcanzar el límite de capacidad de las zonas de acampada y del propio recorrido de la peregrinación.

Y todo esto, peregrinaciones y apostolados, con una Misa que es lo peor que vieron los siglos, creada por unos soberbios oscurantistas que no sabían nada de Fe, de Biblia, de sacramentos y seguro que ni siquiera de Cristo. Menos mal que unos irreductibles teólogos vinieron hace décadas a ilustrarnos y a sacarnos del error. Eran tan buenos y tan santos que no es que no tuviesen vocaciones, es que ningún joven era capaz de alcanzar el nivel de perfección y santidad al que habían llegado. Al menos se consoloban en su humildad pensando que aunque menos, eran mejores. Y dedicaban horas, días, encuentros, asambleas o capítulos, durante décadas, a justificarse viendo en su mas estrepitoso naufragio la voluntad de Dios...

Entiendo que debe ser duro haberse consagrado al Señor y ver después de varias décadas que lo que un día fue algo vivo y floreciente hoy es algo irreconocible. Lo contrario que los lugares donde se recupera la Misa que escucharon durante siglos tantos que nos precedieron. En lugares donde ustedes regaron con sal y hacía años que no brotaba nada, ya no son pequeños brotes, sino cada vez más, frondosos arboles y bosques donde mucha gente vuelve a encontrarse con Dios y hay auténticos milagros a diario, con conversiones que sólo Cristo puede lograr. Siento si esto no le produce alegría y entendería su frustración. Aquello contra lo que uno luchó durante toda su vida vuelve con más fuerza y fecundidad que antes. Y de manera más incomprensible para usted de lo que creo que le resulta el latín.

También escribe usted lo siguiente:

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"Bravísimo" Examen de conciencia para un católico ligeramente filolefebvrista:
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A lo mejor el examen de conciencia que recomienda a los "filolefebvristas" se lo podría aplicar a usted y si le queda algún hermano de orden, comunidad o congregación con sus mismas ideas, también. Recuerde las palabras de Cristo de que quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Se fueron retirando todos empezando por los de más edad...

Intuyo que por simple biología le queda poco tiempo para presentarse ante el Señor. Piense si, como dicen estas hermanas del testimonio sobre el misal de su bisabuela, ustedes conservan con cariño lo que les dejaron sus mayores, aquellos que les precedieron, si han acogido esa herencia con respeto y admiración, si han dado valor a quienes les precedieron y su manera de vivir la Fe, o si por el contrario se han dejado invadir por la soberbia y llevan décadas esparciendo un odio que roza lo demoníaco a todo lo anterior a ustedes, destrozando lo que hicieron sus equivocados y seguro que muy denostados predecesores, que seguro que, entren otros muchos errores, cometieron el pecado de celebrar los sacramentos en latín y hasta llevaban ese invento satánico del hábito (o la sotana) ¿Qué han hecho con la herencia, sea material o espiritual? ¿La han malvendido y la han derrochado como tantas ordenes y congregaciones? ¿Son de los que vendieron la herencia que otros donaron o construyeron con tanto esfuerzo, para que otros hayan hecho un restaurante, un museo, un hotel, etc? ¿Lo que tantos fieles sencillos compraron con su esfuerzo, donaron con cariño, lo han vendido, lo han usado para montar un museo en lugar de dar gloria a Dios? Y estas preguntas son sobre lo material. Si preguntamos sobre qué han hecho con la herencia espiritual daría para una respuesta más extensa que todas las 20 que usted ha escrito juntas.

Le animo a acercarse a algún lugar donde algún obispo con actitud de padre de todos permita aún esta Misa. Hable con los fieles, con los jóvenes y con los niños, con los acólitos y con los sacerdotes, escuche los preciosos testimonios de conversion, y también quede sobrecogido por la belleza de las oraciones y de la liturgia, para que, como se dice precisamente en esta Misa al principio, pueda usted mismo experimentar lo que dice el salmo: "me acercaré al altar de Dios, al Dios que alegra mi juventud" y de paso, reconciliarse con su pasado.
03/07/25 9:29 AM

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