Jesús Colina analiza su libro “Dios nos quiere” sobre León XIV, una obra para recuperar la esperanza

Jesús Colina es corresponsal en el Vaticano de medios de información internacionales desde 1991. Nacido en Miranda de Ebro, en 1968, ha sido fundador y director de la agencia internacional de noticias Zenit, así como director de contenidos de la Red Informática de la Iglesia en América Latina. Creó y dirigió la red de información global Aleteia.org. El Papa Benedicto XVI le nombró consultor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales. De 2018 a 2023 ha sido director de IMedia, la agencia especializada en actualidad vaticana en lengua francesa. Es doctor Honoris Causa en “Fine Arts” por la Catholic University of America de Washington. Recibió el premio “servidor de la paz” de la Fundación “Path to Peace” en las Naciones Unidas de Nueva York, así como el premio “¡Bravo!” de la Conferencia Episcopal Española.

Le entrevistamos con motivo de su libro Dios nos quiere sobre el Papa León XIV de la editorial Libros Libres.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre el nuevo Papa?

La verdad es que ha surgido de circunstancias particulares en mi vida. Hasta ahora no me había atrevido a compartirlas abiertamente. Hace dos años tuve una operación entre la vida y la muerte por disección de la aorta. Los médicos (o más bien la Providencia con ellos) hicieron el milagro de mantenerme en vida. Pasé meses en hospitales. Entre salidas y entradas, casi un año. En el hospital Gemelli de Roma pasé casi dos meses en la unidad de cuidados intensivos. Estaba conectado a las máquinas, pero después de un tiempo los médicos me dejaban el ordenador. Había dejado de trabajar en Aleteia. No tenía trabajo. No sabía muy bien qué hacer en mi vida. En la cama del hospital, no tenía mucho que hacer. Entonces pensé que sería una buena idea empezar una investigación sobre los desafíos de la Iglesia. Yo tenía mucho material con las estadísticas de la Iglesia en el mundo producidas por la Santa Sede.

Como te puedes imaginar, en el Gemelli, médicos, enfermeros y pacientes seguíamos de cerca la evolución de la salud del Papa Francisco. Ellos mismos me lo sugirieron. Surgió, por tanto, de manera espontánea la idea de escribir un libro que sirviera para preparar la llegada del sucesor. En esas circunstancias, yo ya podía trabajar en la redacción de los desafíos de la Iglesia, pues eran los mismos independientemente de quien fuera elegido.

Llama la atención el tiempo récord en el que lo ha escrito, pues ha salido antes que su Misa de inicio de pontificado…¿Cómo lo ha podido escribir tan rápido? ¿Quizá pudo tener una intuición de que iba a ser el Papa?

Como te decía, yo ya tenía avanzados los capítulos en los que se ilustran los desafíos que deberá afrontar el Papa León XIV. Ahora bien, me faltaba preparar todo lo relativo a la biografía, la espiritualidad y el pensamiento del nuevo Papa. El 30 de enero de 2023, cuando el Papa Francisco llamó desde Perú a Robert Prevost para nombrarle prefecto del Dicasterio para los Obispos (una decisión totalmente excepcional), escribí un artículo en El Debate en el que le presentaba como papable. Yo estaba impresionado no sólo por lo sorprendente del nombramiento, sino también por su biografía: estadounidense, agustino y prior general de los agustinos, políglota, misionero, con cuatro carreras (Matemáticas, Filosofía, Teología y Derecho Canónico) y un doctorado… Me parecía blanco y en botella. Aquel artículo tuvo muchas visualizaciones.

Luego, por si fuera poco, el Papa Francisco el pasado 6 de febrero, contra todas las costumbres, estableció que el cardenal Prevost ingresara en el orden de los cardenales obispos, pasando directamente del orden de los diáconos. Un salto sorprendente. Fue un gesto totalmente fuera de lo normal. Ahora bien, te confieso que antes del cónclave yo no tenía ni idea de quién sería elegido Papa. Como los demás periodistas, hacía mis quinielas, tan equivocadas como la mayoría de las publicadas.

Cuando salió la fumata blanca y se anunció su nombre me temblaban los pies. En un primer momento, caí en crisis. Es verdad que tenía clara su biografía. Ahora bien, no me sentía preparado para exponer su pensamiento y su espiritualidad. Robert Prevost no ha escrito un libro, a excepción de su tesis doctoral de Derecho Canónico. Comencé una investigación entre los discursos y homilías. Encontré algunas perlas pronunciadas cuando era obispo de Chiclayo, en Perú. Recogí todo el material y me lancé a redactar el libro en cuatro días.

¿Cómo le ha ayudado a escribirlo su amplia experiencia y conocimiento de los entresijos del Vaticano?

Si le digo la verdad, la experiencia como “vaticanista” no fue decisiva. Es más, en ocasiones creo que me jugó malas pasadas, pues en ocasiones los vaticanistas estamos demasiado condicionados por prejuicios, por las corrientes…. Lo que realmente me ayudó para escribir este libro fue un descubrimiento inmediato, evidente. Al leer los discursos y homilías y escuchar vídeos de Robert Prevost hay algo que me resultó clarísimo desde el primer momento. Y esto me salvó la vida para redactar el libro. La vida del nuevo Papa, su pensamiento, su espiritualidad, están totalmente influenciados por Agustín de Hipona. Después de la Biblia, Agustín es el autor que más cita. Es su padre espiritual (así se presentó al ser elegido Papa), es su consejero, es su “coach”, como dirían los jóvenes hoy. No te imaginas lo que eso me ayudó, pues pude abrir con una sola llave la profundidad de su alma.

Robert Prevost hace a san Agustín extraordinariamente actual. En particular, su espiritualidad constituye un apasionante viaje en la propia interioridad, expresada de manera paradigmática en la frase: “Noli foras ire, in te ipsum redi: in interiore homine habitat veritas” (No salgas fuera de ti, entra dentro de ti mismo: en el hombre interior habita la verdad, De Vera Religione, 39, 72)

Agustín enseña que el camino hacia Dios comienza por el retorno al interior del alma, donde se encuentra la imagen de Dios. Dios no está fuera, sino dentro: “Tu eras interior intimo meo et superior summo meo” (Tú estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío, y más alto que lo más alto mío, Confesiones, III, 6, 11).

De ahí surge la experiencia central de la vida de Robert Prevost: el encuentro personal con Cristo. Para él Jesucristo no es un personaje histórico o un héroe, es la Persona que ha transformado su existencia, a quien se consagró para ser sacerdote y misionero. El encuentro con Cristo, para él, no es un punto de llegada, sino un inicio, “porque la inquietud de la búsqueda de la verdad, la búsqueda de Dios, se convierte en la inquietud de conocerlo cada vez más y de salir de sí mismo para darlo a conocer a los demás”, como él mismo explicó en una ocasión.

¿Por qué lo ha titulado “Dios nos quiere”?

Cuando apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro tras la fumata blanca, las primeras palabras de León XIV después de “La paz sea con vosotros” fueron precisamente “Dios nos quiere”. Y añadió: “¡Dos os ama a todos y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por tanto, sin miedo, cogidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo tiene necesidad de luz. La humanidad tiene necesidad de Él como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor”.

Me parece que son palabras sumamente propositivas que definen el tono de este pontificado. Días antes, informando sobre el cónclave, los periodistas estaban enfrascados en las divisiones y problemas de la Iglesia. León XIV aparecía, después de tan sólo cuatro votaciones, y presentaba el mensaje central del cristianismo, de manera atractiva. Era lo que necesitábamos escuchar. Inmediatamente hablé con Alex Rosal, director de Libros Libres. Para él quedó muy claro desde el inicio: ese era el título del libro.

Además del amor de Dios, de momento el nuevo Papa de lo que más hablado ha sido de paz y de unidad. ¿Cree que pueden ser dos palabras que marquen su pontificado?

Está clarísimo. Por una parte, el mundo necesita paz de manera desgarradora. Robert Prevost conoció a víctimas de la violencia en Perú. Sabe muy bien lo que se juega la humanidad en lugares como Ucrania o Gaza. Y sobre todo ha sido víctima de los efectos que producen en nuestra sociedad la polarización y las ideologías. Acaban justificando incluso calumnias despiadadas. Lo vimos incluso en días precedentes al cónclave.

En mi libro, verás que el desafío más grande que tiene por delante León XIV es precisamente la unidad de la Iglesia. No es exagerado, ni mucho menos, afirmar que la unidad de la Iglesia está en peligro. Quienes siguen la información religiosa saben muy bien que se da incluso el riesgo de nuevos cismas, ya sea de una orientación ideológica o de la contraria. No me cabe ninguna duda de que los cardenales le eligieron de manera tan rápida y mayoritaria pues vieron en él el hombre capaz de crear unidad dentro de la Iglesia.

¿Qué es lo que aporta el libro de novedoso en relación a lo mucho que ya se ha dicho estos días sobre el nuevo Papa?

He tratado de escribir un libro a la luz del “sensus Ecclesiae”, el sentido de la Iglesia. Prevost no es el resultado de una campaña electoral, ni nuestro mejor delantero centro. León XIV tiene una biografía particular, una espiritualidad característica, que le han preparado para ser sucesor de Pedro, es decir, para guiar el timón de la Barca de Pedro entre las fuertes tormentas que afronta la Iglesia en estos momentos. ¿Cómo fue preparado para esta misión inmensa ese niño, ese joven, ese adulto? Esta es la pregunta a la que he querido responder. Espero que este pueda ser el valor añadido.

Entre las aportaciones originales del libro quisiera indicar también el capítulo dedicado al estado actual de la Iglesia. Cuando se analiza la situación de la Iglesia cada quien suele hacerlo desde su sensibilidad, sus gustos, su ideología… Se suelen emitir juicios categóricos, pero en ocasiones no están sustentados por la realidad de los números. Por primera vez, he tratado de evitar este límite y hacer que hable la realidad. He tratado de comprender los verdaderos problemas de la Iglesia, que no son siempre los que más se recalcan, así como los motivos de esperanza. ¿Sabes cuál es el país que produce más vocaciones al sacerdocio? Dudo que aciertes. ¿Sabes que por primera vez en la historia en la Iglesia hay más misioneros laicos que sacerdotes? El mundo, la Iglesia, están cambiando y este análisis depara sorpresas.

Además de la unidad de la Iglesia, ¿cuáles son los principales retos que le esperan al nuevo pontífice?

Además del peligro de cismas, y sin hacer demasiado spoiler, en el libro afronto desafíos como el “escándalo de los escándalos” (el encubrimiento de los abusos sexuales de clérigos para ofrecer una imagen falsa de pureza en la Iglesia), la disminución de la práctica religiosa, el desacuerdo con las enseñanzas morales de la Iglesia, así como una nueva síntesis de la doctrina social de la Iglesia. Este último desafío le ha llevado a tomar el nombre del Papa de la “Rerum Novarum”.

¿Cómo ayuda este libro amar más al Papa?

San Agustín decía que no se puede amar lo que no se conoce. Este libro es un primer acercamiento a la biografía y el pensamiento de Robert Prevost para comprender los designios divinos que le han traído hasta la cátedra de Pedro. De este modo podremos quererle como es, instrumento de Dios, pontífice, en este momento particular de la historia de la Iglesia.

No se trata de hacer de él un ídolo. No somos una secta. Tampoco debemos caer en tópicos infantiles sobre su persona. Mi mayor deseo es que el lector, en particular aquel que se siente preocupado por el rumbo del mundo y la Iglesia, pueda recuperar la esperanza: Dios ha respondido a las oraciones de su pueblo y le ha dado un pastor. Como Pedro, tendrá límites y podrá cometer errores, pero como Pedro responderá a aquella acuciante pregunta de Jesús: “¿También vosotros queréis marcharos?”. “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna” (Juan 6, 67-68).

Por Javier Navascués

5 comentarios

  
Marta de Jesús
A eso se le llama rapidez. Caramba.

A quien le influye un santo, le acaban influyendo todos, pues es el propio Cristo quien está tras sus vidas transformadas. Experiencia propia. Casi no conocía a San Agustín. Pero había leído las vidas de San Francisco de Asís, San Juan de Dios, San Vicente de Paúl y Santa Teresa de Calcuta. Había oído hablar de otros santos, por ejemplo, había visto algún capítulo de una serie española sobre Santa Teresa de Jesús, aunque reconozco que no me gustó, no me interpeló en ese momento. Ahora le pillé el nombre prestado, ¡qué cosas!. Espero no le importe e interceda por mí. Después, al formar mi propia familia, conocí otros santos, como Santa Mónica o Santa Rita. Y, voilá,, apareció San Agustín. Después San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santo Tomás de Aquino, Santa Juana de Arco, San Juan de la Cruz... No me dará tiempo a conocerlos a todos.
Dios guíe al nuevo Papa. San Agustín y todos los santos intercedan por él en tan grande responsabilidad. Cada uno donde Dios nos haya plantado. Por mí parte voy a hacer la colada y otras cosillas pendientes. Tengan ustedes buen y fructífero día.
22/05/25 10:37 AM
  
Marta de Jesús
Estoy en desacuerdo con una cosa, me disculpe el autor. No creo que se encubrieran los abusos por querer parecer puros. Aunque pueda ser que hubiera algo de eso. Creo que hubo más bien influencia maligna del mundo, que en determinado tiempo, SXX, se defendió el sexo entre adultos y menores, como algo que partía del menor o que él quería, y que debía ser respetado. Me da asco el solo escribirlo, pero en ese ambiente se movía la sociedad, mejor dicho, la suciedad. Luego pudo haber cobardía por no saber cómo lidiar con determinada situación. Y eso derivó en el peor es escenario posible. Se les fue de las manos. La crisis de Fe, de convicción, llevó a esa terrible realidad. Aparecieron los que denunciaban por no haber sido defendidos de los depredadores. Si se les echaba nos acusaban de malos, de poco misericordiosos. Había que dejarles hacer. La pérdida de la falta de autoridad también influyó. Y vaya la que liaron... Cuánto daño! Ahora hemos perdido credibilidad. Las correcciones no son falta de Caridad, son parte de ella. Dios nos devuelva al rumbo correcto.
22/05/25 11:53 AM
  
Francisco Javier
Ojalá que sea mucho de san Agustín y cero de Francisco I.
22/05/25 5:17 PM
  
María de África
No me gustan los libros tan apresurados, un libro de esta clase solo puede ser pre-papal porque hace una semana que es Papa, de manera que, antes de que haga nada sale el libro. ¿Qué puede decir del Papado de León XIV? Nada. Como hay un Simón bar Jona en los Evangelios y un San Pedro en los Hechos de los Apóstoles, que son bastante diferentes, puede haber un Cardenal Prevost, antes de ser Papa, y un León XIV, Papa, también diferentes.
22/05/25 5:48 PM
  
José
Justo por eso, María de Africa, la portada del libro dice: "su vida, su pensamiento y los retos que le esperan". No es un libro sobre la semana de pontificado de León XIV, sino sobre el camino que ha seguido hasta el umbral del pontificado, partiendo de la información disponible que existe sobre él. Efectivamente, San Lucas escribió primero los Evangelios, done nos presenta a Simón Bar Jona, y después el libro de los Hechos, donde nos presenta a Pedro. Pero hay rasgos característicos del pescador de Galilea que vemos en ambos libros, pues como bien dijo Santo Tomás de Aquino, "Gratia naturam elevat, non mutat." ¡Yo recomiendo leer el libro para conocer a Robert Prevost y así entender mejor a León XIV!
22/05/25 11:38 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.