Vicente del Bosque: “La generosidad con el que más lo necesita es clave para crear una sociedad mejor”

Vicente del Bosque analiza el Premio Ángel Herrera ‘Ética y Valores’ otorgado por la Fundación San Pablo CEU

Vicente del Bosque recibió recientemente el Premio Ángel Herrera ‘Ética y Valores’ en su XXVI edición. El jurado de este galardón, otorgado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU, ha valorado “su afán de sumar, de unir, de integrar, que ha inspirado a los equipos humanos que ha liderado, y le han convertido en un referente de la humildad, del trabajo constante y de la sencillez”. Al mismo tiempo le reconocen “ser un modelo para los cerca de 40.000 alumnos con los que cuenta la institución”, repartidos en tres universidades, diez colegios, centros de formación profesional y de posgrado y escuelas universitarias.

La exitosa trayectoria de Del Bosque es ampliamente conocida por el gran público. En su palmarés como entrenador de la Selección Española de fútbol destaca la consecución del Campeonato Mundial en 2010 por primera vez en su historia, además de la Eurocopa de 2012. Su etapa previa como entrenador del Real Madrid también estuvo repleta de éxitos al conseguir dos Ligas y dos Ligas de Campeones, entre otros títulos, en cuatro temporadas.

En esta entrevista reflexiona brevemente sobre lo que supone para él este premio.

¿Qué supone para usted su galardón en la XXVI edición de los Premios CEU Ángel Herrera?

Una gran satisfacción, pues más que valorar los méritos deportivos es de agradecer que valoren el aspecto personal, lo que has intentado ser y transmitir en la vida. Lo valoro y lo agradezco y por los magníficos compañeros que me acompañaron ese día.

¿Qué le parece que una Universidad católica como el CEU difunda los valores y la ética en la sociedad?

Debería ser algo muy normal, difundir estos valores, no algo excepcional. Ojalá nadie debiera ser premiado por defender esto, pues significaría que todo el mundo se comportase con una conducta adecuada a lo que exige la sociedad en cada momento.

A usted le han premiado por sumar, unir e integrar, además de por inspirar a los equipos que ha liderado…

Bueno, seguramente en mi labor como entrenador profesional y antes como entrenador de las categorías formativas del Real Madrid intenté no solo formar a los jóvenes para ser futbolistas, sino para ser personas, al igual que habían hecho conmigo con anterioridad. Intenté que todo el mundo tuviera en el campo y fuera de él un comportamiento adecuado.

En el Real Madrid siempre le enseñaron a ser un señor en todos los aspectos…

Así es. Aquí sucede como en las familias, intentas aprender de los errores y copiar lo bueno que te han enseñado. Eso es muy bueno, ojalá nuestros hijos y las futuras generaciones piensen lo mismo.

Le han convertido en un referente de humildad y trabajo constante, según anunciaron en la entrega de premios.

He tenido un sentimiento de pertenencia al club de muchos años y esa pertenencia te da esa fidelidad para trabajar con humildad y esfuerzo de la mejor manera posible. He podido transmitir lo que creo que debe ser una persona.

¿Además de la humildad y el espíritu de sacrificio, qué otras cualidades de las personas destacaría?

Que sean sociables y que tengan una buena relación con los demás. Si en un equipo de fútbol todos se llevan muy bien, seguramente es más fácil que puedan llegar los éxitos que si están desunidos. El buen clima laboral que tiene que existir en la vida lo intenté trasladar a todos los equipos que he entrenado.

Nuestro Señor en el Evangelio dice que tratemos al prójimo como queramos que nos traten a nosotros…

Es así. Tenemos que hacer lo que nuestra conciencia nos diga que debemos hacer bien y los demás que hagan lo que puedan en esa misma dirección. Cada persona es dueña de sus actos y no debe esperar nada a cambio por hacer el bien. Hay que esforzarse por ser las mejores personas posibles.

Usted ha dicho que los profesores y los entrenadores son buenos referentes para los jóvenes porque dan sin esperar nada a cambio…

Efectivamente porque el profesor y el entrenador no esperan nada a cambio que dar la mejor formación a los chavales. Yo hice un año de Magisterio y desde entonces tengo esa forma de ser. A diferencia de los padres que nos movemos más por el impulso y por el instinto de protección de nuestros hijos, un profesor o un entrenador no espera nada a cambio.

¿En qué tendría que mejorar nuestra sociedad?

En valores. Es fundamental si queremos tener una sociedad mejor que cada uno cumpla con su deber y traslade las mejores conductas a la vida social. La generosidad con el que más lo necesita es clave para construir una sociedad mucho mejor. Yo conocía a un sacerdote, el P. José María Martín Patiño, que era un hombre muy recto, que decía que los españoles no sabíamos escuchar, que queríamos imponer siempre nuestras razones y nuestra forma de ser. Nos decía que es importante saber escuchar, pues si bien es cierto que el prójimo puede estar confundido, igualmente podemos estarlo nosotros.

Por Javier Navascués

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