Miguel A. Maestre: “En España, con dinero, se puede abortar en cualquier momento del embarazo”

Hablamos con Miguel Ángel Maestre, que lleva más de 20 años atendiendo a mujeres que afrontan un embarazo inesperado, los últimos 12 al frente de la ONG provida Maternity sobre la última reforma de la ley del aborto.

¿En qué consiste la última reforma de la ley del aborto?

Además de seguir implementando sus políticas ideológicas, en reiterar que el aborto “es un derecho fundamental de la salud”, y regándolo con más dinero público, en lo que se refiere al aborto la nueva reforma se basa principalmente en tres cambios: El primero, y posiblemente el más importante, es que lleva el aborto a todos los centros de salud públicos. Hasta ahora, a excepción de Cataluña, la mayoría de los abortos se practicaban en centros privados. La reforma pretende que la mayoría de los abortos se realicen en la sanidad pública. De esta manera se facilita el aborto a aquellas mujeres que tenían que desplazarse a otras provincias por no contar con centros acreditados en la suya, acercando la práctica del aborto al centro de salud más cercano. Esta posiblemente sea la única novedad, aunque en los últimos años hemos visto un aumento considerable del número de abortos en centros públicos, especialmente en Cataluña, donde los abortos en centros de salud de la Generalitat llegaban al 44%.

El segundo cambio, y en torno al cual se ha creado mayor polémica, es que las menores de edad, así como las personas con alguna discapacidad, no necesitarán el consentimiento de los padres o tutores. Esto por desgracia viene pasando desde hace años. Nos consta de primera mano -porque nos lo han explicado ellas mismas- que las menores que quieren abortar lo hacen con y sin el consentimiento de sus padres. Legalmente, si los padres están en contra, es el juez quien decide, y generalmente lo hace en favor de la menor.

El tercer cambio es que se elimina el tiempo de reflexión, hasta ahora legalmente tres días y desaparece el famoso sobre. Pero la realidad, pese a que la ley exige que se cumplan esos tres días, es que, en la práctica, muy pocas mujeres lo hacen y no siempre se exige ni en la sanidad pública ni en los centros privados acreditados. En cuanto al sobre, cuya entrega es obligatoria según la ley, rara vez se entrega. Un sobre que, por cierto, al contrario de lo que dice la ley de 2010, no trae ninguna información sobre alternativas al aborto o las consecuencias de este. Las propias mujeres que han acudido a abortar nos lo explican.

Por lo que dice, en España no se cumplen los tres días de reflexión, no se entrega el sobre, las menores abortan sin el consentimiento de los padres… ¿Usted cómo lo sabe?

Llevamos años atendiendo a mujeres que afrontan un embarazo inesperado y sabemos cuál es la realidad del aborto. Todas las semanas atiendo a mujeres cuya desesperación les lleva a plantearse el aborto. Además contamos con equipos que trabajan en las inmediaciones de los centros donde se practican abortos, ofreciendo información con alternativas.

Conocemos muy bien y de primera mano esta realidad. Hemos tenido casos de menores que han abortado sin el consentimiento de sus padres. Embarazadas que llegan al abortorio y ese mismo día se lo practican. La mayoría de las mujeres que atendemos no recibieron ningún sobre; es más, ni tan siquiera se les planteó verbalmente una alternativa ni se les explicó en qué consiste y cuáles son las consecuencias. Y no solamente eso: muchas abortan fuera de lo que marca la ley, que son las 14 semanas. Hemos tenido casos de hasta 19 semanas de gestación. La semana pasada atendimos una mujer -finalmente ha decidido continuar adelante con el embarazo- que iba a abortar de 15 semanas. En España, con dinero, se puede abortar en cualquier momento del embarazo.

Con esto que usted nos cuenta parece que en la práctica la reforma de la ley no trae nada nuevo. Entonces ¿a qué se debe la polémica?

Por nuestra experiencia podemos decir que la reforma de la ley del aborto en la práctica no cambia nada, solo incluye en la ley lo que ya venía ocurriendo, como ya comentaba antes. O sea: que ahora se seguirá haciendo pero legalmente. Así, el cambio más importante es que a partir de ahora lo podrán hacer en su centro de salud más cercano. Ahora la polémica está en si una menor debe o no contar con el consentimiento de los padres, cuando el debate debería estar en que no es ni ético ni moral matar a un ser humano en el vientre materno, sea o no menor. Parece que se acepta el aborto, pero no si la menor no cuenta con el consentimiento de sus tutores. Y por desgracia muchos provida hemos caído en la trampa de este debate.

Hace meses que el debate se transformó en si el aborto era un derecho o no, sin cuestionar el aborto en sí. Derecho viene de la palabra latina «directum»; es decir, lo que es conforme a la regla, por lo tanto cualquier acto acorde a la regla, a la ley, se constituye en un derecho. Basta con que el estado cree los medios que propicien el ejercicio de tal derecho, en este caso el aborto, convirtiéndolo en una certeza jurídica. Según la RAE, derecho es «la facultad de hacer o exigir aquello que la ley establece a nuestro favor». Reducir el debate del aborto al permiso de los padres o al aborto como derecho es, nuevamente, una trampa. Hoy existe un consenso entre la clase política en la cual se acepta el aborto pero se discute sobre si es derecho o sobre si una menor puede o no abortar sin el consentimiento. Lo escandaloso no es que una ley lo convierta en derecho o que una menor pueda abortar sin el consentimiento, que también. Lo realmente escandaloso, aberrante, es que exista el aborto.

¿Considera que con esta reforma de la ley el aborto aumentará o disminuirá?

Si extrapolamos lo que nosotros vemos todos los días en la puerta de los centros en los que se practican abortos, podemos concluir que las cifras oficiales que presenta el ministerio, que por cierto en muchas ocasiones no coincide con las que facilitan las comunidades autónomas, no son reales. Es decir, el número de abortos reales es aún mayor que el que facilita el ministerio y las consejerías. Pero, además de eso, en los últimos años hemos visto cómo se nos vende una disminución del aborto. Esto se debe principalmente a que cada vez se tiende más al aborto farmacológico en los centros de salud que no computan en las estadísticas del ministerio. Así que no es de extrañar que los próximos años nos vendan que gracias a la reforma el aborto ha disminuido. ¿Cómo es posible que promocionar y facilitar el aborto vaya a disminuirlo? Lo que veremos será un aumento del aborto farmacológico en los centros de salud, que al igual que las píldoras del día después, no computarán como aborto y de esa forma maquillarán las cifras.

Esta reforma se aprueba meses después de la modificación del código penal para perseguir y castigar a quienes rezan o hacen rescates en los abortorios. ¿Qué opinión le merece este cambio en el código penal?

Lo primero: jurídicamente la reforma no era necesaria, el código penal ya castiga el acoso. Segundo: lo que nosotros hacemos no es acoso. A mí me parece muy bien que quien acose, intimide, amenace, o moleste a una mujer, o a un hombre, sea donde sea, tenga unas consecuencias jurídicas. Pero nosotros ni acosamos, ni intimidamos, ni amenazamos… hay grupos que se dedican a rezar y otros que nos dedicamos a ofrecer una alternativa a estas mujeres o a ambas. Nuestra experiencia es que la que no está interesada declina el ofrecimiento y punto. La mayoría nos agradece nuestro trabajo, aun cuando no esté interesada en lo que ofrecemos.

¿Han tenido problemas desde que entró en vigor esta reforma?

Es cierto que se han multiplicado las visitas de la policía, se han vivido algunos momentos de tensión…, pero estamos tranquilos, sabemos que lo que hacemos no es delito. Ni lo que hacemos nosotros ofreciendo información a quien libremente quiere cogerla, ni lo que hacen quienes rezan. Ofrecer información y rezar no puede ser nunca un delito y menos penado con cárcel, por lo menos en un estado de derecho. Todo esto no busca más que intimidar, meter miedo, pero lo que nos mueve es mucho más grande. Estamos tranquilos; además contamos con el aval de miles de mujeres.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Alejandra
Lo triste es que, aunque duela, el aborto existirá. No es algo que por ley lo podamos erradicar ni prevenir ni nada. El aborto es. Tal como el divorcio es. Tal como cuantas otras cosas son aunque son tristes.
30/09/22 6:13 PM

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