Carla Báguena: “Covadonga me ratificó en que la felicidad verdadera no está en diversiones y placeres”

Les ofrecemos el testimonio de Carla Báguena, una joven que este año empezará la Universidad y que ha vuelto muy contenta de la peregrinación NSC a Covadonga porque ha experimentado que María es la causa de nuestra alegría, reflejada en los rostros cansados de los peregrinos…y se ha convencido aún más de que la felicidad verdadera no está en las diversiones y los placeres; que para estar alegres no hace falta hacer lo que casi todo el mundo hace, vivir según sus máximas y costumbres mundanas.

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Aunque el año pasado pudo estar solo el día final, ¿qué supone para usted haber hecho la peregrinación completa este año?

Mi asistencia el último día a la peregrinación fue algo providencial. Fue cuando unos amigos de mi madre nos invitaron a ir a la Santa Misa de la peregrinación y luego ir a Covadonga en coche; pero el ambiente me llamó muchísimo la atención. Era la segunda vez que asistía a la Santa Misa Tradicional; por lo que decidí peregrinar ese día. En pocas horas conocí a gente estupenda, alegre, cercana, inclusive hasta abierta (digo esto porque se suele decir lo contrario de los tradicionalistas). Era un ambiente totalmente diferente al que yo estaba acostumbrada.

Gracias a ese día de la peregrinación empecé a ir a Misa con la gente de Barcelona que había conocido entonces. Esperaba con ganas la peregrinación de este año, pues si un día me llenó tanto, no podía imaginarme lo que supondría los tres. Se podría resumir lo que ha supuesto para mí en lo siguiente: volver más animosa para enfrentarme y no dejarme engañar por las seducciones de nuestros enemigos: mundo, demonio y carne.

Usted es deportista, por lo que puede asegurar que el recorrido es exigente y requiere espíritu de mortificación y sacrificio para muchas personas.

Sin duda alguna: cuestas y bajadas, senderos, charcos, caminos de tierra y de asfalto, y todo esto bajo un sol abrasador. Pero era más patente la presencia abrasadora del amor maternal de Nuestra Señora; por ello las dificultades de la peregrinación eran más llevaderas; esto se transmitía en la alegría de los peregrinos: cantos, rezos, vivas constantes y conversaciones amenas.

¿Cómo le ha ayudado el ambiente de fervor y alegría que se ha vivido en la peregrinación?

Me ha ayudado a ratificar una vez más que la felicidad verdadera no está en las diversiones y los placeres; que para estar alegres no hace falta hacer lo que casi todo el mundo hace, vivir según sus máximas y costumbres mundanas. Pues esos días los peregrinos transmitían, a pesar de sus pasos vacilantes, la alegría en sus rostros. Es que la Virgen es “causa de nuestra alegría".

¿Qué le ha parecido el ambiente de las familias católicas?

Ver a familias numerosas caminar bajo esas duras condiciones ha sido una de las cosas más bellas y edificantes que se han contemplado esos días. Sólo el amor a Dios, a la Virgen y a San José es capaz de mover a emprender esta peregrinación con sus consiguientes sacrificios. Los padres llevando en brazos a sus hijos pequeños, los hermanos mayores ayudando a sus hermanitos cogiéndoles de la mano o llevándoles en brazos; ver caminar y correr a niños pequeños durante la peregrinación estimulaba a seguir caminando hacia Covadonga con mayor motivación y alegría. Todo esto demuestra la importancia de la familia en la sociedad. Hace falta familias católicas en la sociedad que demuestren su fe sin contemplaciones.

Igualmente ha podido hablar con muchos chicos y chicas piadosos…

Sí, los jóvenes hemos sido el grueso de la peregrinación. El haber podio hablar con muchos jóvenes ha sido un motivo de mucha alegría porque descubres que somos unos cuantos jóvenes, y no tan pocos, los que deseamos vivir de espaldas a las máximas del mundo, y anhelamos permanecer de cara a Dios; y no sólo eso, sino que además queremos vivir nuestra fe no de una manera mediocre, a medias, ir tirando como se suele decir, sino que queremos hacerlo de una manera plena, sincera, coherente; en una palabra con parresía, teniendo como centro la Santa Misa Tradicional. La alegría y la devoción de la juventud en la peregrinación fue de gran estímulo para todos; comprendía de una manera más palpable lo que decimos en las oraciones al pie del altar: Introibo ad altare Dei, ad Deum qui laetificat juventutem meam.

También ha sido muy edificante la presencia de sacerdotes y seminaristas y de alguna religiosa.

Oí cantar a los jóvenes “alegre la sotana que nos habla de ti, alegre la sotana". Era una canción que los jóvenes, casi en broma, cantaban a los sacerdotes y seminaristas. Digo que era casi en broma porque realmente era enserio ya que la presencia de una sotana te recuerda a Dios, y por lo tanto es un motivo de júbilo. Claro, en la peregrinación eran como 40 sotanas juntas. ¡Qué gran espectáculo ver peregrinar a tantos sacerdotes rezando, cantando, confesando mientras caminaban! Mirases donde mirases siempre tus ojos contemplaban una sotana.

Una de las cosas que más me edificó fue el ver a las 6 de la mañana, aun casi a oscuras, decir la Santa Misa a los sacerdotes en sus capillitas uno junto al otro. Eso suponía que se levantaban antes que nosotros y, seguramente, se acostaban más tarde que los peregrinos porque debían terminar el rezo del oficio divino, pues no tenían mucho tiempo ni por la mañana ni durante el día para hacerlo. Mil gracias a los sacerdotes, seminaristas y religiosas por su “fiat” a Dios. Gracias por su alegría, por su entrega generosa.

¿Qué es lo que más le ha ayudado espiritualmente de toda la peregrinación?

Sin duda alguna, lo que más me ha ayudado ha sido ver la sed de Dios que hay en los jóvenes; rezar y cantar a pesar del cansancio; y muchos Rosarios cantos enteros. En este sentido, me ha ayudado a no perder la esperanza, pues el contemplar a tanta juventud y familias con esa devoción y entrega generosa enardece el corazón de los que a veces creemos que todo va muy mal en el mundo.

¿Repetiría la experiencia el año que viene?

Por supuesto, me llena el corazón de felicidad saber que cada año, Dios mediante, se llevará a cabo esta peregrinación; y el número de peregrinos irá en aumento. Es hermoso presenciar la alegría y la fortaleza que se desprenden a lo largo de estos tres días.

¿Cómo va a intentar vivir el espíritu de la peregrinación el resto del año?

Nuestra vida es una peregrinación hacia la patria celestial. Y esta peregrinación, a semejanza de la que hemos realizado para postrarnos a los pies de Nuestra Señora de Covadonga, está llena de momentos difíciles, cansancio, quizá hasta desánimo, con ganas de abandonar el camino, pero también tiene momentos de mucha alegría, de paz aún en medio de la tribulación. Lo importante es tener en mente la meta, el fin de nuestra vida, el fin de nuestro peregrinar: llegar al cielo. El fin da sentido a todo.

Viviré el espíritu de la peregrinación de esta manera: Dios en el centro de todas mis cosas; teniendo en la memoria que la tierra no es mi patria; que debo de peregrinar hacia el cielo puesta bajo la protección de la Virgen, que con Ella todo es más llevadero.

Gracias, mil gracias a los organizadores de esta peregrinación, a los voluntarios, cocineras, enfermeras, sacerdotes… Hasta el próximo año, si Dios nos lo permite.

Por Javier Navascués

3 comentarios

  
Joaquín
"...deseamos vivir de espaldas a las máximas del mundo, y anhelamos permanecer de cara a Dios"

Muchas gracias Carla por tu testimonio.
09/08/22 9:07 AM
  
sofía
Claro que el centro de la vida cristiana tiene que ser la Santa Misa (sin necesidad de adjetivos)
Aunque a mí me encantaría asistir a una misa de rito mozárabe en Covadonga, por el significado histórico añadido.
Pero la Santa Misa no crea divisiones. Aunque se empeñen los sembradores de cizaña que sí lo hacen.


09/08/22 11:39 AM
  
JMMCSPX
La sagrada liturgia de la Iglesia—sobre todo la liturgia perenne de la Santa Iglesia Católica Romana—jamás puede ser perjudicial para la Iglesia.

Recuerde las palabras sabias de Benedicto XVI en “Summorum Pontificum”: lo que era sagrado para las generaciones pasadas, también es sagrado para nosotros. Y no puede prohibirse ni considerarse dañino.

No se equivoque Vd.,Sofía, La cizaña y la división la provocan OTROS.
09/08/22 2:10 PM

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