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10.05.21

José Enrique Bustos: “La revolución protestante es la más peligrosa porque las demás beben de ella”

José Enrique Bustos Pueche nació en Madrid en 1950. Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, durante quince años se dedicó al ejercicio profesional de la abogacía, hasta que, en 1988, obtuvo la plaza de profesor titular de Derecho Civil en la Universidad de Alcalá. Fue secretario general de esta universidad entre 1990 y 2002. En septiembre de 2020, tras más de 30 años de trayectoria docente, se jubiló como profesor y como decano de la Facultad de Derecho de la citada universidad.

Académico correspondiente de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, es autor de cinco libros jurídicos y de unos cincuenta artículos doctrinales. Al margen del derecho, su interés intelectual ha orbitado en torno a las humanidades y, muy señaladamente sobre la historia. En esta ocasión nos habla de su libro La herejía de Lutero de la editorial Libros Libres.

¿Por qué un libro sobre la herejía de Lutero?

Al observar que con ocasión del quinto centenario de la publicación de las 95 tesis de Lutero, se extendía una ola de benévola comprensión con el personaje, y además impulsada por eclesiásticos, que por su rango o posición podían gozar de credibilidad, me creí obligado a denunciar semejante intento revisionista, convencido de que la rebelión luterana ha sido la mayor tragedia que ha caído sobre Occidente y sobre la Iglesia Católica desde el Islam.

¿Por qué se ha puesto de moda esta leyenda rosa sobre Lutero y la herejía protestante?

Es una manifestación más de la mundanización que está infectando a la Iglesia desde el postconcilio. Las confesiones luteranas han ido aceptando todas las tesis exigidas por el hedonismo, el feminismo radical, y la ideología de género, y, en ciertos sectores de la Iglesia Católica, se ha producido ese movimiento mimético.

Este blanqueamiento de su figura es una tomadura de pelo.

Sólo puede obedecer a ignorancia o a maldad.

En este ensayo se propone refutar las dos grandes premisas en las que se funda esta leyenda: ni Lutero pretendió reformar la Iglesia ni las consecuencias de su revolución han sido esencialmente benéficas. ¿Cómo lo puede fundamentar?

Lutero se confeccionó una religión a la medida para resolver su problema existencial: incapaz de evitar el pecado -fuera o no el pecado solitario- y obsesionado por la amenaza de la condenación eterna decide que las obras no son relevantes y que basta con la creencia firme en que uno ya ha sido salvado. El rechazo de la Santa Misa, de la Iglesia, de los sacramentos de los Santos…; si eso ha resultado beneficioso para la Iglesia…

Fue una gran ruptura, perniciosa no solo para la cristiandad sino para la recta filosofía, pues muchos de los filósofos inmanentistas son de raíz protestante. ¿Puede hablar de esta influencia en Hegel, Kant, Hume etc.?

Mis conocimientos acerca de la Historia de la Filosofía no pasan de los de un aficionado, pero creo que puede afirmarse, sin duda, que la filosofía moderna y contemporánea, en gran medida, ha sido racionalista e idealista. Ambas notas son fruto del individualismo narcisista que Lutero no inventó pero sí utilizó y difundió como nadie lo había hecho hasta entonces. Desde Descartes el hombre es sólo razón; las cosas exteriores me resultan inaprehensibles e inseguras, luego, al final, donde se construye la realidad es dentro de la razón de cada cual. Puro individualismo de quien se entendía directamente con Dios: sin Iglesia, sin Magisterio, sin Sacramentos, sin Santos; sólo la Biblia -y expurgada- interpretada exclusivamente por él: eso es individualismo narcisista.

La primera parte del libro analiza su figura y la herejía con rigor demostrando que Lutero no fue un reformador, sino un hereje, y que su propuesta no era una reforma, sino una ruptura.

Así es, como he dicho antes, porque nadie pretende reformar la Iglesia Católica rebelándose, y desmesuradamente, contra el Papa y el Magisterio de las Iglesia, suponiendo que durante mil quinientos años todos han estado equivocados hasta que llegó él.

La segunda parte analiza las graves consecuencias de esa ruptura, ¿en qué forma han llegado a nuestros días?

En efecto, en el libro trato de mostrar que fenómenos como la crisis de la autoridad, el voluntarismo, el reforzamiento del Poder público hasta la tiranía, el sentimentalismo, el relativismo, la ideología de género como máximo exponente del individualismo, etc., tienen raíces luteranas, lo que no arguye que sea su única causa, pero sí un factor muy relevante.

De hecho la revolución protestante, junto con la francesa (que bebe de sus fuentes), la comunista y la de mayo del 68 se consideran algunas de las principales revoluciones de la historia.

Así es. Y la protestante la más nociva porque en mayor o menor medida todas beben, como Vd. dice, en aquélla.

¿Qué es lo que aporta el libro y por qué recomienda su lectura?

El trabajo es un intento de remover las conciencias, empezando por las inteligencias. Es indudable que el Estado del Bienestar ha traído a la sociedad occidental un nivel de comodidad, riqueza y holgura, imprevisibles totalmente hace cien años. Pero en ese estado placentero en que se sitúa, la persona tiende al hedonismo y, luego, a la atrofia del raciocinio. Gozoso porque tiene de todo y no encuentra casi ningún límite para dar satisfacción a sus caprichos, el hombre, casi sin advertencia, propende a creer que la felicidad en esta vida –entendida al modo hedonista- es su único horizonte, de modo que su verdadero fin consiste en “hacer un mundo mejor”, pero que entienden en significado estrictamente materialista. Y así, se pierde el sentido crítico de hechos y comportamientos; venga lo que venga parece bueno; no hay que ser negativo ni pesimista; todo progresa adecuadamente; los tiempos antiguos fueron peores… Y cuando quiera darse cuenta, una civilización, como tantas otras, se habrá desmoronado.

Pero el hombre es libre y no existe el determinismo, las cosas pueden cambiar y el hombre es capaz de reorientar la marcha de la cultura y salvar una civilización que es incomparable con cualquier otra, aunque los necios me acusen de eurocentrismo.

Mi libro quiere ser una modesta contribución a esta tarea apasionante. Muchas gracias por su participación en la tarea.

Por Javier Navascués