Mortalium Animos, la condena del falso ecumenismo
Muchos católicos, probablemente de buena fe, tienen una idea sincretista del ecumenismo, algo que no es recto, pues en el sincretismo hay un claro y grave menoscabo para la religión verdadera. De manera sutil se sitúa al mismo nivel a la Iglesia Católica y a las falsas creencias, un grandísimo agravio para la verdadera Iglesia de Cristo. En la práctica es bajar penosamente el listón, claudicar miserablemente ante la mentira, convivir con la falsedad, callar cobardemente aquellos puntos de la doctrina verdadera que puedan escandalizar a los que están en el error. Pareciera incluso que la Iglesia Católica se avergüenza de ser la única verdadera e incluso parece pedir perdón por existir.
Un verdadero ecumenismo tiende a llevar a todas las ovejas al verdadero aprisco de Cristo, a la única Iglesia que Él fundó: “Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor” (Jn 10:16).
S.S. Pío XI en su encíclica Mortalium Animos, nos da las pautas para practicar el verdadero y recto ecumenismo y condena con rotundidad como una peste el falso ecumenismo. Borja Ruiz ha estudiado a fondo este importante documento y resume los puntos principales de la encíclica.




Hace años mi director espiritual me aconsejó probar una temporada en el Seminario para discernir si el Señor me llamaba a la vida religiosa. Tras la prueba, los Superiores me aseguraron que no era esa la voluntad de Dios y lo acepté con paz y conformidad. Además fue una experiencia maravillosa que marcó mi vida y quiero compartir con ustedes.





