El juicio de Bernanos sobre Lutero

Bernanos 

Los 500 años del inicio del protestantismo han dado lugar a numerosas y dispares publicaciones. Lógico. He podido leer, y aprender, con algunas de ellas, como en los libros de Danilo Castellano o de Angela Pellicciari. Hoy quiero llamar la atención sobre un texto que cayó en mis manos por casualidad.

Se trata de un librito, casi folleto, editado por Nuevo Inicio en su colección Perlas y que recoge dos escritos de Bernanos. El primero de ellos, escrito en 1943, se titula Un fragmento sobre Martín Lutero, fue escrito en Brasil y no se publicó hasta que apareció en 1951, tres años después de la muerte del escritor francés, en la revista Esprit.

Dejaré de lado algunos juicios o imprecisiones del resto del librito para centrarme en ese texto que me parece que, tal y como promete el título de la colección, es realmente una pequeña joya. Porque Bernanos consigue algo muy meritorio: penetrar en la psicología de Lutero y, al mismo tiempo, mostrarnos que la tentación a la que el monje alemán sucumbió no es algo que sólo le haya amenazado a él, sino que nos asalta a cada uno de nosotros.

Citaré brevemente a Bernanos en una frase digna de ser enmarcada:

Lutero y los suyos han desesperado de la Iglesia y quien desespera de la Iglesia, es curioso, termina antes o después por desesperar del hombre”.

Y añade:

Yo desconfío de mi indignación, de mi rebeldía; la indignación no ha rescatado nunca a nadie, sino que probablemente ha perdido muchas almas”.

Un juicio que parece especialmente escrito para nuestros indignados tiempos, en los que la indignación se presenta como una obligación moral ineludible cuya ausencia resulta sospechosa.

Más adelante, Bernanos remacha esta idea con una apreciación demoledora en su simplicidad:

“Cuando hablo del misterio de la Iglesia quiero decir que hay ciertas particularidades en la vida interior de este gran cuerpo que los creyentes y los no creyentes pueden interpretar de forma diferente, pero que son hechos de experiencia. Es un hecho de experiencia, por ejemplo, que no se reforma nada en la Iglesia por los medios ordinarios. Quien trata de reformar la Iglesia por esos medios, por los mismos medios con los que se reforma una sociedad temporal, no sólo fracasa en su empresa, sino que acaba infaliblemente encontrándose fuera de la Iglesia.”

Es lo que le ocurrió a Lutero: se indignó, creyó que sería capaz con sus fuerzas de reformar la Iglesia… y acabó fuera de ella, echando a perder su vida y la de tantos de sus seguidores. Justo lo contrario de San Francisco (que Bernanos presenta como el anti-Lutero), tan o más consciente de todas las miserias de la Iglesia, pero que ni se indignó ni se creyó con fuerzas para arreglarla. Se limitó a vivir el Evangelio, que es siempre nuevo, y su impacto positivo fue mucho mayor que el de cientos de reformadores.

En palabras de Bernanos, “la Iglesia no tiene necesidad de reformadores, sino de santos. Martin Lutero era el reformador nato.”

Trágico destino el del monje alemán que nos debe hacer pedir a Dios con fuerza que no caigamos nosotros en la indignación y las pretensiones humanas, naturalistas, de reformar con nuestras propias fuerzas lo que nunca dejará de ser un misterio.

46 comentarios

  
Palas Atenea
Me ha encantado esa contraposición entre santidad y reforma porque, efectivamente, los grandes santos nunca han tenido la tentación de reformar la Iglesia, tal vez porque eran santos y tenían más claro su pequeñez. Se dice que, cuando San Francisco de Asís fue a pedirle al Papa Inocencio III la licencia papal para formar su orden, algunos consejeros le advirtieron al Sumo Pontífice de las numerosas desviaciones de anteriores movimientos a favor de los pobres que habían acabado en herejía, y el Papa respondió: "éste monje no tiene el menor atisbo de soberbia y, sin ella, no hay herejía". Pues eso.
22/12/17 1:53 PM
  
maru
Muy acertada la frase de Bernanos años ha.
Efectivamsnte, la Iglesia no necesita reformadores sino santos.
22/12/17 1:55 PM
  
gringo
Bueno, bueno, pero luego dicen que Cisneros fue el auténtico reformador de la Iglesia.
Llamenlo reforma, actualización o como quieran, pero la Iglesia claro que necesitaba reformarse porque a principios del siglo. XVI estaba hecha unos zorros.
Parece mentira que Trento tuviera que imponer medidas como que un obispo estuviera obligado a residir en su diócesis, pero es que un título episcopal se había convertido en un título nobiliario como el de conde o duque, y los había que se dedicaban a vivir de las rentas sin pisar su diócesis y el único mérito que habían tenido para ser obispo era ser el hijo bastardo de un rey.
22/12/17 2:23 PM
  
carmelo
Excelente post. Gracias.
22/12/17 3:30 PM
  
Néstor
Es que muchos santos fueron reformadores. Se me ocurre pensar ahora en Santa Teresa y la reforma del Carmelo. Y hubo una Contrarreforma católica, que tuvo al frente a unos cuantos santos: San Ignacio, San Carlos Borromeo, y tantos otros. La orden benedictina pasó por dos reformas en la Edad Media: la cluniacense y la cisterciense, en este último caso tenemos nada menos que a San Bernardo. Etc. (largo).

Sin duda, debemos vivir el Evangelio. ¿Se puede, hoy día, sin tomar posición ante las cosas espantosas que están pasando en la Iglesia? Porque necesariamente vamos a tomar o ya tomamos posición, además.

Saludos cordiales.
22/12/17 3:44 PM
  
Palas Atenea
Naturalmente, Néstor, siempre dependerá de a lo que llamemos reforma, hasta hay un Paseo en México con ese nombre. La Reforma con mayúscula es una cosa y reformas de otra clase haberlas haylas.
22/12/17 4:11 PM
  
Néstor
Distinción importante, sin duda.

Saludos cordiales.
22/12/17 4:18 PM
  
Manuel d
Una cosa es reforma y otra distinta herejía.
Teniendo a santos como Domingo de Guzmán, Teresa de Jesús, Francisco de Asís, ¿qué pinta Lutero como reformador?: nada.
Lo que ocurre es que los alemanes venden humo mientras que nosotros ocultamos la belleza.
22/12/17 8:19 PM
  
Oscar
Quizá la clave esta en distinguir reforma de revolución. La diferencia, o al menos una diferencia, está en el tiempo. La revolución es impaciente, quiere el cambio, y lo quiere Ya. La reforma también quiere el cambio pero sabe que los tiempos don de Dios.
22/12/17 9:17 PM
  
Palas Atenea
Sí, Oscar, pero en religión la Revolución tomó el nombre de Reforma, el término "revolución" es político, no religioso. Sin embargo, de facto, la Reforma fue una Revolución porque sacudió los cimientos de la Iglesia.
Es decir la Reforma fue a la Iglesia Católica lo que la Revolución Francesa fue al Antiguo Régimen, sólo que la primera se adelantó más de dos siglos.
22/12/17 9:28 PM
  
El gato con botas
Reforma sí, pero dentro de la santidad y la humildad, deseando el bien de la Iglesia, y Lutero no tuvo ninguna de las tres condiciones.
22/12/17 10:10 PM
  
Ricardo Estévez Carmona
Sin embargo, el legado de Lutero lejos de ser un fracaso fue glorioso en el norte de Europa y de América.
23/12/17 1:10 AM
  
Jesus Pereira
Muy glorioso suceso: primero la herejía, después apostasía e indiferentismo.
23/12/17 7:52 AM
  
gringo
Y por cierto, si un católico debe como decía Bernanos desconfiar de su indignación y rebeldía, igual deberían tomar nota los sedevacantistas, los que se atreven a tachar de herejes y masones a toda la curia Papa Francisco incluido, los que llevan treinta años y ahora más que nunca anunciando el apocalipsis y el fuego que nos va a llover desde lo alto.
Porque el estilo de Lutero de abrir la boca y no dejar títere con cabeza, incluyendo expresiones propias de un borracho, también se da entre las filas romanas.
Por algo me llama la atención que casi todas las noticias que se publican en esta web sobre el Papa, tengan cerrados los comentarios, probablemente por miedo a lo que puedan soltar algunos.
23/12/17 9:57 AM
  
Fernando
Está muy claro: los santos reformadores han querido ser santos, no reformadores, y así, por la gracia de Dios, han contribuido verdaderamente a reformar la Iglesia. Los reformadores que sólo querían ser eso, reformadores, han acabado fuera de la Iglesia, pues se pensaban ser ellos grandes santos, y claro, así...
23/12/17 10:38 AM
  
Javi
Lo de Lutero fue una enmienda no a la totalidad pero sí a muchas cosas de suma gravedad doctrinal y pastoral. Es decir, una contundente separación muy visible de la ortodoxia cristiana católica.
En cambio, reformadores de órdenes como Teresa de Ávila, Bernardo de Claraval, o fundadores como Francisco de Asís no aspiraron en absoluto a mover el centro significativo de la iglesia sino a mejorarla desde su especial vocación a la vida consagrada. Añadieron bien para contrarrestar y superar lo dañino que se había ido instalando en la vida eclesial, pero en ningún caso hubo en ellos idea de atacar la piedra angular del cristianismo.
Lutero sí la atacó y creó hendiduras muy serias hasta la desfiguración y por tanto hasta la creación de su propia doctrina.
Bernanos lo dijo muy bien: a los santos les movió el amor mucho más que la indignación.
23/12/17 11:35 AM
  
Palas Atenea
Bueno, una posición crítica puede buscar siempre la punta por dónde tirar del ovillo: si todos los católicos vamos a una, entonces somos una secta, si hay discrepancia entre nosotros, entonces hay un cisma. Esa era la labor de los sofistas y no hay nada admirable en ello porque lo puede hacer cualquiera, con menor o mayor elocuencia.
23/12/17 12:40 PM
  
Palas Atenea
¿Cuál es la definición de una secta? "Todos a una", si hay discrepancia entre los católicos es que el Catolicismo da más importancia a la conciencia que lo que la mayoría de los observadores nos conceden, pero esto sería un criticismo positivo, que también lo hay, pero raramente se ejerce. El que acusa a los católicos de obedecer ciegamente suele ser el mismo que les acusa de sedevacantistas. El católico obedece a la Doctrina y la Tradición, sustancialmente, en épocas en que no se ve esto claramente surge la discrepancia, que es una constante a lo largo de los siglos. Ahora bien, lo que hizo Lutero afectó a la Tradición y a la Doctrina porque, entre los católicos la sola fe nunca había sido ni tradición ni doctrina, ergo suponía herejía.
En cambio el milenarismo del Abad de Fiore se quedó como el alma de Garibay-entre el cielo y la tierra-a pesar de que era potencialmente peligroso nunca se le consideró hereje.
23/12/17 12:53 PM
  
Ricardo de Argentina
La frase de Bernanos me parece un exceso semántico, porque no hay oposición entre santo y reformador.
También me parece un error histórico porque Lutero no fue un reformador sino un revolucionario, hábilmente instrumentalizado por una clase burguesa que utilizó a la religión para sus finalidades políticas.
Finalmente, desechar a los reformadores me parece un divague religioso por aquéllo de "Ecclesia semper reformanda"
23/12/17 1:00 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Se acepta que "Ecclesia semper reformanda" (=La Iglesia ha de ser siempre reformada). Sólo que hay reforma y reforma.
Adriano IV (si bien recuerdo), poco antes de Lutero, reclamaba que la Iglesia estaba necesitando una reforma "in capite et in membris" (= en la cabeza y en los miembros).
Sólo que, si se siente dolor de cabeza, se acude a una aspirina y no...
a la decapitación.
Ahora bien, esto último es lo que llevó a cabo Lutero, despeg{andose de la tradición, del magisterio y...de la misma Escritura, que según él, quería exaltar, cuando, en realidad, la deshizo con el caos de las interpretaciones subjetivistas de Calvino, Ecolampadio, Karlstadt, y un larguísimo ETC, hasta los actuales días.
Por otra parte, los grandes santos, auténticos y eficaces renovadores de la Iglesia, no ahorraron necesarias llamadas al orden a los mismos Vicarios de Cristo, empezando por Pablo (Gal 2, 11 ss.) y tantos otros
conocidos (los santos: Bernardo, Columbano, Hildegarda, Catalina de Siena, y en la actualidad: Brandmueller, Caffarra, Burke, Meisner, Schneider, y otro extenso ETC...).
23/12/17 1:03 PM
  
Palas Atenea
El número de teólogos católicos que se quedaron al filo de la herejía ha sido grande a lo largo de los siglos, lo que implica elasticidad en la doctrina, pero todo tiene un límite y Lutero lo traspasó totalmente.
23/12/17 1:05 PM
  
Palas Atenea
Las discrepancias entre Duns Scoto, platónico, y Tomás de Aquino, aristotélico, fueron manifiestas. Tomás de Aquino es santo y Juan Duns Scoto no lo es, pero tampoco es un hereje.
23/12/17 1:10 PM
  
Ricardo de Argentina
Palas, me parece que el problema de Scoto no era su platonismo (S.Agustín lo era también) sino su voluntarismo de matriz nominalista.
En su famoso Discurso de Ratisbona Benedicto lo expresó así:
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«es necesario anotar, que en el tardío Medioevo, se han desarrollado en la teología tendencias que rompen [la] síntesis entre espíritu griego y espíritu cristiano. En contraposición al así llamado intelectualismo agustiniano y tomista, con Juan Duns Scoto comenzó un planteamiento voluntarista, que al final llevó a la afirmación de que sólo conoceremos de Dios la "voluntas ordinata". Más allá de ésta existiría la libertad de Dios, en virtud de la cual Él habría podido crear y hacer también lo contrario de todo lo que efectivamente ha hecho»
23/12/17 1:22 PM
  
Palas Atenea
Alguien tan peligroso como Guillermo de Ockham, como en el caso de Joaquín de Fiore, fue rehabilitado por la Iglesia Católica, en cambio Jan Hus se considera reformador anterior a Lutero y, por lo tanto, hereje. Habría que estudiar lo que dijo cada uno, y sobre todo su voluntad revolucionaria o reformista, para comprender la diferencia. Una cosa es tener un pensamiento excéntrico y otra pretender llevar a la Iglesia por derroteros nuevos rompiendo con la Tradición y la Doctrina.
23/12/17 1:22 PM
  
Palas Atenea
Lo sé, Ricardo, sólo lo he puesto para que se vea la raíz filosófica de la que partían. El nominalismo parte de la orden franciscana, tanto de Duns Scoto como de Guillermo de Ockham. Desde un principio los dominicos y los franciscanos abrieron vías muy diferentes. Por eso digo que no es cierto que el catolicismo sea monolítico, ni ahora ni antes.
23/12/17 1:29 PM
  
Ricardo de Argentina
Sí Palas, siempre me ha llamado poderosamente la atención que de una orden fundada por quien fuera un auténtico y eficaz reformador de la Iglesia, como lo fue San Francisco,surgiera una escuela filosófica de raíz nominalista.
¡Pero mira por dónde!
23/12/17 2:08 PM
  
Palas Atenea
Curiosamente, Ricardo, la importancia de los filósofos medievales-no digo reformadores-no me fue tan bien explicada por la Iglesia Católica como por alguien tan ajeno a ella como Bertrand Russell-ateo, matemático y lógico-que en su "Historia de la Filosofía" dedica casi la mitad de ella a estos filósofos. Eso me llamó poderosamente la atención, y más cuando expresa un desprecio por Rousseau y le acusa de sentimentalismo. El sentimiento no es argumentativo ni puede combatirse con las armas de la razón, es por eso que dice que, entre J.J. Rousseau y el Aquinate, prefiere mil veces al santo. Me pregunto que pensaría Russell del buenismo actual, totalmente subjetivo, y más sentimental que el mentado Rousseau.
Es curioso que los medievales fueran más racionales que nuestros contemporáneos. ¡Cosas veredes! Efectivamente la casuística y el subjetivismo actual no se pueden rebatir, como tampoco un dolor de muelas que es personal e intransferible.
Si ante un problema como el aborto, por ejemplo, en vez de someterlo a su raíz que es, fundamentalmente, cuando un ser humano puede ser considerado como tal, lo que se hace es acumular cientos de casos de mujeres afectadas por el problema, no hay forma de meterle mano.
Los llamados reformadores no son filósofos, o no se estudian como tales, así que cualquier cosa que digan vale tanto como su contraria porque no es falsable.
23/12/17 2:31 PM
  
Palas Atenea
Si se consulta al Blog de Alonso Gracián se verá los ataques constantes al nominalismo, cosa lógica en los tomistas, pero esos filósofos no son herejes. Tampoco lo son aquellos como el Maestro Eckhart, místico, o el Abad de Fiore, profético, que bordearon la ortodoxia. Así que para uno sea considerado hereje se necesita un paso más, un paso dado por una voluntad rupturista evidente, no por un pensamiento excéntrico no acompañado de intencionalidad de ruptura.
A la larga estos excéntricos pueden suponer problemas para la ortodoxia porque el Maestro Eckhart parece tener gran atractivo fuera del Catolicismo, en concreto en algunas escuelas del pensamiento japonés, y el Abad de Fiore, como bien señala Henri de Lubac, tiene una larga cola de pensamiento gnóstico. Pero no quisieron en ningún momento salirse de la ortodoxia, ni plantear una opción diferente o rival del Catolicismo, lo que les sitúa fuera de lo que se llama reformadores, y sus seguidores nunca formaron parte de ninguna iglesia cristiana con nombres y apellidos.
23/12/17 2:55 PM
  
Pepe Jacobo
Lutero no hizo ninguna reforma. Cayo en la herejia y luego destruyo todo lo que pudo la Iglesia. Luego se vio obligado a poner algo en su lugar.
Ver un monasterio corrompido e ir, expulsar a los que no quieren cambiar y meter en vereda a los demas es hacer una reforma, ir y sacarlos todos, casar al abad con su querida y darle un titulo y la propiedad del monasterio, y eso es lo que hacian los luteranos, no es hacer una reforma. Ver a muchos curas mundanos y casarlos con las queridas y converir su puesto de cura en el de pastor funcionario del estado no es hacer una reforma. Coger a la corrompida orden teutonica y convertirla en un ducado, dando la propiedad de todos los vienes de la orden a los monjes y casandolos con sus queridas, eso no es una reforma.
23/12/17 3:14 PM
  
Palas Atenea
Si quieres que te dé mi opinión, nada docta, sobre el asunto de franciscanos y dominicos, Ricardo, yo creo que la diferencia está en los fundadores de la orden y sus objetivos. Santo Domingo de Guzmán se propuso fundar la Orden de Predicadores, guardianes de la ortodoxia, y para ello necesitaba de frailes doctos, elocuentes y capaces de oponer su sapiencia a las herejías; San Francisco de Asís quiso fundar una orden cercana al pueblo y fundada en el amor, con lo cual no necesitaba ningún tipo de erudición. Es decir, unos pusieron su primacía en el pensamiento y los otros en la acción (lo que explicaría que Hernán Cortés pidiera expresamente que le mandaran franciscanos y no de otra orden). Sin embargo ni todos los dominicos fueron disciplinados y elocuentes, ni todos los franciscanos meros evangelizadores. Todos acudieron a las universidades de la época, pero los dominicos tenían una finalidad concreta y los franciscanos no. Los dominicos resultaron teóricos eminentes y los franciscanos dejaron su pensamiento especular más libremente, dentro de la ortodoxia, pero no con la finalidad de defenderla.
Así se explica que, en América, las Leyes de Indias y el Derecho de Gentes quedaran en manos de la Escuela de Dominicos de Salamanca, así como La Inquisición; mientras que los franciscanos, algunos de ellos no menos doctos porque procedían de Lovaina y de París, se dedicaran a otras cosas: por ejemplo resultaron magníficos "lenguas" porque vivieron entre los indios, o les dio por la antropología cultural como a Fray Bernardino de Sahagún. También se explican las discrepancias entre Motolinía y Fray Bartolomé de las Casas, el uno preocupado por los indios en concreto y el otro por las Leyes de Indias, pero no por los indios en particular (a los que ni sabía distinguir, ni comprendía su lengua). Sus objetivos eran diferentes y, por lo tanto, sus métodos también.
23/12/17 3:52 PM
  
Palas Atenea
Los franciscanos que fueron a México, los famosos "Doce Apóstoles" eran seguidores de Joaquín de Fiore, lo que implican que eran milenaristas y, por lo tanto, tuvieran prisa en evangelizar; no me consta que hubiese tal cosa entre los dominicos, mucho más racionalistas, a los que, supongo, Joaquín de Fiore les parecería un lunático. Un dominico milenarista es un oxímoron, pero un franciscano milenarista es perfectamente posible porque no estaba prohibido y el franciscano tenía un pensamiento menos rigorista pero también más fácil de encantar.
23/12/17 4:01 PM
  
Palas Atenea
La idea de ambas órdenes sobre los indios era curiosa:
Fray Bartolomé de las Casas pensaba, desde luego, que eran personas y estaba muy preocupado por sus derechos, pero desconfiaba de ellos como presuntos católicos. Tanto él como Fray Antonio de Montesinos querían que se les tratara bien, como sujetos de pleno derecho, pero no les conocían y pensaban que eran buenos, ignorantes e inocentes. Las Casas pensaba que se necesitarían por lo menos dos generaciones para que entendieran un mínimo de teología y no confundieran a sus dioses con la Trinidad, por ejemplo. Los franciscanos, que no se preocuparon tanto de sus derechos legales, pensaban, en cambio, que eran gentes muy aptas para recibir el Cristianismo y los bautizaban rápido. A Las Casas le sorprendía que bautizaran "alegremente" y a Motolinia le sorprendía que Las Casas utilizara 16 porteadores llevando sus legajos hasta el puerto de Veracruz (los necesitaba luego ante la Corte para defender sus propuestas), cuando los franciscanos evitaban en lo posible cargar a los indios con sus efectos y viajaban con lo puesto.
Nunca habría sabido quién tenía razón si en el s. XX no hubiera habido una Guerra Cristera que demostró que, en los lugares donde habían evangelizado "alegremente" los franciscanos, resultó que una gran parte de indios y mestizos (cuyos documentos y cartas demuestran su comprensión de la doctrina), le plantaron cara a Calles, y no en defensa de sus antiguos dioses, sino en defensa de la Fe. Las Casas no tuvo en cuenta que eran nahua y los nahua estaban en una fase evolutiva que les permitió comprender la religión en profundidad, lo que no ocurría con las tribus caribeñas; en cambio los franciscanos, que convivían con ellos, se dieron cuenta enseguida de su capacidad y fundaron el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco donde estudiaban el Trivium y el Quadrivium.
Es decir: había una lucha por los derechos (El Buen Salvaje) que no tenía en cuenta a los individuos y otra que creía en los individuos pero no se preocupó tanto de sus derechos legales (no eran tan buenos, pero mucho más listos de lo que suponía el dominico y, además, eran todos distintos). El nombre de indios viene de la generalización de Las Casas, para los franciscanos eran aztecas, tlaxcaltecas, otomíes...y no se les ocurría meter a todos en el mismo saco.
Como vemos se trata de dos puntos de vista, los dos en favor de los indios, pero de muy distinta índole.
23/12/17 11:58 PM
  
Ricardo de Argentina
Muy interesantes tus aportes Palas, muchas gracias.
24/12/17 1:04 AM
  
Palas Atenea
Bueno, el problema de los indios y el de las mujeres es más o menos el mismo. A Antonio Valeriano, que era indio al 100% y llegó a ser rector de Tlatelolco y cronista, no se le podía oponer cualquier español sino un español que fuera, al menos, tan listo como él; lo mismo que a Madame Curie tampoco se le puede oponer cualquier hombre sino uno que sea, al menos, tan listo como ella, pero sería un error atribuir las cualidades de ambos a sus congéneres. Esa es la razón de que, cuanto más segura es una mujer menos necesidad tiene del feminismo y cuanto más listo sea un indio menos necesidad tiene de leyes protectoras. Aunque la figura de Bartolomé de las Casas ha prevalecido y los ilustrados adoptaran la idea del Buen Salvaje-Rousseau es un buen ejemplo de ello-no por eso dejan de ser paternalistas. Como indios tal vez le deban algo a Fray Bartolomé pero las individualidades no le deben nada porque la idea que tenía Fray Bartolomé de los indios en general era ofensiva para algunos de ellos en particular y, desde luego, Antonio Valeriano no hubiera llegado a ser lo que fue porque Fray Bartolomé no habría visto en él más que a un indio sin especificar. La filosofía trata de ideas abstractas, mientras que la psicología tiene que atender a los individuos. La cuestión es si yo soy una mujer o Palas Atenea y cual de las dos cosas es más importante para mi.
24/12/17 2:27 PM
  
Néstor
El Magisterio ha condenado muchas proposiciones de Nicolás de Autrecourt derivadas del nominalismo, cfr. Denzinger. Y no todos los herejes están condenados por el Magisterio, como no todos los santos están canonizados. De hecho, el luteranismo es algo así como la teología del nominalismo en una versión particularmente coherente.

El nominalismo de Ockham, curiosamente, empalma con el realismo exagerado de Escoto, mediante el voluntarismo común a ambos. Simplificando, Escoto dice que a cada idea distinta le corresponde una realidad distinta, y por tanto, separable, y por ahí llega a que las conexiones necesarias se reducen a la identidad y la no contradicción, y todo lo demás es obra, contingente, por tanto, de la Voluntad divina.

Ockham dice que a nuestras ideas no les corresponde nada en la realidad, y que por tanto, tampoco hay leyes universales y necesarias, sino que todo depende en última instancia de la sola Voluntad divina. Es clara la influencia nominalista en el discurso que dice que lo universal no puede aplicarse a lo individual y concreto.

Por ahí algunos escotistas y nominalistas llegan a sostener que no hay conexión necesaria entre el pecado mortal y las condenación eterna, o entre el estado de gracia y la vida eterna, y que Dios podría salvar a alguien que está en pecado mortal o condenar a alguien que está en gracia de Dios, y de ahí a la "fe sin las obras" de Lutero, que estudió con profesores nominalistas, hay poco.

El escotismo y el nominalismo pueden verse como tendencias extremas del pensamiento franciscano que siempre dio primacía a la voluntad contra el intelecto, a diferencia del dominico. Entre los franciscanos la postura más equilibrada es la de San Buenaventura, gracias a su herencia agustiniano platónica que sin embargo no llevó al extremo de Escoto, curiosamente, tal vez, porque le faltaba casi por completo el elemento aristotélico, que en Escoto, atado a la tradición platónica como un remiendo nuevo en un traje viejo, dio esos resultados.

Por algo los papas han expresado repetidas veces, en el pasado, su preferencia por Santo Tomás.

Saludos cordiales.
24/12/17 3:56 PM
  
Néstor
El pensamiento aristotélico tomista, por el contrario, sostiene que a nuestras ideas o conceptos universales les corresponden en la realidad las esencias de las cosas, pero que no toda distinción entre conceptos es ya una distinción real, y que puede haber por tanto conexiones absolutamente necesarias entre conceptos diferentes.

Saludos cordiales.
24/12/17 4:00 PM
  
Néstor
En cuanto a Palas Atenea, no sería tal si no fuese mujer :)

Saludos cordiales.
24/12/17 4:02 PM
  
Palas Atenea
En cuanto al Bobo de Coria, no sería tal si no fuese hombre.

¡Feliz Navidad, Néstor!
25/12/17 12:00 PM
  
Néstor
En efecto, los universales nos constituyen.

Saludos cordiales y Feliz Navidad !
25/12/17 8:07 PM
  
Palas Atenea
Me temo que para el Bobo de Coria tan constitutivo era su sexo como su baja capacidad intelectual, aunque ésta fuera una particularidad suya cuya única relación con el universal fuera el hecho que hay que ser humano para ser bobo (humano, no hombre, porque la bobería afecta a los dos sexos). No se puede construir un silogismo con esta premisa:
Todos los hombres son bobos.
El de Coria era hombre,
luego era bobo.
Ni tampoco con esta otra:
Todos los humanos son bobos.
El de Coria era humano,
luego era bobo.
Ambas premisas son falsas.
25/12/17 11:54 PM
  
Ricardo de Argentina
de Néstor:
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"...el luteranismo es algo así como la teología del nominalismo en una versión particularmente coherente. "
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" Es clara la influencia nominalista en el discurso que dice que lo universal no puede aplicarse a lo individual y concreto.
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Todo esto es tan cierto como actual: vemos que los mismos que tratan de protestantizar a la Iglesia reivindicando al "testigo del Evangelio" Lutero, son los mismos que con AL tratan de negar competencia a las leyes generales de la Iglesia en ciertos casos concretos.
26/12/17 2:55 AM
  
Palas Atenea
Lo que nunca he comprendido de Fray Bartolomé de las Casas es que, sabiendo que todos los hombres somos seres humanos y, por lo tanto, evangelizables, según el mandato expreso de Jesús, desconfiara tanto del proceso. La Evangelización se hizo desde el principio entre paganos-con la excepción de los judíos-zoroastristas, la religión de Mitra, etc...y, sin embargo, se extendió con mucha rapidez de Oriente a Occidente. ¿Por qué habían que ser más cuidadosos en América?
Seguramente el contacto con los indios antillanos, que no habían llegado al Neolítico, le dio una visión del hombre que nunca había contemplado con sus propios ojos e hizo una enmienda a la totalidad del continente. El mandato de Jesús se debía cumplir entre todos los hombres, pero había que tener en cuenta particularidades. Los franciscanos y jesuitas lo hicieron muy bien, precisamente por saber esto. Los jesuitas del Paraguay hicieron en las Reducciones un modelo que llamó la atención hasta de los Ilustrados, pero no llegaron a fundar un colegio como Santa Cruz de Tlatelolco porque pocos guaraníes estaban para teologías y era más fácil enviar a alguno que otro a estudiar fuera; 200 años más tarde los franciscanos de Fray Junípero Serra volvieron a encontrarse, como en el Caribe, con tribus que no habían llegado al Neolítico y tuvieron que utilizar otros métodos.
Echarle la bronca a Motolinía no tenía más sentido que echársela a San Francisco Javier, que hizo lo mismo.
La verdad es que Fray Bartolomé de las Casas es el más conocido, fuera de la Iglesia Católica y el más citado como humanista, pero es chocante que defendiera a la vez que los indios eran seres humanos-ante Ginés de Sepúlveda se lució-y, por el contrario, desconfiara tan profundamente de ellos, como si su paganismo fuera un obstáculo mayor que cualquier otro tipo de paganismo. En el mismo error cayeron los ilustrados: "Sois muy buenos, pero un poco tontitos". ¿Qué clase de humanismo es aquel que duda de la Humanidad? El Mito del Buen Salvaje es producto de la Ilustración que, a pesar de entronizar a la Diosa Razón, creando mitos tenían tanta imaginación como un guaraní.

26/12/17 8:41 AM
  
Palas Atenea
A mi juicio los medievales estaban en mejor disposición de comprender la otredad que los humanistas renacentistas. En América se dio el fenómeno curioso de que los pueblos más avanzados eran los más crueles y no se le hizo a eso ningún caso, pero en el s. XX se repitió el mismo fenómeno en Alemania, luego la cosa no es una particularidad americana sino, probablemente, un fenómeno más general que bien pudiera afectar a toda la humanidad. El cambiar de cristocentrismo a antropocentrismo, paradójicamente, pudo hacer que se entendiera al ser humano al revés. Y Lutero, desde luego fue afectado de lleno por ello.
26/12/17 9:53 AM
  
Néstor
El ser bobo es otro universal, capaz de realizarse en infinidad de casos individuales posibles. Todo lo que sale de nuestra boca, salvo los nombres propios (y esos cuando van acompañados de un dedo apuntando a alguien o una foto o algo así) son universales.

Saludos cordiales.
27/12/17 12:11 PM
  
Palas Atenea
Es posible Néstor pero cada persona es única, el que yo sea mujer me hace igual a la mitad de la población del mundo, el que sea blanca a otra porción del mundo, mi estatura a otra porción del mundo, mi educación a otro grupo humano, etc...cuando confluyen tantos universales diferentes en una sola persona esa persona tiene una individualidad. Las individualidades sólo son casos de estudio para los psicólogos que, para poder enmarcar a ese individuo en concreto, también recurren a universales; sin embargo la misma enfermedad, el mismo problema, la misma raza, el mismo sexo, toman tierra en personas concretas y esas personas concretas constituyen cada uno de nuestros prójimos. El universal sólo sirve de referente a la hora de conocer a Claudio Pérez, pero es muy posible que ese señor se saque de la manga ciertas peculiaridades que no se corresponden a los universales por los que le hemos clasificado, de ahí que haya personas excéntricas que sean difíciles de entender porque parecen no corresponder ni al medio en que viven ni a sus antecedentes familiares. Los universales también nos hacen cometer errores: tratar a los hombres pakistaníes por los universales hombre+pakistaní+ musulmán u hombre+pakistaní+cristiano no es suficiente porque el carácter de cada uno de ellos cuenta, y cuenta mucho. Podríamos encontrarnos con virtudes y defectos-que también son universales-distribuidos de tal forma que sólo un individuo determinado los posea en esa proporción y, justamente, es el individuo que tenemos delante. Los universales sirven para el estudio: "De singularibus non est scientia", pero no para el trato con cada uno de los individuos que nos encontramos en el transcurso de nuestra vida.
07/01/18 1:37 PM
  
mjbo
¡Qué bonito!
Nunca había pensado así de Lutero.
31/01/18 9:36 PM

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