Pablo VI y el Vaticano II: no es como te lo han contado

Vaticano II

Una vez más tengo que agradecer el encargo de un artículo. Cuando me pidieron que escribiera sobre Pablo VI y el Concilio Vaticano II para el próximo número de la revista Cristiandad dije que sí, como siempre, para a continuación reconocer que sabía muy poco sobre el asunto. Así que tenía que estudiar el tema. Lo primero que se me ocurrió fue buscar alguna buena biografía que tratara sobre el tema, pero después recordé aquel consejo que nunca me ha fallado: acudir a las fuentes. Están llenas de sorpresas y suelen ser más fiables que los comentaristas.

Así que acudí a las alocuciones del Papa Pablo VI al Concilio y he de reconocer que encontré palabras mucho más claras y reveladoras de lo que esperaba. Es por ello que he pensado compartirlas con quienes se dejan caer por este blog, confiando en que también les ayudará a comprender mejor ese Concilio que ha marcado la vida de la Iglesia de nuestro tiempo.

En primer lugar creo que es muy revelador lo que dice el Papa Pablo VI el 18 de noviembre de 1965, al considerar “cual debe de ser la actitud de nuestros ánimos en el periodo post-conciliar”. El Papa habla “tres diferentes momentos espirituales” en el Concilio:

  1. El primero “fue el del entusiasmo […] estupor, alegría, esperanza, un sueño casi mesiánico”.
  2. Tras este momento de entusiasmo desatado se llega al segundo momento: “el del desarrollo efectivo del Concilio, caracterizado por la problematicidad” […] “todo se convirtió en discutido y discutible, todo apareció difícil y complejo, todo se intentó someter a la crítica y a la impaciencia de las novedades; aparecieron inquietudes, corrientes, temores, audacias, arbitrios; la duda apareció aquí y allá incluso en los cánones de la verdad y de la autoridad”. 
  3. Y llegamos al tercer momento conciliar, en el que “la voz del Concilio empezó a hacerse oír: clara, meditada, solemne […] La discusión acaba; empieza la comprensión. Al arado y la siembra sucede el cultivo ordenado y positivo”.

Me constaba el primer momento, pero la verdad, me ha sorprendido la aceptación tan clara y rotunda del segundo, de la “problematicidad” del Concilio. Frente a visiones edulcoradas, Pablo VI no oculta los problemas que lo afectaron. Eso sí, sin quedarse en esa situación de inquietudes, temores y arbitrios, sino proponiendo con esperanza el tercer momento. Otra cuestión es que muchos católicos, en contra de lo que pensaba y quería el Papa, se resistieran a abandonar ese segundo momento.

Me ha llamado la atención también la insistencia de Pablo VI en que el Concilio Vaticano II deja intacta la doctrina tradicional de la Iglesia en su integridad. Afirma el Papa que: “no sólo ofrece el Concilio a la posteridad la imagen de la Iglesia, sino también el patrimonio de su doctrina y sus mandamientos, el “depósito” recibido de Cristo y meditado a través de siglos, vivo y expresado, y ahora en tantas de sus partes aclarado, establecido y dispuesto en su integridad”.

Y por último, aunque evidentemente no agota lo que uno encuentra en las palabras del Papa, llama la atención el juicio de Pablo VI sobre nuestros tiempos, que probablemente sorprenda a quienes se han hecho de él una imagen muy diferente de la realidad. Así nos lo presenta en su última alocución: “un tiempo que todo el mundo admite está orientado hacia la conquista del reino de la tierra más que el reino de los cielos; un tiempo en el que el olvido de Dios se ha convertido en habitual y parece, equivocadamente, sugerido por el progreso científico; […] un tiempo en el que el secularismo parece la consecuencia legítima del pensamiento moderno y la sabiduría en el orden temporal de la sociedad”.

Si quieren saber más, no dejen de leer el próximo número de Cristiandad.

26 comentarios

  
JUAN NADIE
Esto que pones esta muy bien, pero no disminuye mi percepción de que Pablo VI cometío graves errores. Tambíen hizo cosas buenas, pero despues de equivocarse bastante.
Supongo que recordarás la frase que dijo sobre que el humo de Satanás o algo así se había colado en la Iglesia. Cuando lo dijo sino me equivoco, llevaba siete años de Papa. Supongo que alguna responsabilidad tendría en el asunto, a no ser que la culpa fuese del monaguillo de la iglesia de mi pueblo.
En fin esta bien sacar lo bueno de la gente, incluso de Pablo VI, pero a mi se me atraganta un poco, mi percepción sin animo de ofender es que era un progre bienintencionado, que al cabo de unos años se dio cuenta del daño que había hecho. Y lo de progre no lo digo por lo doctrinal, que no lo conozco como para juzgarlo, sino por cuestiones sociales e históricas.
22/01/15 8:18 PM
  
Mariano (Argentina)
Estimado,
le recomiendo vivamente si quiere comenzar a aproximarse al estudio histórico del Concilio Vaticano II, el excelente libro de Michael Davies, El Concilio del papa Juan; así como el El Rhin desemboca en el Tíber, de R. Wiltgen; ambos imprescindibles para el estudio de tan importante materia.
22/01/15 8:31 PM
  
Luis Fernando
Juan Nadie, el beato Pablo VI era cualquier cosa menos un progre. Ni bienintencionado ni malintencionado. De progre, nada.
22/01/15 10:21 PM
  
JUAN NADIE
LF, es que no quiero entrar en cuestiones de historia. Pero si Pablo VI no era el progre, entonces lo era algún consejero de la Curia, que le animó a tomar decisiones... de progre. Ojo que yo no hablo de doctrina. Yo en cuestinoes de doctrina, salvo cosas muy claras, no discuto, pregunto, y menos a vosotros que me dais mil vueltas, ahora bien en cuestiones de Historia ahi acepto menos lecciones.
22/01/15 10:32 PM
  
JUAN NADIE
Por cierto LF tu sabes mas. Le han nombrado beato. Se ha dicho que el Papa he empleado una especie de procedimiento abreviado, en el que en vez de dos milagros se admite solo uno. ¿Es eso cierto? Si fuese así yo creo que no esta bien. No hay que rebajar los procesos de santidad. Hay que ser rigurosos.
22/01/15 10:35 PM
  
Franco
Estimado Jorge

Nada de dejarse caer. Quienes entramos a este blog, generalmente lo hacemos a propósito.
22/01/15 10:45 PM
  
Tulkas
No entiendo estas palabras de Pablo VI: "y ahora en tantas de sus partes aclarado, establecido y dispuesto en su integridad".

Y tampoco las quiero entender, porque NO reflejan una verdad.

Parece que se nos ha querido hacer creer que muchos elementos de la Revelacion y de la vida de santidad de la Iglesia estaban, antes del Vaticano II, "oscuros" o bien "mermados" o bien "fuera de uso o vigencia".

Pero yo no lo veo asi. Veo mas bien que tras el Vaticano II y sus reformas tenemos merma en la Iglesia alla adonde se mire.

Y Pablo VI tiene declaraciones mas graves todavia, como esas famosas palabras en las que habla de que la Iglesia ha tomado (tras el Vaticano II) plena conciencia de si mismia (acaso antes del Vaticano II la Iglesia era una inconsciente de si misma y de su Kyrios????).

Cabe, por lo tanto, afirmar que mentalmente Pablo VI se quedo en el primer momento espiritual del Vaticano II.

NO me cabe duda de que Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco estuvieron y esta anclado en el segundo momento.

Y afirmo rotundamente que el tercer momento solo se da en el CATOLICISMO TRADICIONAL (vulgo tradicionalismo) que tiene, como fundamental virtud, la claridad y la plasmacion inequivoca de la FE de la Iglesia y la serenidad de animo.
23/01/15 2:51 AM
  
Joaquín
A ver: el "catolicismo tradicional" como tú lo llamas es una pura y simple vuelta atrás. Más o menos como los clérigos wahhabis saudíes y el Islam. Eso está más que demostrado que no funciona porque nunca es posible volver atrás. Es posible estudiar el pasado para no repetir sus errores, buscar ejemplos a imitar e investigar cómo se actuó ante los diversos problemas que se iban presentando. Pero volver atrás como si los últimos 50 años no hubieran ocurrido no es ni posible ni deseable. Asumidlo de una vez.
Juan Nadie: en vez de lanzar críticas genéricas, concreta. ¿Cómo se relacionan los problemas que tenemos ahora con las decisiones que tomó Pablo VI? (Y como me digas "abolición del juramento antimodernista" o "eliminación del latín en la misa" llenaré mi contestación de blasfemias).
23/01/15 2:48 PM
  
Gracias por recordar la Encíclica - Luz profética- de Pablo VI !
Soy Catequista: Durante el recorrido de los años 65 al 80 + ó - dábamos "Cate-crisis"... La Iglesia, sin Catecismo, era un desorden... y veo en la explicación que da el muy buen artículo ( Felicitaciones) que nos detuvimos o nos detuvieron... en el segundo momento y fue muy duro para quienes, a pesar de algún estudio sobre El Concilio Vat II, queríamos se fieles a lo que se llamó "volver a las fuentes" y "el aggiornamento"... Pero hoy, veo que quienes han tenido ese deseo de fidelidad y búsqueda, comprenden, toleran, esperan, saben orar y pedir a Dios por La Iglesia. En mi juventud leí a varios de quienes hoy la Iglesia no recomienda por estar fuera o retirado de ella: Hans Küng, varios jesuítas... La Oración, la búsqueda, el pedir al Espíritu Santo nos ayude a "discernir" y a obrar de acuerdo a La Iglesia, nuestra madre, nos tiene dentro de ella, !Gracias a Dios! El que Obedece no se equivoca! Oremos porque la Iglesia sea Obediente al Papa y para que el Espíritu nos traiga el Reino de Cristo!
23/01/15 6:34 PM
  
Maite C
Hay que saber exactamente lo que ocurrió en El Concilio Vaticano II.
No basta especular, hay que saber a ciencia cierta lo que pasó, y lo viví personalmente aunque era muy joven. Sucedieron muchas cosas, y graves. Debo repasar contenidos para hacer memoria y recurriré a datos fidedignos, por lo tanto la consulta no requiere internet sino biblioteca en casa.

Despues hay que ver los resultados y las aplicaciones que se hicieron del Concilio desde que terminó hasta nuestros días. Creo que el balance final no ha sido precisamente bueno.

Jorge, lo tienes complicado, aunque espero aciertes en tu diagnóstico.

23/01/15 9:20 PM
  
Tulkas
El concilismo vaticano segundista no fue entendido por sus artífices como mera reforma en continuidad, sino como la entrada de la Iglesia en un nuevo eón, en un nuevo nivel de evolución, un cambio sustancial, una mueva realidad, un muevo estado de conciencia.

Frente a esto está la vuelta atrás, sí, el cincuentismo.

De todas formas, vivir como si lo de los últimos cincuenta años no hubiera pasado no está nada mal. Es, incluso, sano.

No obstante el Concilio tiene un par de cosas buenas: que los laicos recemos el Officium Divinum privadamente (antes se hacía públicamente los días grandes) y la colegialidad cum Petro et sub Petro.

Ahora, que nos quieran hacer creer que el Concilio es la "plena autoconciencia de la Iglesia".... Ja
23/01/15 9:38 PM
  
Tulkas
¿Vuelta atrás? ¿Qué es exactamente una vuelta atrás? La confesión íntegra de la Fe? Unos ritos que expresan de forma clara, inequívoca y contundente la Fe? Los signos externos dela Fe de la Iglesia, que la manifiestan e identifican? Es decir: plasmar la Fe, mostrar la Fe de una manera clara e inequívoca ¿eso es la vuelta atrás? Ejemplo: si uno comulga de rodillas realiza un acto de Fe no sólo manifiesto a sí mismo, sino a los que lo ven. Si uno comulga en la mano ya puede estar arrobado en el tercer cielo, que lo que se ve al exterior es nada. La vuelta atrás consistirá acaso en que la Iglesia sea clara y netamente reconocible ante el mundo? Yo de islam no sé, pero sí sé de los mártires de Córdoba que hacían pública confesión de su Fe. El tradicionalismo es, simplemete, la Iglesia reconocible como tal, el sacerdocio ministerial reconocible como tal, los sacramentos reconocibles en su plenitud celebrativa, la Fe pregonada con claridad, el Verbo encarnado también en la historia de su cuerpo místico. En fin, algo que sólo es católico y que no se puede confundir con otras cosas.
23/01/15 10:03 PM
  
Juan Argento
Ojo con las traducciones al castellano en el Vaticano. Un ejemplo: el discurso de apertura del Concilio por Juan XXIII el 11 de octubre de 1962. Copio a continuación, de un pasaje muy importante, el texto original en latín leido por el Papa, su traducción italiana, que es correcta, y la española, a la que le falta el texto que puse en negrita en las otras:

Est enim aliud ipsum depositum Fidei, seu veritates, quae veneranda doctrina nostra continentur, aliud modus, quo eaedem enuntiantur, eodem tamen sensu eademque sententia.

Altro è infatti il deposito della Fede, cioè le verità che sono contenute nella nostra veneranda dottrina, altro è il modo con il quale esse sono annunziate, sempre però nello stesso senso e nella stessa accezione.

Una cosa es la substancia de la antigua doctrina, del "depositum fidei", y otra la manera de formular su expresión;

Además de que la traducción es extremadamente "libre", omitieron la cláusula esencial "sin embargo en el mismo sentido y en el mismo significado."

Puede chequearse aquí:

w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/speeches/1962/documents/hf_j-xxiii_spe_19621011_opening-council.html

23/01/15 10:46 PM
  
Tulkas
El problema en la Iglesia conciliar no es de "modos de expresión" sino de contenido expresado.

La cuestión clave es responder postiva o negativamebte a esta pregunta: ¿puede el pensamiento humano representar y el lenguaje expresar la verdad objetiva de las realidades de la Fe?

O sí, o no.

Creo que la Iglesia conciliar tiende a pensar que no, y además que cada época de la historia tiene una aproximación específica de las verdades de la Fe (per se inexpresables), intransferible e incomprensible por otras épocas.

En fin: no hay pensamiento, no hay razón, sólo hay alegoría.
24/01/15 12:17 AM
  
Aldo Merciel
Juan Nadie,creo que tu seudónimo te define, no sos "nadie" para hablar de una persona santa si no sabés con seguridad que para que una persona sea declarada beata solo es necesario 1 milagro. Que afán de algunos comentaristas de buscar errores donde no los puede haber. Saludos
24/01/15 1:01 AM
  
Aldo Merciel
Tallas, con todo lo que sabes, como no te llaman para que soluciones todo. Que desagradecidos estando vos tan a mano para esclarecer con certeza todo. Lo que se pierde Dios y la Santa Iglesia por no consultarte. Así el Espíritu Santo nunca va a poder solucionar nada
24/01/15 1:09 AM
  
Aldo Merciel
Tulkas , con todo lo que sabes, como no te llaman para que soluciones todo. Que desagradecidos estando vos tan a mano para esclarecer con certeza todo. Lo que se pierde Dios y la Santa Iglesia por no consultarte. Así el Espíritu Santo nunca va a poder solucionar nada
24/01/15 1:09 AM
24/01/15 1:11 AM
  
Yuri Haraguchi
No se mucho sobre el Vaticano II pero lo último la alocución del Papa fue profética es lo que ocurre en la actualidad.
Gracias por el artículo.
¿D0nde puedo leer el artículo de Cristiandad?
24/01/15 4:28 AM
  
Gabri
Busquen en youtube la película El papa en la tempestad, historia de Pablo VI. La acabo de ver y me pareció muy buena
24/01/15 11:59 PM
  
Silveri Garrell
Recuerdo haber leído un comentario de un obispo americano de la región india que precisamente tenia cara de actor de cine muy bien parecido, dijo: "El espíritu del Concilio es un demonio que conviene exorcizar". ¡Realmente genial, y sin más comentarios!
26/01/15 5:27 AM
  
Maikel
Soy un católico de infantería, el día que me sorprendió el anuncio de Juan XXIII de convocar el CVII, sentí algo extraño como que : a qué venía eso, a la Iglesia de PIo XII, le pasaba algo?. estaba obsoleta?. Seminarios llenos, misas atiborradas de fieles, actos litúrgicos llenos de espíritu de fe, santidad en los sacerdotes, serias catequesis, se rezumaba santidad y piedad por Jesucristo y la Virgen, con congresos eucarísticos multitudinarios... ahora qué: misas vacias, sagrarios vacios, Seminarios vacios, sacerdotes alicaidos y sin coraje mas de taberna y boina que de oración. Esta Iglesia de HOY es una auténtica filfa y va al desastre. Esto es el CVII ?, pues que se lo coman.
Los católicos de base, y somos más de los que se cree: que el CVII es un DESASTRE.
27/01/15 1:19 AM
  
Maikel
Ah y me da igual lo que digan y vociferen esos teólogos ensorbebecidos y pedantes de hoy en día, estudian mucho a Dios, pero por lo que se ve este Dios no les hace ni caso, su soberbia y pedantería no debe ser de su agrado: más humildad y más teólogos arrodillados ante el Sagrario ( si es que se acuerdan de lo que significa ), igual puede que nos vaya mejor para la Iglesia Católica. Lo siento pero es lo que percibo y me parece.
Con Dios.
27/01/15 1:33 AM
  
Ignacio de Buenos Aires
La razón por la cual no me gusta el concilio II vaticano es la misma razón por la cual no me gusta el actual sínodo de familia: se intenta discutir cosas del mundo según los parámetros del mundo.

Está todo escrito y dicho. Y lo más importante, nuestro Señor está vivo. ¿Quiénes somos nosotros para modificar los mandamientos? Parecemos gerentes de religión.
27/01/15 10:39 PM
  
Luis López
"Me ha llamado la atención también la insistencia de Pablo VI en que el Concilio Vaticano II deja intacta la doctrina tradicional de la Iglesia en su integridad"

Pues en al menos dos cuestiones es evidente que no, dado que el CVII supone un giro de 180 grados respecto a la doctrina tradicional: (1).- en la consideración de la libertad religiosa, y (2).- en la concepción de las comunidades cismáticas como medios de salvación por medio del Espíritu, que "no rehusa servirse de ellas"

En ambos temas al menos la novedad es radical y absoluta.
29/01/15 2:59 PM
  
Fran Salvadoreño
para los modernistas dentro de la iglesia pareciera que la iglesia catolica se fundo despues de ese concilio, todo lo anterior a este no vale o debe ser criticado y rechazado
05/02/15 9:48 PM
  
Gregory
El Vaticano II fue ante todo un Concilio pastoral, eso lo hace anómalo de cara a los anteriores. Ciertamente no se podía enfrentar el cambio del momento con los argumentos de Trento que como sabemos fueron profundamente renovadores pero muy marcados en la defensa ante los errores de los protestantes. La misión de la Iglesia es el de evangelizar por encima de todo en ambientes adversos pero donde se hace necesario que la Iglesia viva su condición de sacramento de salvación mucho más que de sociedad perfecta. Vaticano II aupó la primera afirmación y dejo a un lado la segunda ¿era novedad ? no pero el énfasis si.
11/02/15 4:40 PM

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