Se ha hecho silencio en Armenia
Guerra en Armenia, El 1 de enero desaparecerán Nagorno Karabaj. Y los armenios, mayoría en esta región, ya están siendo encarcelados, esquilmados y deportados | © Hispanidad

Se ha hecho silencio en Armenia

El experto en la cuestión armenia, Ricardo Ruiz de la Serna, llama la atención sobre la cobertura mediática al tremendo drama de la guerra en Nagorno-Karabaj en un artículo que se reproduce por su interés.

Ya se ha hecho silencio. La destrucción de la vida armenia en Nagorno-Karabaj, cuya historia milenaria ha terminado este año, ya no es noticia para ninguna cadena de televisión ni de radio. En general, los corresponsales de los grandes medios internacionales se han olvidado de ella. No quedan enviados especiales -los pocos que hubo- dando cuenta de lo que allí sucede. Las fotografías de las calles vacías de Stepanakert circulan en las redes sociales gracias al esfuerzo de periodistas independientes y de agencias de noticias pequeñas y especializadas. En los circuitos globales de circulación de la información, los armenios de Artsaj antes interesaban poco y ahora ya no interesan nada de nada.

Tampoco puede decirse que los organismos internacionales hayan hecho gran cosa. Las Naciones Unidas enviaron una pequeña misión cuando la limpieza étnica del territorio estaba prácticamente consumada. Así, lejos de imponer límites a Azerbaiyán, legitimaron su actuación dando la impresión de que había cierto control internacional. Durante los más de diez meses que los armenios sufrieron de hambre, frío, falta de medicinas y de combustible, cortes eléctricos y de conexión a internet, la mayor parte de los organismos internacionales callaron o elevaron protestas carentes de acción alguna. El «deeply concerned» ya se ha vuelto una fórmula irónica para describir la jerigonza de la Unión Europea cuando no piensa hacer nada más que preocuparse.

De los 120 000 armenios que vivían en Artsaj, apenas quedan 40. No hay errata alguna en la cifra: quedan cuarenta. En menos de un mes, se ha perpetrado el desplazamiento forzoso de más de cien mil personas ante los ojos de Occidente, cuyos gobiernos suelen enarbolar la bandera de los derechos humanos. Ahora esos gobiernos tienen sobre sí el peso de su inacción, de su silencio y de su cobardía. Esa carga los acompañará mucho tiempo. Les será muy difícil a los gobiernos europeos alzar la voz por otros pueblos cuando contemplaron con los brazos caídos el asedio y la expulsión de los armenios de Karabaj. La «diplomacia del caviar» y los intereses energéticos se han impuesto. Ahora todas las demás minorías saben a qué atenerse y lo que les cabe esperar de los organismos de derechos humanos.

Azerbaiyán invirtió mucho dinero en material bélico y en relaciones públicas. Desde Israel a los Estados Unidos y desde Bruselas a Moscú, los hombres de Aliyev se ocuparon de que todos tuviesen algo que ganar junto a Azerbaiyán y nada que perder con el fin de los armenios. No reconoceré a esos hombres habilidad alguna: con dinero, energía y poder cualquiera podría hacerlo. A Azerbaiyán le ha resultado fácil golpear a un pueblo famélico, mal armado y privado casi por completo de apoyos internacionales. No hay mérito alguno en pegar a una persona atada. Sin aquel armamento, sin aquellos apoyos en la comunidad internacional, Bakú hubiera fracasado. No ha habido nada heroico ni memorable en la limpieza étnica de Artsaj salvo la propia resistencia de los armenios del territorio.

Ahora se ha hecho silencio. Hay más de 100.000 armenios de Karabaj en la República de Armenia que lo han perdido todo. Azerbaiyán no pierde oportunidad de amenazar con ampliar las hostilidades contra Armenia. Bakú ambiciona unir la República Autónoma de Najichevan con el resto de Azerbaiyán a costa del territorio armenio. La República Islámica de Irán ya ha advertido que no lo consentirá. A todo el mundo -entiéndase, a todos los gobiernos importantes del mundo- les preocupa lo que haga Teherán, pero a nadie parece interesarle lo que trame Bakú ni, naturalmente, lo que les termine pasando a los armenios.

Sería injusto pretender que los armenios fueron como ovejas al matadero. Donde pudieron luchar, lucharon. Llevan así más de un siglo. No me corresponde a mí decir qué deberían haber hecho ni cómo deben actuar ahora, pero sí puedo contar su historia, uno de cuyos capítulos más terribles se ha desarrollado en los últimos dos años sin que las democracias del mundo impidiesen lo que Aliyev ha terminado perpetrando.

 

Publicado originalmente en El Imparcial

8 comentarios

maru
TREMENDO EL SILENCIO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, CON LO OCURRIDO Y SIGUE OCURRIENDO CON LOS ARMENIOS. TREMENDO!
20/10/23 1:24 PM
Perplejo
Este silencio sobre los armenios es propio de tinieblas, de aquellos que no actúan según justicia, sino a resguardo de intereses innombrables y bastardos. Por mucho que presumamos de democracias, cada día vivimos más instalados en un mundo de intereses, alejado de los verdaderos derechos humanos
20/10/23 4:41 PM
Marisol
Cada vez queda más claro que la supuesta superioredad de las democracias de Occidente es una farsa. Están vendidas las oligarquías occidentales a las oligarquías mundiales , todo se lo cocinan entré ellos y las poblaciones quedamos a merced de sus intereses económicos y de poder.
Armenia es un país masacrado desde hace tiempo y solo cuentan con ellos mismos.
21/10/23 11:27 AM
SS
Es voluntad de Dios, que no tengamos ejércitos para vencer en este mundo.
Lo único importante es salvar el alma.
23/10/23 4:34 PM
Juan Mariner
Tanto los Estados como el Vaticano y las instituciones internacionales, cuando se encuentran de frente a grandes potencias mundiales, se arrugan y de qué manera (Turquía, China, Rusia, EEUU, Corea del Norte, India, Sudáfrica, GB, Francia...).
25/10/23 9:07 AM
Nova
La gran desgracia de Armenia, en mi opinión, es que es un pequeño país cristiano que tiene varios países musulmanes como vecinos. Y los países musulmanes, de toda la vida, son vecinos peligrosos. No hay más que ver, por ejemplo, los problemas recurrentes que tiene España con Marruecos; y por no hablar de nuestra Edad Media...

Respecto a la posición de los países occidentales, yo creo que su postura no es cobarde, sino que es exactamente la postura que quieren tener y no sólo por intereses energéticos. Occidente está dominado por una élite anticristiana hasta la médula. Ese Occidente anticristiano ¿Va a dar la cara por un pequeño y humilde país cristiano? Sin haber intereses económicos de por medio, jamás de los jamases. Ya lo estamos viendo.

Pobre Armenia... Mala solución tiene el asunto. Y menos mal que, según dice el artículo, Irán no quiere que Azerbaiyán crezca aún más, a costa de Armenia... En fin, hay que rezar mucho por el pueblo armenio.
1/11/23 1:23 PM
Maria Hernández
Gracias por mantenernos informados sobre Armenia. Por favor, siga con ello.
2/11/23 1:37 PM
JuanCaballero
Invito a los que comentan aquí a examinar este tema porque en realidad la responsabilidad de este desaguisado es el Primer Ministro de Armenia y su gobierno. No han aprendido nada de lo que ha sucedido en Georgía y Ucrania. Armenia contaba con el apoyo de Rusia pero al presente gobierno se le ocurrió intentar ingresar en la Unión Europea y la OTAN. Incluso, el ejército de Armenia realizó ejercicios con el ejército de EEUU. Han rechazado el apoyo de Rusia, el único país capaz de ayudarles, y ahora están en este lío tremendo.
4/11/23 10:57 AM

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