¿Qué pensaba Juan Pablo II de la curia romana?
San Juan Pablo II en 1991 | © VaticanMedia

¿Qué pensaba Juan Pablo II de la curia romana?

Si tomamos buena nota de su ejemplo, mejoraremos nuestra perspectiva sobre la situación de la Iglesia y mantendremos un juicio también realista sobre sus problemas.

Leyendo este verano los recuerdos de Joaquín Navarro-Valls, ilustre portavoz de Juan Pablo II, me ha llamado la atención un par de ocasiones en las que señala que, a raíz de algunos problemas provocados por trabajadores de la curia vaticana, el Papa polaco no hacía comentarios negativos sobre ellos. Es más, añade que no le oyó decir nunca nada malo ni de la curia ni de sus empleados.

Evidentemente esto no quiere decir que no actuara para mejorar las formas de trabajo o el desempeño de los trabajadores de la Santa Sede. Por supuesto que lo hacía, pero no iba esparciendo comentarios negativos para desahogarse o fomentar una visión descorazonadora del Vaticano. Su categoría humana tenía una magnanimidad enorme.

Comento este asunto porque, hoy en día, muchos fieles cristianos o informadores del área religiosa nos hemos acostumbrado a hablar mal de la curia, airear sus trapos sucios sin reconocer sus méritos y, corremos el riesgo de generalizar los juicios negativos a la mayoría de trabajadores del Vaticano.

A lo largo de los últimos 15 años han salido a la luz muchas noticias especialmente tristes sobre la curia romana y sus trabajadores: corrupción económica, escándalos de naturaleza sexual, presiones a los distintos papas, carrerismo para tener un puesto más alto o de mayor influencia, etc.

Este conjunto de sucesos ahora se conocen con mayor detalle gracias a los medios de comunicación digitales. No se trata de cosas nuevas, pues parecen haber estado presentes, con mayor o menor intensidad, en los últimos 50 años. Desconozco cómo fue en las décadas anteriores pero, si uno ve la historia de la Iglesia, es evidente que el pecado y la corrupción han acompañado a las más altas esferas eclesiásticas en muchos períodos.

El Papa Francisco ha optado por una estrategia muy distinta a la hora de abordar la reforma de la Santa Sede. Desde su primer año de pontificado expuso públicamente hasta 15 enfermedades de la curia, atacando la mundanidad, el carrerismo y el clericalismo que tientan con facilidad a los clérigos. Esta manera de enfrentar el asunto me parece que es adecuada y necesaria, aunque requiere del resto de fieles de la Iglesia una madurez en la fe mayor, al ser todos más conscientes de las miserias que afectan a quienes deberían ser especialmente ejemplares. Francisco ha denunciado muchas cosas que se hacían mal, con ese estilo directo e incisivo que le caracteriza. Quizá sea ahora necesario, pues enfrentar los problemas con fuerza ha permitido logros muy importantes, como la reforma económica de la curia, algo que Juan Pablo II apenas intentó y Benedicto XVI encontró gran resistencia.

Sin embargo, en estos tiempos de polarización política, social y eclesial, me parece muy interesante que los fieles corrientes no olvidemos la actitud del san Juan Pablo II que, siendo consciente de los problemas -trabajando y rezando para que mejoraran- no se dejaba llevar por una visión derrotista y evitaba los comentarios negativos gratuitos, incluso entre los más allegados. Si tomamos buena nota de su ejemplo, mejoraremos nuestra perspectiva sobre la situación de la Iglesia y mantendremos un juicio también realista sobre sus problemas.

En definitiva, evitemos cargar la mano sobre lo negativo y hablemos de ello solo cuando sea adecuado. Quizá pueda servirnos el consejo de Aristóteles: «Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo».

 

8 comentarios

Batavus
"Esta manera de enfrentar el asunto me parece que es adecuada y necesaria". Pues leyendo todo su artículo saco otra impresión. Pero la cuestión es si ese enfoque está dando mejores resultados.
5/09/23 3:59 PM
Miguel A. del Moral
Si un Papa guarda silencio sobre los errores de la Curia: su «categoría humana tenía una magnanimidad enorme».
Si un Papa habla contra los errores de la Curia: «Estrategia [...] adecuada y necesaria».

No le culpo. Para tratar de salvar a toda costa a Francisco de sus propias palabras y acciones uno tiene que elegir entre derogar en su cabeza el principio de no contradicción o entre arriesgarse a vivir en una peligrosa disonancia permanente.
5/09/23 7:14 PM
P. Thomas Hennigan
Ni estoy de acuerdo con esto: " Esta manera de enfrentar el asunto me parece que es adecuada y necesaria" . Me acuerdo cuando Francisco expresó su diatriba contra los de la Curia Romana, precisamente en el encuentro con ellos en la ocasión de un saludo de Navidad, El reportaje que leí comentaba que los cardenales presentes al escuchar lo que decía el papa tenían una cara larga que obviamente expresaba su sus sentimientos. Una persona en autoridad no debería de despotricar contra sus súbditos máxime en la ocasión de un saludo de Navidad, Obviamente, en cualquier grupo humano, hay "buenos, malos y feos". En primer lugar, un papa ha de agradecer a los que colaboran con él en el servicio a la Iglesia. Luego, de manera prudente, podría invitarles a mejorar en ciertos aspectos, no entregarles un rosario de sus supuestos vicios, cosa completamente inapropiada.
Desde que Francisco asumió la misión de Pontificio y Obispo de Roma, he observado que padece de una gran falta de prudencia, la virtud fundamental regidora de todas las virtudes humanas, esencial, según Santo Tomás Aquino, en las personas llamadas a gobernar a otros, Si pudiera sugerir algo a Francisco sobre el tema, le invitaría a leer los primeros versículos de las cartas de San Pablo. para ver como el Apóstol alaba a sus fieles y expresaba su amor y aprecio por ellos. No es que evite correcciones más adelante. Creo que la costumbre de San Juan Pablo II se asemeja a la de San Pablo.
He sido formador
7/09/23 11:56 AM
silvia
ME PARECE QUE LE FALTA ALGO DEL NUEVO TESTAMENTO, DE LOS PADRES DE LA IGLESIA Y DEL MAGISTERIO LEGITIMO, YO QUE UD. EMPIEZO DE NUEVO . SI, SI, NO, NO. CHESTERTON DECIA QUE CUANDO UNO ENTRABA A LA IGLESIA SE SACABA EL SOMBRERO NO LA CABEZA, CON LO QUE ESO IMPLICA REZAREMOS POR UD, COMO POR TODOS LOS MIEMBROS DE LA SANTA IGLESIA FUNDADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, SEGUNA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
7/09/23 4:28 PM
Marisol
Navarro--Vall ed un gran diplomático, lo ha demostrado en está entrevista, jajaja
La cita de Aristóteles le cae que ni pintado a quien él hi no nombre y todos sabemos
8/09/23 5:13 PM
LuisK
No me gusta la crítica despiadada de Francisco, pero tampoco el correr un tupido y espeso velo, como hizo durante mucho tiempo el Vaticano.
8/09/23 10:25 PM
Nadie
Como apunta Miguel Ángel del Moral, el artículo bendice una cosa y su contraria. Parece un artículo de Alfa y Omega de finales de los 90.

Habría que recordar que ese tipo de pensamiento tan impersonal de demonizar la crítica en si misma, y de poner bajo sospecha inmediata al que la ejerce, fue aprovechado por Maciel y otros muchos de menor calado, como eficaz escudo de sus maldades.

Por cierto, de lo que Juan Pablo II y Navarro-Valls hablaran, no lo sé, pero yo si vi, en su momento, un vídeo de JPII hablando con mucha gravedad a, posiblemente, sus cardenales (no sé si habría otros obispos). El tono y la recriminación no fueron ninguna tontuna.

Yo también he discrepado un par de veces en esta web del tono y las palabras usadas por algún articulista (de pretorianos llegó a calificar recientemente a la curia) y el resultado fue la censura. Ahora me encuentro con este otro artículo y, qué quiere que le diga, sus compañeros saben perfectamente lo que escriben, con qué objeto y lo que no quieren oír ni publicar.
9/09/23 6:41 PM
Sacerdote
No me parece mal que el Papa diga qué defectos ve en la Curia.
11/09/23 3:11 PM

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