¡Paz, paz! Cuando no hay paz

¡Paz, paz! Cuando no hay paz

Para ser hermanos unos de otros, hay que ser hijos de Dios. Para reconciliarnos entre nosotros, hay que estar reconciliados con Dios. Para respetar los derechos de todos, hay que respetar los derechos de Dios.

Al día siguiente del plebiscito, más allá del resultado, seguimos enfrentando un futuro incierto.

El motivo principal es el que advierte Jeremías: «Pretenden curar la desgracia de mi pueblo como cosa leve, dicendo: ¡Paz, paz! cuando no hay paz» (Jer 6,14). No es una Constitución la que salvará a Chile de su camino hacia el precipicio de la desintegración social. Somos los mismos chilenos quienes hemos de ser los instrumentos de justicia, paz, unidad y fraternidad.

Pero para ser instrumentos de bien se requiere que el corazón sea bueno. No habrá una sociedad nueva sin un hombre nuevo, «porque del corazón provienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias» (Mt 15,19).

El hombre nuevo es aquél que ha renacido en Cristo a la vida de hijo de Dios. Él es el «hombre nuevo, creado según Dios en justicia y santidad verdaderas» (Ef 4,24). Para ser hermanos unos de otros, hay que ser hijos de Dios. Para reconciliarnos entre nosotros, hay que estar reconciliados con Dios. Para respetar los derechos de todos, hay que respetar los derechos de Dios.

Un corazón en el que anida el odio y que le niega a Dios su lugar en la vida social no puede ser artífice de un mundo mejor. Jesucristo es el único capaz de «hacer nuevas todas las cosas» (Ap 21,5). Y con Él los que han sido redimidos, liberados y recreados por su gracia. Hombres como San Francisco de Asís y mujeres como Santa Teresa de Calcuta son los que realmente dan vida nueva, verdadera libertad y justicia, porque suscitan la civilización del amor.

En el Mes de la Patria, volvemos siempre nuestra mirada a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen. Ella nos repite una y otra vez que si queremos convertir el agua en generoso vino de fraternidad tenemos que «hacer todo lo que Jesús nos diga» (Jn 2,5).

Volvámonos cada uno a Cristo y hagamos de Chile un país cristiano. Cristo no nos defraudará, «porque Él es nuestra paz» (Ef 2,14).

 

Este artículo fue publicado originalmente por Correo del Lago, el lunes 5 de septiembre de 2022.

 

8 comentarios

Tito España
¡Cuánta verdad en o que escribe este Sr. Obispo! ¡Ojalá, le hagan caso!
15/09/22 1:34 PM
Ildefonso de Toledo
Un Señor Obispo que tiene lo que hay que tener, y dice LO QUE hay que decir. Dios lo conserve de todo mal.
15/09/22 2:47 PM
Pablo
Gracias Sr. Obispo por ser valiente y claro.
15/09/22 10:46 PM
Pedro Arredondo Muñoz
¡Profunda y sabia reflexión! En mi país que es México, tal vez estemos más necesitados de lo que usted señala. Muchas gracias Mons. Francisco Javier.
17/09/22 11:03 AM
Gerardo S. I.
Cuando de inicio, no se considera hijos de Dios a todo el genero humano, mal empezamos, porque eso implica que no todos somos hermanos; y el Papa Francisco indica repetidamente que si lo somos.
17/09/22 4:10 PM
Roberto Ibarra
Gerardo S.I .
Lo sostenido por el Obispo de Villarrica es la verdad revelada. Son hijos de Dios por adopción los Bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Todos los hombres son criaturas de Dios, solo los Bautizados son hijos. Lo que usted señala es el verdadero problema. La opinión coloquial del Papa Francisco no cambia ni puede cambiar la verdad revelada en Jesucristo.La Paz.
21/09/22 6:08 PM
Cristián Yáñez Durán
Gerardo S.I.
Su afirmación es manifiestamente falsa. Los únicos hijos de Dios son los bautizados. Es mediante el bautismo que el hombre es hecho hijo de Dios, por adopción, pero recibiendo participadamente la misma naturaleza divina mediante la gracia santificante incoada.
Llamar a todos los hombres hijos de Dios es charlatanería propia de la progresía católica, ese cáncer anticristiano que parasita en la única Iglesia fundada por Cristo.
22/09/22 3:47 AM
hornero (Argentina)
"No habrá una sociedad nueva sin un hombre nuevo" "El hombre nuevo es aquél que ha renacido en Cristo a la vida de hijo de Dios. Él es el «hombre nuevo, creado según Dios en justicia y santidad verdaderas» (Ef 4,24)

En efecto, el tiempo del"hombre viejo del pecado" va a su termino, lo sucede el hombre nuevo hecho manifiesto por la Aurora de María, nacido en Cristo por el Bautismo.
23/09/22 8:35 AM

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