¿Pretenden la desaparición de la familia?

¿Pretenden la desaparición de la familia?

Existe el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad.

La actualidad se empeña en mantenernos entretenidos en distintas cuestiones que son de menor importancia. Atendiendo a lo urgente e inmediato descuidamos lo verdaderamente importante. Así como la acción se lleva por delante la reflexión. Entre las realidades verdaderamente valiosas se encuentra la familia. Y los que la atacan saben muy bien que atentan contra los cimientos de la persona y de la sociedad entera.

Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia, abordaba en ‘El Debate’ (4 de enero de 2021) una de las cuestiones más candentes en la actualidad: la familia y el afán desmedido de legislar sobre ella de nuestros gobernantes. Proliferan leyes que afectan de una manera directa a la familia. En esta última legislatura se han aprobado la ley de eutanasia, la ley de protección a la infancia (¡qué curioso!, en primer lugar hay que proteger a los niños de sus padres), han modificado o creado leyes sobre la ideología de género (las leyes LGTBI ya existentes, la del aborto, la ley de diversidad familiar o la que convierte en delito intentar ayudar a las mujeres para que opten por no abortar y elijan la maternidad).

Y se nos anuncian para el 2022, entre otras, una nueva modificación de la ley del aborto, una ley de diversidad familiar y el anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. Por supuesto, y con una reiteración enconada, la patria potestad sobre los menores se ve cada vez más reducida.

Por otra parte no podemos olvidar las consecuencias para la vida familiar –como nos recuerda el papa Francisco– que «las diversas formas de maltrato que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para los hombres y para toda la humanidad. No podemos mirar hacia otro lado. Las mujeres víctimas de violencia deben ser protegidas por la sociedad».

¿De dónde brota esta afán desmedido por legislar sobre la familia? Pues nace de dos convicciones: la primera consiste en el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad.

La segunda convicción se basa en que las leyes más que regular unos derechos y unos deberes, crean algo nuevo, otorgan unos derechos que nadie otorgó jamás como, por ejemplo, el derecho al aborto. Afecta a la familia directamente la situación económica en la que los salarios cada vez son más insuficientes para atender las necesidades habituales, que son mayores en una familia numerosa: la luz, la calefacción, la cesta de la compra, los libros y el material escolar…

Por supuesto que afecta a la institución familiar crear un clima del «todo vale», en el que el fin justifica los medios y se financian distintas ocurrencias, directamente contrarias a la familia natural. Pero no se financia a quién defiende la vida tanto de los que están por nacer como de las familias que pasan hambre y salen adelante gracias a la actuación de instituciones como Cáritas y otras. Afecta a la familia que los mayores carezcan de recursos cuando no hace mucho familias enteras vivían gracias a las pensiones de los abuelos.

Afecta directamente a la familia, a la apreciación de la vida y a la acogida y al cuidado de la misma –que es lo propio de la familia– que se legisle sobre aborto y eutanasia y se desproteja la vida, porque tiene unas evidentes consecuencias sociales. O que ante el suicidio demográfico, no se tomen medidas para intentar paliarlo, como una puesta en valor de la grandeza y la necesidad de la natalidad.

Es el momento de la acción. Ante todas las acciones orquestadas contra la familia, la mejor defensa es presentar una verdadera alternativa, una acción real y efectiva, que comienza en los ámbitos que nos son más cercanos. Ante ese nuevo cambio de paradigma que se pretende imponer en la sociedad española, en la que el deseo se constituye en ley, hay que alzar la voz y reclamar lo que verdaderamente es real y fructífero. De lo contrario, nuestra pasividad puede conducir a la desaparición de la familia.

Aprovechemos la ocasión de haber convocado el papa Francisco el X Encuentro Mundial de las Familias para apoyar una realidad tan relevante y trascendente como la familia que, más allá de imposiciones ideológicas, sigue siendo la más valorada personal y socialmente. Vivamos, protejamos y defendamos la familia como institución básica para nuestro desarrollo personal y comunitario

+ Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander 

Publicado originalmente en el Diario Montañes

Tomado del blog de la Cigüeña de la Torre

11 comentarios

Miguel Hinojosa
Muy bien D. Manuel. No sabía que teníamos la suerte de tener un obispo así en Santander. Lo único que quizás se le puede reprochar es que quizás podía haber hablado mucho antes. Aunque lo más probable es que lo halla hecho y no nos hallamos enterado. Que Dios nos bendiga.
31/01/22 10:05 AM
Nova
Nuestros impíos gobernantes tienen, como meta final, destruir el Catolicismo en España hasta que no queden ni los cimientos. De ahí todas estas leyes perversas que, como ha dicho el cardenal Cañizares respecto al aborto, son un camino al Infierno.
Y esto es lo que hay que recordar a los políticos españoles: Que ellos también tendrán que responder ante Dios de lo que hagan y que la probabilidad de que se condenen es muy alta, si no se arrepienten del mal causado y siguen aprobando leyes anti-vida, anti-familia y, en definitiva, anti-católicas.
31/01/22 10:40 AM
Juan Mariner
Los nazis llegaron democrática y mayoritariamente al poder.

"Un enemigo del pueblo", obra literaria de Henrik Ipsen, retrata el gobierno de las mayorías, y tal como son. Eso del "respeto a las minorías" es una quimera.
31/01/22 11:06 AM
Ramón montaud
En un país democrático el partido político que llegue al poder hará leyes que estén en consonancia con su ideología, si la tiene o con leyes de intereses espureos extranjeros que pretendan imponer, por ejemplo un nuevo orden mundial. España está imponiendo intereses ajenos a España. La democracia cree en el dogma del 51% y sólo en el derecho positivo, les suena algo el derecho natural, y ni les suena el derecho divino
31/01/22 11:25 AM
Diógenes
Enhorabuena y agradecimiento a Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander, por este artículo, lúcido y veraz.

"Existe el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad."

Así es, por desgracia. La medida más prudente es considerar que las leyes aprobadas por el Parlamento democrático español son todas necesariamente malas e injustas, cosa que es verdad según lo que está ocurriendo.
31/01/22 11:39 AM
Carlos Dueñas
Juan Mainer ha mencionado con acierto “Un enemigo del pueblo”, de Ibsen. Es una obra compleja en la que, como dice Juan, se denuncia la imposición política de la falsa opinión de las mayorías mediante la manipulación, pero añadiría que no queda del todo clara la postura de Ibsen con relación a Stockmann, el médico que se enfrenta a todo el pueblo, especialmente en el acto final.

¿Ataca Ibsen los peligros del despotismo de los supuestamente mejores y el desprecio del sufragio universal, representados en Stockmann? La obra es un alegato contra la democracia degenerada en demagogia, pero ¿también lo es de la tiranía en que puede terminar el gobierno de los mejores? ¿No es posible que la proclamación de la razón no acabe siendo una coartada ideológica para imponer la opinión de una minoría o, lo que es peor, de un solo hombre que se erige en salvador de un pueblo?
31/01/22 12:41 PM
El gato con botas
Bueno, bueno, parece que a algunos obispos se les va soltando la lengua.
31/01/22 8:09 PM
otro pepe
En occidente la interpretación cristiana del orden natural se ha mantenido en el sustrato aproximandamente hasta los años 60-70 del siglo pasado, y ha dado buenas sociedades comparado con otras que ha habido, el mayor desarrollo, suficiente relevo generacional, sistemas de protección, etc.

EE.UU. en 1960 tenía un índice de natalidad de 3.65. España en el mismo año, 2.86. R.U., 2.69.

En 1975; EEUU, 1.77. España, 2.77. R.U., 1.81.

31/01/22 8:52 PM
Pedro
¡Cómo no va a llevar razón un especialista en la familia y no un "cantamañanas" del Congreso!
1/02/22 1:54 PM
Pablo Mesa
Los partidos del sistema nacen y florecen cuando sus líderes son escogidos por grupos poderosos que los financian; si personas realmente honestas y católicas incursionan en política, rara vez y poco financiamiento encontrarán y después que algunos de estos individuos han sido presidentes ,por ejemplo Aznar y Felipe Gonzalez pasan a las nóminas de grandes empresas que los nombran asesores, lo que es una tapadera de sus verdaderas intenciones que son para que estos expresidentes, si han visto fallas en el sistema supuestamente democrático callen. Por eso creo que detrás de esa supuesta democracia, que es igual en casi todos los países deben estar los que propician el NOM y la masonería.
3/02/22 2:03 AM
Alvar
Desde el fin de la II guerra mundial llevamos padeciendo el ataque de nuestros enemigos sin descanso, y especialmente desde el último Concilio a partir del cual se le dejó campo libre al enemigo.
Creo, que nuestra única posibilidad de revertir el proceso está en elegir un Papa santo de verdad, que mueva la Iglesia en la dirección correcta.
Mientras el Estado y la Iglesia sigan manejados por el enemigo estamos vendidos, y tenemos que ser conscientes de la extrema gravedad de la situación y de que el tiempo corre en contra de nosotros. Mientras tanto, nos limitamos a obedecer y callar, y esto conduce a la perdición de la sociedad y a la apostasía de nuestros hijos. Estamos en una situación grave y urgente.
8/02/22 12:38 PM

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