El alejamiento de Dios en nuestra Sociedad

El alejamiento de Dios en nuestra Sociedad

Vivimos tiempos recios, difíciles, con una sociedad que en buena parte ha perdido el rumbo y no es capaz de responder a las cuestiones más elementales sobre el sentido de la vida.

Leemos en el Nuevo Testamento: «Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia»(Mateo 16,18), «el que a vosotros escucha a Mí me escucha»(Lucas 10,16), y «estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo (Mt. 28,20). Incluso esta presencia de Cristo en su Iglesia es tan especial que Colosenses 1,18 afirma: «Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia», unión tan radical que Jesús nos recuerda: «El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada» (Juan 15,30). En pocas palabras, el seguimiento de Cristo supone el seguimiento de su Iglesia, la Iglesia Católica, en la cual por supuesto no sólo no sólo hay una Doctrina, contenida especialmente en el Credo, sino también una vida conforme a esa doctrina, es decir una Moral.

El ser humano es esencialmente un ser que se ha de educar. Para un cristiano educar es enseñar a pensar, reflexionar, argumentar y respetar, pero sobre todo a amar. El alejamiento de Dios y la pérdida de la fe por parte de tantos es uno, si no el más grave, de los problemas de nuestra Sociedad actual. Ciertamente se han de tener criterios éticos y morales, porque hemos de hacer el bien y evitar el mal en todos los campos, respetando los derechos de los demás, especialmente de los más débiles y necesitados. Por ello la recristianización de la Sociedad es una tarea muy, pero que muy urgente. En consecuencia hemos de pretender no sólo vivir individualmente nuestra fe, sino también la presencia pública de la fe cristiana en los distintos ambientes profesionales y culturales de nuestra sociedad. Los Papas, y muy especialmente Benedicto XVI, nos insisten una y otra vez que nuestra fe tiene que ser racional y que el cristiano que posee este tesoro no puede guardárselo para sí, sino que ha de estar en condiciones de saber dar razón de su fe.

Vivimos tiempos recios, difíciles, con una sociedad que en buena parte ha perdido el rumbo y no es capaz de responder a las cuestiones más elementales sobre el sentido de la vida. De persecuciones y tormentas, la Iglesia sabe ciertamente algo. Ya en Mateo 8,23-27, en el episodio de la tempestad calmada, la Iglesia se ha visto siempre como esa barca, siempre amenazada por las tormentas, pero insumergible. Jesús nos advierte repetidas veces de que tendremos persecuciones (Mt. 10,16-34; Mc. 13,9-13; Lc. 21,2-19; Jn 15,18-22), y actualmente sucede así. Para muchos gobernantes de varios países occidentales es la concepción relativista, positivista y subjetivista la que prima hoy en día, siendo la única fuente de derecho la ley civil. Y así es el Estado quien, graciosamente, concede una serie de derechos a los ciudadanos, y, por tanto, en el momento que quiera se los puede quitar. Es la concepción totalitaria y, por tanto, antidemocrática de la supremacía del Estado frente a la Persona. Y de España, ¿qué vamos a decir? Aquí corremos además el riesgo con nuestros gobernantes actuales de convertirnos cualquier día en una dictadura comunista.

En la concepción cristiana y democrática las cosas no son así. Los derechos de la Persona son inalienables, en cuanto nos son necesarios para alcanzar nuestro fin y además son anteriores al Estado, a quien corresponde únicamente regularlos, pero no en el sentido de hacer lo contrario de lo que dicen estos derechos, sino de protegerlos. La tarea del derecho positivo no es otorgar, sino reconocer derechos preexistentes. Creemos en la Ley y en el Derecho Natural, que expresan el sentido moral que permite al hombre discernir mediante la razón lo que son el bien y el mal, la verdad y la mentira. Con ello de lo que se trata es lograr la formulación y fundamentación de principios jurídicos que puedan ser válidos siempre y en todas partes.

Tras las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, se trató de consensuar cuáles son estos derechos, y así se redactó la Declaración de Derechos Humanos de 1948 de la ONU, declaración calificada por San Pablo VI como «precioso documento». Entre estos derechos están «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos» (art.1), «todo in dividuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona» (art. 3), «la libertad de pensamiento, de conciencia (y por tanto el derecho a la objeción de conciencia) y de religión» (art. 18), «la libertad de opinión y de expresión» (art. 19) y «los padres tienen derecho a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos» (art. 26.3). Nuestra Constitución dice que sus normas «se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos» (art.10.2). Oponerse a la Declaración de Derechos Humanos y a la Constitución es una curiosa manera de ser demócrata.

Estamos, pienso, ante una cuestión de sentido común. La auténtica libertad supone una capacidad de tomar decisiones responsables y definitivas; supone también el respeto a la palabra dada y el convencimiento de que siempre que nos comprometemos a algo, y luego no lo cumplimos, provocamos sufrimiento. Pidemos al Señor la recristianización de España y que si queremos salir de esta situación comprendamos que Jesucristo es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), pues como dijo santa Teresa de Calcuta, la primera reforma de la Iglesia y de la Sociedad civil, debe empezar por uno mismo.

Pedro Trevijano, sacerdote

                  

 

 

17 comentarios

sofía
Excelente artículo. Plenamente de acuerdo.
1/12/20 9:27 PM
jk
la culpa de todo son las reformas del concilio vaticano ii.
2/12/20 4:57 AM
Pedro Trevijano
El Concilio Vaticano II produjo unos excelentes documentos, Magisterio de la Iglesia de gran categoría. El problema fue aquéllos que en nombre de un presunto espíritu conciliar y sin tener en cuenta los documentos conciliares desbarraron. Saludos Pedro Trevijano
2/12/20 1:53 PM
sofía
Seguro, va a ser culpa precisamente de los concilios que la sociedad se aleje de Dios - lo que hay que leer...
Eso es la falacia "Post hoc ergo propter hoc".
O tal vez ni eso, porque el alejamiento de Dios es muy anterior a ese concilio,
2/12/20 1:54 PM
Akáthistos
La dignidad de toda persona está por ser creada por Dios a su imagen y semejanza.
El hombre tiene que obedecer los mandamientos de Dios, con eso sobradamente quedan cumplidas las normas que se han dado los hombres en su imperfección.
La palabra derechos la usa mucho el laicisismo. Esos organismos internacionales, con grandes pretensiones y ambiciones, sean estas buenas o malas en la teoría y demás, no son otra cosa que nuevas Torres de Babel, que en su corrupción, falsedad, apostasía y alejamiento de Dios llevan su ruina. Pueden ser hoy herramienta del Enemigo, porque el dinero corrompe y reciben "donaciones" de grandes ricos muy ricos que dicen que quieren hacer el bien a la humanidad.
2/12/20 2:09 PM
Luis Fernando
Aviso. No va a darse un debate sobre el CVII en este artículo. Ya hubo bastante debate en anteriores artículos de D. Pedro. Aquí no. No es el tema del artículo.
2/12/20 2:13 PM
jk
Pues si Sofia, la cruda verdad aunque duela y la neguemos. Basta analizar el antes y el después. Ya no dire mas porque ya se dijo que no es el tema del articulo.
2/12/20 6:03 PM
sofía
Yo he comentado sobre el artículo.
A mí no me duele nada, no sé a vd, pero no contento con haber introducido vd una falacia Post hoc ergo propter hoc, insiste en ello, al tiempo que dice q no lo hará. No siga por ahí.
El artículo merece la pena leerlo, hágalo y comente sobre lo que dice, no sobre lo que a vd le apetezca aunque no tenga nada que ver.
3/12/20 1:25 AM
Pedro de México
Amor es lo que falta Padre Pedro. Conversión y penitencia de nuestra parte para ser fermento en nuestros ambientes. Saludos!
3/12/20 7:26 PM
jk
Bien sofia, ya lo lei, pero gramaticalmente no se si aplico falacias con nombres en latín lo que si se es que comento y mantengo mi opinión sin ningún cambio.
4/12/20 2:39 AM
Vicente
Seguimos a Cristo dentro de su Cuerpo Místico que es la Iglesia.
4/12/20 2:00 PM
sofía
¿Gramaticalmente? Lo falaz es el contenido, no la forma. La falacia tiene nombre en latín, pero averiguar lo que significa es tan fácil como ponerlo en en el traductor de google: "después de esto, por lo tanto debido a esto"
Esa es la falacia.
De nada.
5/12/20 1:40 AM
JSP
1. El pueblo que es apóstata de Cristo, niega la evidencia del hecho histórico de la fe, porque la fe se tiene que dar con pruebas históricas, tiene la esperanza y/o credo en la nada y niega la verdad objetiva es anticristiano.
2. El anticristiano dificilmente es evangelizado, pues el perverso dificilmente se corrige.
3. La Divina Providencia pide santos mártires en Occidente, pero muchos pastores están en la comodidad del espíritu del mundo. Para Dios nada es imposible, pero nos pregunta: "¿Hallaré fe cuando regrese?"
5/12/20 10:25 AM
JSP
Expongo tres razones por las que falla la "Declaración universal de derechos humanos" y es totalmente compatible con una sociedad anticristiana:
1. Dios no está presente o si lo está es un dios masón. Es necesario recordar que muchos de los autores de la redacción de tal declaración eran masones y comunistas.
2. Las 4 libertades liberales de Dios.
3. ¿Se puede evangelizar a un pueblo que sigue estrictamente tal Declaración?
7/12/20 8:33 AM
JSP
La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano emanados de la Revolución francesa de 1789 es el antecedente histórico directo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 que hoy rige en todo el mundo, la cual inspiró después la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950, cuyos principios han sido incluidos en las constituciones de la mayor parte de los 28 países que conforman la Unión Europea.
7/12/20 9:02 AM
sofía
1.- Dios no está presente explícitamente porque no se le nombra, pero tampoco está ausente pues esos derechos se basan en la dignidad de todo ser humano y esa dignidad no encuentra una base que la sustente más que Dios mismo, se le nombre o no.
Se pretendía que los agnósticos o ateos o personas de diferentes religiones se pudieran poner de acuerdo en estos derechos basados en la dignidad humana.
La cuestión es que mientras el cristianismo puede asentar esta dignidad en la fe en q Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, los no cristianos se quedan sin base para sustentar esa afirmación de la dignidad de todo ser humano. De ahí el declive de esos derechos de inspiración cristiana no confesada y su sustitución por otros supuestos "derechos" que no se basan más que en la voluntad de los legisladores y contradicen los derechos del 48.
2- No sé de qué 4 libertades de Dios habla. Seguramente usted ha malinterpretado la libertad de conciencia como libertad para el error, cuando de hecho es libertad para que no te impongan el error y poder buscar la verdad con libertad.
3- Claro que se puede evangelizar. De hecho se puede descubrir que sin el cristianismo esos derechos carecen de fundamento.
8/12/20 10:22 AM
Waldo Gonzalez Lopez
Los felicito por sus mensajes que tanto necesita el mundo hoy, cuando el avance del comunismo es preocupante. En nuestro pais, EUA, con el posible arribo del traidor Baiden al poder, es mas que procupante, tras los numerosos logros sociales obtenidos por Trump durante su cuatrienio en la Presidencia, que.parece le han robado precisamente los millonarios como George Soros [quien no pude ir a su pais, Hungria, pero vive aqui y hace dano), los Clinton, los Obama y tantos otros canallas que siguen a pie juntillas la agenda 20-30, con la que pretenden destruir nuestro gran pais, EUA.
10/12/20 4:51 PM

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