Libertad de expresión versus respeto religioso

«Mientras que se tienden puentes en la comunidad internacional a un liberalismo negador y blasfemo, que ni siquiera se respeta a sí mismo, se levantan muros obscenos de incomunicación y de indiferencia hacia el cristianismo, religión portadora del amor y del respeto a la vida».

No constituye ningún desatino aseverar que una identidad irreverente y provocadora ha consumado la locura del fanatismo. El teólogo inglés Roger Williams sostenía que la paz civil estará basada en el respeto mutuo entre las personas que difieren en sus compromisos de conciencia. Los periodistas de Charlie Hebdo no han facilitado las cosas, precipitando la retórica que ata y ciega, la matanza de otros seres humanos por la religión, «la forma más horrible de impiedad», en palabras del escritor nigeriano Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura. Exonerar a la madre de los pecados de los hijos sólo conduce a la ceguera intelectual: la ideología blasfema secular ha despertado el desprecio y el odio en esa carrera hacia la degradación humana o denigración acumulativa de la sensibilidad humana que entrañan los actos terroristas.

El semanario francés Charlie Hebdo significa un bastión vigente del sesentayochismo, encarna el laicismo radical negador de las creencias, entregado a la idolatría de revocar la religión tradicional y destruir imágenes sagradas. Imbuido de su propio código moral, satisfecho de sí mismo, hostigador anárquico de toda forma de autoridad religiosa ajena a las libertades de la República, Charlie Hebdo apresuró, en su afán subversivo de derribar al hombre de su hipocresía y de sus valores éticos, el advenimiento del integrismo y el terror. El propio Benedicto XVI afirmaba que si alguna vez se llega a un enfrentamiento de culturas no será por un choque de religiones sino por el conflicto entre esa emancipación radical del hombre, negadora de lo trascendente, y las grandes culturas históricas.

Los atentados terroristas del pasado siete de enero en París, lejos de incrementar el nivel general de miedo en la mente del ciudadano, han encontrado una respuesta eficaz en la comunidad internacional. Toda acción terrorista que parezca fomentar la inmunidad sólo puede generar la sumisión del mundo a un régimen totalitario. La filosofía que sustentaba el nazismo era una filosofía de elitismos, era filosofía de los Elegidos contra el Resto. La filosofía del terror islamista sólo puede esperar sanciones justas y debidas a escala mundial. Después de muchos errores y abandonos de responsabilidades, el mundo ha creado tribunales internacionales para crímenes contra la humanidad, mecanismos y sanciones oportunas contra la violación de los Derechos Humanos.

Pero produce una evidente crispación que la respuesta al terror, presente, al igual que Jano, dos caras distintas en los medios de comunicación y sean tan dispares las impugnaciones a un idéntico desafío a la seguridad de la sociedad. El «yo tengo razón, tú estás muerto», proveniente de una cultura acostumbrada al terror y a la violencia, donde la vida tiene un valor relativo y se adoptan a menudo actitudes fatalistas, se aplica contra cristianos martirizados cada día en Oriente Medio o en Nigeria sin que se advierta ninguna respuesta internacional, como la que se produce ahora en la matanza de París. La muerte cotidiana de cristianos africanos, sirios o iraquíes es confinada a la oración, sin ningún respaldo mediático ni político. Mientras que se tienden puentes en la comunidad internacional a un liberalismo negador y blasfemo, que ni siquiera se respeta a sí mismo, se levantan muros obscenos de incomunicación y de indiferencia hacia el cristianismo, religión portadora del amor y del respeto a la vida. El cristiano que todo lo sacrifica por el amor de Dios, que entra en toda soledad y dolor en Irak y representa la santidad de lo invisible en muchos lugares del mundo, sólo merece la indolencia infame y cruel de una débil respuesta de Occidente, un ominoso silenciamiento cómplice y sin correctivos, incapaz de impugnar el mismo rechazo al terror islamista que hoy recae sobre el ciudadano y la República francesa. La secularización creciente de la sociedad europea penaliza al cristiano al ostracismo mientras tributa homenaje al laicismo dogmático francés, pretenciosamente portador de la paz civil.

Desactivar el devastador terror islámico exige organizar una cultura de paz preventiva, la formación de ciudadanos pacificados y de unos medios de comunicación que no contribuyan a la violencia de modo irresponsable, como hace el semanario Charlie Hebdo desde el hostigamiento y la provocación, invocando una legítima libertad de expresión por medio del nefasto ejercicio de un clericalismo civil laicista, que establece sus propios dogmas, utilizando el viejo combate contra la religión, las creencias y la autoridad de las distintas confesiones religiosas. El «amor por la libertad y la tolerancia» del pueblo francés, al que apela Manuel Valls, primer ministro francés, la indignación contra «el terrorismo que quiere dividirnos» y que es «enemigo de la libertad», no podrá construirse sino desde la asunción previa educativa de la propia responsabilidad hacia el respeto religioso. La imposición de un escenario social en el que coexista un Estado laico y el imperio del relativismo inmoral en la sociedad civil sólo puede significar el fracaso de la laicidad y de cualquier proyecto de paz.

Roberto Esteban Duque

8 comentarios

maria cristina reis fonseca
Perfeita análise.Paris não está indignado pelo terrorismo simplismente..Sai em defesa de continuar a falar e escrever o que querem.Continuar a falta de respeito.Sinto muito por isto.O terror é muito maior no mundo e não há este repudio.
Sinto pelo ato da matança, nāo aceito a violência,mas estão colhendo o que estão plantando.Ou mudam de atitude,ou arcarāo com as consequências. O lápis é um forte instrumento para a paz! Pensem nisto!
10/01/15 10:41 PM
voy
Yo entiendo por todo esto, que hay un tremendo desorden en la inteligencia de los hombres. Y eso es la causa de esto. Y ese desorden vien de la falta de Fe catõlica. Y entonces todo es moda, todo es sensaciones del momento. Ahora todo son lloros y lamentos por lo de francia. Pero nada de eso hay por los miles y miles de niños masacrados a diario por el crimen delaborto. Entonces... qué quieres que te diga.. pues que veo poca racionalidad y todo sensiblería del momento.
11/01/15 6:40 AM
Juan Mariner
La "libertad de expresión" tiene en España uno de sus límites en la "libertad religiosa" (ambos derechos fundamentales y libertades públicas con la misma protección constitucional). Ante una colisión de ambos derechos, los Tribunales deben decidir. Igulamente la libertad religiosa tien sus límites en otros derechos fundamentales, desde luego.
11/01/15 7:12 AM
Jose2
Yo creo que la difeencia de los casos que se comparan es que se percibe que en Nigeria y.en Irak hay guerra y, por lo tanto, hay víctimas, mientras que el atentado de París supone, como los de Nueva York, Madrid o Londres (también cuando ocurrieron estos atentados la sangría de vidas en Irak era constante, esta vez de musulmanes) que han traído la guerra hasta nuestra cocina.
11/01/15 7:57 PM
Guillermo
¿Por qué se empeñan todos en llamar "terrorismo" a la matanza de Oaris. Eso no es terrorismo, sino simple asesinato múltiple por venganza. Pero si hasta preguntaron por las víctimas con sus nombres. Terrorismo es un acto indiscriminado de violencia criminal contra gente inocente, que pasa casualmente por el lugar del ataque. Pero ¿no se dan Vds cuenta de que quieren ocultar el motivo del ataque o venganza llamándolo terrorismo?
11/01/15 11:45 PM
José Ronaldo
Un análisis profundo, serio y pausado desde la perspectiva del cristianismo católico. Por supuesto que me servirá para entender de mejor manera lo sucedido, porque al día de hoy, medio mundo está exaltado.
Una única observación padre:
"El cristianismo, una religión portadora del amor y respeto a la vida".
Sí, uno de los ideales que el Evangelio nos enseña y que Francisco de Asís quizás llevó al extremo.
Por eso mismo, tengo serias dificultades cuando algún no creyente me interpela y me pide razón de acontecimientos fuertemente matizados de odio, fanatismo y total irrespeto por la vida protagonizados precisamente por el cristianismo: las cruzadas, la "santa inquisición", el doloroso conflicto relativamente actual de Irlanda: cristianos atentando, ejerciendo acciones de terrorismo y muerte entre sí.
12/01/15 5:40 AM
c
Claro que los asesinados no se justifican. Sin embargo, no hay que olvidar que en Francia ya hace tiempo que la libertad de expresión ya no exista, como en muchos países occidentales cuando se empieza a tocar temas considerados como tabúes por el Sistema institucional actual (ver en Francia el caso de Richard Millet, Eric Zemmour, o David Miège y sus viñetas prohibidas por la justicia porque había osado atacarse con humor que no se puede en absoluto comparar con lo obceno de Charlie a la ministra de justicia… sin hablar de lo que ocurrió con las familias de la “Manif pour tous”.
El peligro de la islamización del país fue explicado, y muchas décadas antes de las viñetas de Charlies por partidos considerados como no republicanos (o llamados despreciadamente populistas) por los gobiernos de izquierdas o de derechas de los partidos (ellos republicanos desde luego)que querian guardarse el poder y que desfilaron ayer por las calles parisinas y proclaman la libertad de expresión.

No son las caricaturas que nos hacen libres, sino la VERDAD DEL CRISTO… Y Charlie Hebdo, como muchos en el Occidente de la decandencia moral luchaban y luchan sin cesar contra ELLA…
12/01/15 11:47 AM
Carlos Lozano Medrano
Ninguna libertad es absoluta. Ningún exceso es conveniente y cualquier radicalidad es un exceso y resulta indebido. Y los de Charlie Hebdo han jugado con fuego y ahora han resultado consecuencias. La falta de respeto genera falta de respeto, la violencia genera violencia. Hay mucha incongruencia en nuestras acciones.
13/01/15 5:45 AM

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