Moral y Ciencias

La Iglesia nunca ha tenido miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad.

¿Hay alguna relación entre la Moral Católica y las Ciencias? Romanos 1,19-20 nos contesta así:lo que de Dios puede conocerse les resulta manifiesto (a los hombres), pues Dios mismo se lo manifestó. Pus lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo a través de sus obras”, es decir la Creación nos manifiesta a Dios, pero también los conocimientos humanos son fuente de moralidad, aunque como nos dice el Concilio Vaticano I la Revelación nos es necesaria para conocer mejor aquellas cosas que podemos conocer con la luz natural “de modo fácil, con firme certeza y sin mezcla de error alguno”(DS 3005; D 1786). Es indiscutible que todas aquellas ciencias que nos ayudan a conocer al hombre tienen su puesto como auxiliares de la Moral, pues es la razón la que constituye a éste como sujeto moral. Así la Ética, en cuanto reflexión filosófica racional sobre la dignidad del ser humano y su actuar, puede servirnos de orientación, ya que el hombre experimenta la llamada imperativa del Bien, y descubre que por ese camino llegará a realizarse como persona, esforzándose en lograr lo que debe llegar a ser, siendo la obligación un estímulo hacia metas más altas, y por el contrario todo atropello a la persona, es una tremenda inmoralidad, aunque no hemos de olvidar que el objeto y fin de la Teología Moral, la persona de Cristo y la Historia de la Salvación, son algo que está más allá del campo de la reflexión ética.

No olvidemos tampoco la Biología, la Psicología y la Medicina en sus diversas variantes, pues nos dan a conocer nuestras estructuras físicas y psíquicas y nos ayudan a evaluar la responsabilidad, así como las ciencias sociológicas, con su estudio del mundo en que nos movemos, siendo en consecuencia necesario un diálogo y un buscar juntos soluciones con todos aquellos que se preocupan de la mejora del mundo en que vivimos. En fin, todo lo que afecte de un modo u otro al hombre, repercute también en nuestro conocimiento moral.

Y es que el encuentro con Dios no significa ahorrarnos las mediaciones humanas. La Iglesia nunca ha tenido miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad. La oración, el estudio de la Biblia, la escucha del Magisterio, no nos proporcionan nunca mágicamente recetas éticas para solucionar los problemas concretos. Aún dando su luz propia, la oración, el estudio, el escuchar llevan al cristiano a tomar en serio la mediación de los diferentes saberes filosóficos y científicos y a utilizarlos con prudencia para construir una interpretación de la realidad. Por ejemplo a la importante cuestión filosófica y ética: ¿es el embrión humano persona desde su concepción?, la Biblia sola no puede darnos una respuesta. Son precisos también los datos de la Biología, de la Psicología, de la Filosofía. El sabio cristiano, en este caso el bioético cristiano, se ve conducido, por la lógica misma de su fe, a un diálogo profundo con los investigadores de las otras ciencias.

Dice a este respecto el Concilio: "La experiencia del pasado, el progreso científico, los tesoros escondidos en las diversas culturas, permiten conocer más a fondo la naturaleza humana, abren nuevos caminos para la verdad y aprovechan también a la Iglesia"(GS 44). Es por tanto necesaria entre moralistas y científicos una colaboración mutua y un diálogo interdisciplinar, ya que la Moral no puede ignorar las conclusiones científicas, por ejemplo el hecho del alcoholismo como enfermedad modifica el juicio moral sobre su pecaminosidad. Pero también el científico debe tener en cuenta en su investigación las exigencias éticas, no siendo aceptables aquellos métodos e investigaciones que no tengan en cuenta la dignidad de las personas. Moral y Ciencia se complementan y se condicionan mutuamente.

Pero también está claro que el impacto de la fe sobre la moral humana integra a ésta en la economía de la salvación, dotándola de una cuádruple dimensión teológica, cristológica, eclesiológica y antropológica. Nuestra moral es esencialmente optimista, puesto que aunque no dudamos de la existencia del mal y del pecado,  creemos que “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5,20), y sabemos que Cristo ya ha triunfado del pecado y de la muerte y creemos que también en nosotros y en la Humanidad se realizará el triunfo definitivo del Bien.

 

P. Pedro Trevijano, sacerdote

 

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10 comentarios

Schlomo
El peligro es cuando la ciencia se justifica en si misma al margen del propio hombre. El peligro surge cuando el científico emborrachado de soberbia y de sabidurías mal digeridas se deja seducir por el maligno "seréis como Dios" y prescinde de toda norma moral en pro de sus objetivos. El peligro está cuando el hombre "endiosado" pretende sustituir a Dios en la creación y ocupar su lugar. La ciencia sin un sentido moral y ético no es un avance sino un germen de destrucción.
25/10/11 7:58 PM
Imaginario
El peligro es cuando una fe, una creencia, pretende convertirse en ciencia.

La religión pretende continuamente someter a la ciencia y a la sociedad a sus principios morales (que no tienen que ser universales).
Por último, la ciencia no está enfocada a una ideología o credo. La ciencia tan sólo pretende describir la realidad, no hacer juicios morales. Para ello ya está la ética y la filosofía.

En resumen, la ciencia no es enemiga de la religión, la religión de la ciencia y el conocimiento sí.
27/10/11 7:14 PM
Pedro Trevijano
Ciencia y Fe pueden y deben apoyarse mutuamente y si cada uno sabe quedarse en su sitio es indudable que se apoyan mutuamente. La fundadora de las Universidades fue la Iglesia. Recuerdo sacerdotes que han sido grandes científicos como Mendel o Lemaitre, aunque no hay que olvidar el caso Galileo y otros. Pero también entre los científicos hay algunos a los que hay que echar a comer aparte, como cuando tratan de demostrar la no existencia de Dios. Meter la pata está al alcance de cualquiera, creyente o no creyente. Pedro Trevijano
28/10/11 1:17 AM
Julio
Estimado padre Trevijano:Un científico tiene todo el derecho del mundo a expresar sus ideas ateas,sin que necesite permiso de Vd. o de nadie.La fundadora de las universidades fue la Iglesia,y a mí,en 1969,con 10 años,un cura que me vió con una Biblia en la mano,me dijo:¿y tú crees que eso es lectura para niños?
30/10/11 9:22 PM
Dyson
Creo que confunde usted las cosas Sr. Trevijano. Si realmente piensa que "cada uno debe saber quedarse en su sitio", entonces deberá empezar aceptando que la religión no puede pretender que la ciencia base su método en la Biblia y que la religión debería abstenerse de dar explicaciones místicas que contradicen los datos científicos. Son ustedes los que no aceptan que los hallazgos de la investigación científica cuestionen los dogmas de su fe, ustedes quieren una ciencia servíl y limitada a lo que la religión autorice y de la que puedan sacar argumentos a favor de su ideología, aunque sea cogidos con pinzas. Cuando la ciencia quiere ser libre y no les acompaña, entonces pasa a ser algo malo que hay que controlar o suprimir si hace falta.
31/10/11 7:43 PM
Luis Fernando
Dyson:
Son ustedes los que no aceptan que los hallazgos de la investigación científica cuestionen los dogmas de su fe,


¿Por ejemplo? ¿qué dogma de fe ha sido no ya cuestionado, sino demostrado como falso por la ciencia?
31/10/11 10:19 PM
Dyson
¿Se refiere sólo a los de la religión católica?, yo hablaba en términos más generales de todas las religiones, pero también podemos centrarnos en la suya si lo prefiere, ya que supongo que no cree usted en que el Mundo esté posado sobre el caparazón de una tortuga ni cosas por el estilo.
Dígame alguno de los dogmas que consideran fundamentales para su fe y debatiremos si esta puesto en cuestión por el conocimiento científico. Demostrar la falsedad precisaría que antes hubieran aportado ustedes argumentos que sustentaran su veracidad, cosa que no han hecho ya que se limitan a recurrir a la fe y la Revelación como prueba de autenticidad, lo que no deja de ser una tautología del estilo de "El Bigfoot existe, me lo ha dicho él mismo".
1/11/11 12:44 PM
Luis Fernando
No, mire, esto es un portal católico. Por tanto, aquí no está en juicio el dogma católico sino su acusación. No somos nosotros los que tenemos que decir qué dogmas chocan con la ciencia. Es usted, el que acusa, quien tiene que exponer al menos uno y explica dónde está la incompatibilidad. Y si no conoce nuestros dogmas, mejor se calla y se dedica a otra cosa.

Y por cierto, antes de meterse en más "profundidades", respóndame a una pregunta: ¿Acaso piensa que la ciencia lo puede explicar TODO?
1/11/11 2:24 PM
InfoCatólica
Aviso:

Debido a que estamos cambiándonos a un servidor nuevo, es posible que algunos comentarios escritos hoy no aparezcan.

Sentimos el inconveniente pero no podemos hacer nada.
1/11/11 10:40 PM
Antonio Ferrá
Quisiera señalar, que personalmente he rechazado cualquier dogma de fe. Siempre he pensado que un dogma de fe es caminar a ciegas por un camino que no ves. Sin embargo y dentro de un agnosticismo que requiere de evidencias, que aunque no paro de buscarlas, no las encuentro, resulta que como hombre de ciencia que me considero, me lleva a la conclusión que los hombres de ciencia son los más adictos a los dogmas, pues investigan y trabajan arduamente en proyectos que no pueden evidenciar que su postulado es acertado, y aun así no dudan en apostar por él con verdadera fe.
Como he mencionado anteriormente, soy agnóstico por falta de evidencias y ya pasé de los cincuenta, pero no ceso en el empeño de oír por primera vez a Dios, quizás sea porque los hombres hacen demasiado ruido. Ya me gustaría, tener un amigo todopoderoso que me conforte, y es por ello que no paro de buscarlo, como si de un proyecto se tratara. Mis más efusivas felicitaciones a quienes si lo encontraron.
4/11/11 2:19 PM

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