(Fides) Según la información de la página web de la Conferencia Episcopal de Kenia, mucho antes de que el gobierno comenzara a comprar ganado de los agricultores de la zona para reducir la pérdida de patrimonio local de ganado provocada por la sequía, la Iglesia de Marsabit ya había lanzado la iniciativa en sí, gracias a la inventiva del padre Florian von Bayern, un benedictino alemán que trabaja en la diócesis.
A pesar de las enormes dificultades que hay que superar (carreteras en mal estado, el clima desértico al límite de lo insoportable, fuertes tensiones tribales), los benedictinos han sido capaces de completar el proyecto de riego en la zona. En las orillas del lago Turkana, la diócesis de Marsabit ha instalado una bomba accionada por el viento para llevar el agua del lago a una distancia de tres kilómetros hasta la misión de Illeret. De esta manera, una parte de la zona desértica se ha convertido en uno los verdes pastos donde el ganado es bien recibido por los monjes benedictinos que lo compran a los pastores locales. Estos últimos pueden así obtener los medios para hacer frente a la emergencia provocada por la sequía. Los 60 mil litros de agua almacenada en la misión también se utilizan para cultivar algunas plantas resistentes a la fuerte alcalinidad del agua del lago.
Los animales son transportados al monasterio benedictino de Tigoni, en el centro de Kenia, donde completado el crecimiento, son sacrificados.