(Agencias/InfoCatólica) Los restos fueron escoltados en su recorrido por el Centro Histórico por tres elementos de la policía montada del DF, vestidos con traje de charro. Acompañaron la procesión fieles, algunos con estandartes de la Adoración Nocturna, otros con banderines de color rosa con la foto del beato y la leyenda palafoxiana “Mi amor está crucificado”.
La procesión, integrada por casi tres centenares de creyentes, resguardó los tres palios en los que se transportaban una mitra, un pectoral del beato y una Biblia antigua, así como el relicario donde están depositados los restos óseos que llevó el obispo auxiliar Mons. Antonio Ortega, seguido del obispo auxiliar de Puebla Mons. Eugenio Lira.
De manera silenciosa y detrás de la pintura oficial de Palafox, los fieles caminaron lentamente por avenida 5 de Mayo, guiados por el sonido de las campanas de la Catedral. En la entrada del atrio se unió el arzobispo Víctor Sánchez, de Puebla, quien tomó las reliquias y se dirigió a la Puerta Jubilar, la cual se abre cada 25 años para recibir al nuevo arzobispo o los restos mortales de los anteriores.
La ceremonia fue concelebrada por el cardenal Norberto Rivera, el arzobispo de Puebla Víctor Sánchez y Mons. Onésimo Cepeda. Asistieron Paulo Tort, director de Asuntos Religiosos de la Segob; el embajador de España en México, Manuel Alabart, y José Luis Martínez, diputado de Puebla.
En su mensaje, el también arzobispo primado de México enalteció la figura del beato al señalar que “fue sabio y prudente al gobernar, se distinguió por ser un organizador creativo y notable. Y pese a tener en sus manos todos los poderes eclesiásticos y civiles, siempre actuó con verdad, caridad y justicia”.
Al concluir la ceremonia, las reliquias fueron colocadas en el Altar de los Reyes para ser veneradas por los feligreses.
Concierto nocturno
Palafox logró reunir ayer en la Catedral a Marcelo Ebrard y al cardenal Norberto Rivera, quienes mantenían una relación distante por la aprobación en el Distrito Federal de las leyes que se contraponen a los principios católicos. Este encuentro se realizó ayer por la noche en un concierto realizado en el reciento cardenalicio en honor al nuevo beato y que estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de Minería.
En representación del presidente Felipe Calderón asistió el secretario de Educación, Alonso Lujambio; también se dio cita el dirigente político Joel Ortega y Miguel Angel Mancera.
En su mensaje el cardenal manifestó su agradecimiento a Juan de Palafox por haberlos reunido y dijo: “Es una paradoja que sea éste quien nos convoque y nos reúna aquí en la Catedral a las personas más distintas en cuanto credo, opciones políticas, razas sociales y diferencias ideológicas”.
A su llegada, Marcelo Ebrard dijo que su administración y la Iglesia son respetuosas y consideró que “hay cosas que nos unen y nos respetamos, siempre nos vamos a respetar”, señaló, y destacó que Palafox es un personaje muy relevante en la historia de la Ciudad de México, “por esa razón hemos participado desde un inicio, el día de hoy vamos a estar en el concierto al que fuimos invitados y finalmente es la historia de la ciudad”, comentó el jefe de Gobierno.
Indulgencia por la veneración de las reliquias
Y al ser cuestionado sobre qué opina de la indulgencia que da el Cardenal por asistir a venerar las reliquias, señaló: “No conozco las características de la indulgencia, pero pregunto”.
Mons. Eugenio Lira, obispo auxiliar de Puebla, resaltó que se decidió conceder una parte de sus reliquias a México porque "fue aquí donde tuvo lugar su gran obra, donde dejó un legado como constructor, defensor del pueblo indígena y mecenas de las artes y la cultura".
Una parte de las reliquias permanecerán en la Arquidiócesis Primada de México y la otra será llevada este viernes al santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Puebla, donde el beato también fue obispo.