(Aci/EWTN) El ex portavoz de la Santa Sede Joaquín Navarro Valls ha sido el primero en dar su testimonio en la vigilia celebrada esta noche en el Circo Máximo de Roma y ha declarado que Juan pablo II enseñó a los jóvenes “lo que significa de verdad la expresión Te quiero”. Navarro Valls ha destacado que Juan Pablo II “siempre defendió el carácter trascendente de la persona” y la importancia “de su cuerpo”.
Para Juan Pablo II, el amor era “querer el bien que Dios quiere para el otro” algo que “los jóvenes entendían sin duda”, según ha añadido Navarro Valls, quien también ha destacado que aprendió mucho de Juan Pablo II sobre “el respeto a la persona humana, en quien veía la imagen de Dios”.
Rescate del pesimismo
Navarro Valls ha destacado que Karol Wojtyla “rescató a la persona humana del pesimismo” y también se dio cuenta de que el hombre “necesita la misericordia de Dios”. Por eso, según ha recordado el exportavoz, el Papa “buscaba la misericordia de Dios todas las semanas” a través de la confesión porque “comprendía que los hombres no pueden ser buenos solos, sino que necesitan a Dios para ello”.
Según ha destacado el antiguo colaborador del Pontífice, para él, la oración “era una necesidad, porque estaba en completa conversación con Dios”. “Cuando tal vez había una cena importante y le esperaban, iba a buscarlo y le veía en la capilla, arrodillado, con pequeños trozos de papel que pasaba uno a uno, durante muchísimo tiempo”, ha añadido.
El ex portavoz ha destacado que esos trozos de papel eran “las miles de cartas que recibía todos los días" en las que los fieles “pedían las oraciones del Papa”. Según ha explicado Navarro Vals, “todos los dolores del mundo llegaban a él y nutría su oración de las necesidades de los demás”.
Agradecimiento a Dios
Navarro Valls ha destacado también que al recibir el anuncio de la beatificación de Juan Pablo II, sintió “los mismos sentimientos que sintió nada más fallecer” que fue “un sentimiento de agradecimiento por esa obra de arte que ha hecho con su vida”.
Además, el ex portavoz ha subrayado que el día del funeral de Juan Pablo II, cuando los peregrinos “gritaron santo súbito” pensó que “se daban cuenta tarde” porque la Iglesia “no hace santos, sino que los santos lo son mientras están vivos o no lo serán nunca”. La Iglesia, según ha destacado Navarro Valls, tan sólo “reconoce que la vida de esta persona era santa" pero los santos “son ya santos antes”.