(EWTN/ACI) Los heridos son dos policías y dos civiles. No se informó de la existencia de amenazas previas al ataque, pero la seguridad se incrementó por Pascua en las iglesias de Bagdad y en las provincias del norte, donde residen muchos cristianos.
“Nuestra vida en Irak está llena de miedo”, afirmó el sacerdote Hanna Saad Sirop a los fieles reunidos en la iglesia caldea de San José en Bagdad. “Pero tenemos que vivir en la fe y la confianza. Tenemos que confiar en Dios Todopoderoso”, agregó.
Las autoridades iraquíes han proporcionado mayor seguridad a las iglesias cristianas desde el 31 de octubre pasado cuando un ataque terrorista en la Catedral siro-católica de Bagdad dejó 50 muertos y decenas de heridos.
Se estima que la población cristiana de Irak –que sumaba más de 1,5 millones de personas antes de la última guerra- se ha reducido a la mitad.