(Luis F. Pérez/InfoCatólica) La ceremonia, de más de tres horas de duración, ha estado presidida por el arzobispo metropolitano de Zaragoza, Mons. Manuel Ureña, que ha estado acompañado como consagrantes principales por el arzobispo emérito de Valencia, S.E.R Cardenal Agustín García Gasco y por el arzobispo y Nuncio Apostólico en España, Mons. Renzo Fratini.
El encargado de darle al obispo ordenante la bienvenida ha sido Mons. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo y hasta hoy administrador apostólico de las diócesis de Huesca y Jaca, de las cuales fue obispo durante seis años. Mons. Sanz Montes se ha dirigido a Mons. Ruiz Martorell para asegurarle que, aunque compaginar el gobierno de dos diócesis tiene sus dificultades, “tienes en Huesca un presbiterio unido dentro de su rica pluralidad, te encontrarás con sacerdotes sensatos y entregados que no viven en la nostalgia de un ayer inmediato, ni con insidia en el presente, ni con maquinaciones ante el porvenir, que no pierden el tiempo en los dimes y diretes de cualquier sacristía, sino que son curas que viven su vocación con serena fidelidad según Dios lo reclama”.
A continuación el Nuncio en España, Mons. Fratini, ha exlicado que don Julián inicia hoy una nueva misión: "El episcopado es un ministerio de unidad, un servicio y una responsabilidad, la de anunciar el Evangelio con la palabra y la vida y velar sobre el rebaño confiado".
Al finalizar la ceremonia, el nuevo obispo ha pronunciado un discurso lleno de agradecimiento a Dios y a las personas que han acompañado su vida de fe. El prelado ha asegurado que "la Iglesia que peregrina en Huesca y en Jaca merece un obispo santo. Sólo tú puedes transformar a este sencillo oyente de la palabra en un ministro fiel. Hazme pastor según tu corazón".
Mons. Ruiz Martorell ha acabado sus palabras dirigiéndose a Dios: "Padre misericordioso, tú lo sabes todo. Perdona cualquier sombra de vanidad que haya en mí en estos días. A ti la gloria por los siglos. Sólo a ti. Concédeme escuchar tu Palabra. Señor Jesucristo, concédeme conocerte y amarte cada vez más, de modo que puedas ser más conocido y amado. Espíritu Santo Dios, hazme servir a todos "para que tengan vida".
Precisamente "Ut Vitam habeant" - "Para que tengan vida" (Jn 10,10)- es el lema del nuevo obispo de Huesca y de Jaca.