(FarodeVigo/InfoCatólica) Monseñor Quinteiro ofició ayer su última misa como obispo de Orense, en una seo catedralicia que se hizo pequeña para acoger a la ingente feligresía que se acercó a despedirle.
Le acompañaban en este día los vicarios episcopales, el deán presidente del cabildo catedralicio, y distintas autoridades, desde el delegado de la Xunta en Orense, Rogelio Martínez; José Luis Baltar, presidente de la Diputación; el delegado de Defensa, Ramón Rey Vich; o los jefes de las policías Nacional y Local, Ángel Barrera y Abelardo Ulloa, entre otros. También acudieron concejales de la corporación, como los populares Enrique Nóvoa, Belén Iglesias o Noelia Pérez, así como personalidades de la vida política, cultural y social ourensana y, sobre todo, esos fieles con los que ha convivido durante estos veinte años de prelatura.
Monseñor Luis Quinteiro quiso agradecer en su homilía el camino recorrido como obispo de la diócesis y tuvo también en su comienzo un recuerdo para "el Santo Padre, que está en nuestros corazones, más que nunca en estos momentos difíciles, por su testimonio heroico de sufrimiento y valentía".
No se olvidó de agradecer su testimonio "a tantas personas enfermas y necesitadas y a quienes están a su lado, entregando lo mejor de sí mismos, porque aquí, como en todos los lugares, hay mucha gente que sufre. Y su testimonio, en esos momentos difíciles, es el testimonio de la vida. Eso lo he visto aquí y no lo podré olvidar".
Deseó también a los que fueron sus diocesanos de Orense durante estos últimos siete años, "que seáis felices en vuestra vida profesional y social, en vuestra familia, y yo lo pido así para vosotros: que podáis mirar con ilusión y alegría al futuro. Las gentes de esta tierra lo merecen".
Hizo también una confesión espiritual cuando declaró que "para ser felices, lo primero que tenemos que perder es el miedo" porque "destruye la esperanza, el amor, la vida". Pero el antídoto del miedo es "el amor a Dios" señaló. En este sentido confesó que deja Orense "con mucho menos miedo que cuando vine. Tal vez no sea mejor persona, pero tengo menos miedos, y vosotros habéis sido los grandes artífices de esta transformación tan importante para mí".
Monseñor Luis Quinteiro recibió como obsequio en este día una imagen de Santa María Madre, y legó a la S.I. Catedral de Orense, como muestra de cariño, el pectoral que le regaló en su día el Cabildo de la S. I. Catedral de Santiago de Compostela.