(Javier Morán/La Nueva España/InfoCatólica) Aunque el año jacobeo arrancó realmente el pasado 31 de diciembre, con la apertura de la Puerta Santa compostelana, los actos de ayer poseían un carácter marcadamente político, con la presencia, durante la mañana, de los presidentes de siete de las ocho comunidades autónomas por las que pasa el Camino de Santiago. El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, no pudo asistir a causa de un viaje a Bruselas, y Asturias estuvo representada por la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez.
El acto de la catedral de Jaca presidido por Jesús Sanz Montes, administrador apostólico de la diócesis oscense, consistió en una celebración de la palabra seguida de la inauguración del museo diocesano y catedralicio jacetense, tras una reforma y ampliación de seis años y 1,7 millones de euros. Con una superficie ahora triplicada, el de Jaca es uno de los museos más importantes de España en arte románico.
Dado que los Príncipes lo son de Asturias, y que Sanz Montes es el arzobispo de los asturianos, las referencias al Principado no fueron pocas en la catedral de la sede pirenaica. El Arzobispo manifestó a La Nueva España sentirse "muy gozoso" con la presencia de don Felipe y doña Letizia. "Les he dicho que les reconozco como dos buenos feligreses de la Iglesia de Asturias", comentó Sanz Montes. El mitrado, provisto de báculo, y los Príncipes, con sus cayados de peregrino, recorrieron la vía sacra de la catedral, o pasillo central, hasta la cabecera del templo. El corto paseo venía a ser una representación del propio Camino de Santiago, ya que el acto religioso incluía la bendición de peregrinos.
En una alocución inicial, don Felipe habló de Camino como "recorrido cultural, paisajístico, espiritual y humano, vivo y vigoroso". Las palabras del Príncipe despertaron el agradecimiento de Sanz Montes "porque eran una preciosa síntesis de lo que este itinerario significa en la fe, el arte y la hospitalidad", comentó posteriormente al periódico asturiano. El Arzobispo consideró que la dimensión espiritual y religiosa "queda a veces disminuida, como si el camino fuera una mera cuestión cultural".