Homilía del cardenal en la Gran Vigilia de la Inmaculada

El cardenal Rouco asegura que la cultura de la muerte es una cruel versión contemporánea del pecado original

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, presidió ayer la Gran Vigilia de la Inmaculada en la Catedral de la Almudena, en el transcurso de la cual predicó una homilía en defensa de la vida y condenando la cultura de la muerte. El cardenal preguntó: «¿Qué puede resultar para el futuro de una sociedad que acepta el aborto y lo facilita, que se deja inclinar por la pendiente inhumana e inmoral de la eutanasia, sino el de devenir una mal llamada civilización donde triunfa la muerte en todas sus variantes?»

(InfoCatólica) El cardenal Rouco Varela recordó las palabras proféticas de Juan Pablo IIJuan Pablo II: "Para el hombre y la sociedad contemporáneas no hay nada más que una alternativa: la del Evangelio de la vida, del respeto y cuidado del don de la vida inviolable y sagrada y de la consiguiente `civilización del amor´, o la de la cultura y civilización de la muerte y de la muerte del amor". Ante lo cual, el arzobispo de Madrid cree que la respuesta del cristiano ha de ser clara: "Para un cristiano, para un hijo de María la Madre de la Iglesia, la elección es clara: ¡es la `del sí´ incondicional al Evangelio de la vida!"

Previamente, el presidente de la CEE recordó que "la vida es un don de Dios desde el principio de la creación que se ve recuperado y restaurado en todo su valor por la ofrenda de su Cuerpo y de su Sangre que por amor hizo el Hijo de Dios e Hijo de María al Padre de toda misericordia".

"La vida que recibe el hombre de forma sagrada y gratuita por la creación", explicó el cardenal, "aparece ahora a la luz de la verdad de Jesucristo, Redentor del hombre, como un don para vivir la plenitud del amor que madura en el tiempo y florece gloriosamente en la eternidad: ¡como el amor más grande que vence verdadera y radicalmente a la muerte!"

Por ello, aseguró don Antonio María, "desconocer, despreciar, maltratar y eliminar la vida física del hombre, sea cual sea el momento y la situación en que se encuentre desde el instante de su concepción hasta el momento de su muerte natural, implica el desprecio, el rechazo y la destrucción del don de la vida en su totalidad. Significa rechazar a Cristo, el Autor de la nueva vida. Una cruel versión contemporánea del pecado de origen. Una radicalización suma del no a Dios, de la rebelión contra Él".

8 comentarios

De hecho, todas las ideologías revolucionarias no son más que una versión en color del pecado original, ya que pretenden prescindir de Dios y hacer del hombre el nuevo dios que decide sobre el bien y el mal.
8/12/09 10:35 AM
Miguel Serrano Cabeza
Magnífica homilía.

Ahora ya sólo queda que la CEE actúe en consecuencia empezando por la educación de los jóvenes.

Empezando por EpC y por esos documentos acerca de la pureza y la castidad que tan poca publicidad han tenido. Quizá porque no existen.

En cuanto a los viejos, esos ya no son recuperables por medios humanos. Sólo nos queda rezar por ellos y confiar en la Misericordia de Dios con ellos... y con nosotros por haber dejado que las cosas lleguen a este extremo de vergonzosa postración moral ante el paganismo.

¿Cuántos matrimonios católicos cumplen la moral conyugal? ¿Cuántos jóvenes católicos se mantienen célibes hasta el matrimonio?

Hay que cambiar lo que hay que cambiar. Y cuanto antes se cambie, mejor.

Las palabras claras son un buen inicio. Bien por monseñor Rouco.

Ahora ya "sólo" faltan las obras.

Un saludo.

ADVENIAT REGNVM TVVM
8/12/09 10:37 AM
Hesiquia
Con el debido respeto, no estoy enteramente de acuerdo con Monseñor. La realidad de la sociedad en la que vivimos, es que tenemos un sistema medico dedicado casi en exclusiva a alargar agonias de personas que, antes, hubiesen muerto de un modo tranquilo y "natural", pero hoy eso se considera indamisible. Se llega al extremo de inmiscuirse en la libertad de las personas a elegir un modo de muerte digno. Si alguien deja de comer, por ejemplo (tenemos un caso sonoro en Lanzarote) existen decisiones judiciales que pueden obligar a alimentar a la fuerza al enfermo (cosa que ocurrirá muy pronto con la activista saharaui, como veremos en los próximos días).

Igualmente, se mantiene a la gente atada a maquinas y entubada, tantos si quiere como si no. Una persona podría muy bien decidir lúcidamente marcharse de esta vida, causando el menor número de molestias a sus allegados, no tomando una dosis de veneno, no, sino por ejemplo negandose a aceptar transfusiones de sangre, o someterse a inutiles tratamientos de quimioterapia o de radioterapia. Esa persona puede querer solamente cuidados paliativos, qe la mantengan en un estado lucido y con el menor dolor y sufrimiento, pero no desea seguir vivo a costa de todo.

¿Existe alguien en este mundo (y Dios no lo contemplo como algo de este mundo, por tanto no debiera tomarse como ejemplo) que pueda obligar a una persona a continuar en vida, por el mero hecho de que exista una iglesia que interpreta de ese modo la voluntad de Dios? Racicalmente digo que no. La vida es vida y es muerte, ¿puede alguien separar una de la otra, con una operación de bisturí? Cuando sean ustedes capaces incluso de determinar exactamente el momento en que una persona abandona el cuerpo para seguir su viaje en solitario, entonces vengan a dar lecciones de moral. Porque hablan a veces de lo que no saben. No ustedes, todos, porque que hay muy pocas cosas que podamos saber realmente.
8/12/09 12:20 PM
Luis Fernando
Hesiquia, usted parece ignorar que la Iglesia sabe diferenciar muy bien el "encarnizamiento terapéutico", que es algo que ella NO APRUEBA, de la eutanasia, que consiste en MATAR al enfermo.
8/12/09 1:12 PM
Nova
Me parece fenomenal que el Cardenal Rouco denuncie lo terrible que es la cultura de la muerte, pero Esperanza Aguirre sigue comulgando de manos de este Cardenal, pese a subvencionar el aborto en Madrid. Pues, a mí, que me lo expliquen.
8/12/09 5:03 PM
Javier López
De acuerdo con los anteriores comentarios. Menos palabras y más predicar con los hechos. Como negando la comunión a determinados personajes. Cansa muchísimo escuchar bonitas homilías, y esperar perpetuamente un poco de coherencia.
8/12/09 7:11 PM
José María
Bonitas palabras para el que públicamente da la comunión a abortistas (Gallardón y Aguirre), a la vez que pide el voto para los partidos de ese genocidio ("no se puede votar a partidos pequeños)
9/12/09 8:34 AM
Joaquín
La mentira es pecado: ¿Cuándo ha dicho el cardenal Rouco que no se puede votar a partidos pequeños?
9/12/09 8:39 AM

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