(LSN/InfoCatólica) Alaysiah estaba en camino a una «clínica» para obtener medicamentos para un aborto químico y así terminar con su bebé de cinco semanas de gestación. Compartió con Madrid que era una católica tibia y que había perdido a sus dos padres, uno debido al cáncer y el otro por suicidio. Le preocupaba que tener un tercer hijo disminuiría la calidad de vida de sus hijos de dos y siete años. Madrid la ayudó de manera caritativa y sincera a comprender el problema de poner fin a la vida de un niño para que los otros niños pudieran tener algunos juguetes más.
También la desafió a pensar en el futuro, imaginando cómo sería sostener a su bebé dentro de un año si eligiera la vida o, alternativamente, cómo explicaría en el futuro a sus hijos cómo mató a su hermano.
«Estoy muy nerviosa y enferma», compartió Alaysiah.
Ella dijo que había rezado buscando orientación de Dios sobre la decisión. Le preocupaba terminar la escuela y no tener un sistema de apoyo.
Madrid, padre de once hijos, reconoció que puede ser un caos el criar niños pequeños, pero la alentó diciéndole que Dios le proporcionaría lo que necesitaba para criar a su familia.
«El amor se multiplica, no se divide. No se reparte en grupos cada vez más pequeños», le dijo Madrid.
«No puedo evitar pensar que para que sus hijos tengan más cosas y atención de sus padres alguien tiene que morir», dijo Alaysiah en ese momento, reconociendo que se trata de «una vida».
Esa vida es «alguien a quien Dios creó», Madrid recordó a la mujer.
«No quiero que la vida sea más difícil para mis hijos ni que se les quite calidad de vida», dijo ella.
Madrid luego la desafió a pensar en lo que estaba diciendo: «que alguien tendrá que morir, para que, lo que crees que podría suceder, que puede o no puede suceder, la calidad de vida de tus hijos podría estar muy bien. Pero, ¿por qué alguien tendría que morir para que eso suceda?»
Madrid dijo que la conciencia de Alaysiah estaba hablando con ella cuando la llevó a llamar al programa.
«Creo que eso es una señal de esperanza», dijo. «La voz de Dios te está hablando a través de tu conciencia».
«Prefiero pasar por un momento difícil que matar a uno de mis propios hijos», dijo Madrid. La alentó a «hacer lo correcto» y poner a Jesús primero y confiar en que Dios proveerá.
«Espero que no abortes», dijo Madrid.
«No creo que lo haga, gracias», respondió ella.
Finalmente, Patrick la explicó como obtener recursos provida para embarazos no deseados y le recomendó que se haga una ecografía en unas semanas.