Mons. Aguer celebra sus 80 años con una misa de acción de gracias
Misa de acción de gracias por los 80 años de Mons. Aguer

Destacó la maternal intercesión de María

Mons. Aguer celebra sus 80 años con una misa de acción de gracias

Celebrada en la parroquia Santa María Goretti, de Mataderos, su barrio natal, donde ha manifestado su voluntad de ser sepultado: «Es un modo -enfatizó- de valorar las raíces, de cara al futuro de la Resurrección final»

(InfoCatólica) El Arzobispo emérito de La Plata, Mons. Héctor Aguer, celebró la Santa Misa en acción de gracias por sus 80 años, en la parroquia Santa María Goretti, de su barrio natal, Mataderos, en la ciudad de Buenos Aires, ayer 24 de mayo, memoria de la Virgen María, Auxilio de los Cristianos.

Concelebraron con el prelado el Obispo emérito de Mar del Plata, Mons. Antonio Marino; Mons. Rodolfo O' Neill, ex vicario general de la Arquidiócesis platense; el Capellán de la Policía Federal Argentina y párroco emérito de Santa Julia, de la Capital Federal, Mons. Antonio Aloísio; el párroco de Santa María Goretti, padre Martín Bustamante; y el padre Christian Viña, ex Director de Prensa de la Arquidiócesis de La Plata. El año pasado Mons. Aguer celebró sus treinta años como obispo.

En su homilía, destacó la maternal intercesión de María, que manifiesta su auxilio no solo en nuestras necesidades materiales, sino sobre todo a la hora de confirmarnos, y sostenernos en la presencia del Señor.

«Ahora, y en la hora de nuestra muerte, rezamos cada día en el Ave María. Ese ahora es en todo momento; y, por supuesto, en la hora suprema de nuestra partida. Siempre es bueno tenerlo presente; en especial, los que nos vamos acercando a ese momento».

El prelado ofreció la Santa Misa por las intenciones de todos los presentes y por todos aquellos que, a través de diversos medios y redes sociales, le hicieron llegar sus saludos y la seguridad de sus oraciones, desde distintas partes del mundo.

 

«Y el más robusto hasta 80»

Con ocasión de este cumpleaños, Mons. Hector Aguer ha escrito unas reflexiones, «Y el más robusto hasta 80», sobre la brevedad de la vida en comparación con la eternidad de Dios, y sobre algunos aspectos de su vida, con referencias a la Palabra de Dios, Sto. Tomás de Aquino y otros autores católicos, expresando asimismo su gratitud a Dios, a la Virgen María y a las personas que más le han ayudado a lo largo de su vida.

Los Salmos bíblicos del Libro del Salterio abrigan la conciencia de la brevedad de la vida y una reflexión sobre ella mediante comparaciones con lo que hay de frágil y provisorio en la naturaleza. El Salmo 89 expresa un término en la duración ante la eternidad de Dios: “Nuestra vida dura apenas 70 años, y 80 si tenemos más vigor”

También es muy elocuente el Salmo 101, enumerado por la Tradición como uno de los “salmos penitenciales”; es lamento y súplica a la vez. La comparación apela a varias imágenes: “Mis días son como una sombra que se alarga”; el orante se va secando como la hierba. Otras figuras con las que se identifica en su penuria: “una lechuza del desierto, un búho entre las ruinas, un pájaro solitario en el tejado”, días que son “como una sombra fugaz, como el humo que se disipa”. No se advierte en esta constatación un nihilismo incrédulo, según se afirma, porque Dios piensa en el ser humano y lo cuida (Salmo 143). 

Apunto un diálogo con Benedicto XVI, siendo él ya emérito. “Santidad –dije yo- me he pasado la vida estudiando teología, y tengo la impresión de que cada vez entiendo menos”. Con una sonrisa, me respondió: “Siempre es así”. Quedo bastante tranquilo, porque de esa poquedad conseguida he procurado compartir a través de mi predicación y enseñanza, y he recibido plácemes agradecidos, críticas y repudios que no han podido empañar mi conciencia de haber buscado la verdad. Nuestro saber –el que nos da, por ejemplo, la teología- es una pizca de la Sabiduría del Maestro.

En diversas oportunidades comenté detenidamente el Decreto Presbyterorum Ordinis, el documento del Concilio Vaticano II sobre el segundo grado del sacerdocio. Esa inquietud, además, se amplió en mi estudio y difusión de la doctrina filosófica y teológica de Santo Tomás de Aquino, que me interesó siendo muy joven, antes de entrar al Seminario. Me puso en contacto con ellas el Padre Julio Meinvielle, a quien debo mucho de mi formación.

Soy arzobispo emérito de La Plata, después de 20 años de ejercicio de la función como arzobispo metropolitano (incluyendo el año y medio en que fui coadjutor de mi ilustre predecesor). De acuerdo con la prescripción canónica firmé mi renuncia el 8 de mayo de 2018, Solemnidad de Nuestra Señora de Luján. Cumplí 75 años el 24 de ese mes, memoria de María, Auxilio de los Cristianos; dos días hábiles después de mi renuncia fue aceptada. Después de un tiempo de residencia en una parroquia de la periferia de La Plata, decidí venir al Hogar Sacerdotal de Buenos Aires, donde transcurren las últimas jornadas de mi vida, pero con una atención alerta a la marcha de la Iglesia.

La forma concreta del vivir cristianamente, como discípulo, se configura como una espiritualidad. No es esta la oportunidad de formular un juicio sobre las espiritualidades con vigencia actual. Me limito a una de las formas que ostenta la Gran Tradición Eclesial de Oriente y de Occidente. La llamaré espiritualidad del abandono en Dios, del reposo en su voluntad omnipotente y misericordiosa, amiga de los hombres. Sus formas antiguas han sido expuestas antaño por Ascetas y Místicos, Padres de la Iglesia. Una expresión a la vez clásica y moderna es la que ofreció el Cardenal Pierre de Bérulle en el siglo XVII, (...) que recibe una realización cercana a nosotros en la experiencia de San Carlos de Foucauld. Hunde sus raíces en la antigüedad, en la fórmula mínima y a la vez plenaria: “¡Señor, ten misericordia de mí!”. Es un Kyrie eleison en el que se recoge la súplica del Buen Ladrón: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino”. Podemos decir que esta plegaria nos introduce en el Reino (...) y nos hace vivir con Jesús hoy en el Paraíso. Encuentro que esta es una espiritualidad plenamente evangélica y válida para todas las edades.

Debo concluir con una acción de gracias. Mi gratitud se dirige a mis padres, que tanto se sacrificaron por mí en su noble pobreza, a mi familia y a los grandes amigos que he tenido y tengo. Pero sobre todo a Dios, el conocido en el claroscuro de la fe. Voy a copiar una oración de Acción de Gracias de Tomás de Aquino, brotada de la delicadeza de su corazón y de la lucidez de su inteligencia de teólogo y de místico:

“Te alabo, te glorifico, te bendigo, Dios mío, por los inmensos beneficios que me has acordado, a mí indigno. Alabo tu clemencia, tan paciente en aguardarme, tu dulzura que ha simulado la venganza, la benignidad que me recibe, tu misericordia que perdona mis pecados, la bondad que me colma sobre todo mérito, tu paciencia que no recuerda la injuria, tu humildad que me consuela, la paciencia que me protege, tu eternidad que me conserva, tu verdad que me remunera.

“¿Qué diré, Dios mío, de tu inefable liberalidad? Tú llamas al fugitivo, ayudas al que vacila, alegras al que desespera, estimulas al negligente, me das las armas para el combate y coronas mis triunfos; al pecador no lo desprecias cuando se arrepiente y olvidas mi injuria. Me libras de muchos peligros, tocas mi corazón moviéndolo a penitencia, me aterras con suplicios y me atraes con tus promesas, me castigas con flagelos, me procuras bienes temporales y me custodias con el ministerio de los ángeles, nos reservas los bienes eternos; me exhortas con la dignidad de mi creación, me invitas con la clemencia de mi redención, me prometes los premios de la remuneración. Por todo eso no soy suficiente para alabarte. A tu Majestad le doy gracias por la inmensa, abundantísima, bondad tuya, y te pido que multipliques en mí siempre tu gracia, que multiplicada la conserves y conservada la remuneres. Amén”. 

Mons. Aguer reiteró también en la Eucaristía que, en su testamento, ha manifestado  su voluntad de ser sepultado en esa parroquia. «Es un modo –enfatizó– de valorar las raíces, de cara al futuro de la Resurrección final». 

10 comentarios

Pacomio
Dios Nuestro Señor lo cuide y proteja.
Un gran Pastor, humilde y fiel.
Fue el fundador y primer Rector del Seminario de San Miguel, ( cerrado este año por la inoperancia actual).
Un verdadero Maestro.
Despreciado y arrinconado por la progresía criolla.
25/05/23 1:00 PM
Esperanza
Si lo tienen relegado cómo dice Pacomio, será por algo bueno.
Que celebre muchos días de éstos. Y la Virgen María lo acompañe.
25/05/23 2:25 PM
Roberto Ibarra
Que Dios lo Bendiga !!!!!
25/05/23 3:47 PM
Vladimir
No puede estar relegado, quien toca al mismo Jesucristo, todos los días en la Eucaristía.
"NADA CON DIOS ES TODO; TODO SIN EL ES NADA".
25/05/23 4:04 PM
Mikel
Desde el otro lado del charco, gracias, Mons. Aguer, por confirmarnos en la fe.
25/05/23 6:12 PM
maru
Muchas felicidades monseñor. Dios lo bendiga.
25/05/23 6:24 PM
Mariano Ramiro Morán
Nuestro Señor Jesucristo lo cuide y le dé salud de cuerpo y alma a este gran servidor suyo, Monseñor Aguer para que siga confirmando en la fe a pueblo fiel de Dios y a su Santa Iglesia.
26/05/23 1:45 AM
Héctor Alonso
Pido a Dios, diariamente que mantenga la claridad de pensamiento de Monseñor Aguer, uno de los pocos faros que dan luz a nuestra iglesia argentina. Su conocimiento y su pensamiento nos permiten reflexionar y mantener nuestra Fe, y no ser corroída por el clero actual.
27/05/23 12:07 AM
Eugenio Gallegos del Santo
Admirado Monseñor Hector Aguer. Firme en la Fe, en la Santa Doctrina y en la Tradición. Más de cincuenta años que le conocemos, desde Diácono transitorio (cómo se les llama ahora), en la parroquia de San José de Flores. Sacerdote ejemplar, dotado de una cultura exquisita y un trato dulce y cordial, aunque siempre firme y sin concesiones en nada de lo que no corresponde ceder ni conceder. . .

Ad multos annos, Monseñor (posiblemente el más ilustre egresado del recordado Colegio Nacional Urquiza, de Flores).
29/05/23 2:46 PM
Sergio Daniel Albanese
Me orientó con su sabiduría en una situación crucial en mi vida. Estoy eternamente agradecido, apreciado Monseñor Aguer. Dios lo bendiga.
5/06/23 3:53 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.