Mons. Prevost: «La falta de unidad es una herida que sufre la Iglesia, una herida muy dolorosa»
El prefecto del Dicasterio para los Obispos, Robert Francis Prevost, saluda al Papa Francisco ©Vatican media

«Debemos pensar varias veces antes de hablar o escribir un mensaje en Twitter»

Mons. Prevost: «La falta de unidad es una herida que sufre la Iglesia, una herida muy dolorosa»

El nuevo prefecto del Dicasterio para los Obispos, Mons. Robert Francis Prevost, ha concedido una entrevista a Vatican.news en la que da su parecer sobre cuál es el papel de los obispos en las actuales circunstancias de la Iglesia y del mundo. Entre otras cuestiones, advierte que los obispos deben ser muy prudentes al hacer uso de las redes sociales.

(Vatican.news/InfoCatólica) A sus 67 años, está viviendo su «noviciado» como prefecto del Dicasterio para los Obispos: Robert Francis Prevost, nacido en Chicago (Estados Unidos), misionero primero y obispo en Chiclayo (Perú) después, es el fraile agustino al que el Papa Francisco ha elegido para suceder al cardenal Marc Ouellet. En esta entrevista concedida a los medios vaticanos, traza un esbozo del obispo para los tiempos que vivimos.

¿Qué significó para usted pasar de ser un obispo misionero en América Latina a presidir el dicasterio que ayuda al Papa a elegir a los obispos?

Sigo considerándome un misionero. Mi vocación, como la de todo cristiano, es ser misionero, anunciar el Evangelio allí donde uno se encuentre. Ciertamente mi vida ha cambiado mucho: tengo la posibilidad de servir al Santo Padre, de servir a la Iglesia hoy, aquí, desde la Curia romana. Una misión muy diferente a la de antes, pero también una nueva oportunidad de vivir una dimensión de mi vida que simplemente ha sido siempre responder «sí» cuando te piden un servicio. Con este espíritu he concluido mi misión en Perú, después de ocho años y medio como obispo y casi veinte como misionero, para comenzar una nueva en Roma.

¿Podría delinear un identikit del obispo para la Iglesia de nuestro tiempo?

Hay que ser ante todo «católico»: a veces el obispo corre el peligro de centrarse sólo en la dimensión local. Pero a un obispo le conviene tener una visión mucho más amplia de la Iglesia y de la realidad, y experimentar esta universalidad de la Iglesia. También necesita capacidad para escuchar al prójimo y pedir consejos, así como madurez psicológica y espiritual. Un elemento fundamental del identikit es ser pastor, capaz de estar cerca de los miembros de la comunidad, empezando por los sacerdotes para los que el obispo es padre y hermano. Vivir esta cercanía a todos, sin excluir a nadie.

El Papa Francisco habló de las cuatro cercanías: cercanía a Dios, a los hermanos obispos, a los sacerdotes y a todo el pueblo de Dios. No hay que ceder a la tentación de vivir aislados, separados en un palacio, colmados por un determinado nivel social o un determinado nivel dentro de la Iglesia. Y no hay que esconderse detrás de una idea de autoridad que hoy ya no tiene sentido. La autoridad que tenemos es la de servir, acompañar a los sacerdotes, pata ser pastores y maestros.

A menudo nos preocupamos por enseñar la doctrina, el modo de vivir nuestra fe, pero corremos el riesgo de olvidarnos que nuestra primera tarea es enseñar lo que significa conocer a Jesucristo y dar testimonio de nuestra cercanía al Señor. Esto es lo primero: comunicar la belleza de la fe, la belleza y la alegría de conocer a Jesús. Significa que nosotros mismos lo estamos viviendo y compartimos esta experiencia.

¿Qué importancia tiene el servicio del obispo para la unidad en torno al Sucesor de Pedro en un tiempo en que también crece la polarización en la comunidad eclesial?

Las tres palabras que estamos utilizando en los trabajos del Sínodo –participación, comunión y misión – dan la respuesta. El obispo está llamado a este carisma, a vivir el espíritu de comunión, a promover la unidad en la Iglesia, la unidad con el Papa. Esto significa también ser católico, porque sin Pedro, ¿dónde está la Iglesia? Jesús rezó por esto en la Última Cena: «Que todos sean uno» y es esta unidad la que queremos ver en la Iglesia. Hoy, la sociedad y la cultura nos alejan de aquella visión de Jesús, y esto hace mucho daño. La falta de unidad es una herida que sufre la Iglesia, una herida muy dolorosa. Las divisiones y las polémicas en la Iglesia no ayudan nada. Especialmente nosotros, los obispos, debemos acelerar este movimiento hacia la unidad, hacia la comunión en la Iglesia.

El proceso para la designación de los nuevos obispos ¿puede mejorarse? En la «Praedicate Evangelium» se lee que «también los miembros del pueblo de Dios» deben participar. ¿Esto sucede?

Hemos tenido una interesante reflexión entre los miembros del Dicasterio sobre este tema. Desde hace tiempo se escuchan no sólo a algunos obispos o a algunos sacerdotes, sino también a otros miembros del pueblo de Dios. Esto es muy importante, porque el obispo está llamado a servir a una Iglesia particular. Por lo tanto, escuchar al pueblo de Dios también es importante. Si un candidato no es conocido por nadie de su pueblo, es difícil – no imposible, pero difícil – que pueda llegar a ser verdaderamente pastor de una comunidad, de una Iglesia local. Por eso es importante que el proceso sea un poco más abierto a la escucha de diversos miembros de la comunidad.

Esto no significa que sea la Iglesia local la que tenga que elegir a su pastor, como si ser llamado a ser obispo fuera el resultado de una votación democrática, de un proceso casi «político». Hace falta una visión mucho más amplia, y las nunciaturas apostólicas ayudan mucho en esto. Creo que poco a poco habría que abrirse más, escuchar un poco más a las religiosas, a los laicos y a las laicas.

Una de las novedades que introdujo el Papa fue nombrar a tres mujeres entre los miembros del dicasterio para los obispos. ¿Qué puede decir de su contribución?

En diversas ocasiones hemos visto que su punto de vista es un enriquecimiento. Dos son religiosas y una es laica, y su perspectiva muchas veces coincide perfectamente con lo que dicen los demás miembros del dicasterio, mientras que otras veces su opinión introduce otra perspectiva y se convierte en una aportación importante en el proceso. Creo que su nombramiento es algo más que un gesto por parte del Papa para decir que ahora también hay mujeres aquí. Hay una participación verdadera, real y significativa que ellas ofrecen en nuestras reuniones cuando discutimos los expedientes de los candidatos.

Las nuevas normas para combatir los abusos han aumentado la responsabilidad de los obispos, llamados a actuar con prontitud y a responder de los eventuales retrasos y omisiones. ¿Cómo vive el obispo esta tarea?

También en esto estamos en camino. Hay lugares en los que se ha hecho un buen trabajo ya desde hace años y las normas son puestas en práctica. Al mismo tiempo, creo que aún queda mucho por aprender. Me refiero a la urgencia y a la responsabilidad de acompañar a las víctimas. Una de las dificultades que surgen muchas veces es que el obispo debe estar cerca de sus sacerdotes, como ya he dicho, y debe estar cerca de las víctimas.

Algunos recomiendan que no sea el obispo directamente quien reciba a las víctimas, pero no podemos cerrar el corazón, la puerta de la Iglesia a las personas que han sufrido abusos. La responsabilidad del obispo es grande y creo que todavía tenemos que hacer grandes esfuerzos para responder a esta situación que está causando tanto dolor en la Iglesia. Llevará tiempo, estamos tratando trabajar juntos con los demás dicasterios. Creo que forma parte de la misión de nuestro dicasterio acompañar a los obispos que no han recibido la preparación necesaria para afrontar este tema. Es urgente y necesario que seamos más responsables y más sensibles sobre esto.

Las leyes ahora están. Más difícil es cambiar las mentalidades...

Por supuesto, también hay mucha diferencia entre una cultura y otra sobre cómo se reacciona en estas situaciones. En algunos países ya se ha roto un poco el tabú de hablar del tema, mientras que hay otros lugares donde las víctimas, o las familias de las víctimas, nunca querrían hablar de los abusos sufridos. En cualquier caso, el silencio no es una respuesta. El silencio no es la solución. Debemos ser transparentes y sinceros, acompañar y ayudar a las víctimas, porque de lo contrario sus heridas nunca cicatrizarán. En esto hay una gran responsabilidad para todos nosotros.

La Iglesia está implicada en el camino que conducirá al Sínodo sobre la sinodalidad. ¿Cuál es el papel del obispo?

Hay una gran oportunidad en esta renovación continua de la Iglesia que el Papa Francisco nos está invitando a promover. Por un lado, hay obispos que manifiestan abiertamente su temor, porque no entienden hacia dónde está yendo la Iglesia. Quizás prefieren la seguridad de las respuestas ya experimentadas en el pasado.

Creo verdaderamente que el Espíritu Santo está muy presente en la Iglesia en este momento y nos está empujando hacia una renovación y, por tanto, estamos llamados a la gran responsabilidad de vivir lo que yo llamo una nueva actitud. No es sólo un proceso, no es sólo cambiar algunas formas de hacer las cosas, quizá organizar más reuniones antes de tomar una decisión. Es mucho más. Pero es también lo que quizás causa ciertas dificultades, porque en el fondo debemos ser capaces de escuchar ante todo al Espíritu Santo, lo que está pidiendo a la Iglesia.

¿Cómo se realiza esto?

Debemos ser capaces de escucharnos unos a otros, de reconocer que no se trata de discutir una agenda política o simplemente tratar de promover los temas que me interesan a mí o a otros. A veces parece que se quiere reducir todo a querer votar para hacer después lo que se ha votado. En cambio, se trata de algo mucho más profundo y muy diferente: hay que aprender a escuchar verdaderamente al Espíritu Santo y al espíritu de búsqueda de la verdad que vive en la Iglesia.

Pasar de una experiencia en la que la autoridad habla y ya está todo hecho a una experiencia de Iglesia que valore los carismas, los dones y los ministerios que hay en la Iglesia. El ministerio episcopal realiza un servicio importante, pero luego hay que poner todo esto al servicio de la Iglesia en este espíritu sinodal que significa simplemente caminar juntos, todos, y buscar juntos lo que el Señor nos pide en éste, nuestro tiempo.

¿En qué medida afectan en la vida de los obispos los problemas económicos?

Al obispo también se le pide que sea un buen administrador o, al menos, que sepa encontrar un buen administrador que lo ayude. El Papa nos ha dicho que quiere una Iglesia pobre y para los pobres. Hay casos en los que las estructuras e infraestructuras del pasado ya no sirven más y cuesta mantenerlas. Al mismo tiempo, también en los lugares en los que he trabajado, la Iglesia es responsable de instituciones educativas y sanitarias que prestan servicios fundamentales al pueblo, porque muchas veces el Estado no puede garantizarlos.

Personalmente, no soy de la opinión que la Iglesia deba vender todo y «sólo» predicar el Evangelio en las calles. Sin embargo, se trata de una responsabilidad muy grande, no hay respuestas unívocas. Hay que promover mayormente la ayuda fraterna entre las Iglesias locales. Ante las necesidades de mantener estructuras de servicio con ingresos que ya no son lo que eran, el obispo debe ser muy práctico.

Las monjas de clausura siempre dicen: «Hay que confiar y encomendarlo todo a la Divina Providencia, porque se encontrará el modo de responder». Lo importante también es no olvidar nunca la dimensión espiritual de nuestra vocación. De lo contrario, corremos el riesgo de convertirnos en mánager y razonar como tales. A veces ocurre esto.

¿Cómo ve la relación entre el obispo y los medios sociales?

Los medios sociales pueden ser una herramienta importante para comunicar el mensaje del Evangelio llegando a miles de personas. Debemos prepararnos para utilizarlos bien. Me temo que a veces ha faltado esta preparación. Al mismo tiempo, el mundo actual, que cambia constantemente, presenta situaciones en las que verdaderamente debemos pensar varias veces antes de hablar o antes de escribir un mensaje en Twitter, para responder o incluso sólo para hacer preguntas de forma pública, ante los ojos de todos.

A veces se corre el riesgo de alimentar divisiones y polémicas. Hay una gran responsabilidad en el uso correcto de las redes sociales, la comunicación, porque es una oportunidad, pero también es un riesgo. Y puede hacer daño a la comunión de la Iglesia. Por eso hay que tener mucha prudencia en el uso de estos medios.

 

20 comentarios

maru
Qué significa que el obispo tiene que tener una visión más amplia de la realidad? Qué se acomode al mundo? Pues vamos de mal en peor. En cuanto a que Jesucristo quiso que todos fuéramos uno, pues claro que sí, monseñor, vd.no descubre nada nuevo, pero a qué precio tenemos que ser uno? Los que se alejaron con otras doctrinas que se conviertan y luego la Iglesia Católica los acogerá, no faltaría más, pero primero que se conviertan. También Cristo quiso que todos los hombres se salvaran, por eso perdono a la pecadora, pero le dijo"en adelante no peques mas". No se pueden decir medias verdades, porque solo confunden a los fieles.
5/05/23 10:37 AM
Pacomio
La UNIDAD solo se puede dar en la unidad de Fe, de Culto, y de Caridad.
Mientras haya despoticas modalidades de gobierno, no habrá unidad.
5/05/23 10:48 AM
Santiago Ll
En general, muy desesperanzador.
Sólo menciona una vez a Cristo y es para venirnos a decir que una cosa es conocer la doctrina y otra a Jesucristo, cuando en realidad ambas van unidas.
"A menudo nos preocupamos por enseñar la doctrina, el modo de vivir nuestra fe, pero corremos el riesgo de olvidarnos que nuestra primera tarea es enseñar lo que significa conocer a Jesucristo y dar testimonio de nuestra cercanía al Señor. Esto es lo primero: comunicar la belleza de la fe, la belleza y la alegría de conocer a Jesús. Significa que nosotros mismos lo estamos viviendo y compartimos esta experiencia"
5/05/23 10:52 AM
Juan Mariner
Cuando piden "unidad", te exigen que te calles ante todos sus continuos desmanes
5/05/23 11:09 AM
Pedro de Torrejón
" prudente con los medios sociales " ?.... Al Papa Francisco le encanta conceder entrevistas a los medios sociales. Y sino que le pregunté el señor obispo al periodista catalán Jordi Evole...
5/05/23 12:26 PM
ALFREDO ALONSO DÍAZ
La revelación de Dios es completa y la tradición apostólica, patrimonio de la Iglesia, debe respetarse y conservarse como un tesoro.

La Palabra de Dios es eterna y el tiempo no afecta a su condición de completa Verdad revelada. Aunque la mayoría de los miembros de la Iglesia pensasen, de acuerdo con las ideas del mundo, algo distinto al Evangelio de Cristo estarían en el error y en la perdición de sus almas.

Cuando uno escucha "Quizás prefieren la seguridad de las respuestas ya experimentadas en el pasado" ve como se acerca el peligro del relativismo, es decir; negar lo dicho por Dios igualándolo a razonamientos humanos que lo contradicen. Asimismo, uno recuerda lo dicho por la serpiente: "seréis como dioses".

La Fe no está exclusivamente en manos de la jerarquía de la Iglesia: todos los integrantes de la Iglesia de Cristo tenemos el deber de defenderla. Lo hemos hecho durante la historia de la Iglesia y lo debemos seguir haciendo. Sabemos que la Iglesia triunfará sobre el Mal y por ello debemos estar tranquilos, pero debemos defender nuestra Fe contra el error consistente en asumir las ideas del mundo.
5/05/23 12:57 PM
LJ
Esto que dice este obispo me suena como a muchos que hablan de tener un encuentro con Cristo. Modernistas que hacen retiros donde ofrecen un encuentro con Cristo. Al estilo protestante evangélico.
No sé de qué hablan. En la Eucaristía está Cristo, y a personas que ya han tomado la primera comunión les hablan de si tuvieron en encuentro con Cristo.
A todo esto, la doctrina de Cristo queda como un papelerío que molesta y trae discordias, por eso hay que cercenarla. Por eso no es nada comparado con un encuentro con Cristo.
Décadas atrás no se escuchaba esas frases huecas de excusa y salirse por la tangente. Los ángeles caídos pueden hacer prodigios capaces de engañar.
5/05/23 1:39 PM
Antonio
La unidad está al servicio de la Verdad.
Si la Verdad no se antepone a la unidad, será unidad en la falsedad; unirá a algunos hombres, pero los separará de Dios.
5/05/23 2:32 PM
Vicente
gracias
5/05/23 2:47 PM
santiago
Hacen falta "santos varones" en la conducción, santos porque traten de ser fieles a la Verdad y varones porque la defiendan frente a la falsa iglesia modernista, que se somete al poder mundano y sus agendas.
5/05/23 3:42 PM
I John
《A menudo nos preocupamos por enseñar la doctrina, el modo de vivir nuestra fe, pero corremos el riesgo de olvidarnos que nuestra primera tarea es enseñar lo que significa conocer a Jesucristo y dar testimonio de nuestra cercanía al Señor.》
Eso dice monseñor Prevost, conocido obispo de la teología de la liberación en Perú. Según él, Jesucristo y la sana doctrina son dos cosas diferentes.
Él, al igual que el Arzobispo de Lima (otro obispo socialista), tiene la misma idea de sacar a los sacerdotes de la parroquias y poner laicos como pastores, representantes de las parroquias.
5/05/23 4:19 PM
Forestier
No se trata de poner en cuarentena las buenas intenciones y la bondad personal. de Mons. Prevost, pero es uno de estos tantos jerarcas que hoy padecemos, que no destacan por su hondura filosófica y teológica, sino por la superficial ambigüedad y equivocidad en sus manifestaciones como expresión de un conformismo doctrinal aburguesado.
Por ejemplo, cuando dice que "no hay que esconderse detrás de una idea de autoridad que hoy ya no tiene sentido. La autoridad que tenemos es la de servir, acompañar a los sacerdotes, para ser pastores y maestros", Pero Mons, es Vd una alma de cántaro, la idea de autoridad en la Iglesia es la autoridad transmitida por Jesucristo al Colegio apostólico, basada en la exigencia del amor. Por tanto no hay que esconder de esta autoridad que sí tiene sentido, sino ejercerla en bien de las almas, pues sin esta autoridad sobrenatural y natural transmitida, no podríamos acompañar ni menos ser fiables pastores y maestros.
Y al decir que "A menudo nos preocupamos por enseñar la doctrina, el modo de vivir nuestra fe, pero corremos el riesgo de olvidarnos que nuestra primera tarea es enseñar lo que significa conocer a Jesucristo y dar testimonio de nuestra cercanía al Señor", esta Vd cometiendo un ostentoso aximoron. O sea que le preocupa (extraña preocupación) que me preocupe en transmitir la fe de Jesucristo y el modo de vivir existencialmente mi fe personal en el Señor, pues ello supone un "riesgo" (aquí supera Vd., el surreali
5/05/23 4:27 PM
AJ
Estos individuos no superan un mínimo examen de lógica. A parte de que suelen jugar siempre a lo mismo: doctrina católica vs el encuentro con Cristo. Un Cristo a su medida. Que personajes...
5/05/23 4:38 PM
marcelo 2
La falta de unidad es por la confusión doctrinal
5/05/23 5:50 PM
Pablo
"Falta de unidad"...¿Con?...
siglo i

Docetismo
Simonianismo
siglo ii

Adamismo
Encratismo
Ebionismo
Adopcionismo
Gnosticismo
Marcionismo
Montanismo
Monarquianismo
Nicolaísmo
Ofitas
siglo iii

Maniqueísmo
Modalismo
Sabelianismo o Patripasianismo
Subordinacionismo
siglo iv

Apolinarismo
Arrianismo
Donatismo
Macedonianismo
Priscilianismo
siglo v

Eutiquianismo o Monofisismo
Nestorianismo
Pelagianismo
siglo vi

Agnoetismo
siglo vii

Monotelismo
siglo viii

Iconoclastas
siglo xi

Albigenses o Catarismo
siglo xii

Frailes del libre espíritu
Frailes apostólicos
Fraticelos
Joaquinitas
Pragueros
Valdense
siglo xiii

Dulcinianismo
Espirituales
siglo xiv

Wiclefitas
siglo xv

Hermanos moravianos
Orebitas
Taborismo
Sociedad Religiosa de los Amigos o cuáqueros
Utraquismo
siglo xvi

Abecedarianismo
Antinomismo
Socinianismo
Unitarismo
siglo xvii

Jansenismo
Quietismo
siglo xviii

Febronianismo
Antonianismo
siglo xix

Iglesia de la Ciencia Cristiana
Fideísmo
Americanismo
Modernismo
Movimiento de los Santos de los Últimos Días o Mormones
Teosofía
Testigos de Jehová
siglo xx

Cristianismo positivo (
Fuente wikipedia)

Osea. Unidad según y como. Su señoría.
5/05/23 5:54 PM
Oscar de Caracas
Según monseñor con nada más que 158 caracteres en Twitter nos cargamos la unidad...
Que barato resulta ahora hacer un cisma, una herejía y todo junto.
5/05/23 6:08 PM
rmartinhe
"Esto es lo primero: comunicar la belleza de la fe, la belleza y la alegría de conocer a Jesús. Significa que nosotros mismos lo estamos viviendo y compartimos esta experiencia." Que ponga ejemplos porque yo tampoco sé de lo que habla. También dice que a menudo nos preocupamos por enseñar la doctrina, ojalá fuera así, el problema es que con frecuencia eso se deja en el olvido. Respecto a la unidad en la Iglesia, por supuesto que debería existir, unidad en la verdad, unidad con los herejes, no gracias. Y ese problema deben arreglarlo desde arriba.
Aquí lo dejo, que Dios les bendiga.
5/05/23 11:37 PM
Feri del Carpio Marek
Teniendo en cuenta los tiempos actuales, es una pena que un obispo hable de unidad sin mencionar la otra palabra que funda esa unidad: la verdad, la recta doctrina.
6/05/23 1:34 AM
Jj
La UNIDAD de la Iglesia solo puede estar fundamentada en la VERDAD, la verdad anunciada por Jesucristo, no unas cosas sí y otras no. Y esta VERDAD en la que todos devemos creer y todos debemos abrazar y amar está enraizada en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura, que el (sagrado) Magisterio no puede cambiar, menospreciar ni destruir. Ahora bien, si realmente quieren escuchar lo que Espíritu está diciendo a la Iglesia, que no traten de ignorar o silenciar la voz profética de la Iglesia, que se manifiesta en todos los creyentes que están precisamente defendiendo dicha VERDAD CATÓLICA y APOSTÓLICA.

Pena que este Monseñor en esta entrevista no dijo ni una sola palabra sobre la importancia de las raíces de nuestra Iglesia, las que nutren y dan estabilidad al hermoso Árbol plantado por Jesucristo en Pedro y los Apóstoles y los Padres de la Iglesia.
6/05/23 8:50 AM
Ángel Manuel González Fernández
Ni tengo tuiter o witer, pero eso no importa, lo importante es esto:
Iglesia católica es desde el más antiguo de los bautizados al más reciente, pues bien; es decir, pues mal.
La Preferencia de Dios no parece ser la preferencia de la Iglesia católica.
Preferencia del Padre: La Única Mujer Elegida entre todas las mujeres desde el Principio al Fin del Mundo.
Preferencia del Espíritu Santo: La Llena de Gracia su Esposa.
Preferencia del Hijo: su Madre, su Mamá, que Le dio su Carne y su Sangre.

6/05/23 9:28 AM

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