(LaVanguardia/InfoCatólica) Es verdad que uno de cada seis votantes del PP se expresa a favor del proyecto, pero también lo es que uno de cada cuatro electores socialistas lo rechaza. En contraste, casi el 90% de los votantes de IU-ICV y el 100% de los de Esquerra expresan su respaldo a la reforma en sus términos actuales. Y en un terreno intermedio, la mitad de los votantes de CiU se posiciona a favor de la nueva ley y sólo uno de cada tres se expresa en contra. Por el contrario, los electores del PNV han evolucionado desde una posición inicialmente favorable a una postura mayoritariamente contraria. En cualquier caso, las posiciones de mayor rechazo a la nueva ley se detectan entre los votantes del PP (78%) y los de UPyD (67%).
Sin embargo, a efectos electorales no sólo es significativa la posición de los distintos grupos de votantes. También lo es la de los diferentes grupos de edad, y ahí el divorcio generacional explica algunos comportamientos ante las urnas. Así, una clara mayoría entre los jóvenes (superior al 60%) se muestra a favor de la reforma (con únicamente un 31% en contra), mientras que casi el 70% de las personas mayores de 65 años están en contra de la nueva regulación. En las restantes franjas de edad (entre 25 y 64 años), las posiciones están muy equilibradas, con levísima ventaja de las posiciones a favor.
Por último, también destaca la relación entre el nivel educativo de los ciudadanos y su posición ante la reforma de la ley del aborto. En concreto, el sondeo de Noxa detecta que las posiciones mayoritariamente contrarias se registran entre las personas sin estudios: sólo un 32% de ellas está a favor, frente a casi el 60% que se muestra en contra. Por el contrario, las posiciones se equilibran, con una leve mayoría a favor, entre los ciudadanos con estudios secundarios o universitarios.
Por otra parte, las posiciones en favor de regular la prostitución en las ciudades españolas se aproximan a la unanimidad. Nada menos que un 76% de los consultados se muestra a favor, frente a sólo un 17% en contra. Las posturas más refractarias se registran entre los votantes del PP y del PNV, ya que una cuarta parte de ellos rechaza la regulación.