Aplicación en Francia de Traditionis Custodes
© NS Cristiandad (Francia), 2022

Balance después de un año

Aplicación en Francia de Traditionis Custodes

En Francia, el país donde más fuerza tiene la sensibilidad litúrgica tradicional, la aplicación de la normativa del Papa Francisco para regularla ha sido muy desigual. Algunos obispos han sido muy estrictos, otros han intentado apaciguar la situación y la mayoría se han limitado a pasar inadvertidos en la medida de lo posible.

(Renaissance Catholique/InfoCatólica) La revista tradicionalista francesa Renaissance Catholique publicó ayer un interesante balance de la aplicación en Francia del motu proprio Traditionis Custodes del Papa Francisco. El motu proprio, fechado el 16 de julio de 2021, establecía normas que restringían duramente la celebración de la Misa tradicional en todo el mundo.

Como indica la revista, el motu proprio del Papa Francisco «puso fin a la era Summorum Pontificum», es decir, la era marcada por el documento de Benedicto XVI, «que, desde hacía dieciséis años, había garantizado a todos los sacerdotes la libertad de utilizar el misal antiguo y había favorecido la multiplicación de las parroquias o capillas donde se celebraba el usus antiquior del rito romano».

Este cambio de normativa afectó especialmente a Francia, que es quizá el país donde más fuerza tiene el movimiento de celebración de la liturgia antigua. Antes de la publicación del documento del Papa Francisco, se celebraba la Misa tridentina en unos doscientas cincuenta lugares de culto franceses (sin contar los lugares donde las celebraciones están a cargo de la FSSPX y otros grupos en situación irregular) y la quinta parte de los sacerdotes se ordenaban en el ámbito de la liturgia antigua. Un año después, Renaissance Catholique se pregunta cuáles han sido, en la práctica, las consecuencias en Francia de las nuevas restricciones de la liturgia anterior al Concilio Vaticano II.

La situación, según la revista, ha variado considerablemente en las distintas diócesis, pero puede caracterizarse en conjunto como una «actitud episcopal de esperar y ver». Teniendo en cuenta el peso de los fieles que asisten a la liturgia antigua, muchos de ellos jóvenes, y las vocaciones que surgen de ella, los obispos no han querido apresurarse a tomar medidas para restringirla, a pesar de la nueva normativa.

Hasta el momento, solo se ha suprimido la Misa antigua en unos veinte lugares de culto. Apenas uno de cada cinco obispos ha firmado un decreto de aplicación de Traditiones Custodes. De esos obispos, la mitad publicaron su decreto poco después del motu proprio, con la finalidad de tranquilizar a los que se encontraban inquietos o entristecidos por la reaparición de los conflictos litúrgicos en la Iglesia. Los prelados de varias diócesis importantes, como Lille, Burdeos, Lión, Versalles, Bayona o Nanterre publicaron inmediatamente textos que reflejaban su solicitud por los fieles que asistían a la Misa antigua.

En la audiencia que concedió el Papa Francisco el 10 de septiembre de 2021 a los representantes de los obispos franceses, varios solicitaron poder actuar con la libertad que requería el contexto particular de su país y el Papa respondió favorablemente. El arzobispo de París, por ejemplo, pidió permiso para mantener las parroquias birrituales, permiso que le fue concedido por el Pontífice.

Las tensiones y restricciones, sin embargo, también han estado presentes. Las diócesis de la provincia eclesiástica de Lión y otras diócesis, como Grenoble, han insistido en poner en práctica la alternancia de la celebración de la Misa antigua y la Misa nueva en las parroquias y capillas anteriormente dedicadas por entero a la liturgia antigua. El fin de esta medida, recogida en el motu proprio del Papa, es ir convenciendo poco a poco a los fieles de que vayan abandonando la liturgia tridentina y acostumbrándose a la Misa de Pablo VI.

Algunos obispos poco numerosos, como los de Grenoble, Estrasburgo y Mans, han restringido de forma severa el uso del misal antiguo y uno de ellos, el obispo de San Dionisio, en la isla de La Reunión, lo ha suprimido por completo. El arzobispo de Dijon, Mons. Roland Minnerath, fue el primero en tomar ese tipo de medidas y expulsó de la archidiócesis a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro incluso antes de la publicación del motu proprio. Especialmente significativa ha sido la decisión de Mons. Aupetit, en París, de suprimir la mitad de los lugares de culto donde se celebraba la Misa antigua.

Tanto en Dijon como en Grenoble y otras diócesis, ha surgido entre los fieles un movimiento de protesta muy acentuado, que revela su exasperación por las decisiones episcopales. Como señala Renaissance Catholique, a muchos fieles les cuesta entender que se quiera imponer la unidad litúrgica precisamente mediante el rito actual, que en la práctica ha dado lugar a una multiplicidad nunca vista de formas de celebrar y abusos litúrgicos.

En cualquier caso, la mayoría de los obispos han mantenido su actitud de nadar entre dos aguas, sin querer desobedecer al Papa, pero tampoco apagar uno de los movimientos eclesiales franceses que más vitalidad muestran en una época de cierre de iglesias y gran escasez de vocaciones. En ese sentido, Renaissance Catholique sugiere que la decisión excepcional tomada por el Vaticano de suspender todas las ordenaciones en la diócesis de Fréjus-Toulon podría ser un aviso de Roma a los prelados que, como Mons. Dominique Rey, se consideran demasiado favorables a los fieles de sensibilidad tradicional.

En efecto, tanto en el motu proprio como en otros documentos e intervenciones posteriores, el Papa parece haber dejado claro que la finalidad de la nueva normativa es la desaparición progresiva del rito antiguo en favor del nuevo. En ese sentido, el Pontífice afirmó en el primer artículo del motu proprio que «los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano».

Por el momento y a pesar de esos aparentes planes para su extinción, la sensibilidad tradicional en Francia sigue siendo muy fuerte entre un gran número de fieles. Por ejemplo, la acostumbrada peregrinación de Notre Dame de París a Notre Dame de Chartres, organizada por la asociación de Nuestra Señora de la Cristiandad, ha contado en 2022 con unos 15.000 participantes, un número nada desdeñable. Es difícil saber, sin embargo, qué sucederá en el futuro.

8 comentarios

Lictor
Lo cierto es que: se tome l decisión que se tome, el lio está montado de tal manera, que se ha llegado a la confusión de los fieles que por lo que veo, no pintamos nada y solamente valemos pa hacer caja, con nuestras aportaciones económicas.
¿Esta es mi Iglesia? Pues sí, pero una gran amargura hay en mi alma, cuando veo que los encargados de llevar las almas a Cristo, como me enseñaron en los bancos del Catecismo; no contamos para nada, no hay humildad, se carece de amor al prójimo y muy especialmente ningún interés por velar por las almas de los creyentes. Malos tiempos y una obscuridad inunda el mundo cristiano por diversos avatares, que nos han marginado y seguimos porque seguimos. Pero seguimos, ateniéndonos a las Sagradas Escrituras, que esa no fallan y nos guían. Paz y Bien
2/09/22 1:02 PM
Maricruz
Parte del argumento de los obispos de mi país para prohibir lo anterior al concilio es porque consideran que el vetus ordo no tiene ninguna relación con la cultura de mi país o latinoamericana.

Pero tampoco el novus ordo la tiene excepto porque se puede celebrar en lengua vernácula.

Me alegro por los franceses y por todos aquellas almas que gozan todavía de esa libertad.

Yo no he sido persona afortunada con los presbíteros que tenido de párrocos pero me alegro también por todas aquellas parroquias de mi país que cuentan con sacerdotes honorables qué saben honrar a Dios.




2/09/22 2:21 PM
Urbel
¿Ninguna relación con la cultura de los países de la América hispana?

La misa de los misioneros dominicos, franciscanos, jesuitas y demás que evangelizaron América ¿no tiene ninguna relación con esos países?

La misa que celebró Santo Toribio de Mogrovejo y que oyeron San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima ¿no tiene ninguna relación con esos países?

La misa que oyeron Hernán Cortés y los demás conquistadores que liberaron a aquellos pueblos de la idolatría y de los sacrificios humanos, la misa que durante siglos se celebró en iglesias y conventos de América ¿no tiene ninguna relación con esos países?

En fin, disparates modernistas.
2/09/22 5:02 PM
maru
Ganas de follón, al prohibir la misa del misal anterior. Sólo ganas de liarla, cuando todo estaba arreglado , según lo dejara Benedicto XVI.
2/09/22 5:51 PM
Fernando Martín López Avalos
El amor a la Santa Misa Tradicional es incuestionable. Ningún Pontífice tiene la facultad de abolirla, porque se trata de un patrimonio de siglos. Esto no obsta para que le amemos también a él y pidamos porque, efectivamente, su Pontificado sea fructífero.
2/09/22 8:45 PM
Fatima
Completamente de acuerdo con Urbel. Los misioneros que llegaron a Latinoamérica no llegaron con la misa moderna, sino con la misa de toda la vida. Lo que tenían era fe auténtica. La fe católica, la de Jesucristo, es la que con el Espíritu Santo pudieron evangelizar a países enteros.
3/09/22 12:25 PM
c
Por lo menos, lo que se ve en Francia desde el moto propio de Benedicto XVI, es decir hace 15 años, es que cada año hay más participantes a las misas tridentinas (FSSPX, institutos como ICRSS, etc.). Los fieles son de todas las clases de la sociedad, de todas las naciones (en particular en París – hay que descubrir las misas del domingo en el gran edificio de la parroquia de San Nicolas du Chardonnet de la FSSPX) y de todas las edades (muchos adolescentes y padres jóvenes, muchos niños, y entre las generaciones anteriores – hasta los adultos de la generación del Concilio y de los años 68 empiezan a regresar “a casa” cuando tienen la oportunidad de descubrir de nuevo la riqueza del rito tridentino.
Después de las guerras civiles dichas de religiones en Francia siglos XVI-XVII, la contra-reforma tridentina permitió que los franceses descubrieran de nuevo su religión de siempre, la católica, gracias por supuesto a extraordinarios predicadores y santos, pero también gracias a la Liturgia de nuevo enseñada y practicada correctamente. Nada nuevo bajo el sol…Quien tiene ojos, que vea, los hechos son tercos
3/09/22 1:12 PM
gustavo perez
En cualquiera de los casos el M.P. Traditionis custodes carece de fundamentación histórica y teológica y es una atentado contra los fieles que quieren seguir el rito vetus o antiquoir. El M.P. promovido por Benedicto XVI -Summorum Pontificum- ese sí suficientemente asentado en la Tradición y con gran arraigo en la historia, en la variedad ritual que se supone enriquece la liturgia eclesial, tiene además valores como el de favorecer la libertad y no la "rígida uniformidad" que el concilio hizo desaparecer y si se quiere más, con un plus de más, promulgado con la autoridad doctrinal insuperable del "Papa teólogo" y no con las improvisaciones promovidas por los jesuitas que en materia litúrgica dejan mucho que dear.
4/09/22 2:47 AM

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