(ACI/InfoCatólica) Para el Arzobispo, el Papa llega como "un viaje misionero de Jesucristo para cumplir con una Iglesia pequeña pero fiel, a la que es necesario confirmar con sabiduría y paternidad".
Según Monseñor Causero, "la radical y arrogante secularización de la mayor parte de la población checa tiene larga data y no sólo es una consecuencia del período de la dictadura comunista. Se ha cultivado desde el comienzo del siglo XIX, de la influencia ilustrada y anticlerical en la cultura y el nacionalismo en la política".
"Durante dos siglos, la cultura ha reforzado los prejuicios existentes contra la Iglesia. La idea general de la cultura y la educación popular es que la República Checa fue creada para combatir la sumisión al yugo del imperio de los Habsburgo y de la Iglesia Católica romana que junto al papado son, en la opinión popular, dos manifestaciones de una sola la opresión. El régimen comunista ha actuado en la misma línea, haciendo hincapié en la hostilidad hacia cualquier manifestación de la religión, pero oprimiendo especialmente a la Iglesia Católica", agregó.
El Nuncio aseguró que "el Papa llega para cortar esa corteza de indiferencia y hostilidad, para dar coraje, esperanza y alegría a la Iglesia" que empieza a vivir del "el germen de vitalidad espiritual que está apareciendo gracias a los movimientos y grupos pequeños".
"Benedicto XVI viene en el nombre del Señor a decir a esta Iglesia, fiel y herida, que el Evangelio tiene el poder de despertar y confirmar nuestra fe, de transformar nuestra vida personal y social. Cristo no quita nada al hombre, sino que enriquece y da plenitud a su vida. La ausencia de Dios es también la ausencia de la humanidad. El país necesita líderes apasionados que den testimonio", agregó y encomendó al viaje al Niño Jesús de Praga, de gran devoción en Europa y el mundo.