El Papa pide a los líderes de las iglesia en Irak que trabajen al servicio de la fraternidad
El papa Francisco recibe a los representantes de las Iglesias en Irak, 28 de febrero del 2022

Se cumple un año de su histórica visita al país.

El Papa pide a los líderes de las iglesia en Irak que trabajen al servicio de la fraternidad

El papa Francisco recibió ayer a los representantes de las Iglesias en Irak en el primer aniversario del viaje apostólico que realizó del 5 al 8 de marzo de 2020. El Pontífice, tras asegurar, que «no es posible un Irak sin cristianos» les pidió que se comprometieran «para que las religiones estén al servicio de la fraternidad»

(Aica/InfoCatólica) «Queridos hermanos en Cristo, con emoción y alegría los encuentro aquí en Roma, representantes de las diversas Iglesias cristianas en Irak, un año después de la visita, para mí inolvidable, a su país», empezó diciendo el Santo Padre.

«Sus tierras, dijo Francisco, son tierras de comienzos: comienzos de las antiguas civilizaciones del Medio Oriente, comienzos de la historia de la salvación, comienzos de la historia de la vocación de Abraham. Son también tierras de los comienzos cristianos: de las primeras misiones, gracias a la predicación del apóstol Tomás, de Addai y Mari y sus discipulos, no solamente en Mesopotamia, sino hasta el lejano Oriente, pero también muchos cristianos de su región se vieron obligados a huir en exilio: las persecuciones y las guerras que se produjeron hasta el día de hoy obligaron a muchos de ellos a emigrar, trayendo la luz del Oriente cristiano a Occidente», expresó el Santo Padre.

En su discurso el pontífice subrayó «el sufrimiento y el martirio de los que mantuvieron la fe, incluso a costa de su vida. Así como la sangre de Cristo, derramada por amor, trajo la reconciliación e hizo florecer la Iglesia, así la sangre de estos mártires de nuestro tiempo, pertenecientes a diferentes tradiciones, pero unidos en el mismo sacrificio, sea semilla de unidad entre los cristianos y signos de una nueva fuente de fe».

El Papa afirmó una vez más que «no es posible imaginar Irak sin los cristianos. Esta creencia no se basa solamente en un fundamento religioso, sino en una evidencia social y cultural. Irak sin cristianos ya no sería Irak, porque los cristianos, junto con otros creyentes, contribuyen fuertemente a la identidad específica del país: un lugar donde la convivencia, la tolerancia y la aceptación mutua florecieron desde el principio de los siglos; un lugar que tiene la vocación de mostrar, en Oriente Medio y en el mundo, la convivencia pacífica de las diferencias».

Por último, el Papa pidió a los cristianos de Irak comprometerse «para que las religiones estén al servicio de la fraternidad».

El camino del diálogo interreligioso, subrayó, no es una cuestión de mera cortesía», de «negociación» ni de «diplomacia», sino que «va más allá»: se trata de «un camino de fraternidad hacia la paz», a menudo agotador pero que «especialmente en estos tiempos», Dios «pide y bendice».

El diálogo, que para Francisco es «el mejor antídoto contra el extremismo que amenaza gravemente la paz, va acompañado de un trabajo destinado a erradicar las causas profundas de los fundamentalismos, de esos extremismos que se arraigan más fácilmente en contextos de pobreza material, cultural y educativa, y que se alimentan de situaciones de injusticia y precariedad», como las dejadas por las guerras que han afectado al país.

«Su país -aseveró el Papa antes de concluir llamando a no apartar la mirada de Jesús, Príncipe de la Paz- tiene su propia dignidad, su propia libertad, y no puede ser reducido a un campo de guerra».

 

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