(InfoCatólica) El pasado jueves 30 de septiembre llegó a la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés la imagen del Cristo de Lepanto procedente de la Catedral de Barcelona. La talla quedó expuesta en la iglesia conventual que D. Luis de Requesens mandó construir en acción de gracias por «haber salido con bien» de la batalla naval de Lepanto.
Este año se cumple el 450 aniversario de ese acontecimiento. El día 7 de octubre está previsto que el Nuncio de SS., Mons. Bernardito Auza, presida la misa solemne a las 12 h en la explanada del monasterio, acompañado de Mons. Juan Antonio Reig, obispo complutense. Previo al acto religioso, la Armada española rendirá homenaje a los caídos de Lepanto y se inaugurará un monumento en recuerdo del centenario.
Hace cincuenta años, la Virgen de la Victoria de Lepanto viajó a Barcelona para presidir los actos del 400 aniversario de Lepanto. La imagen, que había sido regalada por S. Pío V a Requesens, fue recibida primero en Valencia y desde allí embarcó hacia la Ciudad Condal, dónde se reunió con el Cristo de D. Juan de Austria.
Este año el pueblo de Villarejo de Salvanés está celebrando un Año Jubilar Mariano otorgado por el Papa Francisco, que durará hasta el 20 de noviembre. Numerosos peregrinos han visitado la localidad para visitar el convento donde, entre «la Mancha y la Alcarria, una Estrella se posó sobre el mar de Castilla».
La imagen del Cristo de Lepanto podrá ser venerada en esta localidad del sureste de Madrid hasta el día 10 de octubre.
Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto
Cuando en 1571 el Papa San Pío V organizó la Liga Santa frente a los otomanos, encargó a Juan de Austria que dirigiera la Armada española y a cuantos colaboraron en la contienda. Por su parte Felipe II propuso a Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla de la Orden de Santiago, como Vicealmirante y hombre de confianza de Juan de Austria que contaba con la edad de veinticuatro años.
Luis de Requesens, nacido en Barcelona, tenía su sede como Comendador Mayor en Villarejo de Salvanés y había sido embajador de España ante la Santa Sede en Roma. Concluida la batalla de Lepanto era tanta la gratitud a la Santísima Virgen María, que él llevaba en la proa de su propio barco, que suplicó al Papa San Pío V la concesión de erigir un convento en Villarejo de Salvanés y entronizar allí una imagen de la Virgen que, según la tradición le regaló el mismo Papa. El convento se confió a los franciscanos y la imagen de la Virgen llevó el nombre de Nuestra Señora la Virgen de la Victoria de Lepanto.
Desde entonces fue creciendo en Villarejo de Salvanés, y en otros pueblos de la diócesis de Alcalá de Henares, la devoción a la Virgen de la Victoria y se propagó el rezo del Santo Rosario y las Cofradías que tenían como objetivo su difusión. Como dijo el ingenio de las letras Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares, la batalla de Lepanto fue «la más alta ocasión que vieron los siglos». Hoy nuestro combate para la nueva evangelización tiene características muy diferentes. Pero del mismo modo que en aquella ocasión se invocó a María para salir vencedores en la batalla, nosotros queremos promover en toda la diócesis, y para cuantos nos visiten, un gran movimiento orante sirviéndonos del rezo del Santo Rosario. Esta es la mejor estrategia para ganar el corazón de quienes, con humildad, invoquen a María para alcanzar la salvación que sólo su Hijo Jesucristo, nos puede lograr.
«¡Con María, la victoria!» (Mons. Juan Antonio Reig Pla)
El año pasado, el obispo de Alcalá de Henares, Mons. Reig-Pla convocaba un Año Jubilar por el 450 Aniversario de la batalla de Lepanto
En la Carta Pastoral «Monstra te essem Matrem» (Para gestar nuevos cristianos), D. Juan Antonio aseguraba que «España, sin lugar a dudas, ha sido un campo a conquistar respecto a la secularización y un laboratorio donde ensayar toda la deconstrucción antropológica, la ideología de género, su derivación en la teoría «queer», etc. , que después se ha transportado a Hispanoamérica».
El Santo Padre concedió Indulgencia Plenaria con las disposiciones acostumbradas para el Año Jubilar