La Pontificia Academia para la Vida señala que la pandemia ha puesto de manifiesto la falta de atención adecuada a los ancianos

Propone dedicar más recursos para ayudar a las familias a cuidarlos

La Pontificia Academia para la Vida señala que la pandemia ha puesto de manifiesto la falta de atención adecuada a los ancianos

La Pontificia Academia para la Vida ha publicado el documento «La vejez: nuestro futuro. La condición de los ancianos después de la pandemia», en el que constata que las personas mayores son las más afectadas por la crisis sanitaria mundial y revela que muchas de ellas no están siendo bien atendidas ni por sus familias y no por las instituciones públicas

(InfoCatólica) «La Pontificia Academia para la Vida», dice el texto, «de común acuerdo con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se ha sentido interpelada a intervenir con una reflexión sobre las lecciones que deben aprenderse de la tragedia de la pandemia, sus consecuencias para el presente y el futuro próximo de nuestras sociedades».

Se constata que «los ancianos, efectivamente, han estado entre los más afectados por la pandemia. El número de muertos entre las personas mayores de 65 años es impresionante» y se señala que «durante la primera oleada de la pandemia una proporción considerable de las muertes de COVID-19 ocurrieron en instituciones para ancianos, lugares que se suponía debían proteger a la «parte más frágil de la sociedad», y en los que se han registrado muchísimas más muertes en comparación con el hogar y ambiente familiar».

Mejor que sean atendidos por la familia

La PAV cree que «la institucionalización de los ancianos, especialmente de los más vulnerables y solitarios, propuesta como única solución posible para atenderlos, en muchos contextos sociales revela una falta de atención y sensibilidad hacia los más débiles. Sería necesario, más bien, emplear medios y financiamientos para garantizar la mejor atención posible a quienes más la necesitan, en un ambiente más familiar».

Es por ello que «conviene más que nunca comenzar una reflexión cuidadosa, clarividente y honesta sobre cómo la sociedad contemporánea debería «acercarse» a la población de edad avanzada, especialmente allí donde sea más débil».

El texto indica que «aprender a «honrar» a los ancianos es crucial para el futuro de nuestras sociedades y, en última instancia, para nuestro propio futuro» y señala que «es necesario y urgente activar un «hacerse cargo» de la persona mayor en el lugar donde se desarrolla su vida. Todo esto requiere un proceso de conversión social, civil, cultural y moral. Porque sólo así se puede responder adecuadamente a la demanda de proximidad de las personas mayores, especialmente las más débiles y expuestas».

El organismo vaticano propone «aumentar el número de cuidadores, una profesión que ha estado presente en las sociedades occidentales durante años. Pero también hay otras profesiones que deben encuadrarse en marcos reglamentarios y así poder potenciar los talentos y apoyar a las familias. Todo esto puede permitir que los ancianos vivan esta fase de su existencia de una manera familiar».

En esa línea, se apunta a que «las residencias de ancianos deberían recalificarse en un continuum sociosanitario, es decir, ofrecer algunos de sus servicios directamente en los hogares de los ancianos: hospitalización a domicilio, atención a la persona individualmente con respuestas de atención moduladas en función de las necesidades personales a baja o alta intensidad, donde la atención sociosanitaria integrada y la domiciliación sigan siendo el eje de un nuevo y moderno paradigma».

También se advierte de «la necesidad de apoyar a las familias que, sobre todo si están compuestas por pocos hijos y nietos, no pueden llevar solas, en un hogar, la responsabilidad, a veces fatigosa, de atender una enfermedad exigente, que cuesta energía y dinero. Es necesario reinventar una red más amplia de solidaridad, no necesaria y exclusivamente basada en lazos de sangre, sino articulada según la pertenencia, la amistad, el sentimiento común, la generosidad recíproca para responder a las necesidades de los demás».

Texto completo del documento de la Pontificia Academia para la Vida

2 comentarios

Maximiliano
Pues van apañados, pues las ayudas sociales son miserables¡¡¡. No se dan cuenta que la actividad económica y los prestamos son para capas de clientes y sociedades que tienen preferencia. El sector financiero se ha olvidado de la sociedad y hace negocio con la especulación y las grandes ganancias. No hay manera de cambiar este panorama sin Santos imposibles, que tambien pueden ser efectivos " incluso " en el mundo económico. Los ricos epulones que destrozan la sociedad tambien aprovechan para ganar ingentes cantidades de dinero.

Clama el Cielo como se permite tanta osadia, cuando el sistema financiero pertenece a sociedades que son privadas, y si les van mal lo pagan los propios ciudadanos mediante prestamos, que luego se pagan con impuestos. Y el valor de la moneda existe porque los ciudadanos le damos dicho valor.

Los contratos por días, los sueldos muchas veces miserables, las pensiones que no llegan ni para comer, y claro se ataca a los más debiles - como siempre - .

Señor DIOS MÍO ¡¡ , otorga a seres humanos con conciencia, de medios económicos para que salgan a la plaza pública y griten las ¡¡¡ inmensas injusticias que estan pululando con plena libertad ¡¡¡. Y con medios, puedan crear una nueva economía en donde " la persona y la Familia " sea el centro en el mundo economíco. Escucha el clamor de tanta injusticia y pobreza. Amén
10/02/21 11:11 AM
Ad Ensem
La PAV de Monseñor Paglia es un organismo de los que hay que evaluar bien el desconcierto que crea.
11/02/21 2:30 PM

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